2009
...la muerte del conocido empresario Antonio Castellar".
"Los motivos no se han hecho oficiales, y el retraso..."
Papá.
Me siento como cuando se me olvidaba el bocata.
Mamá me lo traía.
La tienes siempre en el mismo sitio.
En el curro.
¿Dónde vas?
¿Puedo ir contigo?
Es nuestra oportunidad de hacer algo juntos.
¿Te asusta estar conmigo o que te vea trabajar?
Sí, claro, te he entendido.
Joder, parece que hablo en japonés, dos días, no te pido más.
Vale, venga, hasta luego.
Qué pesado, coño.
¿Te interesa?
El coche.
El chicle va como la seda.
Pero necesito el dinero.
Y tres, está en el parking, échale un vistazo.
Laura, ¿qué tal si te relajas y dejas de actuar como una espía?
A lo mejor así te das cuenta de que no es tan complicado.
-¿De qué va el caso?
Es lo que se te da bien.
Mal, como siempre.
Pero aprobaré el curso.
-"Gire a la izquierda".
-Hola, perroflauta.
Pues me apetece mucho ver un espectáculo de magia.
-"A 300 metros...
...gire a la izquierda". -Un beso, loco.
Luego hablamos, adiós, chao, chao.
La respuesta es sí, tengo novio.
Más o menos.
¿Ah, no?
-"Llegando al destino por la derecha".
-Ostrás, qué jari.
Eh, eh, eh, alto.
¿Adónde va?
Elmer Gruñón, ¿no te jode?
¿No ha visto el cordón policial? ¿Quién es usted?
Me cago en la leche que he mamado.
Sargento Gutiérrez, a sus órdenes.
Disculpe mi atuendo, estaba de caza.
Se abre la veda.
¿Caza usted?
Vaya.
Pues no sabe lo que se pierde.
No hay como madrugar, echarse al monte y "pim, pam".
Y más los días de apertura.
Aparecen unos cochinos como autobuses.
En Madrid la gente no sabe vivir, no sabe.
A ver.
Paso al capitán.
¿Qué?
Ahí debajo lo tiene.
Bueno, procedo.
A las seis me llama Elena y me dice que Antonio se ha pegado un tiro.
Y que está muerto.
Yo me persono rápidamente.
Y cuando llego al domicilio Elena me da esta carta.
Ahí la tiene, la puede leer.
A ver.
Coño, ron miel, esto se toma mucho en Canarias.
Ah, coño, perdone.
...por parte de nadie.
¿Duda?
Para mí, no.
Mi capitán, yo a Antonio lo conocía perfectamente.
Jugábamos al dominó todas las semanas.
Anda que no le he visto apuntar cosas en una libreta negra que llevaba.
"Las ideas que se me ocurren".
Me decía el hombre.
Pobrecillo.
Ay, un soñador.
Un artista.
Tenía licencia de armas, tengo la documentación.
¿Quiere saber lo que le pasaba a don Antonio?
Don Antonio tenía miedo de vivir aquí, solo,...
...en esta casa tan grande, estaba cagado de miedo.
Pero en cuestión de armas, no tenía ni idea.
No sabía cargar un arma.
Esa pistola era para los cacos.
Lo que yo le digo, un artista.
(SUSURRA) Pues a mí me huele que no.
No, ninguna, nada.
Está todo en orden.
Verá usted, mi capitán.
Preferiría hablar de esto con usted en otro lugar.
Nos tomamos unos vinos.
Nos echamos un cigarrito.
Que llevo en ayunas desde las cinco de la mañana.
Esa es la actitud. Ya me lo decía mi madre.
La obligación.
Y luego la devoción. Quiere hablar.
Usted sabrá.
Cuando termine, al centro del pueblo, ahí está el bar, no tiene pérdida.
Ay, Antoñito.
Quién te ha visto y quién te ve.
Ya solo quedamos tres en el dominó.
Joder.
(SUSURRA) Haz caso a mamá.
Mi hija Claudia.
El Ministro me avisó de que vendría.
Es terrible verlo ahí.
Lo que ya le he dicho al sargento.
Mi hija y yo dormíamos...
...y oímos el disparo.
Yo entré antes y no la dejé entrar para que no viera a su padre...
...en ese estado.
Nunca.
Antonio...
Antonio es... era una persona muy vitalista.
Todavía no me lo puedo creer.
¿No le han dicho lo de la carta?
...no creerá a ese.
Muy bien, pues cumpla usted con el suyo y haga lo que debe.
Darle una orden para que termine con todo esto.
Claudia.
¿Te sirve?
De nada.
¿Quieres tortilla?
Tortilla, es casera.
-Hasta luego.
¿Te la tirarías?
Vamos a ver, Eduardo.
El capitán Sierra, de la Unidad Central.
-Hola.
-Dile lo que me has contado hoy.
-Pues eso.
Hace más de cinco años que quedamos para la partida.
Y cuando no podía venir...
...llamaba para no dejarme colgado.
Era un señor. -De los pies a la cabeza.
-Hace dos días me llamó para venir, como todos los jueves.
-Muy bien, Eduardo.
Vuélvete al vicio, que estamos trabajando.
Vamos a ver, capitán.
¿Se pondría un pijama para pegarse un tiro?
Y también se habrá dado cuenta de que se había perfumado.
Bien.
Me parece que ponerse un pijama y echarse colonia...
...para volarse los sesos...
...no tiene mucha lógica.
Vamos, digo yo.
¡Pepe, tráete unos pinchos de morcilla!
Para que se lleve una buena impresión, coño.
Que yo sé reconocer un fumador.
Coja uno.
Ay Camarón, que te han jodido la vida.
Te has tenido que dar al café.
Yo también dejé de fumar, cuando me ascendieron.
Aquí donde me ve, me destinaron a Madrid, un destino cojonudo.
¿Sabe lo que pasó?
Ya tenía todo el equipaje hecho.
Y pienso: "Pero ¿dónde vas tú a Madrid?".
"A ti no te gusta Madrid, vas a ser un don nadie".
"A ti lo que te gusta es esto".
"Estar en el pueblo, salir a cazar".
"Volver por la noche derrengado".
"Pegarte una ducha, tumbarte en el sofá".
"Y fumarte un paquete sin que te digan lo que debes hacer".
"Y poner en el tocadiscos al más grande".
"Cantándote 'Noelia' al oído".
Nino Bravo.
Eso para mí es la felicidad, mi capitán.
No sé si me entiende.
Vega, cójame un pitillo.
Que le estoy viendo mirar el paquete, cójalo.
Mire, entre usted y yo,...
...don Antonio no se achicaba por un asunto de perras.
Siempre ha salido adelante.
Ya veo lo que pasa aquí.
No se fía de mi porque soy un sargento de pueblo.
Pues sepa una cosa.
Yo seré un sargento de pueblo, pero tengo olfato.
En más de 30 años que llevo de servicio en la Guardia Civil,...
...esta, mal está que lo diga, no me ha fallado nunca.
¿Me entiende?
-Hola.
-Hola.
Buenos días.
-¿Qué tal?
-Vaya.
Yo pensaba que Sierra había venido solo.
-No.
-¿Y ha visto usted algo interesante? ¿Algo que debamos saber?
-He estado haciendo fotos, pero nada importante.
-Ya sé lo que pasa aquí.
No me quiere contar nada porque quiere informar a su capitán.
No, no.
En su caso haría lo mismo,...
...señorita.
Soy un sargento, pero me ve con traje de cazar.
Siéntese, por favor.
¿Puedo saber su graduación?
-Hija.
-¿Cómo hija? ¿Hija de quién?
-Hija de...
-¡Qué bruto puedo llegar a ser!
¡Qué planchazo!
¡La madre que me parió!
Me tienes que perdonar, guapa.
La gente del campo somos un poco lentos.
-Los de ciudad no se quedan cortos.
¡Pepe, esos pinchos de morcilla!
¡Cagando leches!
Te voy a colocar el control de alcoholemia.
Van a buscar puntos de carné en el Colón.
Acojonado lo tengo, a Pepe y a todos.
Esto de control de alcoholemia es un chollo.
Los tengo a todos agarrados por los huevos.
Un manjar.
Sí, señor, la hay.
Entendido, mi capitán.
Así haré.
Quería pedirle un favor.
Tenía yo algo por aquí, joder con la ropa.
Cuando más necesita uno encontrar algo.
Aquí está.
Me cago en la leche.
Aquí está, tenga usted.
Marta Castro.
Usted la llama, y habla con ella.
Y después ya hablaremos.
¿Bien?
Ese hombre es auténtico, alucinas, ¿a que sí?
Buen cambio de tema.
Dos meses.
¿Piensas que me quedo aquí por él?
¿No entiendes que necesito estar contigo?
No me apetece.
¿Ver a a un muerto le llamas el día perfecto?
Me lo pensaré.
¿En qué planta es la reunión? -En la tercera.
-¿No había una carta de suicidio?
Depende de la marca de la colonia.
Es difícil saberlo.
Coronel.
-¿Quién es Gutiérrez?
-Perdóneme, no me lo puedo creer.
Irse así, de esta manera.
Trabajaba en su casa, limpiando.
Supongo que...
...sabía que Antonio...
...y yo estábamos juntos.
-¿De qué va todo esto?
-El gurú no cree que Castellar se suicidase.
Le pone llevar la contraria, tú sabes.
-¿Por qué vendes el coche?
-Para que me den dinero.
-¿Por qué necesitas? -Preguntona.
-Sh. -"Me lo diría".
Antonio me quería.
No, él me lo hubiera dicho.
Antonio había quedado conmigo hoy.
Quería contarme algo importante.
Ayer.
No lo sé.
Pero me dijo que a partir de hoy todo cambiaría.
Desde luego que no.
Claro.
Decía que el dinero era un medio, no un fin.
Yo no lo sé.
Solo digo que me resulta raro.
Era muy atrevido con todo.
Ponía a la gente al límite.
Incluso en situaciones...
...violentas.
Pero esto no me lo puedo explicar.
¿Conocemos al forense?
-¿Tenemos caso?
-No pararía hasta convencerse.
-Marcos Vallés, le conozco, ¿qué buscamos?
-Algo que no encaje con el suicidio, lo que sea.
Ve con Molina. -Entendido.
Si necesitas dinero, te puedo prestar.
-Ya estabas tardando, cómo sois los pijos con la pasta.
No lo quiero, gracias. -¿Por qué estás de mala leche?
-Ahí viene tu forense, no pierdas el tiempo.
-No es tu estilo, me gustas más cuando vas de gallito.
-Haré lo que pueda.
-No será que te gusto. -Ya te llamo yo.
Perdonad el retraso, pero venís a unas horas.
-Marquitos, ¿cómo estás? ¿Todo bien?
-Perdónanos.
-No, puedes venir cuando quieras, sola.
No te ofendas, campeón.
Bueno, pues aquí lo tenéis.
La bala no pone en duda que fuera un suicidio.
Pudo dispararse a sí mismo perfectamente.
-¿Hay algún signo de forcejeo?
-Nada de nada.
-Cómo me gusta esto. -He hablado con Criminalística.
Los resultados de parafina en mano...
...no son fiables hasta mañana, pero...
...van a ser negativos.
-O sea, que no usó un arma de fuego.
-¿No son buenas noticias? -Depende.
-Nos quedamos sin celebrarlo.
-Qué se le va a hacer, queda pendiente.
No he encontrado nada mejor.
Qué mala leche tienes.
Un ataque de insomnio, más otro de curiosidad.
Hemos dejado una conversación a medias.
¿Estamos preparados?
Bienvenidos a esta nueva dimensión.
-Seis.
-Dos.
-El siete.
-Cinco.
-El uno.
-El cuatro.
-El tres.
-Siete.
Vaya tío, a mí no me vuelves a traer aquí.
-Si te tengo en la palma de mi mano.
-¿A alguien le suena este número?
Vamos a ver...
...si a alguien le suena.
-¿Sí? -Espero que te haya gustado.
¿Con quién se ha ido tu hija?
Acabáramos.
(RIENDO) Así que tiene novio.
Pues antiglobalización.
No seas capullo, piensa un poco.
Con soportarte a ti, me sobra, ¿de acuerdo?
Por el novio de tu hija.
Tres sospechosas.
-De momento no hay más.
Nadie entró en su casa a la fuerza.
Quien lo mató entró con su llave o le abrieron.
-¿Quién estaba dentro?
¿El motivo? -Celos.
-La mujer.
-O la pasta, nos gusta.
-A unos más que a otros. -¿Y el seguro?
-Tienen tierras y fincas. O sea, que tenían un buen seguro.
Laura, mira a ver que dice. -OK.
Las últimas 24 horas.
Llamadas, entradas, salidas. -Ok.
-El cadáver tenía una mancha rojiza en la mejilla, lápiz de labios.
A ver si Criminalística lo ha analizado.
Marina, mañana te vas con Sierra la pueblo.
-Qué divertido, de paseo al campo.
-Otra cosa: la familia es amiga del Ministro.
Discreción y mano izquierda.
Mantengamos la versión oficial.
-Tanta precaución con los casos de ricos me da por el culo.
¿Quién iba a querer matarle?
¿No me irá a decir que sospechan de mí?
No me puedo creer que piensen que lo maté.
Que yo sepa, solo estábamos mi hija y yo.
No sé si pudo entrar alguien.
Que yopudiera oírlo, no.
¿Le importaría...
...dejar el piano?
Me gasto mucho dinero afinándolo.
-Lo siento, doña Elena.
-¿Sabe el Ministro esto?
De lo unidos que estábamos.
Me enteré esa noche.
Como usted comprenderá, la he despedido.
Me dolió bastante, pero no como para matarle, si insinúa eso.
No está en casa, estará fuera unas horas, intentaré llamarla.
Si me disculpan.
Me voy a retirar.
Ustedes conocen la casa.
-La hermanita mayor, ¿a que sí?
-Alférez Marina Izquierdo.
-Coño, joder, qué corte.
-Quiero echar un ojo al despacho.
-¿Un vinito?
¿Eh?
El registro de las llamadas de la madre y la hija.
Todas antes de las 12.
Menos una a las 5.
-Media hora antes de la muerte. ¿A quién?
-Ahora.
Sí, a un tal...
...Juan Gurucia.
-Pablo, localiza al Gurucia.
-Tengo el informe del seguro.
Y son 4 millones de euros.
-Pedazo de seguro. -¿A nombre de?
-La madre y la hija. -¿La amante?
-No. -Las tres podían ser.
-Es normal que esta gente tenga un seguro así, y no todos matan.
-Él sabía que estaba arruinado. -¿Sí?
La madre y la hija gastan.
-¿No lo sabían? -O sabían que caería pasta.
-Nos queda saber que pasó esa noche y cómo se puede fingir un suicidio.
Que aquí tengo mucho trabajo.
Y tengo mi tiempo libre, mi monte, mi río, mi gente, mi bar.
Lo decía mi madre.
"Paco, con ese cabezón tenías que llegar a coronel".
Y yo: "Mama".
"¿Para qué?".
"¿Para tener tres estrellas, dos úlceras y un marcapasos?".
Hasta que pica.
Que no, mi capitán.
No sirvo para estar en un despacho.
Con politicastros diciéndome lo que tengo que hacer, ¿entiende?
El buey suelto bien se lame.
Yo soy un polilla.
He nacido y me he criado en una casa cuartel, ¿usted no?
Eran otros tiempos.
A la Guardia Civil se la veía con un cierto respeto.
Bueno, pues miedo, usted dice miedo.
Se pasaba mucho miedo con la Guardia Civil.
Mi padre no se trataba con ninguno de loa vecinos, pero yo...
Lo dice el hijo de la boticaria.
La boticaria de vez en cuando tenemos nuestros más y menos.
Bueno.
Tiene un chaval de 12 años, de una relación anterior.
Pues me tiene ley.
Le gusta lo que a mí.
Le gusta pescar, cazar, pasear conmigo.
El chaval me dice: "Paco, en este pueblo mandas más que Dios".
Y no le falta razón, ¿se puede pedir más?
Ay.
No sé qué pinto yo allí, cada lechal a su teta.
Ahora, que en cachondeo Madrid es mucho Madrid.
No sé si me explico.
¿A la boticaria? Qué gracia tiene.
Ay, sí, hombre, sí.
Me la voy a llevar a Madrid, a ver el Museo del Prado.
Pero ¿todo esto no había acabado ya?
Cenamos los tres y yo me fui a una fiesta.
Rafa, mi amigo, era su cumpleaños.
No meteré en un lío a Claudia, ¿verdad?
No tengo nada que decir. -Chavalín.
Sh, esto va en serio, como nos guardes...
...información, a por ti.
Claudia llegó a la fiesta.
Y pues... -Ahorra detalles, al grano.
-Esa noche había bebido demasiado.
Nunca suele beber, esa noche se pasó.
Entonces...
Me llevó a mi dormitorio.
Pensaba que era para...
Volví a casa sobre las tres, y me acosté.
Unas horas más tarde oí el disparo y me levanté.
Y al ir a ver qué pasaba...
...mi madre me dijo que no entrara en el despacho, eso fue todo.
Su padre les dijo que estaban arruinados.
Las dos no se lo creían.
Pero su padre se lo repitió.
-Y discutieron. -Algo hubo.
A Claudia le preocupaba dejar la universidad.
¿Sabes?
No poder ir a EE.UU. este verano.
Y que se enteraran sus amigas, le aterrorizaba se pobre.
No.
Me enteré al ver las noticias.
No me lo podía creer.
Estaba enfadada con sus padres, no entendía que la llevaran a eso.
Culpaba a los dos.
Claro, si no se hubieran divorciado.
Me hizo prometer que no lo contaría.
-Es lo que tienen los secretos, te explotan en las manos.
No.
No. Mi madre duerme como un tronco.
No había restos del componente de los somníferos.
-¿Seguro? -Seguro.
-¿Y de otra medicina?
-Había restos de polinocloruro, nuxolona,...
...hidrocortisona... -¿Qué es eso?
-Es lo que tiene cualquier pastilla para el dolor de garganta.
Es lo que encontrarías en la mitad del país.
-En el bote ponía que eran somníferos.
-Quizá no lo sean, ¿tienes alguno?
-Sí.
-Chica lista. Trae, te la analizaré.
-No, deja.
-Venga.
Que todo sea por esas cañas. -Muchas gracias.
-¿Y qué? ¿Va a ser hoy la gran noche?
-Será, llámame luego.
-Que te llamo. -Claro.
Qué sorpresa.
Yo vine a recoger a Julia.
¿Y tu mujer? ¿Cómo se llamaba?
Al final pude pasar.
¿Compartís despacho?
"Hola, papá, estoy haciendo un rissotto y no tienes pimienta".
"No aparezcas sin ella, es vital".
"Te quiero mucho, un beso".
-Mienten más que hablan.
-¿Y Marta?
Pero ¿cuál? -Y cómo, no hay signo de forcejeo.
-Hay un beso, es propio de una mujer.
-En el bote había pastillas para la garganta.
-No tiene sentido.
Ya me he ocupado.
¡Suélteme!
¡No me colgaré una acreditación!
¡Que me suelte, leche!
Discúlpeme.
Tenía que venir a un chequeo.
Y así saludo al capitán.
Le he traído un detalle.
Qué cabrón, qué olfato.
Bueno.
Me presento.
-Bien.
-Cómo está el cuerpo.
¿Qué tal?
-Encantado.
-Así que esto es la UCO.
Aquí están mejor que quieren.
No les falta de nada, vaya un plasmón.
Ah, no, si es un videoproyector.
Mariano puso uno en el karaoke.
Y en 15 días, los mozos con la botella de Coca-cola.
Le gustaba poner a la gente...
...ante situaciones comprometidas.
Un bromista, bromista bromista.
Estaba un mes preparando bromas.
-Qué gracioso.
-Con arte, era un artista.
Qué bien está usted aquí.
No digo nada.
Pero, coño.
Sí.
Sácalo, venga.
Mi madre me dijo que no contara lo de la quiebra.
No quería estar en boca de la gente.
Así que me largué.
-Acababa de deciros...
...que estabais arruinados.
-Era el cumpleaños de mi mejor amigo.
Deseo que acabemos cuanto antes.
Me entró miedo, si se lo decía, sospecharían de mí.
-¿Por qué íbamos a sospechar?
-Se piensa que a los pijos solo nos importa el dinero.
"Y no es justo".
Que yo sepa, no.
Nada en particular.
-"Mi padre nos dijo que se había arruinado".
"Me asusté mucho".
Mi madre y yo...
...pensábamos que era una broma de las suyas, pero no.
Mi padre hablaba en serio.
-¿Cómo lo tomó ella?
-Por primera vez lo veía preocupado.
Estaba hundido.
Me afectó verle así.
-Mi padre nos dijo...
...que nos embargarían la casa.
Que tendría que dejar la universidad, trabajar, y no iría a Nueva York.
Me asustó de verdad.
-Y te enfadaste.
-No, no supe cómo reaccionar, me pilló de sopetón.
Sí.
Yo ya me lo imaginaba.
Solo me sorprendió que fuera la asistenta.
Me dijo que lo esperara en el aeropuerto.
Y que me llevara el pasaporte.
Y lo esperé y lo esperé hasta...
...que me enteré por el televisor que había muerto.
Yo era lo que soy, la otra.
Pero siempre lo acepté.
Nunca me importó.
Prefiero ser la otra...
...antes que no tenerlo a mi lado.
Él dijo que había cometido algunos errores.
Y que ella no le dejaba en paz.
Quería dinero.
Quería que se divorciara de mí.
Mi madre dijo que mi padre había llamado a Marta.
Para decirle que le dejase en paz.
Que no quería volver a verla.
Y ella se debió enfadar.
Sí.
Después de hablar con ustedes, me llamó.
Yo, de todas maneras, no pensaba volver.
Que acababa de darse cuenta...
...de que su familia no lo quería.
Y había decidido marcharse conmigo.
No lo sé.
Que no habían superado la prueba.
Eso me dijo.
Sí.
Sí, es verdad.
Hemos venido voluntariamente.
Mi cliente está como testigo y colaborará...
...en la investigación.
-Y yo se lo agradezco. -Acabemos ya.
-Bien.
¿Qué relación tenía...? -Me acostaba con ella a veces.
Igual que él se acostaba no sé con quién, con otras.
-¿Qué pensaba de las infidelidades de su marido?
-Su matrimonio no se rompería.
Hace tiempo que no me acuesto con ella.
Hace tiempo que no la veo, que no hablo con ella.
-Ni por teléfono.
-No.
Me despertó y contesté, Elena estaba llorando.
¿No le ha pasado nunca?
¿No ha tenido la necesidad de saber si quien cree que le quiere...
...le quiere de verdad?
¿De oírselo decir?
Pero le dejé bien claro que jamás me divorciaría.
-¿Y ella qué le contestó?
¿Y ahora qué pasa?
-(SUSURRA) Marta está limpia.
¿Qué le ha dicho su ayudante?
"Me leyó la carta que había escrito para el juez".
Tomaría unos somníferos para cuando le disparara.
Quería que fuera yo...
...quien apretara el gatillo.
Me lo suplicó una y otra vez.
Él no tenía valor para hacerlo.
Y no quería vivir.
Buenas. -Hola.
-¿Y este qué hace aquí?
-Quería despedirse.
-Yo, sin tanta cacharrería, también resuelvo mis casos.
-"Una carta manuscrita".
"Dice que es el responsable".
Yo solo apreté el gatillo.
Sustituía su brazo.
Un juez lo entenderá.
Hice lo que él quería que hiciera.
Habló con su madre y se acostó.
¿Esto qué cojones es?
¿Un jardín de infancia?
Con permiso.
Con permiso.
-¿Qué cojones hace?
No se esfuerce.
No puede.
Verá, yo sé a través de la boticaria del pueblo...
...que está tratando la artritis...
...que le paraliza las manos.
Hace tiempo que tuvo que dejar de tocar el piano.
Mire.
Es incapaz de disparar un arma.
Dejémonos de gilipolleces.
Y vamos a empezar a decir la verdad.
Ya estamos mareando mucho la perdiz.
Dicho sea esto con todo respeto.
-Antonio había bebido más de la cuenta.
Le gustaba jugar.
Poner a prueba a la gente.
Hizo el teatro del suicidio, pero descargó el arma.
Sabía que su juego no era peligroso.
Pero era como él.
Jugó conmigo toda la noche.
Pensó que yo acabaría apretando el gatillo.
No se acordó de mi artritis.
Sí.
Lo intenté con todas mis fuerzas, pero no pude.
Yo hubiera matado a mi marido.
Cuando volvió a casa, me encontró llorando.
Le conté lo que había pasado.
La carta, la prueba.
El seguro.
Y lo bien que lo había pasado con su juego cruel.
"Le dije también que yo había intentado matarlo".
Ella me preguntó si lo del seguro y la ruina también era un juego.
Yo le dije que no.
Que eso era absolutamente cierto.
Y me fui a hacer las maletas.
La dejé sola.
Llamé a Gurucia.
Y al cabo de un rato, oí un disparo.
Cuando bajé y entré al despacho,...
...la encontré con el arma en la mano.
Ella me dijo: "Lo siento, mamá".
"No sé por qué lo he hecho".
Yo la empujé.
Ella hizo lo que yo no había podido hacer.
Y lo único que se me ocurrió...
...fue acercarme a él,...
...besarlo y pedirle perdón.
¿Me puedo ir ya?
¿Y si te timo?
Gracias, me haces un favorazo.
¿Da usted su permiso?
El pueblo me reclama.
Lo prometido es deuda, cuando empiecen la setas, le quiero ver.
Le llevaré a degustarlas, es una experiencia inolvidable.
Yo a usted tampoco.
No, en serio, usted y yo nos hicimos guardias por lo mismo.
Para ayudar.
Me pongo en su lugar diciéndole a un padre que se ha encontrado a su hija.
Que unos...
...han hecho con ella barbaridades, y de pensarlo me vienen las lágrimas.
Yo escogí el camino fácil.
A sus órdenes de usted, mi capitán.
Le pediré un último favor.
Sierra.
Despídame usted de Andrún, ¿me explico?
Me cago en la leche.
Ay.
Papá.
Son las 11, ¿qué haces aquí?
Bueno.
¿Sabes cuando echas cola cao en la leche y ya no se disuelve?
Pues mi odio hacia ti es lo mismo.
Sí.
No me hice la dormida, dormía.
¿Hablar de qué?
¿Eres gay?
No, pero si quieres te doy su teléfono.
Quedáis, os miráis, tenéis un careo y averiguas si besa bien.
Le estábamos vigilando.
No sé si quedarme.
Usted no conoce a mi madre. Me mataría.
-Merche. Tiene antecedentes por tráfico.
-Estará en su conciencia de por vida.
-"¡Tony! ¡Tony!".
-Creemos que alguien de su entorno lo delató.
El águila ataca el nido.
El delator era alguien cercano.
Las noticias anuncian el suicidio de Antonio Castellar, un importante empresario arruinado por la crisis, en el despacho de su casa de la Sierra madrileña. Se da además la circunstancia de que el muerto era amigo personal de un ministro. Por esto, y para evitar que la noticia tenga una trascendencia mediática mayor, el coronel Garrido manda al capitán Sierra de la Unidad Central Operativa al lugar del atestado para acabar con las diligencias pertinentes lo antes posible.
Histórico de emisiones: 04/06/2009