(Sintonía del programa)
(Aplausos)
Hola a todos. Bienvenidos
a "Torres en la cocina".
Hoy vamos a hacer un programa
con mucho morro.
Eso sí, mucho morro.
Y vamos a empezar
con un arroz de morro y setas.
Exactamente.
Morro de cerdo, eh.
Y celebraremos un poco
el Día de San Antón,
el patrón de los animales.
Y luego, yo voy a hacer
una "panna cotta" con esto de aquí,
que hay ido Javier a buscar
esta mañana,
que lo tenemos al lado de casa
y que son madroños.
Vamos a hacer una "panna cotta"
de madroños buenísima.
Esta mañana, a las siete
de la mañana,
he subido una montaña.
Esto es cierto.
No te pases, que está al lado
de casa.
Te lo prometo. Una montaña así
para coger los madroños
y que podamos disfrutarlos.
Cómo le gusta dramatizar.
Vamos a hacer un postre
que es novedad porque nunca
hemos utilizado
el madroño en el programa.
Empezamos con el morro de cerdo.
¿Cómo hemos cocinado
el morro de cerdo?
A veces lo tienen cocinado ya
en el mercado.
Pero hemos cogido una olla,
agua, un poquito de sal,
una hoja de laurel
y cocinar durante dos horas,
tranquilamente.
Entonces, aquí ya lo tenemos.
Esto es puro colágeno.
Va muy bien para la piel.
A nosotros nos va perfecto.
Es de las partes más interesantes
del cerdo.
Se puede hacer
como lo vamos a hacer.
Se puede hacer frito.
Yo me acuerdo que teníamos
un bar hace muchos años
y hacíamos el morro frito.
Era la estrella de las tapas.
No se vendía, ya ves.
Se freía el morro
en la freidora normal,
bien hervido.
Y se le ponía sal y pimienta.
Y no sé si algo más.
Pimentón, igual.
Bueno, no. Sal.
Fijaos qué bien se corta,
que es muy tierno.
Lo cortamos así en daditos
no muy grandes.
Y ahora lo vamos a saltear.
Eso sí, a la hora de saltearlo,
mucho cuidado, porque...
Salpica.
Sí. Salpica mucho.
Bueno, pero hay que echarle morro.
Un poco más y ya está.
Si no, no...
Hay que echarle...
Y no estar de morros.
Entonces, lo que hacemos
es que primero...
No, Sergio. Aquí.
En la misma sartén vamos a hacer
el morro,
que va a soltar toda la grasa
y nos quedará un poco crujiente
La tapadera la tenemos que tener
en la mano, ¿por qué?
Porque salta muchísimo
y os podéis quemar.
Entonces, poner. ¿Está a tope?
Está a tope, Javi.
¡Atención!
Ponemos. Y tapamos.
Y ahora le das caña.
Ahora, de momento, no.
Pero luego veréis
cómo explota.
Vaya salto ha dado.
Explotará, explotará.
Bueno, saltearlo. Es dorarlo.
Es careta de cerdo.
Sí, pero salta mucho
cuando lo ponemos en aceite.
Hay que sofreírlo bien.
Es una parte
que la hemos desengrasado.
Al hervir, tú ya desengrasas
toda la careta.
Y luego, al saltearla,
queda buenísima
porque queda crujiente.
Queda muy buena.
Ya veréis luego para el sofrito.
Aquí, lo que decimos, doramos bien.
Parecen palomitas.
Y vamos preparando ajo,
cebolla
y tenemos tomate triturado.
Tomate que hemos licuado,
pasado por el chino.
Y es tomate natural.
Dame, que voy cortando cebolla.
Tú el ajo.
¿La cebolla?
No. Yo el ajo.
¿Sí? Ah, vale.
Venga. Vaya morro tienes.
Tú sí que tienes morro.
No. Tú más.
Tienes más morro que este arroz
que estamos haciendo.
No, no.
Qué bueno es el morro.
Hay que echarle morro.
Bueno, amigos de los bares,
esas tapas de morros
que se hacen tan buenas,
tan crujientes.
Yo, si voy a un bar y veo morros,
pido siempre.
Porque cada uno lo hace
a su manera.
Y si está bien hecho,
bien frito, bien crujiente,
es maravilloso, buenísimo.
Y es una tapa bien económica
y muy popular entre los bares
de toda España.
Escuchad.
Está ahí que puede,
en un momento dado, explotar.
Y eso sí, vamos dorando.
Y aquí nos deja ese sabor
tan bueno para rehogar
el ajo y la cebolla.
O sea, que perfecto.
Además, tenemos amigos
que han venido expresamente
desde Huesca. Fantástica tierra.
Hemos estado alguna vez por allí.
Sí.
Y hemos estado, sobre todo,
en época de trufa, que es ahora.
Que es cuando respira la tierra
y está todo fantástico.
Hace fresquito por ahí, eh.
Mucho.
Pero se come muy bien.
Eso sí.
Y hay muy buena gente.
También.
Tenemos muy buen recuerdo.
Gracias por venir.
De nada.
La verdad es que la calidad
de la trufa,
allí hay trufa muy buena.
Entre Teruel y Cuenca
hay un sitio donde se hace
muy buena trufa.
Vale.
Fijaos. Vamos dorando, dorando.
Ahora lo voy a abrir.
Yo creo que no va a saltar.
Trufa tendremos que hacer.
Sabéis que con poquito
cunde mucho.
O sea, que algún menú de trufa
o algo tendremos que hacer.
Algo hay que ver.
Venga.
Ahí está. Perfecto.
Esto está buenísimo.
De verdad, esto es un manjar.
Y ya digo, cocinarlo...
Si se deja bien frito y...
¡Uf! A mí eso me encanta.
Cocinarlo no es tan difícil.
Al principio, como tiene agua,
tapar.
Luego destapar e ir con cuidado.
¿Te ayudo con el ajo?
No. Ya está.
¿Estás bien?
Es que estoy dejando rehogar
bien el morro.
Tranquilo, tranquilo.
Hablando de morro, tú tienes
más morro que nadie.
Mira cómo salta.
¡Cuidado!
¿Veis? Hay que ir...
(RÍE) Míralo.
No, no. Poca broma.
Es que puede saltar.
Ahora hay que poner la cebolla
y el ajo y así ya no salta.
Pero antes, lo voy a retirar.
Ya tenemos lo que queríamos.
Rehogar y que nos suelte la grasa.
Y ya lo pondremos más adelante.
Qué bueno. Esto frito así
está delicioso.
Una punta de sal y ya está.
Vale, Sergio. Vamos.
El ajo.
Déjalo aquí.
Venga, cebolla, ajo.
Ajo y cebolla.
Tanto monta, monta tanto.
Y aquí tengo más.
Voy a ponerlo todo.
Bueno, no es lo mismo.
Para mí, no. Pero para Javier...
Ahí está. Venga ahí.
Y ahora ya, sofreír.
Vamos a sofreír.
En realidad, lo que estamos
haciendo,
es la base del arroz,
de un arroz.
Es muy rico de sabor,
porque le vamos a poner
el caldo de cocido,
también el morro de cerdo.
Y es un arroz de invierno
también.
Es un arroz potente, de potencia.
¿Una guindilla le ponemos?
Venga.
No, no. Bueno, porque hoy tenemos
aquí público...
¿Le gusta el picante?
No, hombre...
¿Te gusta el picante? ¿Sí?
Un poquito, muy sutil.
¿Sí?
¿Sí? Venga, va.
No. Vamos a hacer una cosa.
Al final, el que quiera,
que se ponga un poco
de aceite picante.
Y así está bien para todos
los gustos.
O pondremos la mitad del arroz
con aceite picante,
que para eso lo tenemos.
Bien. Rehogar bien la cebolla.
Importante.
Lo vamos a mojar, atención,
porque no es muy habitual,
con vino tinto.
Normalmente, el arroz se moja
con vino blanco.
Pero este, como lleva el morro
y tiene también caldo de cocido,
lo vamos a hacer más de invierno.
Y solo con el vino puede cambiar.
Quedará más oscuro.
Arroz de mucha potencia,
arroz de mucho sabor.
Y luego, también de contrastes
porque le vamos a poner guisante.
Fijaos qué guisantes.
Esto lo pondremos al final, eh.
El primero de la temporada.
Bueno, ya lleva unos días.
Pero fijaos qué guisante.
Nosotros ya lo hemos dicho
en otras ocasiones:
lágrimas verdes.
Porque son tan pequeños
como una lágrima
y son dulces dulces.
Son muy buenos.
Es un guisante pequeñito muy bueno.
Lo dicho. Al final.
Porque esto, prácticamente,
no lleva cocción.
Es muy rápido, muy rápido.
Vale.
Ponemos el tomate.
Y otra novedad que creo
que no hemos utilizado nunca
en el programa.
Pié azul. Es un tipo de seta
que se le llama pié azul
porque el pié es un poco violáceo
e incluso coge tonos azulados.
Y es una seta muy resistente
que está muy bien de precio.
Si la encontráis.
Si no, ya sabéis que puede ser
cualquier seta de cultivo.
Pero esta está muy bien.
Es una muy buena seta.
Además, da mucho sabor.
Y ahora, importante, el tomate.
Sabemos que para coger la acidez
y que esté bueno,
hay que reducirlo bastante,
hasta que pierda el agua.
Eso te lo enseñé yo.
Sí.
Qué morro tienes.
Pues sí.
Bien.
Ya veis. Pierde el agua el tomate.
Ya empieza a sufrir.
A decir: Necesito...
El arroz.
Y el vino, eh.
Bueno, vamos a nacarar el arroz.
Vamos a poner bien,
que somos muchos. Dale ahí.
Un poco de sal antes, durante
y después.
Cocinar un poquito el arroz.
Venga, perfecto.
Vino tinto. Es un arroz
con setas, con el morro,
un arroz de invierno.
El vino tinto le va perfecto.
Le va superbién.
Probadlo porque...
Fijaos en el color.
Como va a hervir dieciocho minutos
con el caldo, el vino evaporará
y lo que quedará es el sabor.
Ya es diferente, el toque del vino
y el toque de tomate
le dan un color especial.
Muy bien.
Tiene una pinta que no veas.
Uh, esto está...
Y no hemos hecho nada.
Un fondo con mucho sabor
que está muy bueno y vamos mojando.
Caldo de ave; caldo de cocido;
caldo de verdura, el que quiera,
pero, en este caso, este arroz
nos pide potencia de sabor
y para ello,
usamos el caldo de cocido.
Lo vamos cocinando y, a medida
que nos va pidiendo caldo,
vamos echando caldo.
Vamos probando de sal
y esperamos dieciocho minutos.
(Música)
Fijaos, hemos puesto el morro
a media cocción y hemos cocinado.
Cómo huele el arroz;
está buenísimo.
Le quedan unos cinco minutos,
pero le vamos a añadir las setas.
Hum...
Está buenísimo.
Está buenísimo
y le vamos a poner la seta,
vamos a saltear este pie azul.
Qué bueno.
Ya decimos, podría ser otro tipo
de seta salteada
pero esta va muy bien
porque es una seta muy suave
y que va muy bien.
Es otro producto
pero este año está saliendo mucho,
nuestros amigos nos decían
que ha salido mucho pie azul.
Que ya no sabías qué hacer
y hacías croquetas.
Sí, es verdad.
Ibais a por níscalos
y solo había pie azul.
Bueno, eso suele pasar.
Aceituna negra, también.
Y qué bueno es
porque tiene un toque gelatinoso,
es una seta muy agradecida
que va genial para un arroz.
¡Vale! Tenemos estos ingredientes.
También, aceituna negra.
Tenemos esta lágrima, aunque podría
ser un guisante más grande, ¿vale?
Se echa y, prácticamente,
con el calor está cocinado.
O sea, que tarda nada.
Saltea la seta y pon la aceituna.
Es una aceituna de Kalamata
pero podría ser
una aceituna muerta de Aragón,
cualquier aceituna negra le va;
incluso, podría ser aceituna verde.
También, también.
El pie azul hay que cocinarlo;
por eso, primero, lo salteamos
y, luego, lo dejamos, un poco,
dentro del arroz y ya está.
¿Por qué saltearlo?
Porque coge más sabor.
La seta, cuando está salteada,
gana muchísimo.
Veis que es un arroz de cuchara
que queda, más bien, caldoso;
también, se podría secar
pero así es perfecto.
Sergio, un plato.
Mira, lo tengo aquí.
Vamos a emplatar.
Un plato bonito.
Es un plato para...
Sí, hombre.
Una cuchara.
Le damos un salteado,
ya lo tenemos, y al arroz.
Que las setas suelten
el jugo aquí.
Y, al final,
echamos este guisante lágrima.
Para el fuego, con el calor, ¿eh?
Exactamente, fijaos.
Podría ser habita.
Vale.
Ya no le ponemos más.
Estupendo, ya está.
Guau...
Vaya pintaza, ¿eh?
Espérate.
Y, ahora, una plato que...
Esto es para hacerlo con cucharón.
Qué bueno.
Coger y echar un buen plato.
Ya decimos que el vino tinto
le da un toque especial; las setas;
el guisante de temporada,
que el frío le va muy bien.
En primavera hay otros guisantes,
sería la segunda,
si no me equivoco.
Fijaos lo que vamos a poner
de hierbas: hierbabuena y romero.
La hierbabuena con el guisante
combina perfectamente;
y con el arroz y el morro de cerdo,
el romero.
¡Vaya platazo!
Combinación diez.
Venga, vamos a por el madroño.
¡Vaya platazo,
vaya platazo importante!
Celebramos el día
de san Antonio Abad,
sabéis que es el patrón
de los animales.
San Antonio.
Desde aquí un homenaje.
Vamos a la naturaleza;
fruto de bosque, fruto silvestre,
que Javier ha subido
siete mil kilómetros de montaña.
Qué orgulloso estoy
de mi excursión de esta mañana;
he ido con mi moto
hasta un camino de tierra.
"Camino de tierra"
Sí. He dejado la moto,
he subido la montaña,
una montaña así, ¿veis? Así.
Me he jugado la vida
y he conseguido el madroño.
Fijaos qué cosa más bonita.
Es uno de los frutos
que más pectina tiene,
luego lo veréis cuando hagamos
el postre, la "panna cotta".
"Panna cotta" quiere decir
"nata cuajada" o "leche cuajada".
Es "panna" "cotta",
"leche cocida", vaya.
Lo primero que vamos a hacer...
Cuajada o cocida.
Ponemos la gelatina en agua,
en agua con hielo,
sumergimos la gelatina.
Ya lo hemos dicho otras veces,
si el agua está tibia
o no está muy fría,
la gelatina
se deshace y desaparece.
Correcto.
Y, luego, la tenemos que recuperar.
Vamos a ir con un "crumble",
que ya hemos hecho...
Unos cuantos "crumbles", sabéis
que es esta arena, esta tierra,
que simula la tierra del bosque
y que va muy bien con el madroño.
Primero, porque es del bosque,
es silvestre;
y, segundo, porque le vamos
a poner avellana, harina y azúcar.
Exactamente.
Es muy fácil, lo trituraremos.
El "crumble"
es un postre típico inglés
y se ha puesto muy de moda, ¿no?,
ahora se hace mucho el "crumble"
y se utiliza
para decorar las tartas,
para presentar... los pasteles.
Normalmente, es un pastel de fruta
confitada con el "crumble".
Exacto.
Nosotros ya lo integramos
y decimos que es muy fácil
de hacer en casa
y se usa mucho en alta cocina.
Muchos lo usan para los postres.
Ya veréis que es muy fácil.
Avellanas.
Además, tenéis varias recetas
en la web.
Avellana tostada.
Harina.
Esta base se puede hacer
de almendras, de piñones...
¡De todo!
Se puede hacer de nueces,
se puede hacer de pistacho,
de piñones...
Se hace de cualquier tipo
de fruto seco.
Azúcar.
Ahí está, ya lo tienes.
Sí, sí.
Vamos a triturar.
Y la placa de horno.
¡Y la mantequilla, Javier!
Está en el congelador.
La mantequilla
tiene que estar muy fría.
La dejamos en el congelador
porque para mezclarla...
Es mejor que esté del congelador.
Si no, sería complicado trabajarla.
La masa auténtica es azúcar,
harina y mantequilla.
No llevaba nada más.
Espera, la corto aquí.
Esta receta salió
durante la Segunda Guerra Mundial,
es una receta muy antigua.
Veis que está dura para cortarla,
a mezclar.
Nosotros la hacemos y la traemos
a nuestros días, fijaos qué pasa.
Vale.
(DESENCHUFA LA PICADORA)
Tiene que ser una arena.
Como no me hace caso, ya está.
Se tiene que volver una arena.
Muy bien.
Déjame, es mi plato.
Es así.
Que no escuchas.
Él quiere quitarla antes
y tiene que ser así.
¿Veis que parece una tierra?
Hay que cocerla siete minutos
a 180 grados, después, la movemos,
y otros siete minutos más.
Catorce minutos en total.
Si la mantequilla no está muy fría,
casi congelada, esto no se podría
hacer, se haría una pasta.
Qué bien huele, ¿eh? La avellana
triturada huele superbién.
Nos recuerda al praliné.
Bueno, fantástico.
La primera parte está
y tardará catorce minutos:
siete, mover, y otros siete más.
Exacto.
Ya hemos dicho que se puede hacer
de cualquier otra cosa,
la verdad es que es una receta
muy versátil.
Ahora, vamos con la "panna cotta".
La "panna cotta" no es más
que leche cocinada,
lo que pasa es que hay "panna cotta"
de muchas cosas:
"panna cotta" de frutos rojos,
"panna cotta" de albahaca,
"panna cotta" de mango
o de lo que sea.
De caqui o cualquier fruta
que te sobre
o que veas
que se está poniendo mala,
de plátano o de cualquier cosa.
Sí.
Javier, abre la vainilla.
Vainilla fresca.
Y ponemos crema de leche.
Correcto, podría ser...
Extracto, pero no es lo mismo.
Si no tenéis, no es indispensable;
pero a la "panna cotta"
le va muy bien.
Crema de leche, leche.
Con esto, lo que vamos a hacer
es una infusión
con la vainilla y con el azúcar.
Le saco, como siempre, las vainas.
Correcto.
Las pepitas.
Enséñalas.
Sí, ahora las voy a enseñar,
es que esta vaina es pequeñita.
Sí.
Las hay de diferentes tipos
pero fijaos...
¡Eso son millones de semillas!
Millones de puntitos
que son las semillas que...
No sé si hay millones
pero sí muchísimas.
Bueno...
hay más de las que imaginas.
Ya, pero ¿millones...?
Bueno.
En una más grande hay millones,
yo lo sabía.
La "panna cotta",
la pizza y la pasta
son de los platos más conocidos
en Italia.
Y tanto. La vaina, dentro, ¿eh?
También.
Porque da mucho aroma.
Azúcar.
Ahora, lo que tenemos que hacer
es que haga una infusión.
Hervir.
Que hierva.
Javier, cuéntanos
sobre la historia del madroño.
La historia es que, antiguamente,
cerca de Madrid había osos,
había osos de verdad,
osos de verdad.
Estás explicando sobre el escudo
de la ciudad de Madrid.
Yo os lo explico
que lo sé porque, antiguamente,
entre el clero y el pueblo
se pelearon por las tierras
que tenían, unos tenía árboles
y otros, pasto, entonces,
se repartieron esas tierras,
el pueblo se quedó con los árboles
y el claro se quedó
con los pastos y así,
entre los árboles había
muchísimo madroño en Madrid
y entonces por eso salió
lo de los madroños en el escudo.
En la bandera, en el escudo.
En el escudo de la ciudad
de Madrid, pero también como
símbolo de la ciudad de Madrid.
Pero también lo que dice Javier
es cierto sobre los osos
que también es verdad que un rey
abatió un oso y también
fue como algo muy conocido,
heroico y también fue a parar
al escudo de la bandera de Madrid.
Fijaos cómo cambiaron las cosas
que Madrid ahora es muy grande,
no hay osos.
Ni madroños, bueno,
sí que hay y tanto.
En los alrededores sí.
Sí que hay.
Sí que siguen habiendo.
Sí que hay, sí, bueno.
Fijaos qué bonito
porque es verdad que esto...
Son como campanillas,
me recuerda, ya pasó la Navidad,
pero te recuerda a las fiestas.
Son como campanitas de Navidad
que esto es la flor del madroño
que luego cae la flor
y va creciendo el madroño.
O sea, está petado ese.
No, hay un montón.
Dejaste sin madroños.
No, había muchísimos,
había muchos.
Bueno, vamos allá,
ya tenemos la leche infusionada
ahora, retiramos la vainilla
que sabéis que la vainilla
siempre la guardamos
porque esta vainilla luego,
la secamos encima del horno
y un día que tenemos
dos o tres vainillas
hacemos un azúcar de vainilla.
La ponemos en el robot
cuando está seca y tenemos
un azúcar de vainilla para flanes,
pastas, galletas,
cualquier tipo de dulce.
Aquí tenemos la gelatina
que ya está bien hidratada,
importante, que esté bien hidratada
y con el calor se fundirá,
con el calor de la leche.
Ahí va.
Ya está, patapam.
Ahora, vamos a poner el madroño.
Hay que decir que el madroño,
ahora lo ponemos y lo trituramos,
veréis la cantidad de pectina
que tiene porque
es la fruta que más pectina tiene
si no recuerdo mal.
Y espera, antes que nada,
cómo va el crumble,
hay que darle una vuelta.
Sí, dale una vuelta.
Mirad, antes de esto.
Me ha quitado el cacharro.
Mirad.
Cogemos ahora está bien tostado,
pues le damos una vuelta más
para que quede más...
Más suelto
porque ahora en caliente,
sí, en frío es más difícil.
Y se queda como una arena.
La verdad es que le vamos a dar
menos de siete minutos
porque le queda menos.
Depende a veces del calor del horno
y lo teníamos aquí muy caliente
y así nos quedará muy suelto.
Vale, y así la cocción también
toda uniforme, nos quedará igual.
Ahora, dentro,
lo dejamos unos minutos más,
tres,
cuatro minutos más y ya está.
Vale.
Venga, perfecto, vamos allá,
Javier ya puso el madroño
y lo que haremos será triturar
y no lo vamos a colar.
No.
Mira cómo va espesando,
ya está, ya está espeso.
Parece una crema inglesa
o unas natillas.
Mira, si ahora lo dejamos
aquí un momento,
mirad lo que pasa,
y eso es la pectina,
ni la manzana,
no creo que haya ni una fruta
que tenga tanta... Fijaos.
Es un flan.
Y no hemos hecho nada.
Se ha quedado como un flan,
pero qué hay que hacer ahora,
darle un varillazo y ya está
y vuelve a su estado natural.
Había muchos madroños,
pero alguien se los ha comido,
no sé quién, pero ya no quedan.
Si lo cogemos con cuidado,
fijaos, Javier, Javi.
Sí, fijaos.
Se puede cortar.
Mira, mira, es como un flan.
Se puede cortar.
Increíble, eh.
Increíble, es superbueno el madroño
por eso se usa tanto
para hacer confituras.
Y mermeladas, pero ahora,
si le damos
un varillazo, ya está.
Vuelve a su estado normal.
Exacto.
¿Quieres probarlo? ¿No?
Bueno, pues nada, pues no te doy.
Bien.
Venga, a ponerlo en los vasos.
Vamos a ir rellenando.
Lo hacemos individual
porque así cada uno
puede coger su vasito
y toma su postre.
Esto se podría servir
tal cual, pero nosotros
le daremos la vuelta
porque lo enfriaremos
porque siempre hay que enfriarlo
para que cuaje,
que quede bien cuajado.
Terminamos de hacer el crumble,
pero luego a la vuelta
lo decoraremos y le pondremos
algo muy especial.
Voy a sacar el crumble
que no se queme
y eso a la nevera.
Ahora se deja enfriar muy bien,
por lo menos, dos, tres horas
hasta que esté bien cuajado.
Y el crumble también porque si no,
no queda el tipo de tierra,
de arenilla que queremos que quede.
La vamos a sacar de aquí,
del papel y estirarla
encima de la tabla
que se vaya enfriando
lo antes posible, ahí está.
Vamos a ponerlo
en una bandeja y a la nevera.
Crumble, "panna cotta"
y el toque Torres.
Fijaos, pasaron dos horas y media,
ahora está, la gelatina hizo efecto
y está frío
que es como tiene que estar.
Y luego, sabéis que el madroño
al tener tanta pectina
lo que hace
es que solidifica también.
Haremos un tartar de plátano
de Canarias que nos va muy bien
en este caso y le pondremos
un pequeño tartar, ya veréis,
haremos un montaje
diferente, peculiar
y con toque Torres,
ya sabéis que nos gusta mucho
el plátano, pues haremos
un tartar con zumo de limón,
ralladura de limón.
Ahí está.
Que le dará frescor.
Es cremoso el plátano
sabemos que es muy cremoso
y combina muy bien con el madroño.
Correcto.
Aquí piel,
piel y zumo porque si no,
sabéis que el plátano
se oxida enseguida,
se queda negro
y un poco de zumo de limón
le va muy bien y la piel también.
Bueno, ahí va.
Plátano.
Zumo de limón.
Espera, que lo corto todo
porque haremos, ya verás,
se me ha ocurrido un montaje
que me pareció muy interesante.
Qué montaje.
Ya verás.
¿Nos sorprenderás?
Como siempre, yo como siempre
voy dándole
aquí a la olla, no paro.
Y también cogimos unas especias
que van muy bien que es
jengibre rallado y canela.
Canela, canela.
(CANCIÓN) #Canela, canela pura.#
Yo no sé qué me pasa
que oigo canela y me sale
esta canción a la cabeza.
Hacía tiempo ya,
desde el año pasado no lo decías.
Bueno, jengibre.
Hum, qué bien huele, en polvo
podría ser también que tiene
ese toque cítrico
también tan bueno.
Bueno, es un toque
especiado que le damos.
Venga, ahí.
Venga, suficiente.
Ahora, la canela, cane...
Dilo, no te cortes.
No, que me da vergüenza.
Venga, un poquito.
Venga, mezclamos bien.
Hacemos esta especie de tartar
fresquito, superfresco
y aquí ahora lo que hacemos
es llenar solo la mitad del vaso
porque la otra mitad...
¿Esta es la sorpresa
que nos tenías?
Esta es, qué te parece.
Vaya, estamos sorprendidos.
Hombre, ya lo sé,
ya me lo imagino,
ahora la otra mitad
la llenas con el crumble.
Venga.
Ya verás el montaje que haremos
que falta poner el madroño.
Claro.
Aquí predomina el madroño 100%.
¿Así te parece bien?
Correcto.
Muy bien, qué te parece a ti.
Está bien, correcto.
Ponle, voy a cortar
el madroño por la mitad.
Y yo buscaré una hierba verde.
Que es muy bonita.
Que será hierbabuena, seguramente.
El madroño eso sí,
tiene que estar al punto
que quiere decir
que si está verde, no vale.
Y si está
demasiado maduro, se deshace.
O sea, que venga, ya está.
Lo tenemos.
Sí, mejor que esté maduro.
Bueno, mira,
voy a poner uno entero
que lo ponemos aquí al lado,
lo voy a poner entero.
Hierbabuena.
Trac.
Y estos están maduros
que se me deshacen en las manos,
es lo que tiene.
Pero más vale así,
creo que más vale
que esté muy maduro
que no esté verde.
Venga, perfecto.
Ahí está, ya habéis visto.
Ya veis qué postre más bueno
y más de temporada porque
el madroño es temporada, temporada.
Vaya arrozaco que nos hemos marcado
aquí con mucho morro
con setas y guisantes lágrimas
que estaban brutales.
Y luego, "panna cotta"
de madroños que es una gozada
ir a buscarlos
y, sobre todo, hacer el postre.
Siempre hay
un buen motivo para cocinar.
Gracias por estar ahí, adiós.
Hasta el próximo programa.