Aunque el experimento me resultó divertido no estoy de acuerdo en que sea la mejor forma de determinar quién prefiere el amor y quién el dinero. Si yo veo en un banco un billete de 20 euros y un ramo de rosas aparentemente abandonados es lógico que piense que el ramo es un regalo que alguién ha olvidado y ¿quién soy yo para estropear algo asi? Las rosas no son precisamente baratas y ese era un ramo muy bonito y cuidado... Pero ah, el billete. El billete es otra cosa. En la vida muy pocas veces nos sonríe la fortuna poniéndonos delante dinero gratis, asi que cuando lo vemos lo cogemos casi sin pensar. Es algo natural.
En definitiva: aunque divertido, este experimento no me parece ningún indicativo fiable de quién prefiere el dinero al amor. Era lógico dejar el ramo y coger el billete. Si acaso hubiera sido una sola rosa sin ningún adorno... Porque personalmente conozco pocas cosas más hermosas que una rosa roja en el cénit de su juventud. Probablemente entonces yo habría cogido la rosa, aunque también el billete, claro.
Un programa fabuloso. Uno de los pocos que sigo cada semana sin falta, junto con Masterchef.
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Aunque el experimento me resultó divertido no estoy de acuerdo en que sea la mejor forma de determinar quién prefiere el amor y quién el dinero. Si yo veo en un banco un billete de 20 euros y un ramo de rosas aparentemente abandonados es lógico que piense que el ramo es un regalo que alguién ha olvidado y ¿quién soy yo para estropear algo asi? Las rosas no son precisamente baratas y ese era un ramo muy bonito y cuidado... Pero ah, el billete. El billete es otra cosa. En la vida muy pocas veces nos sonríe la fortuna poniéndonos delante dinero gratis, asi que cuando lo vemos lo cogemos casi sin pensar. Es algo natural. En definitiva: aunque divertido, este experimento no me parece ningún indicativo fiable de quién prefiere el dinero al amor. Era lógico dejar el ramo y coger el billete. Si acaso hubiera sido una sola rosa sin ningún adorno... Porque personalmente conozco pocas cosas más hermosas que una rosa roja en el cénit de su juventud. Probablemente entonces yo habría cogido la rosa, aunque también el billete, claro. Un programa fabuloso. Uno de los pocos que sigo cada semana sin falta, junto con Masterchef.