Las niñas vienen derivadas por su centro educativo, la policía o su entorno familiar. Cuando llegan ni siquiera reconocen que han sufrido malos tratos. 460 menores fueron víctimas de violencia machista 2014. Esta terapia de grupo les abre los ojos. Las victimas recuperan su autoestima y aprenden a detectar los comportamientos dañinos para no volver a permitirlos.
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