Domingo a las 09:15 horas
Para mí, es una fiesta principalmente una fiesta familiar,
una fiesta de alegría, donde estamos toda la familia en la mesa,
donde se abren las puerta de casa, se reciben invitados...
Es una noche especial, es la fiesta de la libertad,
pero donde se cena distinto a lo que se cena en el resto del año,
donde se hacen preguntas, respuestas, canciones, juegos...
Bueno, como Pésaj, simboliza justamente eso,
nuestra liberación,
yo, personalmente lo vivo más como una liberación espiritual
hoy en día.
Y bueno, lo que simboliza es el mar abriéndose
y que nuestro camino a la libertad sean caminos floridos.
Mi recuerdo siempre era la reunión familiar,
con los primos, ir a casa de mi abuelita,
a la cual le encantaba hacer arreglos florales.
acomodando sus flores con un cariño, con un amor, con una dedicación,
que seguramente eso que me marcó.
Sí, los olores han marcado mucho los recuerdos de mi infancia.
Para mí, la casa de mi madre siempre olía,
tanto en shabat como en Pésaj, de forma diferente.
Y esos olores me gustaría, me gusta reproducirlos
y que mis hijos tengan esas sensaciones sensoriales,
como las que yo viví, porque para mí las recetas de mi madre,
de mi suegra, de mi abuela, son las que han marcado mucho mi infancia
y yo intento reproducir esas recetas en mi casa y en mi cocina.
(CANTAN "MAH NISHTANA")
Yo, que tengo la suerte de ser hija de mamá sefardí y de papá askenazí,
tengo el privilegio de tener sabores específicos de cada uno.
Y la verdad es que en una cena askenazí,
principalmente el plato estrella es el matzo ball.
Son unas bolitas de matzá, que se sirven en un caldo de pollo
muy sabroso.
Efectivamente, a los niños les encanta.
Luego tenemos un pescado, que se llama gefilte fish,
que se acompaña con jrein,
es un pescado que se sirve con verduras y con jrein,
y eso es lo típico, aparte de la matzá, lógicamente,
en la cena askenazí.
(CANTAN "ABADIM HAINU")
Cada vez que las hago,
tengo el recuerdo de los Séder con mis abuelitos.
Y más que todo, hoy que soy mamá, transmitir eso a mis hijos
como ellos me lo transmitieron a mí.
Y que Dios quiera puedan transmitirlo ellos a sus hijos también.
Es una vivencia especial, diferente,
eso te hace valorar también más tu día a día.
Entonces creo que es un ejercicio también.
Cuando vives la ausencia de algo, valoras más lo que sí tienes.
-Exactamente, hoy día hay muchos productos manufacturados
que intentan imitar a los productos con harina,
pero yo creo que lo bonito es marcar la diferencia,
que solamente son ocho días y se puede prescindir perfectamente
de estos productos.
Por ejemplo...
La mía que tenemos en casa, es donde se ponen los distintos elementos,
alimentos que simbolizan la salida del pueblo hebreo de Egipto.
Exacto, porque en hebreo hay que leerlo,
pero yo creo que es importante que a los niños les quede muy claro
cómo fue esa salida de Egipto
y para nosotros es miztvá recordar a diario
y que nuestras generaciones lo sigan recordando,
cómo se vivió y lo que pasó en la historia de nuestro pueblo
hace más de 3000 años.
Totalmente, totalmente. O sea, creo que es maravilloso
el poder expresar de alguna manera, ya sea con un arreglo floral
o con la cocina, con lo que hagamos, siempre pongamos el corazón en ello.
Damos ese toque para cada fiesta.
¿Cómo lo viven? Primero, sabiendo qué hay que comer,
un alimento que no se puede comer se reemplaza por otro,
como la matzá, las galletas de matzá.
Segundo, preparando todo porque la verdad es que cuando uno
abre su casa, recibe a toda la familia y amigos,
entonces hay que ayudar.
Hay trabajo, pero con gusto, con mucho cariño y con gusto.
-En mi casa empezamos varias semanas antes.
(RÍEN) Porque la limpieza en esa búsqueda
del jametz a conciencia al final participamos toda la familia.
Y luego, con los preparativos de las compras,
los productos kosher de Pésaj.
Y luego, pues intentando que en la cocina huela a Pésaj.
(RÍEN)
Eso es lindo. Al venir yo de fuera, intento algunas de las noches
recibir a todo el que sé que está aquí sin familia,
así como hay familias aquí que nos han adoptado a nosotros
y nos abren las puertas de su casa siempre.
-Pero bueno, lo importante es que los niños interactúan,
todos en la mesa de Pésaj, toda la familia interactúa,
con preguntas, con respuestas, con canciones,
y las famosas preguntas de los niños, que eso es tan bonito.
-Sí, yo creo que lo lindo también es que todos tienen su turno,
en casa, por lo menos, lo que hacemos es que cada uno lea una parte,
tanto en hebreo como en español para que sepamos lo que estamos diciendo
y que todos efectivamente participemos.
-Bueno, y un clásico en mi casa es "Los 10 mandamientos",
la película de "Los 10 mandamientos", que al final termina de completar
un poco "El Hagadá de Pésaj. -Eso está muy bien.
Efectivamente.
pero bueno, eso es lo lindo, eso es lo que diferencia Pésaj
de otras fiestas nuestras, aparte del sentido que se le da,
pero que los niños pregunten, que participen,
que estén activos todo el Séder, toda la noche, eso es muy importante.
Bueno, a veces era dinero,
pero que les hace tantísima ilusión a los niños.
Recuerdo un Séder que celebramos en Turquía,
que es de donde viene la familia de mi marido,
éramos como 120 personas. Vinieron de todas partes,
de México, de Perú, de Israel, de Estados Unidos, fue precioso.
Y recuerdo que Berith, mi niña pequeña,
fue la que encontró la matzá, con lo cual, bueno,
eso no se le va a olvidar en la vida. -Qué bonito.
la víspera, que se hace la búsqueda del jametz,
que los padres lo escondemos detrás de rincones de la casa,
y los niños ahí se lo pasan realmente bien
porque siempre el que más tenga es el que gana.
Y vamos a oscuras, con una velita, es muy divertido, la verdad.
Los niños lo viven muy intensamente.
(SUSPIRA) Los olores, los olores, los sabores,
la mesa con toda la familia. Eso es lo que llevaré de Pésaj.
Y Dios quiera que mis hijos puedan llevarlo y transmitirlo
a los suyos también.
Yo creo que, sobre todo, somos esclavos de nosotros mismos.
Muchas veces nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros hábitos,
nos torturan.
Y creo que lo más importante para comenzar con una verdadera liberación
es conseguir esa.
-Y liberarse a lo mejor de lo más material
y pensar en lo que es realmente importante.
Que sigamos transmitiendo a nuestros hijos
de generación en generación este mensaje,
que es relatar la historia de la salida de Pésaj
y aunque llegue el mesías, que sigamos relatándolo
porque forma parte de la historia del pueblo de Israel.
con favor de Dios, que el día de mañana mis hijos
y los hijos de mis hijos y mis bisnietos
y de generación en generación, que esto siga repitiéndose.
Con el olor de mi casa, pero sobre todo también,
que mis hijos sepan abrir también las puertas de sus hogares
a esas personas que están más solas
y que siempre tengan a la familia presente y a sus seres queridos,
tanto en esta festividad, como en todas.
Gracias por invitarnos. -Gracias.
-Muchas gracias a ti.
Este año hemos querido compartir con ustedes las vivencias de tres mujeres judías con muy diferentes orígenes y que celebran Pesaj basándose en la misma tradición milenaria.
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Muy interesante, con calidad y amoroso mensaje