Episodio 269

Blanca recibe una petición de la reina: que sea una de sus damas. El secretario de su majestad le dice que solo necesitan la aprobación del marido de Blanca: Rodolfo. Cristóbal no ve adecuado que ella acepte y eso provoca fricciones en la pareja. Celia se reúne con el inspector Velasco y éste le cuenta que Clemente queda descartado como el asesino del talión. También le comenta que ha hablado muy mal de ella. Diana recibe el encargo de cancelar los negocios de la fábrica de tejidos con el ejército inglés y el francés. A cambio deberá contactar con los alemanes. Diana no sabe cómo podrá hacerlo. Su contacto le dice que pida ayuda a Rodolfo. Y cuando los ingleses cancelan el contrato, Salvador se enerva porque desconoce los planes de su mujer. Adela y Germán disfrutan su reciente paternidad cuando reciben la visita de la tía Adolfina, que ha llegado para revolucionar al bebé. Más tarde reciben un muñeco decapitado y, con horror, están convencidos de que ha sido Carolina. Germán le advierte que si les hace daño, la matará. Bernardo afronta su primer día de trabajo en la Villa de París. Todo parece ir bien hasta que don Ricardo le amenaza. Carlos se reúne con don Ricardo. Éste quiere invertir en la fábrica de munición que el chicho ha heredado en Nüremberg. Cuando se lo cuenta a Sofía y a Elisa, la pequeña Silva está a favor y su esposa en contra. Entonces Sofía delata a su amiga y le cuenta a Celia que se quiere marchar tras José María. Antonia quiere vender el Ambigú y Enrique se muestra reacio. Parece que la llegada de Gabriel convertido en conde ha traído más de un quebradero de cabeza. Y cuando el chico le pregunta a Rosalía por las señas de Francisca, don Luis le escupe a la cara que su mujer está embarazada.