Martes a las 21.00 horas
De una manera muy tonta... (RÍEN)
Muy de adolescente, vamos.
Porque el amor y el despecho nos vuelve niños verdaderamente.
Coinciden en una ópera, en un estreno de opera,
que le pone, especialmente, irritada que el otro vaya con su esposa.
Entonces, se le ocurre, para darle celos,
ya digo una cosa muy niña, contratar a un escort,
a un gigoló para que la acompañe.
Pero resulta que ella, simplemente,
quiere lucir a ese bombón delante del otro,
pero las cosas se complican de una manera inesperada y violenta.
Ahí empieza la novela en realidad.
No tiene nada que ver con una novela policiaca,
pero sí que tiene una estructura de thriller o de intriga,
es una de intriga emocional, digamos.
Sí, aunque es el más ligero.
Es verdad que es uno de los temas, pero, sobre todo,
es el tema...
de la dificultad para tomar las riendas de tu vida,
de cómo salir de la miseria,
de la gente que está en un borde entre perderse
o quedar de este lado de la vida, del lado legal y con futuro.
De tantas, efectivamente, de tantas maneras de perdernos
que tenemos del fracaso, del fantasma del fracaso,
del paso del tiempo, por supuesto, del miedo a la muerte,
pero también del miedo a la vida, del miedo a cierta manera de vivir.
Como te decía, Óscar, en realidad, la novela es muy tensa,
tiene una tensión como de intriga, como de thriller,
aunque insisto que no es una novela policiaca,
aunque hay violencia y hay sangre y hay mentiras y hay persecuciones,
pero si revelo una cosa, me lo cargo.
Una de las cosas que tiene la novela, yo creo, espero no sonar pedante,
pero me parece que es original.
Creo que el lector no puede adivinar lo que va a pasar después.
Entonces, si lo cuento, me cargo toda la estructura
de la tensión narrativa del libro.
Aparte de que pasa el milagro y el sufrimiento de la carne,
porque esta novela también es una novela de amor.
Quizá la novela, de todas las mías,
la novela más claramente de amor que he escrito, de amor y de sexo.
por eso se llama "La carne",
es la carne que nos lleva a la gloria y la carne que nos mata también.
Bueno, hay otros párrafos más tórridos, debo decir.
Sí, porque yo creo que no hay que abusar.
(RÍEN)
Creo, además, que la tensión erótica es mucho más fuerte
si se queda un poco velada, si se queda un poco en la sombra.
Hay como una promesa
y luego queda más en la imaginación del lector,
es decir, no me gusta.
Me gusta, en todo caso, el erotismo y no la obscenidad.
Estaba obsesionada con ser escritora,
entonces, supongo, que es, un poco, una manera más gráfica de serlo,
así que sí, sí, sí, estaba, sobre todo, escribiendo historias
más que dibujándolo.
Pero sí, era lo que más me gustaba.
Luego, está obsesionada con "Harry Potter"
y como la escritora era millonaria, ese era mi plan secreto.
Estudié Bellas Artes en Pontevedra cuatro años
y entré ahí con la pretensión de ser pintora o algo por el estilo,
pero, al final, como que me di cuenta que no era lo mío.
Entré en contacto con gente que hace cómic a día de hoy también
y supongo que también hicimos un poco de piña,
empezamos a hacer fanzines juntos y bueno, luego ya, cada cual,
empezó a hacer sus proyectos más personales también.
Yo diría que mis historias son, sobre todo, autobiográficas,
tratan sobre cosas que me han pasado o me podrían pasar
o le han pasado a gente de mi entorno.
Creo que uno de los temas más importantes es la frustración,
de cualquier tipo,
ya sea por una relación frustrada o tu día a día,
pero todo desde un punto de vista sarcástico,
como para tomarte esas cosas que te están fastidiando día tras día
con humor y, no sé, es una manera de superarlas, para mí, hacerlo así.
Llevo siempre encima una libreta o lo apunto en el móvil.
Cada vez que se me ocurre algo, lo apunto.
Tengo una libreta llena de notas.
Tengo algunas a las que les voy dando prioridad,
porque me apetece más dibujarlas o lo que sea,
pero también apunto muchas frases
o cosas que dice alguien en un momento que me hacen gracia,
cualquier cosa, las apunto y voy tirando mucho de ahí.
Para mí, lo que supone es bastante libertad,
porque tú lo dibujas, tú lo escaneas, tú lo imprimes, tú lo grapas
y tú lo llevas a una feria y tú mismo lo vendes.
Entonces, eso puede ser la fuente de todas tus alegrías
y de todas tus desgracias. (RÍE)
Quiero que esto tenga algún tipo de fruto en algún momento,
entonces, me lo curro a tope, como puedo.
Intento sacar cuantas más cosas mejor,
moverlas lo más que pueda...
Soy muy pesada con las redes sociales y todo esto,
estoy todo el día publicando cosas en Instagram, pero bueno,
también porque me divierte hacer eso.
Antes no descartaba nada, antes lo que hacía era lo que sacaba,
pero ahora sí que estoy empezando a descartar cosas
y creo que eso también es una buena señal.
Supongo que va algo asociado a la madurez.
Una vez que alcanzas una madurez en tu trabajo y como persona también,
supongo que, si trabajas y te lo curras, supongo,
quiero pensar, esto va rodado, pero no lo sé si es así o no,
ya lo veré.
Soy más lector que escritor.
Si no fuera lector, no podría escribir.
Mi actividad fundamental es leer.
-Habían trabajado como niñeras para familias de la alta sociedad.
-Escribir un libro me parece dificilísimo.
-Resulta que se mete en más líos. (RÍE)
-Yo suelo leer, fundamentalmente, en la cama.
Soy un lector horizontal.
Bueno, y tú y yo... (RÍEN)
Decía Oscar Wilde que lo malo no es que envejezcamos,
lo malo es que no envejecemos
y se refería a que por dentro siempre tenemos 16.
Yo, desde luego, yo creo que tengo 12.
Pero hay, cada vez, una fisura mayor entre la realidad física
y ese yo interior que siempre es niño.
Entonces sí,
Soledad está muy obsesionada por el paso del tiempo
y está muy obsesionada por la muerte.
De todas maneras, también creo
que, a pesar de que el libro trata temas muy graves, realmente,
temas graves y temas dolorosos,
creo que lo hace de una manera bastante humorística.
Hay una manera, hay un humor negro, digamos,
que empapa todo el libro.
Exacto, eso se dice muchas veces...
Y suele ocurrir, sí, suele ocurrir.
Patético, y no solo ya en eso, en esa disfunción con la edad,
sino también inadecuado.
Otra de las cosas que le pasa a Soledad
es que ella siente que la vida le ha tratado mal
y siente que ese maltrato de la vida le ha colocado fuera de la sociedad.
Se siente, completamente, distinta a todo el mundo,
entonces, se siente inadecuada, en realidad.
Eso es ser, un poco, como un marciano,
ser, un poco, como una maldita.
De hecho, ella está preparando una exposición de escritores malditos
y se habla de varios escritores malditos
y es, un poco, como el trasunto de ella misma.
Es decir, vivir la vida sin ser capaz de vivirla en su plenitud,
en su totalidad, sintiéndote como los demás,
sino vivir la vida sintiéndote un marciano.
En todas mis novelas, siempre reivindico el monstruo,
me gustan los monstruos.
Creo que todos somos un poco monstruosos,
creo que la normalidad no existe.
La normalidad es, en realidad, lo normativo,
lo que quieren intentar meternos
para que entremos en ese troquel de lo normativo.
Creo que todos somos, de alguna manera, divergentes
y a mí, por lo menos, solo me gusta ese tipo de gente.
Entonces, mis personajes son así y esos malditos...
Me encantan las historias que cuento de los personajes malditos,
son alucinantes y son verdad todas, de los escritores malditos,
menos una, una historia que me invento, de una maldita,
pero todas las demás son verdad.
Bueno, no necesariamente.
Philip K. Dick, por ejemplo, me gusta muchísimo.
También menciono, en un momento determinado, a Patricia Highsmith,
que me gusta muchísimo como escritora.
Hay algunos que me interesan, pero otros, simplemente,
me gusta o no me gusta, me parece fascinante,
su peripecia de maldito simplemente,
es decir, su biografía me parece curiosa.
Sí, creo que sí, es lo que te decía antes,
esa especie de inquietud,
de no estar del todo cómodo contigo mismo, de sentirte fuera.
Cuando te sientes fuera, cuesta mucho llegar a comprender
que no es culpa tuya y que, de alguna manera,
esta sociedad está llena de gente así.
Más que frikis, creo que son tontos.
Si son frikis, son malditos de verdad.
(RÍEN)
Cuando yo escribo,
suele ser surgido por una necesidad íntima.
Yo no pienso en un público selecto
o en un público, digamos, de multitudes,
no pienso en ninguna de las dos cosas,
pienso en expresar lo que yo quiero decir
y trato de hacerlo del modo más sencillo posible.
Les aconsejo que lean otros autores, que se olviden de mí.
Un consejo muy sincero, sí.
Olvídense de Borges, hay tantos otros muy superiores...
(NIÑO) Aunque queda poco para empezar el cole,
yo sigo de vacaciones en Suecia,
porque así se llama el libro que estoy leyendo.
Va de un niño de seis años que viaja al sur de ese país
para pasar el verano junto a su abuela y su prima Kaja.
¡Es muy divertido!
-Pues yo, Miguel, estoy leyendo "Silencio... se sueña" y me encanta.
Son 24 cuentos protagonizados por chicos y chicas jóvenes
que se parecen a mí a ti, a cualquiera de nosotros.
Todo muy real, como nuestras vidas.
Lo primero, debo decirte, Óscar, creo que la madurez del escritor
pasa, precisamente, por ser cada vez más libre y, entonces,
tengo la sensación de que voy rompiendo mis propias barreras
de represiones y de convenciones literarias
y que cada vez escribo más libremente y, desde luego, con esta novela
me he sentido libérrima, entonces, de repente,
tenía que aparecer yo, mi personaje, además, visto desde Soledad,
que a Soledad le caigo muy mal... (RÍE)
Soledad me pone bastante mal, con cierta razón, debo decir.
Lo que dice no está lejos de la realidad,
no está nada lejos de la realidad.
Me venía bien, viene bien para un par de cosas,
para hablar, un poco, de lo que es la escritura
y de lo salvadora que es la creación
y para hablar también de eso, de la distancia,
cómo Soledad, como te decía antes, se siente lejos de todo el mundo
porque ella piensa que si los otros han tenido una relación de verdad,
una relación estable,
han tenido un tesoro que ella no ha podido alcanzar.
Me he sentido tan libre,
hasta de esa cautela que tenía antes, me he sentido tan...
Tan bien, tan cerca de Soledad y tan lejos, al mismo tiempo.
Me he sentido con un poderío,
en el dominio de la distancia narrativa,
especialmente bueno, así que estoy muy contenta.
Sí, esa es la presión del entorno,
una manera más en la que Soledad se siente...
Se siente distinta.
Hay una escena en la que están sus compañeros del mundo del arte
y, efectivamente, la rodean y empiezan a decir:
"¿Tienes hijos?", "No"...
Esos comentarios tan comunes
que muchas mujeres sin hijos sentimos,
como si todo el mundo te obligara a decir
por qué no tienes hijos o por qué tienes hijos.
pero esta es más especial por esto que te he señalado.
Es, obviamente, es distinta, muy distinta a las demás
en cuanto a la distancia con lo narrado.
Es decir, es, nuevamente, una novela muy cercana a mi entorno.
Es una novela, digamos, biográfica de mi mundo,
que no autobiográfica de mi vida, pero sí de mi mundo.
Dale, dale.
(RÍE) Hablé con uno.
Hablé con uno al que le doy las gracias al final del libro
y al que tengo que llamar, cuando tenga ejemplares,
para dárselo. (RÍEN)
Supongo que vendrá a la presentación.
Si estáis en la presentación y os fijáis en un tío guapetón,
a lo mejor, es. (RÍEN)
Óscar López invita a Rosa Montero para hablar de 'La carne', una novela que se adentra en el mundo de la prostitución masculina, pero que sobre todo es una reflexión sobre el hecho de envejecer. En la sección Los Otros, la autora de cómics Roberta Vázquez explicará cómo es su proceso creativo. Además, Página Dos conmemorará el 30 aniversario del fallecimiento de Jorge Luis Borges.
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