2015-2016
Sebastián Olmos es un campechano y peculiar cabo de la Guardia Civil que trabaja en el cuartel de su localidad natal, Ezcaray. Agustín Robles, un teniente del grupo de acción rápida (GAR) que se ve obligado a quedarse en el mismo pueblo. Ambos forman 'Olmos y Robles', una extraña pareja condenada a entenderse.
Los secretos del rodaje, en "Olmos y Robles, documentos clasificados".
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Temporada 1
Comedia, emoción, suspense y acción policial para una serie llena de crímenes, robos, secuestros, chantajes... en los que nada es lo que parece y en los que el culpable solo se descubre al final. Pepe Viyuela y Rubén Cortada encabezan un reparto que se completa con Pilar Castro, Ana Morgade, Álex O’Doherthy, Enrique Villén, Andrea Duro, Santi Marín, Luis Miguel Seguí y Asunción Balaguer.
Temporada 2
Tras pasar seis meses en una Unidad del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, el teniente Robles vuelve a pedir el traslado a Ezcaray, junto a su compañero Olmos, para resolver el caso más importante de su vida: descubrir quién es el asesino de sus padres. Al elenco formado por Pepe Viyuela, Rubén Cortada, Ana Morgade, Pilar Castro, Álex O’Dogherty, Asunción Balaguer y Enrique Villén, se incorporan Elisa Mouliaá, Alfonso Lara y Elena Alférez.
Soy periodista. Llevo un año tras la multinacional española
que está a punto de firmar
un megacontrato armamentístico con la OTAN.
Había reunido todas las pruebas en un solo informe.
¿Qué es lo que quiere, teniente?
¿Es una investigación abierta o privada?
Sabía que estabais buscando a Garrido y que era una misión no oficial.
Garrido me ha dicho que abandone el hotel esta noche.
Es ahora o nunca,
y lo sabes.
Global Ultratec está a punto de firmar con la OTAN.
Quiero destapar esta red
y esta vez no quiero fallar.
¿Vas a solucionar nuestros problemas?
Empezando por la pareja de guardias civiles.
-Me ocuparé personalmente.
Si tu padre no hubiera querido que alguien lo encontrara,
lo habría guardado en un microfilm.
En aquellos años no había un "pendrive".
Igual estuviste mucho más cerca
de lo que crees y no lo has visto.
Puede que acabes conmigo,
pero no podrás con Robles y Olmos.
Te he traído para contarte una historia
sobre un padre y un hijo.
Date la vuelta.
Despacio.
De rodillas.
(Disparo y golpe al caer)
(Música de cabecera)
(Móvil)
Teniente.
Y fui bastante clara.
Lo que ha hecho es una falta de disciplina muy grave.
No lo voy a consentir.
¿Qué?
"¿Dónde?".
¿Ha visto el material?
"¿Tiene nombres?
Por eso Garrido ordenó matar a su padre.
Dejemos que de eso se encargue la justicia.
"No, Robles, escúcheme, lo que va a hacer...".
Voy a avisar a Garrido.
Juan Olmos, ese es el nombre de tu padre, ¿no?
Justamente... es lo que te voy a contar.
Conozco a tu padre mucho mejor de lo que te imaginas.
Aunque no quieras, me vas a escuchar.
Por eso estás aquí,
si no, ya estarías muerto.
¿Qué sabes de la muerte de tus padres?
Responde a mi pregunta.
¿Qué sabes sobre la muerte de tus padres?
(Móvil)
Perdona.
Oh, es Isa. Tu Isa.
Nuestra Isa.
Querrá saber dónde estás y cómo te encuentras.
-Señor.
Paciencia, cabo primero, paciencia.
-Robles ha encontrado el microfilm.
Y es peor de lo que pensábamos.
-¿Dónde está? -Regresando a Ezcaray.
Quedó con la jueza para dárselo. -Quiero el microfilm
y también a las dos mujeres. Vivas.
Es un pueblo pequeño, no podemos llamar la atención.
Este es el teléfono de Olmos.
Manda un mensaje a Isa citándola en su casa.
Manipula el móvil de Robles y manda un mensaje a la jueza
para que vaya a casa de Isa a la misma hora.
-Sí, señor.
estaba casi sin batería.
Ay. ¿Por dónde íbamos?
¡Ah, sí! Ya recuerdo.
Por el incendio, es verdad.
Pero no fue un accidente.
Quiero decir que, al igual que tú,
yo también le debo la vida a tu padre.
¿Lo reconoces?
Dijo que lo habías hecho tú, que dibujabas muy bien.
Hubo un incendio en el crucero a las 9 de la noche.
Tu padre llevó nadando a tu madre hasta la orilla.
Luego me llevó a mí...
porque yo también viajaba en ese crucero.
Estuvimos horas esperando a que alguien viniera a buscarnos, pero...
nadie apareció.
Y tu madre...
murió.
Es a tu madre a quien le diste este dibujo, ¿verdad?
Toma, Cata, aquí tienes tu discurso. -Ay, qué bien, maja, qué nervios.
Es que no había estado delante de tanta gente mirándome... nunca.
Bueno, sí, el año pasado, en la final de karaoke de las fiestas,
estaba la plaza a reventar.
-Si algo no te gusta o te chirría, lo puedes cambiar.
-No, va a estar perfecto.
Y ya tenemos lista la caravana.
Y hemos repartido todas las octavillas nuevas.
-Ya. Cata, yo lo siento, pero... no voy a ir al mitin.
-¿Por qué?
Ya, por lo del video de Damián, ¿no?
Por haberme acostado con ese cenutrio y por no habértelo contado.
-Lo siento, de verdad, pero es que... No puedo, Cata.
-No te imaginas lo arrepentida que estoy.
Yo sé que no tengo perdón.
-Cata, yo creía que éramos amigas. -Y lo somos.
Lo somos, ¿no? -Las amigas no se mienten.
-A ver, maja, todo el mundo miente, todo el mundo.
El que no es porque cría malvas.
¿No me mentiste con lo del prometido
que luego estaba muerto?
-Eso era una mentirijilla, Cata.
-Ya está, las amigas se mienten a veces.
Pero luego se perdonan
cuando se disculpan porque se han dado cuenta de que
se han portado mal
y que le han hecho daño a la otra persona, ¿no?
-Ya, Cata, pero yo no soy como tú.
Tú tienes más amistades, yo no. Amiga, amiga...
solo te tengo solo a ti.
Y además, no solo por lo que me has hecho a mí,
sino que has podido tirar a la basura todo el trabajo
para las elecciones. -Ya.
¿Tú te crees que yo eso no lo sé?
Pero dame otra oportunidad. Perdóname.
-Cata, no puedo. Lo siento, no me sale.
-No, si lo entiendo.
Isa, quiero que sepas una cosa.
Si yo he llegado hasta aquí, ha sido gracias a ti.
Y si yo, por lo que sea, llego hasta el final,
también va a ser gracias a ti.
Y que ya sé que la he cagado,
pero, si a mí me dan a elegir entre la alcaldía y mi mejor amiga,
pues mira, que le zurzan a la alcaldía.
-Cata.
¡Cata! -¿Qué?
-¡Que cuentes conmigo!
-Ay, maja, lo había olido un poco, pero me ha dado vergüenza decirlo.
Estábamos completamente exhaustos ya,
cuando apareció un equipo de rescate, pero no oficial, sino de mi empresa.
Luego llevé a tu padre a mi casa de El Cairo,
hice que le investigaran.
Y, para mi sorpresa, descubrí que trabajaba para el CESID.
Y no cualquiera, sino uno de los mejores.
Le reclutaron ya en el servicio militar.
Allí destacaba en todas las disciplinas.
Obtuvo la puntuación más alta que se recordaba en el test psicotécnico.
Y físicamente era un fuera de serie.
Porque se lo debo a tu padre.
Primero, porque me salvó la vida.
Y segundo, porque lo que pasó en el barco,
aunque fuera indirectamente,
fue culpa mía.
El incendio del barco, en realidad fue un atentado,
iba dirigido a acabar con mi vida.
Yo le conté a tu padre que era traficante de armas
y que el atentado lo habían puesto en marcha
sus propios aliados, la CIA.
Él me preguntó si la CIA sabía que él,
un agente del CESID, viajaba a bordo.
Yo le contesté que sí, que por supuesto lo sabían,
pero les dio igual porque lo importante era su objetivo:
yo.
Una semana más tarde llevé a tu padre al sótano de mi casa,
donde tenía retenidos a los dos agentes de la CIA,
responsables del atentado.
Le di una pistola.
Y le dije que hiciera lo que quisiera.
Vació el cargador
sin pestañear.
Tu padre no.
Tu padre...
vive aún.
Solo cambió de vida y de nombre.
Y aquí.
Puedes pasar.
Toma, un regalo.
Olmos, te presento...
a tu padre.
Os dejo solos.
¡Vota P.A.R.R.A, oiga! El partido de la "jóvena" y el joven.
El partido del abuelo y la abuela.
¡Vota P.A.R.R.A, señoras y señores! ¡El P.A.R.R.A, el P.A.R.R.A!
Perdone, número uno,
esto de hablar en público me pone muy nervioso.
Esta mañana he estado a punto de ordeñar a Raimundo.
Le confundí con la cabra.
¡Vota a tu vecina! ¡Vota a Catalina! ¡U.V.A de Victoria!
-Mira quién está aquí.
¡Vota a la U.V.A!
El P.A.R.R.A, a las siete.
El del P.A.R.R.A a las siete y el mío a las cinco.
(AMBOS DISCUTEN)
-Sebas, ¿dónde estás?
-Tienes más faroles que una avenida.
¿Perdón?
A la orden.
Necesitamos a las dos mujeres. Envía el mensaje.
(Pitidos)
Señoría, en media hora la espero en casa de Isa.
(Móvil)
De camino.
No me llame al móvil.
Luego te explico todo.
Hasta ahora.
Mi nieta se ha comprado
un perro precioso, no recuerdo su nombre.
-Que le ponga el tuyo, así no te olvidas.
Buenas tardes, señoría.
Hoy a las cinco, Catalina Fresneda da un mitin,
es nuestra candidata del U.V.A. Está usted invitada.
-Es gratis.
-Pues muchas gracias, pero yo no soy de aquí.
-Ya lo sabemos, y más cosas. Se llama Nora Salgado,
es la juez de Haro y tiene cuatro hermanos.
-¿Y cómo saben ustedes eso? -Y su padre también es juez.
Y estudió Derecho en Salamanca.
-No, yo estudié Derecho en Madrid.
-Me refiero a su padre. -Se llama Lolo.
-No, mi padre se llama Francisco Javier.
-Se refiere al perro de su nieta, Lolo.
-Ah, pues un nombre muy bonito.
-Es listo,
guapo y de buena familia.
-¿Lolo o el padre de la jueza?
-Lolo. -Ah...
-¿Y creen que ganarán?
-Yes, "we can".
-(NORA RÍE)
(Móvil)
Hola, pasa.
-Robles me dijo que viniera aquí.
-Ah, pues Olmos no me ha dicho nada.
-¿Ah, no? Perdona, no quiero molestar, me voy.
-No, por favor, no molestas. Estoy esperando a Sebas,
a lo mejor es que vienen juntos.
-Sí, puede ser, pero es un poco extraño.
-¿El qué? -No sé...
Lo que tengo que hablar con él, no es el sitio más apropiado.
-¿Es de trabajo?
-Sí.
Voy a llamarle, me dijo que no le llamara,
pero voy a llamarle.
-¿Te apetece tomar algo?
-Sí, muchas gracias, un café. -Vale.
Te lo voy a preparar.
(Timbre)
Ay, mira, deben ser ellos.
(Grito de Isa)
-¡Andando!
-¿Quiénes son ustedes? -Cierra el maldito pico.
-Vale, vale. No me hagan nada, por favor.
-Venga, dentro. -¿Qué pasa?
Pero ¿qué es esto?
-Dadme los móviles. -Sí.
Tome.
Sé por la central que han hallado un cadáver. ¿Quién es?
(Móvil)
(ISA)"¿A dónde nos llevan?".
-(HOMBRE) Tapa la boca a esa".
"Una sola tontería y os mato. ¿Queda claro?".
(NORA) ¡No!
¿No vas a decir nada?
No tienes más remedio que escucharme.
Es la última oportunidad si quieres salir de aquí con vida.
No quiero matarte.
La única forma de evitarlo
es que te unas a Garrido y a mí.
Ven conmigo.
Hijo, ven conmigo.
Sí.
Tu madre está muerta.
Muerta por culpa de aquellos que se hacían llamar los buenos.
Por el llamado grupo de justicia.
Aquella noche murieron 93 personas,
93 inocentes.
No tienes por qué morir.
Ven conmigo.
Garrido está de acuerdo, no va a pasarte nada. ¡Nada!
Como tú quieras,...
hijo.
"My friend", ¿hacemos un pipi-pausa?
-¿Otra vez? No.
¡Eh, tranquilo!
Que las prisas no son buenas
para nada. -(ISA GIME)
(Claxon)
¿A que me quedo aquí?
(Gimen y dan patadas)
(AMBAS INTENTAN GRITAR)
Pita, pita, todo lo que quieras.
-Ni de coña, que me estoy meando.
"Come on", Braulio.
-Cállate. ¿Y esos ruidos? ¿No oyes unos ruidos?
Me ha parecido escuchar la voz de Braulio.
(Balbuceos de Nora e Isa)
¡Calla!
Y camina.
(Ruido)
Ya llevamos 20 minutos...
-No nos fijamos en la matrícula. -Aquí, el flojo, que me metió prisa.
-Yo creo que son los nuevos yogures que tomo.
-Has sido meón toda la vida. Ahora, con 80, ya me dirás.
-70 recién cumplidos.
(Ruido)
(Teléfono)
¿Qué es eso? ¿Qué es eso?
¡La batería!
(Pitido)
La perdimos...
Hija de puta...
¿Dónde vamos? -¡No, por favor!
¡No, por favor! -¿Dónde nos llevan?
-No, no... -No, por favor.
(Mugidos)
No, son las Alberto, el Chupachups.
-¿Os podéis callar? No oigo la grabación.
¿Alberto, el Chupachups?
-Sí, el hijo de Tobías, el Pirulí.
El cencerro suena diferente porque Chupachups los hace a mano.
-¿Qué dices? Si estás medio sordo. -¡Que son los del Chupachups!
(Móvil)
¿Y eso qué es?
Mire si pasa por la finca del Chupachups.
(Móvil)
-"Dentro de tres horas en la chopera de Botillos".
Trae el microfilm y te entregaré a las chicas sanas y salvas.
"Eso no me importa ahora".
Solo quiero que te quede claro la hora y el sitio.
Pero si pides ayuda a la central, entonces sí lo sabré.
Y las chicas, morirán.
No lo dudes.
Vamos a por las escopetas y os acompañamos.
Así me llamaban en la mili.
(RIENDO) ¿Qué? Os habéis quedado pasmados.
¿A que no me esperabais?
Teniente, acabo de llegar, ¿y me pones a currar?
Si lo llego a saber, me quedo en Chicago.
A la orden, teniente.
¿Tú tienes idea de qué quieren estos tipos de nosotras?
-Creo que sí.
Pero ahora debemos averiguar cómo salir de aquí, ¿vale?
-Vale, lo que pasa es que yo...
en estas situaciones me pongo un poco rarita.
-¿Rarita? -Sí...
Me entra ansiedad, hiperventilo y se me taponan los oídos.
Me pongo fatal.
Y además, tengo... ¡tengo que decir tacos
para soltarlo! ¡Hostias!
-Isa, Isa, Isa... -Perdóname.
Cabrones, gilipollas.
-Isa, tranquilízate, calma.
-Es que me pongo nerviosa. -Chist. Tranquila.
-Se me está taponando el oído.
(GRITANDO) ¡Ah! ¡Ah!
-Chist, tranquilízate, todo va a salir bien.
-¿De verdad? -Sí.
Chist, tranquila...
Tranquila, vamos a pensar, ¿vale? -Sí.
-Robles no fue el que me citó en tu casa.
-¿Cómo? -Se hicieron pasar por él.
-Pero a mí Sebas me mandó un mensaje
desde su whatsapp.
-Alguien quería que estuviéramos las dos en tu casa a la vez.
-Si no me mandó Olmos el mensaje, ¿quién me lo ha mandado?
¿Dónde están ellos? ¿Qué les ha pasado?
No me digas eso...
Ah... ¡Ah!
¡Alguien viene!
-Tú, te vienes conmigo. -¿Adónde me llevas?
-Ni una palabra más.
¡Vamos!
-Tranquila, nos quieren vivas. -¡Vamos, tira!
(NORA GIME)
-¿Y yo?
Para.
Date la vuelta.
Despacio.
De rodillas.
Domi está a salvo.
Te doy mi palabra.
Tú tampoco tienes por qué morir aquí.
Tú eres mi hijo.
Siempre lo serás.
Quieras o no.
Sebas...
Sebas, por favor, trabaja conmigo, vivirás.
Sé que te parece una locura, pero con el tiempo lo olvidaremos.
En serio.
(Disparo y golpe de caída)
Mira por dónde, hoy justo, en este hostal, acaba tu campaña.
Tienes harta a la clientela.
Y luego ya, si ganas las elecciones, me expropias el local,
que es lo que quieres hacer con medio pueblo y haces lo que te dé la gana.
Claro que puedo. -¡Atención todos!
-Escuchadnos todos.
-¡Fuera de mi hostal! Tú y los del P.A.R.R.A.
Tú y... -¡Callarse!
Isa, Nora y Olmos están en peligro, debemos encontrarlos.
-Un momento, ¿cómo que en peligro?
-Y gordo. Robles y su equipo ya están en ello.
Necesitan gente, aunque no quieren que intervengamos.
-Los han secuestrado, no sabemos dónde están.
Pero sabemos dónde empezar a buscarlos.
A 35 kilómetros del pueblo.
Ah...
Ah...
Eres tú...
-Hola, querida. -¿Dónde está Olmos?
-De nuevo nos vemos. -¿Qué le has hecho?
-La última vez, estabas haciéndome un "striptease"
en el hotel aquel de Logroño, ¿te acuerdas?
Me gustó lo que vi. -No me toques...
¡No me toques!
-Pero te quedaste dormida, pobrecita... ¿O no?
-No me toques. ¡No me toques! -Me gusta cómo hueles.
-No me toques.
-¿Y quién va a impedírmelo? -¡Cerdo!
-Ese lenguaje no te pega nada.
-Pues no sabes lo bien que me sienta, capullo.
Cerdo asqueroso... -Isa, Isa, Isa...
Con un poco de suerte,
y a diferencia de Robles y la jueza, tú podrás vivir un día más.
No me gusta dejar las cosas a medias.
Contigo... aún tengo una cita pendiente.
Pero no te preocupes, eso ya será mañana.
-No me toques...
(LLORA)
¡Mira!
Una caca de jabalí que me habla de las elecciones.
¿Quizá? ¿Cómo que quizá?
Nunca es por el pueblo, siempre es por ti.
Como tu padre y tu abuelo, estáis aferrados al cargo.
Pegados como percebes.
No, no, por favor. No puede ser, no puede ser.
Nos van a matar, Nora. Nos van a matar.
-Tranquila, tranquila. -Me lo ha dicho Garrido.
-¿Estás bien? -Sí.
-Siento que tuvieras que hacerlo. -Él tenía razón.
Nunca fui su padre. -¿Dónde está Olmos?
¿Dónde está Olmos?
-Digamos que ya... no está.
-Hijos de puta... -¿Qué?
¿Qué le habéis hecho? -En hora y media, saldremos de aquí.
Si todo va bien, pronto estaréis a salvo.
-No somos estúpidas, sabemos que no saldremos vivas de aquí.
Y Robles también lo sabe.
No me gustaría estar en vuestro pellejo cuando os encuentre.
-Vaya con la juez... -¡Jueza!
-¡Qué carácter!
-Pobre Olmos...
-¿Eres tonto? -¡Ay, ay!
-Un poco más y vengo a tu entierro. Anda, dame un abrazo.
Me cago en la leche...
-Mi cabo...
Garrido ha secuestrado a Isa y a Nora.
Las estamos buscando.
(Disparo)
20... Pero van en pareja, o sea, que son 10.
Ya, pero es que...
Si sabéis algo de las chicas, nos llamaréis, ¿verdad?
Estamos registrando el área
alrededor de donde perdimos la señal.
Malas noticias, hay cinco edificaciones.
Arrea, dame el fusil.
-Sí, pero no a una persona.
Ninguno.
Disparo antes de que se acabe el aire.
Exacto.
Sí, teniente.
(SILBA IMITANDO UN PÁJARO)
(SILBA)
(Alguien dice "chist")
(Alguien dice "chist")
(Disparo)
(Sollozos de Nora e Isa)
(AMBAS RESPIRAN ALIVIADAS)
Pensaba que no llegaba, teniente.
Estás vivo...
-Creo que cinco. -Cinco, sí, cinco.
-Más Muro y Garrido.
Están tardando mucho.
-Atenta a la puerta, Arrea.
Teniente, suerte.
Te toca, Arrea.
La madre que te parió.
-¡Eh, que no está, no le veo!
-¿Dónde te has metido?
¿Dónde estás?
Señor, las chicas no están.
-¿Cómo que no están?
¿Qué dices?
¿Qué ha pasado aquí?
-No lo sé, señor.
¿Qué has hecho?
-Lo siento.
-¿Qué pasa? ¿Nadie va a decir nada?
No sé, un chiste, un chascarrillo, algo.
¿Qué hacemos? -Seremos más útiles aquí.
Al menos, hasta que vengan los compañeros.
-Es Muro. -No dispares, ya oíste al teniente.
-¡El Cabo! ¡Está herido! -¡Olmos!
Espera aquí.
¡Eh, tú!
¿Dónde vas?
Gracias, Arrea.
Me parece que tienes toda la razón.
Lo hice...
Me importa una mierda.
Hazlo.
O voy a tener que apretar yo ese gatillo.
¿A qué esperas?
Dispara de una puta vez.
Te faltan huevos.
Has perdido tu oportunidad,
guardia civil.
Sebas, vete, ¡vete!
Esto es entre él y yo.
Si no tengo más remedio, lo haré.
¡Sebas, que te vayas!
Hace mucho tiempo que te perdí.
Lo siento...
No metas a tu madre en esto.
Tu madre tardó tres días en morir.
Tres días
y tres noches sufriendo las quemaduras.
Tú no tienes ni idea de lo que es ese dolor.
No puedo quitarme sus gritos de la cabeza.
No puedo...
Ojalá hubiera muerto yo
y no ella en ese barco.
(Ambulancia)
Déjate de chorradas y pasa tú.
No me lo puedo creer.
La madre que lo parió.
¡Guardia Esteban!
¿Cuántas veces tengo que explicarte las reglas del caimán?
La tercera.
Meditando, no leyendo.
¿Cómo vas a estar leyendo con gafas de sol puestas?
Mas te vale, estando Robles, hay que hilar muy fino.
Si la bala llega a ir más a la izquierda...
Bueno, venga, levántate de la silla, venga.
Vamos.
Tu mesa era mi mesa, y ahora vuelve a ser mía.
La silla también es mía.
Y la taza.
Te lo agradezco y estoy sorprendido por el detalle.
No me lo esperaba.
En el almacén hay una. -Hala, venga.
Al almacén.
-Una cosa, Esteban, para que te quede claro,
en el trabajo, nada de "tío".
Atiza, ¿estamos?
Os espero donde Cata, no tardéis.
Hogar, dulce hogar...
Es que se ha esforzado mucho por ser buena alcaldesa.
Ya sabes lo que ha pasado en las elecciones...
¿Se lo has contado a Domi?
¿Y qué ha dicho?
Eso es verdad, Domi es mucha Domi.
¡Uf!
Me acuerdo de tu abuelo.
¿Te acuerdas cómo era los domingos? ¡Qué coqueto! ¡Cómo se ponía!
Como un pincel.
¿Te acuerdas?
Sí, te falta el bigote.
Oye, Sebas...
Te quiero preguntar una cosa.
¿Quieres estar conmigo?
Si no quieres, lo entiendo, de verdad.
¿Qué tal tienes el hombro?
Ay, perdona.
¿Sabes lo que me ha dicho Domi?
Que quiere tener cinco nietos.
Yo espero que no.
Ya estás tardando en recoger tus bártulos.
Desmantelarla no te debería llevar más de cinco minutos.
Y luego, puerta.
Ahora tú te marchas
y le dejas a servidora la alcaldía porque el pueblo lo ha elegido.
Y esos bichos repugnantes los quitas de mi vista.
Lo primero que haré será parar las expropiaciones,
igual quieres llamar tú al señor "Juanchús".
No, pero casi...
¿A que sí, "pasmasuegras"?
De verdad, Esteban, es la tercera que subimos.
-¡Buenos días!
¿Está el cabo primero Olmos?
-No, pero si quiere, le puedo llamar.
-No, no se preocupe.
-Hala, de vuelta al almacén.
Adiós. -¡Hasta luego!
¡Anda!
Pensé que no le daban el alta hasta dentro de una semana.
Bien, han efectuado ya 40 detenciones.
Global Ultratec tiene ramificaciones por todo el mundo.
¿Cómo estás?
No me refiero a esa herida.
Tienes un corazón a prueba de balas.
Vengan adonde vengan y vayan adonde vayan.
Si me necesita el teniente o me necesitas tú...
ya sabes dónde encontrarme.
Debes estar muy orgulloso.
Por lo que era tu padre.
Y porque tú has cerrado el caso.
Hasta luego, Olmos.
Buen trabajo.
Bueno, ¿pero no habíamos quedado en casa?
¿La Pitbull?
¿Os habéis acostado ya la Pitbull y tú?
Ay...
Y luego, os quedáis a dormir en casa.
¿Te parece bien, hijo?
No te lo decía a ti, se lo decía a Gus.
¿Os apetece algo para cenar?
Pues vámonos para allá.
Después del día que hemos tenido,
poco he cocinado.
Tendréis que esperar un poco, pero no pasa nada.
Los dos tenéis mucho de qué hablar.
de que a veces quieres decirme cosas y no te atreves.
(Disparo y gritos)
Todo el mundo quieto y tranquilo.
Tenemos una bomba y explotará si no hacen lo que yo diga.
Conociendo a Damián, delante de "Golf" ¿qué puede poner?
-Pues "Campo de"... Algo trama.
El alcalde piensa expropiar varias fincas.
¿Cómo se te ocurre hacernos eso?
Los aficionados deberán resolver tres crímenes en el pueblo.
Solo me dejas una opción.
Quitarte la alcaldía.
Tengo algo que decirte...
Tengo novio, se llama Regino Lucero.
La dentellada y los mordiscos son de un animal salvaje.
Aquí no hay lobos desde hace 100 años.
¡No!
(Rugido)
Qué cabezota es Domi.
La pregunta es cómo entraron sin forzar la puerta
ni que saltase la alarma.
¡Buenas noches, Edison! ¡Misión cumplida!
¿Qué hay de lo mío?
Mis exparejas o han fallecido o han tenido graves accidentes.
¡Socorro! ¿Hay alguien ahí?
Beltrán, el Quesego.
Cuando terminemos con estos paletos hablaremos los tres.
Esto se ha acabado.
¿Es para hacérselo mirar?
¿Me has ocultado a mí... y encima me mandas callar?
-No, es que tienes harina. -Da igual.
¿Cree que podrá?