¿Cuándo se puso la primera piedra
de la historia de la literatura?
Nadie puede decirlo con exactitud,
pero ningún texto escrito
con nítida intención literaria
es anterior
al que nos cuenta el cuento
de cómo Gilgamesh emprendió
la búsqueda de la inmortalidad
en el remoto ámbito
de la cultura sumeria.
Después llegó Homero
y ya nunca se detuvo esa danza.
La misma que,
con mayor o menor acierto,
coreamos y comentamos hoy en...
(Música cabecera)
Llega el verano.
Empezó hace ya bastantes días.
Y con este decimotercer episodio
de la tercera temporada
de "Libros con uasabi"
termina, por el momento,
esta tanda de programas.
Me ha parecido razonable, oportuno,
y se lo ha parecido también
a mis tres colaboradoras,
Ayanta Barilli,
Anna Grau y Elia Rodríguez,
prescindir hoy
de nuestro habitual invitado
y dedicar
los 55 minutos del programa
a elaborar, conversando
y sin ánimo de sentar cátedra,
una especie de canon de lo que es,
a nuestro falible juicio,
la alta literatura,
la que nunca muere y no se olvida,
la que pasa a la posteridad
y a la posteridad de la posteridad
y a la posteridad
de la posteridad de la posteridad.
¿Qué títulos nos parecen
indiscutibles y necesarios
para cultivar
la afición a la lectura
y transformarla, a veces,
en vocación, en manera de vivir,
en fuente de sabiduría,
de conocimiento,
y también, por qué no,
de entretenimiento y placer?
Leer es seguir un camino
que tiene muchos carriles
pero todos conducen a alguna parte.
Para moverse por ellos,
puede servir de ayuda
una especie
de código de circulación.
Eso es el canon,
palabra de origen griego
que en la lengua de la Hélade
significaba
"caña, vara, norma, medida"
y que, en realidad, venía
de la voz hebrea "kanné",
utilizada como un patrón,
como un estándar de medición.
El diccionario define el canon,
en su segunda acepción,
como "modelo o prototipo
que reúne las características
que se consideran perfectas
en su género".
Para definir esas características
no hay más criterio
que el del argumento de autoridad,
siempre discutible
por su subjetividad.
Y voluntaria aunque inevitablemente,
seremos nosotros,
los miembros de la redacción
de "Libros con Uasabi",
en la propuestas
y, acaso, amistosas disidencias
que a renglón seguido escucharán.
No pretendemos elaborar "El Canon",
con mayúscula,
tal como lo han hecho
algunos fatuos mandarines
de los círculos del poder cultural:
Harold Bloom, George Steiner...
"De las academias líbranos, Señor",
decía Rubén.
Si no, simplemente con modestia,
sinceridad y con humor,
un canon más, el nuestro, de Anna,
de Ayanta, de Elia y el mío.
Vamos con él.
(Música)
Buenas salenas, chicas.
A ver, ¿quiénes se saludaban
diciendo "buenas salenas"?
¿Los cronopios?
Sí, señor. Muy bien, Anna.
Anna siempre gana, es como...
Es muy de Cortázar también.
Yo sabía que Anna lo iba a decir.
En cambio,
estaba seguro de que tú no.
Yo he leído mucho a Cortázar.
Pero no recordabas a los cronopios.
No, ahora que lo dices sí,
pero así de principio, pues...
Vamos a empezar
con el juego de los comienzos.
Esto ya lo hicimos la semana pasada
porque parece más lógico proponerlo
al comienzo del programa
en primer lugar, para que vosotras,
al final del programa,
intentéis averiguar a qué libro
pertenece ese comienzo.
Y en segundo lugar,
para que los espectadores,
al hilo del programa,
vayan dándole vueltas
para participar en el concurso.
Así nos da a todos más tiempo
para pensar y participar.
No es "Pasapalabra", podemos pensar.
Aprovecho para decir
cómo podéis participar
en el concurso,
que es escribiendo en el Twitter
"@Librosconuasabi",
y decir:
"El comienzo lo ha escrito tal".
Entonces, el premio es un libro
de Sánchez Dragó, del jefe.
Que os enviarán.
¿Tenemos un Twitter?
¡Claro!
"@Librosconuasabi".
Por favor, participad todos.
Vamos a escuchar qué nos lee Dragó.
Y a ver si descubrimos quién es.
El resultado, al final del programa.
Eso que has dicho
es la dirección de un correo, ¿no?
De un Twitter.
¿Tiene lo mismo? ¿Arroba y todo eso?
Pero da igual.
No preocupes tu obtusa cabecita.
Tú lee, tú lee.
(RÍEN)
El libro que es...
"Tu linda cabecita
con tan abstrusos problemas".
Por fin se lo podemos decir.
Eso es de "Tarzán de los monos",
una escena memorable.
Cuando el sabio distraído,
padre de Jane,
va enfrascado en sus pensamientos
por la selva
y un león corriendo
a grandes saltos detrás de él,
Jane, que está viendo todo esto
detrás de un árbol,
corre hacia su padre
intentando avisarle del león.
"¡Papá, papá! ¡Un león!".
Entonces, el padre le dice:
"No preocupes tu linda cabecita
con tan abstrusos problemas".
Pues vamos a preocupar
nuestra linda cabecita
con este abstruso problema.
Si he escogido este libro no es
porque sea un libro canónico,
o porque sea un libro
que haya dejado huella en mi vida
y, probablemente,
tampoco en la de vosotras.
Aunque es verdad que es un libro
que me interesó mucho en su día.
Es muy fácil de averiguar.
De todas maneras, para daros pistas
voy a suprimir alguna cosita
y voy a añadir algunas otras cosas,
siempre del texto.
El libro empieza diciendo...
Lo he escogido en función del libro
que colocaré en el cohete
a su debido momento,
no en función del canon.
Esto va por otro carril.
Sí.
"He revisado mis notas
y no me gustan.
He pasado tres días en la...".
no digo el nombre
porque entonces lo cazáis.
"Y lo mismo
habría podido pasarnos en casa
con la enciclopedia telúrica".
Un poco más adelante dice:
"Cuando Lawrence Robertson
sentó las bases
de lo debía ser la más extraña
y gigantesca industria
en la historia del hombre...".
Sigue y luego añade:
"Todo lo que se había hecho
en la segunda mitad del siglo XX
en materia de máquinas calculadoras,
había sido anulado por Robertson
y sus cerebros positrónicos.
Las millas de cables y fotocélulas
habían dado paso
al globo esponjoso de platino-iridio
del tamaño aproximado
de un cerebro humano".
Da grima, ¿eh? No lo puedes decir.
Pero no lo podemos decir.
Otra vez la listilla.
(RÍE)
Es como la marisabidilla.
¿Lo traías? Una sincronía.
Yo lo he visto por ahí también.
¡No podemos decir nada!
No lo enseñes ahora.
Ya se habrá visto, esperemos
que las cámaras no lo recojan.
Lo traía de recomendación.
Es sorprendente,
una sincronía jungiana.
Muy bien, formamos todos parte
del cerebro positrónico, veo.
"@Librosconuasabi". Participad todos
del cerebro positrónico.
Origen de este programa,
la famosa lista que salido a relucir
en programas anteriores
que cuando tú tenías
14 añitos o por ahí,
yo elaboré para que tú
y tus compañeros de colegio
tuvierais un canon, unas pautas,
unos patrones de lectura.
¿Eran 50 o eran 100?
Eran 100 libros.
Pues nosotros vamos a ir buscando,
por supuesto,
no todos en este programa,
sino también en otros programas.
Y si el programa sigue
después del verano,
pues también después del verano,
iremos elaborando la lista
de los libros
que han marcado nuestras vidas.
¿100 es una cantidad razonable?
¿Cuando lleguemos a 100 nos paramos?
O no.
O no.
No, es una cantidad razonable.
Yo os decía que era
una especie de crisis
a pesar de que mi padre, en su día,
me regalara esa lista
con 100 títulos que, además,
recuerdo perfectamente
cuando la elaboraste,
porque lo hizo a vuelapluma.
Le dije: "Padre, dame una lista",
y "tucu-tucu-tucutú, ¡rum!", 100.
Otro listillo.
Otro listillo.
Pero lo cierto es
que cuando se plantea este programa
y pides 10 títulos, o seis,
que era lo que nos dé tiempo,
yo he caído en una crisis:
"Dios mío, ¿qué recomiendo?".
Porque tiene uno la tendencia,
por lo menos a mí me sucede,
de recomendar no los 6 o 10 títulos
más importantes
sino los títulos que han determinado
mi amor por la literatura.
Y es diferente, en realidad.
Nada más importante que eso.
Claro.
Ayanta, como dicen
tus semicompatriotas, los italianos:
"Cè l'imbarazzo della scelta".
Y lo vamos a demostrar debidamente.
¿Cómo lo hacemos? Esto es un juego
y debe tener unas reglas,
y tenemos que respetarlas.
Yo creo que lo mejor es
sin orden ni concierto.
Que no haya un orden cronológico
y que cada uno vaya intercalándose
en la conversación como pueda.
Bien,
seamos valientemente subjetivos.
Olvidémonos de los tópicos,
obligaciones, ideas recibidas,
de la pedantería, en definitiva.
No nos pongamos estupendos.
Seamos capaces de ignorar
los clásicos que no hayamos leído.
No finjamos que los hemos leído.
Hablemos en nombre propio
de lo que sí hemos leído.
Vosotras y yo. Esto no es un aula,
es una tertulia de lectores.
"Se platica al fondo de la botica",
decía Antonio Machado.
Dicho esto y contradiciéndome,
como de costumbre,
voy a empezar por un clásico,
pero que es al mismo tiempo
uno de los primeros libros
que yo leí
y también esto suena
horriblemente a listillo de turno,
pero fue así.
A ver.
Me estoy refiriendo
a "La Eneida" de Virgilio,
que estaba
en una edición en piel preciosa
en la biblioteca de mi familia,
y que yo empecé a leer muy de niño,
a los 8 o 9 años, y me fascinó.
Me la aprendí de memoria
hasta el extremo
de que en estos momentos
que estoy enfrascado
en la redacción
del segundo volumen de mis memorias,
la cita inicial es
"Arma virumque cano",
que es como empieza
"La divina comedia".
Y no sé si he citado alguna vez
que todavía recuerdo
esa traducción del gran latinista
Monseñor Lorenzo Riber,
que yo leí en aquella edición,
cómo empezaba.
Que yo creo que todo el comienzo
se lo inventó él
porque luego cuando he acudido
a otras ediciones, no está.
Entonces, empezaba diciendo,
es precioso:
"Yo soy aquel
que en los pasados tiempos
modulé cantos agrestes
al son de un delgado caramillo.
Y luego,
venida la época de la siembra,
hice los campos agradables
al agricultor.
Ahora canto las armas
y el barón troyano,
que fugitivo por el Imperio del Hado
llegó a la costas
del litoral lavinio".
Bien, el primer libro
que yo inscribo en nuestro canon
es "La Eneida" de Virgilio. Ayanta.
Quiero seguir yo por una razón.
Y es porque yo he estudiado
en el Liceo Italiano
y en el sistema de educación
italiano
"La Eneida",
al igual que "La divina comedia",
es una asignatura,
que todas las semanas
hay varias horas, durante un año,
de lectura de "La Eneida".
El mejor sistema para disuadir
a los alumnos a que la lean.
O al contrario,
depende del profesor.
Lo que os voy a contar ahora es
que mi descubrimiento de "La Eneida"
fue por esta razón,
porque si no, no la habría leído.
Porque es un libro
que en mi generación
ya se dejó de leer.
Sino que tuve una experiencia
muy emocionante con "La Eneida"
y es que el profesor de literatura
nos hacía leer los cantos
en voz alta, en pie, en la clase.
A mí me tocó leer
ese momento del canto
que es la muerte de Dido
en los brazos de Eneas.
No, perdón.
Para nada en los brazos de Eneas.
En la espada de Eneas.
En su espada.
Es uno de los pasajes
más emocionantes de la literatura.
Lo que me pasó es
que yo no lo había leído...
La ópera de Henry Purcell
es maravillosa
y que, además, es el leitmotiv
de la banda sonora
de "El hundimiento", la película,
porque es la mejor expresión musical
que se han inventado del abandono.
De lo que es el abandono. Sigue.
Yo no lo había leído nunca,
y pertenece en mi memoria literaria
a esos momentos
de tremenda sorpresa.
Porque según lo iba leyendo
y entendiendo
me iba emocionando hasta que acabé
con los ojos llenos de lágrimas
con la muerte de Dido.
Cosa que generó el cachondeo general
en la clase, por supuesto,
y estuvieron tomándome el pelo
durante todo el año por esto.
Ellos se pierden esa tristeza.
Sí.
Lo entiendo como uno de los momentos
de enamoramiento de la literatura.
Y el pasaje de cuando Eolo
desata los vientos.
El dios de los vientos,
de la meteorología,
y estalla esa formidable tempestad
en el Mediterráneo.
Bueno...
Yo aprendí latín
traduciendo la muerte de Dido.
De hecho, para mí "La Eneida"
forma un todo integrado
con "La Ilíada" y "La Odisea".
De hecho, tengo que agradecer
a uno de mis profesores de instituto
que hacía unos concursos,
sin ninguna importancia,
de estos literarios,
y un año lo gané yo.
El premio eran libros.
Claro, en un instituto público
no tenían mucho dinero
para gastar en libros,
pero él se peleó con el claustro
para que me regalaran "La Odisea"
traducida por Carles Riba
al catalán.
Es una traducción poética
maravillosa.
Yo, de algún modo,
accedo a la literatura
por la vía de la gran épica.
Esto tiene que ver con dos libros
que quería recomendar hoy.
Evidentemente, está "El Quijote".
"El Quijote" no necesita cánones,
pero bueno,
estos son dos hermanos
de "El Quijote".
Uno es "El cantar de mio Cid".
Aquí está la estupenda edición
de la Real Academia.
Patrocinada por La Caixa,
que hace posible este programa.
Este libro, a ver,
mi idea de los héroes...
Yo leí esto incluso antes
que "El Quijote".
De algún modo, mi primera idea
de un héroe era este.
Y también uno que es
el hermanito catalán.
Anna, perdona que te interrumpa.
¿Lo mejor de ese libro?
Todo.
Lo mejor se escribió
un milenio y medio después.
No tanto, pero...
El poema de Manuel Machado.
El poema de Manuel Machado.
"Calla la niña y llora sin gemir,
un sollozo infantil cruza
la escuadra de terribles guerreros.
Y una voz inflexible grita:
'¡En marcha!'".
Pero para generar ese poema
el libro debe chorrear nobleza.
Y este no chorrea tanta nobleza,
chorrea más bien cachondeo.
Es el "Tirant lo Blanc",
de Joanot Martorell.
Es como la respuesta catalana
a "El Quijote".
Ya estamos barriendo
para la "dolça parla".
Pero creo que debería estudiarse
en la literatura española universal.
Lo ha estudiado Vargas-Llosa.
Sí.
Es un libro divertidísimo,
como la versión cómica...
Tirant lo Blanc es un héroe
parecido al Quijote, al Cid.
Va de tumbo en tumbo.
Pero mezcla la épica
con la parte más cómica.
Pero en fin, estos dos libros,
de algún modo,
delimitaron mi idea del héroe
en mi infancia.
Como este es un programa,
a mucha honra,
rabiosamente elitista,
podríamos hablar en latín.
¿Hablar qué?
En latín.
¿En latín? Empieza tú.
Pero si no sabemos.
(HABLAN EN LATÍN)
(RÍE)
No se podría, además.
Muchas frases no se podrían...
(HABLA LATÍN)
Nos os pongáis estupendos,
que decías.
Antes de que tú te pongas estupenda,
y ya que se ha hablado
de "La Eneida" y de la épica,
yo quería escandalizar un poco
a nuestros espectadores
diciendo que yo creo que Homero,
"La Odisea" y "La Ilíada",
que son obras formidables,
leídas en su versión original
son muy difíciles.
Muy complicadas.
Aburridas, complicadas.
E incluso decepcionantes.
Es verdad que de repente tienen
unas páginas extraordinarias,
unas metáforas que relumbran
como el mismo sol,
pero en cambio es mejor
leer "La Odisea"...
Yo la leí cuando era niño
en versiones para los niños.
Son mucho más asequibles
y recogen la esencia del personaje.
O, si no,
en las infinitas derivaciones
que un libro como "La Odisea",
prácticamente el padre y la madre
de toda la literatura posterior,
ha dejado a lo largo de la historia.
Editorial Gadir, ¿verdad?
Ha hecho decenas de libros.
No sé si estás de acuerdo,
pero "La divina comedia"
es una maravilla.
Yo leí "La Odisea" traducida
por Carles Riba, de poeta a poeta.
Entonces, claro...
También tenéis que entender,
no sé si os lo imagináis,
lo que significa
para una lengua como la catalana
que de repente alguien meta
"La Odisea" dentro de la lengua.
Riba se tuvo que inventar palabras
a puñados
para hacer frente al griego clásico.
Y eso es un subidón lingüístico
y literario que, realmente...
No es para leer
a los 5, 10 o 15 años,
pero en algún momento
hay que pararse y leerlo.
Hay libros que muchas veces dices:
"Este libro no es para esa edad".
Pero en función de quién te lo dé,
cómo te lo dé...
Y cómo llegue a tus manos.
Es como un tesoro.
Claro, en este caso,
por aquí ya iremos desgranando.
"La Odisea", como "Gilgamesh",
es una "road movie".
Como lo es "El Quijote"
o incluso "La divina comedia".
O como lo es Stern, Kerouac o Joyce.
El tema de la filosofía
para mí ha sido capital
porque tuve la suerte de tener
un profesor de filosofía
que me odiaba, entonces había ahí...
Eso es genial,
es un acicate estupendo.
Yo decía que me tenía manía,
y con los años he comprobado
que me quería mucho. Es así.
Ya sabes
que entre el amor y el odio...
Hay un pasito muy delgado.
Bueno, antes de filosofía...
Podría ser, pero Baroja
tengo que recomendarlo.
Es "El árbol de la ciencia".
Por supuesto, es un libro
que me marcó muchísimo.
La vida de Andrés Hurtado.
Yo creo, además, que Baroja,
siendo autobiográfico,
porque él mismo reconoce
que este libro es autobiográfico,
pues yo creo que retrata
fantásticamente bien
lo que fue su tiempo, su siglo,
y de esas novelas
que verdaderamente son novelas.
Porque si vuelves a ellas
y las vuelves a releer, es historia.
El propio Ortega
que "El árbol de la ciencia",
leído con los años,
sería una obra capital. Y lo fue.
A mí, cuando leí este libro,
que suele ser obra de instituto,
me conmovió muchísimo.
Me emocionó muchísimo
ese hastío de vivir.
Luego, hay lecturas peligrosas.
Porque uno se va contagiando
del espíritu de Andrés Hurtado
y cómo de la vida, del embarazo,
puede nacer la propia muerte.
Y este tipo de historias.
Es una obra
que creo que es fundamental.
Y "El árbol de la ciencia",
en contraposición al de la vida,
que al final es del que Dios
le dijo a Adán y Eva:
"De este no cojáis, de la ciencia.
Del de la vida lo que queráis".
Ahí nos dio el libre albedrío,
de sufrir, de querer, de ser,
y creo que Baroja es
uno de los grandes.
Baroja escribió 111 novelas,
si no yerro la cifra.
Pero esta estuvo más satisfecho.
Algunas eran muy malas.
Pero "El árbol de la ciencia"
es, para él, la obra clave.
Y refleja muy bien
la época que estaba por venir
y en la que nos encontramos
ahora mismo.
Como él decía, "la democracia:
una broma etimológica".
Cuántas injusticias
en pro de la mayoría.
Vuelve a tocarme a mí.
Y una vez más me voy,
no a la infancia,
sino a la adolescencia.
Otro libro con el que he dado
la matraca a los espectadores
y a los amigos,
a mis hijos y a todo el mundo
hasta la exasperación:
"Sinué el egipcio" de Mika Waltari.
También he citado muchas veces
cómo Terenci Moix decía
que era la mejor novela del siglo XX
y yo estoy de acuerdo con él.
Yo, en un determinado momento,
con 14 años, apareció el libro,
en el año 50 más o menos,
cayó en mis manos esta novela
que me sedujo
de una manera asombrosa.
En primer lugar,
aprendí historia antigua.
Porque aunque el libro nos cuenta
la historia de este egipcio, Sinué,
pero es un libro que desfila
por lo que es no tanto la historia
porque no puede abarcar
la historia del mundo antiguo,
pero sí la geografía
del mundo antiguo.
Te enseña a saber qué pasaba
en el mundo egipcio,
en el mundo de los hititas,
en el mundo cretense,
y al mismo tiempo está entreverado
de estas historias de amor
terribles o maravillosas.
La historia con Nefernefernefer,
la tres veces guapa,
la prostituta del Nilo,
que conduce a Sinué
a extremos de abyección
verdaderamente abominables
o luego cuando se redime
enamorándose
de esa princesa cretense, Minea,
que va a ser devorada
por el minotauro, etcétera.
Antes hablábamos
de cómo muchos de los libros
que aquí decimos que han dejado
huella en nuestras vidas,
dejaron huella en nuestras vidas
hace muchos años.
Y a lo mejor si lo releyéramos ahora
no nos parecerían tan buenos.
No es el caso de Sinué.
Porque yo he seguido leyendo
"Sinué el egipcio"
varias veces en la vida,
la última hace cinco o seis años,
y siguió fascinándome
de la misma manera que entonces.
Pues ahora se me está descolocando
lo que había pensado prepararme.
Lo que me había preparado
para este programa.
Porque al hilo
de lo que vais diciendo
se me ocurren otros libros
que no son los que tengo apuntados.
Pero al hilo de...
Es una de las funciones
del programa.
¿Sabes, Ayanta? En Galicia,
que era un mundo muy rural,
había un delito terrible
que estaba perseguidísimo
en la Edad Media
o en épocas más remotas,
que era lo que en gallego
se llama "mover os marcos".
Los marcos son las lindes
de las pequeñas parcelas...
De las tierras.
...que tenían unos y otros.
Cambiar los marcos es
lo que pretendemos hacer
con un programa como este,
dedicado a ese canon,
estrictamente subjetivo.
Y en ese canon
es muy interesante también,
como en la vida de cada cual,
un libro te va llevando a otro.
No necesariamente del mismo autor
o de la misma época
sino que de pronto,
por simpatía o temática
vas cumpliendo un recorrido
que es también muy interesante.
Pero al hilo de "Sinué el egipcio",
que es un libro que a mí
también me gusta mucho,
yo recuerdo hace un montón de años,
en nuestra casa de Alicante
hay una piscina,
y allí se cayó al agua
un libro que era
"La historia interminable".
De Michael Ende.
Se cayó a la piscina.
Recuerdo cómo tú y yo nos lo íbamos
"arrebarquitando" de las manos.
¿Qué has dicho?
Quitando de las manos.
Pero has dicho un verbo rarísimo.
Has mezclado quitar y arrebatar.
Tú y yo íbamos arrebatándonos
este libro, hinchado de agua.
Cuando los libros
se quedan así como gordos.
Como un cadáver, como un ahogado.
Íbamos leyéndola
absolutamente arrobados,
yo era una niña, tú eras un adulto,
por esta historia,
efectivamente, interminable,
en la que su protagonista,
Bastián Baltasar Bux, tres "B",
como Nefernefernefer,
pues va cumpliendo este recorrido
que es un camino de conocimiento.
Es un camino de conocimiento
en el que debe salirse
de la realidad,
entrar en el mundo de la fantasía,
para volver a esa realidad
de otra manera, renovado.
Le pasa a "Sinué el egipcio".
También es un libro de conocimiento.
Y en ese sentido, para mí,
"La historia interminable"
fue como el comienzo,
el pistoletazo de salida,
siempre acompañada por el padre,
hacia otro gran libro
de conocimiento
que s "Narciso y Goldmundo",
de Hermann Hesse.
Vaya hombre, lo tenía yo también
aquí en mi lista.
Los libros no son de nadie.
Del premio Nobel Hermann Hesse.
Se publicó en 1930, o por ahí.
Por ahí.
Ahí también se habla de ese dualismo
entre lo religioso y lo...
Pero eres una abusona.
Porque has hablado de dos libros.
Pero este libro,
"Narciso y Goldmundo", estaba...
Una consideración a pie de página
sobre "La historia interminable".
Ningún adulto
ha leído jamás ese libro
porque el adulto que lo lee
vuelve a ser niño.
Es fantástico.
Además, es un libro
que luego ha sido destrozado
por todo el "merchandising",
la película espantosa
de la que Michael Ende dijo
que no tenía nada que ver.
La música era bonita.
¿Sabes que yo lo conocí?
Le hice una entrevista.
Para "Encuentros con las letras".
En Italia, en Castel Gandolfo
o por ahí vivía.
Quizá en Frascati, cerca de Roma,
vivía este hombre.
Escribió "Momo",
que es otro muy buen libro.
Oye, hablando...
Pero la influencia que ha tenido
que tuvo Ende en "Harry Potter",
en lo que han sido
grandes sagas de la literatura.
Hablando de segundos y terceros
libros del mismo autor,
a pesar de lo que me gusta
"Sinué el egipcio",
nunca leí las otras novelas
de Mika Waltari:
"Marco el romano",
el no sé qué etrusco...
¿Las habéis leído
alguna de vosotras?
No, es que no es mi...
Una asignatura pendiente.
Mañana mismo empiezo
a leer esas novelas.
Y de "Narciso y Goldmundo"
tendrás algo que decir.
Ya que lo que querías recomendar.
Como tú misma has dicho, pertenece
a la novela de aprendizaje.
Como otras novelas de Hermann Hesse.
También lo es "El lobo estepario",
"Siddhartha",
"El juego de abalorios".
Pero lo típico es ir
a "El lobo estepario", está bien...
"Narciso y Goldmundo"
escenifica perfectamente
cómo en la vida hay caminos
aparentemente opuestos,
el caso de Narciso
y el de Goldmundo,
el caso de la contemplación,
de la mística, la retirada del mundo
o, en cambio, el camino de mezclarse
estrechamente con la vida,
que, sin embargo,
conducen al mismo sitio
como ellos descubren cuando
uno de ellos está agonizando
y el otro lo está velando
en su agonía. Es extraordinario.
Además, es la contraposición
entre las ciencias y las artes,
entre lo humano y lo religioso,
es el príncipe y el mendigo también.
La contraposición
y la conciliación de los opuestos.
Sí.
Yo vuelvo a lo mío, que es la épica.
(RÍE)
Yo empecé a leer con la épica,
con las historias de héroes y tal.
Entonces, para mí,
el problema de la épica
era que siempre era de hombres,
contada por hombres, para hombres.
Yo cuando quería jugar al Cid,
nunca sabía en qué papel ponerme.
Porque yo de novia
del Capitán Trueno no me veía.
Entonces, por fin llegó la épica
escrita por una mujer.
Este libro lo recomiendo
de una manera muy desafiante
porque mucha gente se queda
muy pasmada cuando lo recomiendas,
pero yo no sería yo sin este libro.
Toda la gente que me quiere
lo ha leído.
No hay manera más rápida
de conocerme.
Tengo la versión italiana.
Evidentemente, está en español.
Se llama "Un hombre",
de Oriana Fallaci.
Yo con este libro he vivido
un proceso de lectura desgarrador.
Yo este libro lo leo con 13 años
y me parece una historia de amor
maravillosa. Es una historia real.
Oriana Fallaci se enamora
de un héroe de la resistencia griega
a la Dictadura de los Coroneles,
él sale de la cárcel, se enamoran,
y viven juntos hasta que él muere
en extrañas circunstancias,
por decirlo de una amable manera.
Entonces, ella construye un relato
que yo creo que la eleva mucho
encima de sus posibilidades
literarias habituales,
porque debo reconocer
que Oriana Fallaci,
que como periodista me apasiona,
como novelista nunca me impresionó,
excepto en este libro,
que es maravilloso,
pero es un libro
que cuando lo he releído de mayor
me he dado cuenta de las sombras
de un personaje así
y del tremendo esfuerzo que hace
una mujer enamorada
de un hombre inadaptado
para elevarlo
a la categoría de héroe,
cuando en realidad,
más que un héroe, era un bicho raro.
A veces, la barrera
no es tan indistinguible.
Entonces, en relecturas más adultas
ves las partes más oscuras del libro
pero mi concepto del amor,
del héroe, de la entrega,
no sería el que es sin leer
"Un hombre" de Oriana Fallaci
y lo recomiendo a toda la gente
que tenga un poquito de corazón.
Yo tengo que decir que mi vida
se paralizó con ese libro.
La mía sigue paralizada.
Pero me quedé dos días
que lo único que podía hacer...
A mí todavía me llegan...
El hombre en cuestión
se llamaba Alekos Panagoulis.
A mí todavía me llegan fotos
de Alekos y Oriana.
La gente me lo manda porque sabe...
Parece que hay una sutil secta
de seguidores de esta historia.
Y, sobre todo, es épica
vista por una mujer.
Ella intenta hacer una "Ilíada".
Convertir a su novio en Héctor,
Ulises, Aquiles, todo a la vez.
Elia. Por cierto,
¿sabes que tienes un nombre
de esos que Lope de Vega endosaba
a sus amantes en sus poemas?
¿Qué te parece? Casi nada.
(RÍEN)
Alguna vida anterior por ahí, Elia.
Seguramente, con Lope de Vega.
En el Siglo de Oro.
Con Lope de Vega, a caballo.
(RÍEN)
Una maravilla. Bueno...
Menuda alhaja.
Menuda alhaja, Lope.
A caballo más bien él.
Mal me quieres
si quieres un Lope para mí.
No, hombre, por favor.
No, está bien.
¡Fénix de los ingenios!
Pero con las mujeres era otra cosa.
Era otra cosa.
Las enamoraba a muchas,
no digo que a todas, pero a muchas.
Algo tendría.
A ver, voy a hablar...
Un lío con Schopenhauer
hubiera sido un planazo.
Durito también.
Muy duro.
Bueno, me voy a marcar
un dos en uno rápidamente
porque quiero traer a Schopenhauer
que creo que es...
El optimismo que tenemos hoy en día
me parece un poco absurdo,
intentar ser realista es lo mejor,
pero el optimismo
de autoalabanza injustificada
es contra lo que canta Schopenhauer.
En este caso, son
"Aforismos sobre el arte de vivir".
Pues esa paradoja del erizo,
¿os acordáis?
En la que los erizos tienen frío
y se amontonan todos,
pero se pinchan y se hacen daño.
Y tienen que separarse,
pero tiene frío...
Este es el ser humano.
Al final, Schopenhauer dice
que hay que evitar...
En esta época especialmente.
Efectivamente.
De promiscuidad demográfica.
El deseo, que nos lleva
muchas veces a la frustración,
y quitarnos el velo de malla,
como decía él también,
y darnos un poco a la vida austera
pero, sobre todo, sin engañarnos.
Filosofía para náufragos.
coincides con Borges.
Era uno de sus autores favoritos.
Era un enamorado de Schopenhauer.
Y el propio Nietzsche se basa
en la filosofía de Schopenhauer.
Pero esa voluntad
y la representación del mundo
Nietzsche la convierte
en algo diferente,
en la voluntad de poder.
Es el principal representante
de la quinta columna
de la filosofía oriental
en la filosofía occidental.
Sí, Schopenhauer era un amante
de lo hindú, de lo budista.
Por eso he dicho
lo del velo de malla,
él hablaba de dejar la conciencia...
"Así habló Zaratustra",
muy mal entendido este filósofo,
porque se le ha relacionado
con el superhombre, el nazismo...
Todas estas cuestiones,
y yo creo que para nada.
Al final, dentro del superhombre
subyace un vitalismo biológico
pero bien entendido.
Decía que el niño era un león
porque no tenía prejuicios.
La infancia no adolece de eso,
sino de sinceridad
y de vivir la vida a sorbos.
Cuando nos hacemos mayores
nos hacemos un poquito ovejas.
Vamos detrás
de quien nos cobija mejor.
Y luego ya, finalmente,
terminamos siendo camellos
cargando con toda esa carga vital.
La filosofía es un tigre suelto.
Estoy de acuerdo contigo.
Se ha entendido y utilizado muy mal,
pero eso es factible.
La filosofía la sueltas ahí...
Sobre todo cuando hay
estos injertos culturales,
cuando traes valores
de otras culturas a la nuestra,
luego aparece el político de turno
o el populista de turno,
le da la vuelta y por eso es bueno
fomentar la relectura, digamos...
Despojada.
Despojada.
Y hacer
un Ministerio de la Filosofía.
Estaría muy bien.
Me toca a mí, ¿no?
Yo tenía aquí una lista,
y no vamos a tener tiempo,
pero yo tenía "La divina comedia",
"El idiota",
"Los hermanos Karamazov", "Fiesta",
"Cantos de vida y esperanza"
de Rubén,
"Narciso y Goldmundo",
ya hemos hablado.
"La montaña mágica" de Thomas Mann.
Pero como el tiempo se escurre,
voy a limitarme a mencionar
solo uno de los títulos
que tenía en este catálogo:
"Climas", de André Maurois.
Gran novela donde se estudia a fondo
la condición femenina
en sus relaciones con el varón,
con el hombre,
con la condición viril.
En esos retratos...
He estado a punto de traerla,
y no lo he hecho confiando
en que la traerías tú.
"Namasté".
Verás que he estado
a la altura de esa confianza.
Sí.
Yo no sé si tú lo has leído...
André Maurois,
autor que estuvo muy de moda
cuando yo tenía 20 años,
ahora está pasado de moda.
Ha vuelto a reeditarse,
y es de una delicadeza y sutileza
el retrato que hace
de esas mujeres sucesivas
que van pasando
por la vida del protagonista.
Y el retrato que hace de él.
Sobre todo dos de ellas.
Odile y Solange.
En fin, un libro...
Si se trata de contraponer
lo femenino y lo masculino,
o de conjugarlo,
ya me has vuelto a desbaratar
lo que pensaba hablar...
He vuelto a mover tus marcos.
Has vuelto a mover mis marcos.
Como siempre.
Al hilo de lo que estás contando,
se me ocurre otro gran libro,
en esta ocasión de Mark Twain,
que es "El diario de Adán y Eva",
que es un libro satírico
con mucha ironía,
pero en su poso más hondo
hay el dramatismo que merece
esta historia de amor y odio
que controla nuestras vidas,
entre el hombre y la mujer.
Lo que tú decías.
Y entre ambos y Dios.
Ambos y Dios, vemos a un Adán
absolutamente atónito
frente a las excentricidades
de una Eva
que se dedica a mirar las estrellas,
por supuesto, a comerse
las manzanitas rojas de los árboles,
a mucha honra, y a darle nombre
a todas las cosas del Edén,
y a la mirada atónica,
y un poco despreciativa, de Eva
hacia este Adán bellísimo,
del que se siente
indefectiblemente atraída, pero...
No tiene muchas más opciones.
No las tiene.
Todo hay que decirlo.
Pero es un poco zafio, va al grano.
Le resuelve cosas prácticas
de la vida
en las que hace falta
cierta fuerza bruta.
Pero que no entiende
la poesía de la existencia.
Varias cosas: mencionas a Mark Twain
y me doy cuenta de que debía
haber incorporado a mi lista
"Huckleberry Finn".
Tiempo habrá para hacerlo.
En segundo lugar,
ese asombro que produce Eva en Adán,
yo creo que es el asombro infinito
que nos producís
las mujeres a los hombres.
Y los hombres... Y viceversa.
No sé si al revés es verdad.
De hecho, tú has dicho
que hay un toque despreciativo
en la mirada de Eva.
Sí.
En cambio, ese toque despreciativo
de hombres a mujeres no lo hay.
Es más bien admirativo.
Y temeroso.
Claro, ¡dais un miedo cerval!
A ver, la jerarquía
es la que hace historia.
Cuanto más las conozco,
menos las entiendo.
Pero en este libro de Mark Twain,
la inteligente es Eva.
Hombre, claro.
Pero vamos, sin...
Las mujeres son
más inteligentes que los hombres.
Aunque haya alguna excepción.
La historia ve la manzana como mala,
y no es nada malo.
Pero esto también
me sirves en bandeja,
y sé que me lo habrás oído
citar mil veces,
esa frase de "Wilson el botarate",
otro libro de Mark Twain,
muy graciosa que dice:
"El error de Dios en el Paraíso
fue prohibirle a Eva
que se comiera la manzana".
Si le hubiera prohibido
que se comiera la serpiente,
se la habría comido,
y la historia habría sido distinta.
Eso es sobreestimar a Dios
y subestimar a Eva.
¿Quién se va a comer una serpiente?
Bueno, a ver...
Hay muchos que comen serpientes.
Sí, bueno, pero no como plato único.
Cocodrilo Dundee. (RÍE)
Y como veo que el tiempo apremia,
tengo que decir muy rápidamente
si a mí me ha marcado más
la filosofía o la poesía.
Como cuento los refuerzos de Elia,
que es la hermanita filosófica,
me voy a decidir por la poesía.
Bueno, a ver...
Poco hay que decir de este tema.
Aquí tenemos a William Shakespeare:
los sonetos.
Saco esto como podría sacar
todo lo demás.
Es un poeta total
que abarca todo lo humano.
Es un libro principal.
Es principal.
Pero yo quiero
recomendar los sonetos...
Tenéis un sistema de espionaje
metido en mi vida.
Todos los libros...
Ese también lo iba a recomendar yo.
Toda la obra teatral de Shakespeare,
Es fantástica.
es la poesía total.
A ver, la poesía es pasar la voz.
Hay dos poetas totales,
en mi opinión,
que son Shakespeare
y Federico García Lorca,
que es el Shakespeare español.
Luego, hay poetas más sutiles,
más del espíritu,
por ejemplo Rilke
y Claudio Rodríguez.
Yo creo que si leéis a Shakespeare,
a Lorca, a Rilke y Claudio Rodríguez
ahí os las den todas.
Ya lo tienes hecho.
"Siempre la luz viene del cielo,
es un don...
"La claridad viene del cielo,
es un don,
no se halla entre las cosas
sino muy por encima
y las ocupa haciendo de ello
labor y vida propias".
Elia, con rapidez.
Y te lees la novela de Wiesenthal
sobre Rilke y lo aborreces.
(RÍE)
No, hombre, no.
¡A Rilke! No la novela es genial.
El libro de Mauricio es estupendo.
Otra cita.
Venga...
"Una cosa es cantar a la amada
y otra, ay,
aquel escondido dios fluvial".
Ya sé.
¿De dónde es?
"Elegías de Duino", es la cita
al comienzo de mi primera novela.
Yo tenía 22 añitos. Chúpate esa.
¡Anda! Bueno, voy.
¿Un poeta o una...? Bueno, voy.
Es que tengo que decirlo.
Por cierto, traducida
por Gonzalo Torrente Ballester,
que no sabía alemán. Venga, sigue.
Ni era poeta, y se nota.
No, poeta no era.
Por los latinajos que suelta.
Virginia Woolf es, para mí,
una de las escritoras de cabecera.
Como decía Anna,
leer esa obra era leerte a ti.
No es que leer a Virginia
sea leerme a mí,
pero creo que nadie como ella
ha sabido navegar
en los flujos de conciencia
como lo ha hecho.
A mí este libro, "Las horas",
me llegó a una edad muy temprana.
Cuando empecé a leerlo, la verdad,
no entendía absolutamente nada.
Pero me encantaba lo que leía.
Porque hay un punto de poesía
en Virginia Woolf.
En este caso,
no quiero recomendar "Las horas"
sino "La señora Dalloway".
Me parece una fantástica novela.
Es la vida de una mujer
en un solo día,
y qué diferentes maneras
de tratar...
Dime, que te veo así.
No, estaba pensando...
Os sugiero a las tres,
y también a mí,
que también caigo en ese pecado,
que en los sucesivo procuremos
eliminar de nuestros juicios
los adjetivos "extraordinario",
"maravilloso", "fascinante",
porque no aportan nada.
Perdona la interrupción.
Pues me...
¿Puedo decir
que Virginia Woolf no me gusta?
Sí, claro, muchos la detestan.
A mí me interesa ella,
pero no sus libros.
A mí me pasa lo mismo.
Ella tenía una vida muy complicada.
Por la bipolaridad y demás.
Pero en "La señora Dalloway"
lo que hace es una crítica
a su momento,
pero a la medicina también.
Vuelvo a interrumpirte, Elia.
En el programa anterior
estuvimos hablando muy a fondo
de Virginia Woolf. Ya está bien.
Yo tenía que recomendarla.
Bueno, pues era mi recomendación.
Virginia y los soliloquios,
que no monólogos. No es lo mismo.
A Elia le gusta Virginia.
Si nos sobran algunos minutejos,
volveremos a recomendar
libros del canon,
pero antes vámonos al cohete.
Yo os he pedido que traigáis
para colocar en el cohete
algún libro supuestamente canónico
de esos que han sido reverenciados
por todos los críticos, lectores...
Y que a vosotros no os gusta
y no los metéis en vuestro canon.
Pero yo voy a colocar en el cohete
este libro.
Que, evidentemente,
no tiene nada que ver
con el canon de nadie.
Enseguida explicaré por qué.
Es un libro que se titula
"El próximo paso".
Es un libro muy grueso
lleno de fotografías.
"La vida exponencial".
Es un libro publicado por el BBVA.
No estoy criticando el libro,
que está muy bien editado
y es muy interesante,
pero es estremecedor
lo que viene en él.
En fin,
riámonos del "1984" de Orwell
o del "Mundo feliz" de Huxley,
o de cualquiera de estas visiones
apocalípticas del futuro.
Es el noveno título
de una colección anual
que el BBVA dedica
al análisis y la divulgación
de cuestiones fundamentales
de nuestro tiempo.
Se llama "El próximo paso,
la vida exponencial"
y presenta, citando del prologuillo:
"Una visión forzosamente parcial
y esquemática
del potencial de las llamadas
'tecnologías exponenciales'
y sus implicaciones económicas,
sociales, medioambientales, éticas,
e incluso ontológicas.
La idea fundamental
que recorre el libro
es que la humanidad
se encuentra en los inicios
de una revolución tecnológica
de desarrollo acelerado
en comparación con otras anteriores
y de un alcance tal
que va a generar transformaciones
que solo comenzamos a imaginar".
Más adelante: "Los avances recientes
y las perspectivas de desarrollo
en las biociencias,
la genética, la robótica,
la inteligencia artificial,
y en la construcción
de esa red global
de sensores interconectados
que se ha dado en llamar
'Internet de las cosas'
son los temas que abren en el libro
una perspectiva
que no se limita al ámbito
científico-técnico
sino que se extiende a otras vías
de generación y transmisión
de conocimiento
como el arte o los propios
medios de comunicación".
Si pasamos revista
a los capítulos de este libro,
no sé si los pelos
de los espectadores que nos ven
se ponen de punta, pero los míos sí.
Por ejemplo:
"La inteligencia artificial
y las artes:
hacia la creatividad computacional".
La teoría de la transhumanidad.
"El papel del artista
en la realidad aumentada.
El futuro de la comunicación humana:
máquina del test de Turing".
No sé qué es el test de Turing.
"Progreso neurotecnológico,
necesidad de una neuroética".
Y ya para remate: "Cuando los robots
gobiernen la Tierra, legado humano".
Este libro tiene bastante que ver,
por eso lo elegí...
Enseguida explicaremos cuál es
el comienzo del libro
que hoy he escogido
para nuestro concurso.
Lo llevo con dificultad
porque es pesado este libro.
He de decir que si los vaticinios
de este libro se cumplen,
se acabó la historia,
no habrá canon alguno.
No habrá el canon clásico,
ni el de Ayanta, ni el de Anna,
ni el de Elia, ni el mío.
Se acabaron
los libros, la lectura, todo.
No pasaremos nosotros
el test de Turing.
También "El uasabi" acabará.
Ahora vuestros libros
para el cohete.
Los libros del cohete...
Yo, como tenía previsto hablar
de grandes autores rusos,
porque me he dado cuenta
de que muchos son mis favoritos,
no he hablado de ninguno y acabo
tirando al cohete uno de ellos.
Lo cual no deja de ser curioso.
Yo tiro al cohete "El maestro
y Margarita", de Bulgakov.
Es un libro que ha tenido
un grandísimo éxito
tanto de público como de crítica.
Yo lo leí con mucha curiosidad,
me quedé verdaderamente frustrada
porque no me gustó nada.
Es una novela satírica
que se publicó
muchos años después de la muerte
del escritor, de Bulgakov.
La publicó su mujer.
Además, es una novela
con una historia bien curiosa
porque Bulgakov la tiró
y la volvió a reescribir de memoria.
Lo que leemos es lo que él
volvió a escribir de memoria
es un arrebato,
que sería otro tema interesante
para tratar aquí
en "Libros con uasabi".
Los suicidios artísticos
de los escritores. De las obras.
Ayanta, tengo que decir
que me sumo a esa defenestración.
A mí también me parece
un libro ilegible.
Es ilegible.
Tiene un falso prestigio.
Tiene esa cosa surrealista,
que no se entiende nada
que a mí me pone muy nerviosa.
Yo me lo leí de principio a fin
y fue como no leer nada,
no dejó ninguna huella en mí.
Es un caso de esos...
Pues no se entiende,
porque ha tenido mucho éxito.
¿Tú qué vas a poner en el cohete?
A ver, yo...
Lo que voy a poner no es
lo que llevo en la mano.
Me explico, aquí hay que aprovechar,
el que no corre vuela.
Yo quiero poner en el cohete
todas las obras completas
de Camilo José Cela.
Con la excepción
de "La familia de Pascual Duarte"
que es el único que me gusta.
No despega el cohete.
Creo que es un autor
absolutamente sobrevalorado.
Un ejemplo de persona que consigue
el éxito por la vía literaria.
Quiero reivindicar, en cambio,
una alternativa a Camilo José Cela,
que a lo mejor por culpa de Cela
queda más opacado:
Gonzalo Torrente Ballester.
He traído aquí la trilogía
de "Los gozos y las sombras".
Por cierto, dio pie
a una magnífica serie de TVE.
Yo conocí la historia
a través de la serie.
La serie me llevó al libro,
que es maravilloso.
Hombre, no se trata de...
Pero mejor dado estaría el Nobel
a este galleguiño que al otro.
Eso sin duda.
En fin, Cela al cohete.
Y Gonzalo Torrente al corazón.
También es verdad que Gonzalo,
al que yo adoraba,
tiene esa trilogía extraordinaria.
Ya he vuelto a decir
"extraordinaria".
Tiene esa trilogía,
tiene "La saga/fuga de J.B.".
Que es peor que eso,
aunque tuvo mucho éxito.
Porque es más experimental.
Un libro sobre Don Juan buenísimo.
Y luego, infinidad de destellos
por aquí y por allá,
pero en el último tramo de su vida
se dedicó a alimentar a su familia,
a escribir novelas y novelas
que no eran tan buenas.
Una familia
extraordinariamente complicada.
11 hijos tuvo de dos tacadas.
Le pasa hasta a García-Márquez.
Quitas "100 años",
"Crónica de una muerte anunciada",
y todo empieza a ir...
Pero "100 años" es tan grande...
Pues yo creo que esto no desmerece
de "100 años de soledad".
Muy rápido, me lo envían al cohete,
es rapidísimo.
"El contrato social" de Rousseau,
y Roberto Bolaño.
Encantada, es un placer.
Rousseau
por lo de la manzana de Eva.
Me parece lamentable
la situación de la mujer
dentro del propio "Contrato social",
y en el "Emilio" ya es alucinante
porque es una simple comparsa.
Y que el filósofo salvaje...
Rousseau es un malhechor.
Es uno de los principales culpables
del drama que vive la humanidad.
Totalmente, y yo creo que el fruto
de los totalitarismos,
precisamente hablando de Nietzsche,
pero vino de Rousseau.
Probablemente tengas toda la razón.
Frente a Voltaire, en cambio,
que es todo lo contrario.
Y Roberto Bolaño, porque me parece
que está muy sobrevalorado.
Y es de esos autores
que queda bien decir:
"Me encanta Roberto Bolaño".
Yo quiero colaborar.
Porque murió joven
y contribuyó a ese malditismo
que ganó un prestigio
que yo tampoco entiendo.
Yo me presto a colaborar
en esta defenestración
porque también creo
que Bolaño está sobrevalorado.
No creo que no tenga ningún valor.
No, ninguno no.
Por desgracia, es de esos autores
que ha sido demasiado imitado
pero bueno, sí, al cohete con él.
Venga, pues ya está.
Muy bien, estáis siendo
saludablemente iconoclastas.
Vamos a terminar con el concurso
y luego seguimos
Bueno, Anna, tú lo habías adivinado.
Pues di quién escribió ese comienzo
que yo leí al inicio del programa.
Déjame solo decir una cosa.
Hablaba antes de la ética.
Isaac Asimov, "Yo, robot"
es una refundación.
No es solo ciencia ficción,
es ciencia ficción total.
Una explicación,
una respuesta al mundo.
Es una nueva épica robótica.
De hecho, los personajes
se enfrentan constantemente
a dilemas éticos,
y los robots también.
Y probablemente
el mundo que tú pintabas
nos puede llevar por ese camino.
Es fascinante, de verdad.
Ahí vienen
las tres leyes de la robótica.
Ley uno: nunca permitir
por acción o por inacción
que un ser humano sufra peligro.
Dos: la autoconservación,
y tres: la obediencia.
La primera prevalece
sobre la segunda
y la segunda sobre la primera.
Eso es.
Y a partir de ahí pasan unos líos,
pero está muy bien.
Luego, Asimov escribió "Fundación"
y toda una serie de "Fundaciones"
que seguían la misma línea.
Estamos en eso ya.
Estamos en eso.
Sí, es como Julio Verne.
Asimov ha anticipado
un mundo que ya está aquí.
El transhumanismo,
el humano que se superará.
Si hablamos de ciencia ficción,
es inevitable mencionar
al gran Ray Bradbury:
"Crónicas marcianas", "Fahrenheit".
Casi traigo "Crónicas marcianas",
pero para tirarlas al cohete.
¿De verdad? ¿Ibas a ponerlas ahí?
He estado a punto de traerlas
porque me parece un libro.
Marcianas, cohete... tiene lógica.
Sí, cierta lógica tiene.
Sí, por marcianas, pero...
Las he vuelto a leer hace poquito.
Otro libro que me encantó a mí...
Sigo en lo mío, no digo nada
de lo que tenía pensado.
Es "La isla del doctor Moreau".
Eso es de Welles.
¿Tú te acuerdas?
¿Cómo no me voy a acordar?
Ese libro era increíble.
Y película.
Era Marlon Brando.
No, el doctor era Burt Lancaster.
Sí.
Bueno, es igual, vamos al libro.
Realmente bueno,
no voy a decir "fantástico".
Oye, las "Crónicas marcianas"
de Bradbury tiene un antecedente
que son la serie marciana extraor...
Ya lo he dicho otra vez.
Te está castigando
el de la manzana de arriba.
De Edgar Rice Burroughs,
el autor de "Tarzán",
toda la serie de "John Carter",
que también ha dado pie a películas.
Es de esas obras que he releído
y no me ha traído nada.
En su día sí las tenía yo como...
¿Y "El barón rampante"
sería ciencia ficción?
Obra maestra.
Pero ¿sería ciencia ficción?
Porque es de esos libros...
Ciencia ficción retrospectiva.
Transcurre en los años
de la Revolución Francesa.
Lo tenía que decir,
me encantó este libro.
Toda la serie:
"El caballero inexistente",
"El vizconde demediado",
pero sobre todo ese.
Es el mejor.
El título general era
"Nuestros antepasados".
Hablando del vizconde
y el caballero.
La historia es otra,
pero yo quería un barón rampante.
Y ser Viola y estas cosas.
Ir con el caballito blanco
y mandando a todos.
¿A que es fantástica?
Maravillosa.
¿Nos da tiempo a algo más?
Ya llega el momento del poema,
me toca a mí.
¡Jo! Tenemos que hacer
otro programa de canon.
Yo he elegido un poema canónico,
un poema perfecto.
Hay quienes dicen que es
el poema más perfecto
que se ha escrito
en lengua castellana.
Es un soneto escrito
en endecasílabos
que es como hay que escribir
los sonetos,
y en endecasílabos como Dios manda.
Porque hay endecasílabo propio,
impropio,
dependiendo
de dónde se colocan los acentos.
El verdadero endecasílabo,
el propio, que viene de Italia,
tiene que llevar siempre el acento
en la sexta sílaba.
Como lo lleve en la séptima,
la liamos, se destroza el ritmo.
Este soneto que voy a leer,
los 14 versos tienen
perfectamente señalado
esa cesura
en la sexta sílaba del soneto
y, efectivamente,
tiene un ritmo extraordinario.
No se sabía,
y sigue sin saberse a ciencia cierta
quién ha sido
el autor de este soneto.
Quizás San Juan de Ávila,
quizás San Juan de la Cruz,
quizás Santa Teresa,
incluso se ha atribuido a Lope.
Es, en cualquier caso,
un soneto del siglo XVI.
Y si los espectadores se fijan
en la acentuación,
verán cómo se mantiene a rajatabla
esta ley del endecasílabo.
Por cierto,
aprovecho también para decir
que el endecasílabo más perfecto
de la lengua castellana
se ha dicho que es
la fórmula del DDR.
¿Os acordáis del DDT,
ese insecticida que ya no se utiliza
porque contamina horriblemente?
Es dicloro difenil tricloroetano,
un endecasílabo perfecto.
Bueno, vamos con el "Soneto
a Cristo crucificado".
"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor.
Muéveme el verte clavado en una cruz
y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor,
y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo,
yo te amara,
y aunque no hubiera infierno,
te temiera.
No me tienes que dar
porque te quiera,
pues aunque lo que espero
no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera".
La última estrofa podría serlo
de amor, no a Dios,
sino a un ser humano, hombre, mujer,
madre, padre, hijo, amigo.
No se puede escribir mejor
ni volar más alto
con la palabra escrita.
Como dijo Juan Ramón:
"No lo toquemos más,
que así es la rosa".
Aunque él con leísmo, procedente
del habla popular andaluza,
escribió: "No le toques más,
que así es la rosa".
Con el "le" en vez del "lo"
se refería al poema,
tan frágil en su poética
como los pétalos de las rosas.
Pues para seguir volando
propongo a todos los espectadores
que participéis
en "@Librosconuasabi"
escribiendo vuestro propio decálogo.
Porque, realmente, podemos aprender
los unos de los otros
y que sea casi una conversación.
Gracias al Twitter,
entre otras cosas.
No hay mal que por bien no venga.
Claro, por eso.
Utilicémoslo para volar alto
con la literatura.
Tuit, tuit, tuit, tuit.
¿El autor no lo sabemos?
Pero se supone: es San Juan, ¿no?
Bueno, evidentemente es un místico.
Sí, pero tiene
toda la pinta de ser...
O, ya lo dije, a lo mejor es
tu antiguo novio Lope de Vega.
Puede ser, me pega más que sea...
A lo mejor está dedicado a ti.
Mi pequeño San Juan.
En estos pocos segundos que quedan
podemos hacer una ronda
hasta que se nos coman
los títulos de crédito,
simplemente con nombres de libros
y sus autores.
Venga.
¿Cómo con nombres...?
Recomienda un libro,
sin hablar de él.
Solo el título y autor.
Uno de tu lista.
Eh...
"La danza de la realidad" de...
No, pero dilo.
Ah, ¿se dice el nombre del autor?
De Jodorowsky.
"Habla, memoria" de Nabokov.
"Lolita" de Nabokov.
"Canto a mí mismo" de Walt Whitman.
Tú.
Otro.
¿Otro?
Sí.
No, tú primero.
"Sueños, recuerdos y reflexiones"
de Jung.
(RÍE)
"Psicopatología
de la vida cotidiana" de Freud.
"Anna Karenina" de Tolstoi.
¡No, lo tenía!
Richard Bach,
"Juan Salvador Gaviota".
¡Uf! Eso será para el cohete.
No, me encanta.
¡Es un libro espantoso!
Me encanta.
¡No hay que comentar! Otro.
No, algunas cosas
no se pueden dejar sin comentar.
¿"Juan Salvador Gaviota"?
Sí.
Eso es lo contrario del soneto.
Iba a contar la historia.
No se puede volar más bajo
que esa gaviota.
No habéis dejado explicar el porqué.
Bueno, se acabó.
¿Volveremos
tras el paréntesis del verano?
"E chi lo sa?". Nosotros no.
Los créditos.
(Música)