La Escuela de Diseño de Amposta salió a concurso junto con otra obra totalmente distinta, el Palacio Ferial que está al otro lado de la calle. Era un concurso atípico que unía dos obras distintas con programas y escalas muy distintos. Los arquitectos David Sebastián y Gerard Puig decidieron no responder al concurso con dos edificios aislados sino dar una respuesta unitaria. Entendieron los dos edificios como uno solo y propusieron una intervención que favoreciera una lectura conjunta de ambos. Adoptaron el verbo “contaminar” para explicar lo que buscaban y mezclaron el uno en el otro. El proyecto resultante plantea un sistema estructural, una forma de construir, para que los dos edificios, separados por una calle, tengan un mismo lenguaje, un ritmo común y una topografía global. Unas reglas de juego que permiten sistematizar los posibles cambios de programa o la construcción por fases, sin que los dos edificios dejen de entenderse como uno solo. La Escuela de Diseño se completó en la primera fase de construcción. La falta de financiación ha sido el factor determinante para que no se haya construido todavía el Palacio Ferial.
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