Antoñete: un torero para la historia (1985)

Con gesto cansado y mirar limpio, dijo adiós a casi 40 años de carrera. Pero Antonio Chenel, Antoñete, se había convertido ya en un torero para la Historia. La Fiesta Nacional tuvo la fortuna de haber cobijado a uno de los más grandes maestros qu supo depositar su arte, su saber y su toreo, sobre el Albero.. Estos días se cumplen 20 años de la despedida de uno de los diestros que provocaron los más hondos y sentidos olés en las plazas más reconocidas del mundo. En 1947 Antoñete vistió de luces por primera vez. La Feria de San Isidro del año 85, fue protagonista de la última faena de un hombre que fundía su respiración con la del toro, mientras en las gradas retumbaba el latir del corazón.