Viernes a las 22:00 horas
Viernes a las 22:00 horas
Danos todo lo que lleves.
¿Tiras eso?
¿Qué pasa, tú no estás en la vida o qué?
Yo estoy donde me han dejado.
Un par de tardes que salgan bien, un poco de suerte como hasta ahora,
y ya está.
Dale caña, Torete, nos persiguen.
-De repente, un día de mono
te encuentras con nueve kilos de heroína
y un tío que no para de hablar.
Yo qué sé, cuando nací no me quería y me tiró al río.
-¿Sabes qué quiere decir esto? -Ni idea.
Muera la policía y viva la golfería.
-¡Taxi!
¡Taxi!
¡Socorro! ¡Me han robado!
(MUJER GRITA) ¡Quieto o te abraso!
¡Ladrones! ¡Ladrones!
Venga, id sacando la tela, los relojes, los anillos
y todo lo de valor. Y calladitos, ¿eh?
¿Te imaginas siempre así?
Sí.
Muy bien.
Para mí es muy interesante que hay una serie de elementos comunes
entre este cine quinqui y el cine relacionado con la picaresca,
y es que siempre hay un enunciado de inmovilidad social, ¿vale?
Como en la película de "27 horas",
que es una de las películas de las que vamos a charlar,
hay un momento muy interesante
cuando los personajes miran a los peces en una pecera y dicen:
"Si a los peces les echas suficiente comida,
comen hasta morir.
¿Y por qué? Porque están encerrados".
Estos personajes están proyectando en estos peces
la situación que ellos mismos están viviendo.
Tanto en esta película de "27 horas",
estos personajes no tienen la manera de salir del espacio
ni del nivel social,
no tienen trabajo, no tienen ingresos,
no tienen ningún futuro por delante ni manera de trascender
a esa clase social a la que pertenecen.
No hace falta hablar de clasismo, sino simplemente de una forma de vida
donde se sienten encerrados y no tienen posibilidades económicas.
Este mismo elemento está en "Los golfos",
donde un montón de pícaros se dedican a robar y a ejercer el mal
para conseguir un fin noble,
que es la ascensión de Paco, para que llegue a ser torero.
Y también ocurre en las otras películas que hablamos.
Este cine quinqui no es quinqui gratuito,
normalmente siempre tiene unos personajes
que están tratando de ascender...
Hay películas de cine quinqui que no tienen eso.
...de ascender en este nivel social.
Es muy interesante el principio de "Perros callejeros"
donde hay un texto, una voz en off,
que habla en defensa de los delincuentes.
Habla como víctimas, como mártires de la sociedad,
habla de que ningún delincuente
ejerce el mal porque quiere sino por necesidad.
-El cine quinqui, como dices,
en realidad es una especie de cine de urgencia social.
Porque si os fijáis en las películas que son básicas en el género,
que de las que hemos visto son, claramente,
"Perros callejeros" y "Navajeros".
Son películas muy relacionadas también con la prensa
y con el contexto social que está somatizando la prensa.
Está diciendo que hay atracos en las calles,
el paro juvenil es enorme.
Entonces, algunos cineastas, en este caso Eloy de la Iglesia
y José Antonio de la Loma, entre otros,
deciden que ese es un tema lo suficientemente sangrante
como para hacer películas a tiempo real
sobre eso que está ocurriendo en las calles.
Eso sería el primer pilar que define el género del cine quinqui.
Pero aparte de eso hay más.
Aparte de eso hay "exploitation", por supuesto.
Hay tías en pelotas, hay relaciones sexuales,
hay consumo de drogas, hay ocio...
Un tipo de ocio, además, que se diferencia mucho
del ocio que podemos ver en los jóvenes de los 60
en "Los golfos",
que juegan a las cartas y van al baile.
En el cine quinqui ese ocio es jugar al pinball,
ir a las discotecas, tomar LSD, etcétera.
Así que, en general, porque tiene mucho donde analizar,
este género sí que está hablando también
de un momento muy concreto de la sociedad española
en el que, por un lado, hay una urgencia social
y unas características sociales determinadas,
un paso a la Transición también,
y una apertura a nuevas formas de ocio, de escapismo,
y también a otras cinematografías.
Al fin y al cabo nuestro cine quinqui es el cine de bandas español.
Están ahí los "Warriors", los amos de la calle,
está "Quadrophenia"... (TOSE)
Está "Yo, Cristina F.".
Son ese tipo de películas que faltaban
en la cinematografía española.
De escapismo, de liberación juvenil.
Hay que sacar el dinero de donde sea.
(CANTURREA)
¡Chapas, cállate ahora!
-¿Tienes algún plan? -Son muchas cucas.
Hay que hacer aquello del garaje que preparamos hace tiempo.
Lo he vuelto a pensar.
Sobre todo porque crea un antecedente para las películas
de las que vamos a hablar a continuación,
pero sobre todo porque rompe con todo lo hecho hasta ese momento.
Digamos que no había películas sobre delincuencia juvenil,
pero sí había películas sobre conflictos sociales.
Sobre todo enfocado en la juventud.
¿Qué pasa? Este era un neorrealismo un poco dulzón, buscaba la moraleja
y la redención final de los personajes
mediante algún tipo de milagro. Por ejemplo, esa pareja feliz.
En cambio, aquí no hay moralina posible.
De hecho, no hay una visión dulce hacia estos jóvenes.
Hay una visión descarnada.
Él cambia el realismo costumbrista
que se había utilizado hasta ese momento en el cine español
por un realismo de una observancia casi más científica,
más propia de un entomólogo.
De hecho, esta película es el paralelo en cine
de lo que pudo suponer "El Jarama" en literatura.
Es esa ruptura con el costumbrismo de Benito Pérez Galdós, descriptivo.
Fue una especie de acta notarial de cómo eran, cómo sentían,
cómo hablaban los jóvenes de esa época.
"Los golfos" se planteó así, yo lo planteé así,
era una película realizada toda en la calle o escenarios naturales
y creo que era la primera vez en España.
Sí, es un tipo de delincuente
que sería un poco el de la generación del Lute.
Si os fijáis, también es un delincuente
dentro de la cultura popular española
que es previo a los Toretes, los Vaquillas, etcétera.
Y proviene también...
A mí lo que más me llama la atención de la película,
sin ninguna duda, es el territorio. Es decir, cómo es la ciudad.
Fijaos que en la ciudad están esos edificios
que son esqueletos, en realidad.
Estamos atendiendo al nacimiento
de los futuros polígonos de viviendas.
Son descampados, un poco de chabolismo,
y como os digo, unos edificios que están en construcción
y que después serán, en un futuro,
los barrios, los polígonos de viviendas
en los que veremos a los quinquis posteriores.
Es un prequinqui clarísimo.
También llama mucho la atención, por ejemplo, el uso de las porras.
Cómo le dan porrazos al taxista.
Así, ¡"pom"! Cae como un saco de patatas.
Después, esas porras serán sustituidas
por la recortada, por la pipa y por la navaja.
O sea, que es un tipo de delincuencia más propio de los 60,
más propio de una España de posguerra también,
como decíamos antes.
Una España que todavía no ha entrado
en un nuevo proceso de cambio, en un nuevo proceso social.
-La España previa al desarrollismo de los años 60.
-Se nota en esa ciudad. -Exacto.
Me ha llamado mucho la atención, como decía Luis,
cómo Saura se acerca a la película con un montaje muy seco, muy abrupto,
que no concede nada al sentimentalismo,
que no trabaja la empatía, para nada, para salvar a estos personajes.
Tenemos ahí ya ese fatalismo
de que sabemos que estos personajes están condenados.
Yo creo que esa imagen del toro agonizando
ya es un final que no deja interpretaciones
y que está claro que no van a poder salir de ahí.
Marca el destino trágico.
-El inicio de la película también es un inicio extremadamente violento,
con el atraco a la mujer que vende los cupones.
Es decir, lo que decías tú está llevado a una violencia extrema
que también era inédita en el cine español.
Ese atraco en un ascensor, donde no te ahorran ni un solo golpe,
tampoco era tan habitual.
-A mí me interesa, precisamente,
algo que tiene que ver con esto que has dicho tú, Andrea.
Yo sí que pienso que hay cierta defensa moral en los personajes,
en el sentido en que ellos, lógicamente,
no disfrutan con este tipo de vida, están atrapados en este tipo de vida,
y de hecho están intentando que, al menos uno de ellos...
Están concentrando todas sus fuerzas
para que al menos uno pueda salir, entonces claro...
-Y sacarlos a todos. -Como tú bien dices...
Hay un ascenso social a través de los toros.
Como tú bien dices, efectivamente,
al final está claro que no hay salida.
Estos personajes están condenados
y hagan lo que hagan no tienen la manera.
Aunque consigan todo el dinero, que es un dineral,
para que otro, Paco me parece que se llama, toree,
Paco fracasará. ¿Por qué?
Porque, seguramente, él no ha tenido las oportunidades de practicar
como todos los otros toreros, que vendrán de familias ricas.
Obviamente, están destinados a fracasar.
Pero esta misión que tienen los personajes
de trascender, de mejorar,
de conseguir salir de ese estado de miseria
en el cual viven,
que está muy bien reflejado en el entorno del que hablabais,
es muy interesante,
porque está dignificando y defendiendo moralmente
a estos personajes
que son prácticamente más mártires que sus víctimas.
Sí, sobre todo porque...
Tú presentabas la película censurada dos veces.
La primera sobre proyecto, con el guion.
Claro, esta película no pasaba.
Tuvo que ser presentada dos veces e incluir muchos cambios en el guion.
Recuerdo que el guion de los golfos, que es un guion que no tiene...
Es una película casi romántica.
Fue destruido tres o cuatro veces, prácticamente,
porque cada vez que se presentaba
nos lo devolvían con 50 o 60 páginas dobladas
que no se podían hacer.
Lo que pasa es que Carlos Saura y Pere Portabella, el productor,
decidieron rodar incluso lo que se había quitado del guion
y hacer la picaresca de presentarlo a un festival internacional,
que en este caso era el Festival de Cannes,
donde se la seleccionaron.
Si te habían seleccionado,
no necesitabas pasar por censura hasta después.
Con lo cual, en Cannes la película tuvo mucho éxito
porque se vio íntegra.
Mientras yo estaba en Cannes
celebrando estar en Cannes con "Los golfos",
en España la censuraron y le quitaron 10 o 15 minutos.
La destrozaron.
porque Carlos Saura, en algunas entrevistas
dice que le llegaron a quitar hasta 15 minutos.
15 minutos es una barbaridad para una película que duraba 80.
La copia que emitimos el lunes solo es seis minutos más corta
que la película que se estrenó en Cannes.
Y lo que se ha suprimido, sobre todo, son unos planos de situación.
Por ejemplo, cuando ellos entran en la discoteca,
hay un plano de situación,
es una panorámica por toda la discoteca,
donde vemos a parejas besándose, a parejas magreándose,
otra forma de relacionarse.
Sobre todo lo que más llama la atención
es un montaje distintos en la escena del río,
del baño en el río que acaba con la pelea.
La situación sigue siendo la misma,
unos amigos que van a pasar la tarde en un río y acaban peleándose,
pero el montaje es totalmente diferente.
También hay algunos planos cortados de situación.
-Que tiene es naturalismo también, sobre todo esas caras.
Tienen, como diría Unamuno, caras de intrahistóricos.
Como de gente de la historia de España,
así como muy anónima.
Y claro, no cabe duda que le da muchísima veracidad.
Al fin y al cabo esta película
también tiene esa raíz en su ADN de neorrealista.
También busca, precisamente,
pues la naturalidad de los personajes
que son propios de esta situación.
Mis actores sí habían estudiado, en este caso,
pero eran actores nuevos, no habían hecho prácticamente nada.
Esto era muy cómodo para trabajar con ellos,
porque eran ellos en su forma de hablar, de comportarse.
Ellos no eran criminales, pero... (RÍE)
Como los de mi película.
Pero sí que utilicé la forma de hablar que ellos tenían
de forma más natural.
Es muy interesante la composición del personaje.
Yo creo que un buen actor compone un personaje
y hace un personaje mucho mejor que un no actor.
Pero cuando tienes a una persona que es totalmente creíble,
que se equivoca, que tiene una forma de hablar
que se nota que no es profesional, no tiene una dicción profesional,
está trascendiendo por completo cualquier trabajo que haga un actor.
Eso es innegable.
Cuando ves una película de este tipo tienes otro tipo de disfrute.
Es otro de disfrute a la hora de verla
y a la hora de dirigir a estos actores también.
A mí me gusta estar suelto.
Andar por ahí, ser libre, y no estar a golpe de pito.
-Esto no es una cárcel. -Si usted lo dice.
El cine quinqui, en realidad, es un fenómeno
que ha sido detectado o definido a posteriori,
porque si os fijáis, las películas de cine quinqui
son más o menos unas 30 producciones
que se dan entre 1977 y 1984.
Después hay, en efecto, películas que son posquinqui,
como hemos visto esta semana, "27 horas".
Pero cuando te das cuenta...
Es decir, en ese momento eran películas muy taquilleras,
otras desde luego tenían muchísimo seguimiento
en el mundo del cine de barrio, y son un fenómeno social.
Pero lo que es la definición de ese fenómeno
como un estilo cinematográfico, como un género,
realmente es posterior,
porque los críticos de cine y los académicos
que vivían ese cine en su adultez
cuando ese cine se ponía en las salas de cine,
les parecía algo que no era ni estimulante ni interesante.
Les parecía de serie B, horroroso, mal hecho...
Bueno, Eloy de la Iglesia tenía una fama malísima.
El grandísimo Eloy de la Iglesia, cómo le queremos ahora, claro que sí.
Entonces, hay un salto generacional importante
que es lo que hace que se defina el cine quinqui
como un género con unas coordenadas determinadas.
Y ese salto generacional, esa pirueta estética,
esa voltereta es posterior.
Es decir, los que eran los hermanos pequeños de los quinquis
por así decirlo,
las generaciones nacidas entre los 70 y 80,
son quienes después han, o hemos, aupado el cine quinqui
realmente definido como género.
¿Por qué? Porque hemos entendido
que aquello a nosotros no nos afectaba en su momento.
Es decir, nosotros no vivíamos esa realidad en nuestras carnes.
Y después hemos ido viendo estas películas
y hemos ido erigiendo los mitos.
En efecto, "Perros callejeros" es de 1977,
pero una fecha fundamental de "Perros callejeros"
es la primera vez que se pasa por televisión en la Primera,
en la primera de TVE.
Eso, en el 84. Fue en "prime time", en noviembre del 84,
y que fue como una especie de supernotición.
Y realmente esa es una fecha importante para el género
porque es cuando los que éramos pequeños
vemos esas películas en televisión, el Torete,
el niño con cinco años que sale fumando,
y todo ese tipo de cosas se te quedan en la retina
y posteriormente somos los que hemos hecho
un trabajo de investigación y de dignificación de ese género.
Sí, un cineasta que había empezado a hacer cine en los 50.
De hecho, trabajó mucho para Ignacio Iquino.
En los 60 hizo mucho cine
de este de producir y exhibir rápido, de serie B.
Pero realmente le conocemos por "Perros callejeros",
las secuelas y todo el cine quinqui que hace en los 70 y parte de los 80.
La película, naturalmente, expone de una forma cruda y real
lo que hacen estos muchachos. Es decir, sus actividades delictivas.
No se ha intentado ni dramatizar ni sacar las cosas de quicio,
sino presentarlas tal como son: graves, en su mismo ambiente.
He podido conseguir vencer las dificultades máximas como son
que la película fuese interpretada por ellos mismos.
No existen hoy día actores infantiles
que puedan reflejar esas expresiones como son las de ellos.
A mí me parece muy interesante algo que has comentado
de ese momento en el cual la gente no se apunta al cine quinqui
sino que es una etiqueta que se pone posteriormente.
Para mí...
Yo nací en el 78.
Yo he nacido en un mundo
donde no he conocido la censura en el cine, del franquismo.
Pero me parece que el cine quinqui era un fenómeno natural
que tenía que ocurrir
tras todo un proceso de censura en el cine y que, lógicamente...
Yo le preguntaba a mi padre, Luciano Berriatúa,
que es historiador de cine, y tengo la suerte de tenerle de papá.
"Este tipo de películas...
Voy a ir al coloquio a hablar de todo esto.
Este tipo de películas es imposible verlas hoy
con el soborno, con el tipo de censura que hay ahora".
Y él me decía: "Era un fenómeno natural
porque después de todos estos años de censura
a la gente le divertía ver este tipo de películas
y a lo mejor hoy en día no iría ni Dios al cine a verlas".
Porque, efectivamente, las cosas han cambiado mucho.
Hay algo interesante en esto, perdóname, y cedo la palabra.
Antes he dicho así como de pasada
que la censura de ahora mismo es el soborno.
Es que es verdad, ahora vivimos tiempos de censura.
Hay una censura mucho más eficaz,
que es el soborno a todo lo que te interese,
lo que no te interesa que aparezca en la pantalla
o no te interesa subvencionar,
o no te interesa que esté en tu televisión,
no le vas a dar dinero.
Yo con mis "Héroes del mal" tuve un enorme problema,
y es que había menores de edad que tomaban drogas.
Esto me excluyó totalmente
de tener cualquier tipo de fuente de financiación habitual.
Podía haber caído...
De hecho, al final tuvimos ayuda del ICAB, una pequeña ayuda.
Pero fue imposible obtener ayudas de todos los medios comerciales...
habituales, ¿no?
Todas las plataformas mediáticas decían:
"Me encanta la película, pero no puedo entrar,
porque hay menores de edad que se drogan".
Y el final es muy duro, eso no se puede tener.
Entonces, ¿qué pasa cuando uno hace hoy en día una película del estilo?
Que te la comes con patatas.
Sí, de hecho "Quinquis de los 80"
en realidad salió precisamente por esa idea, la médula era:
"¿Cómo puede ser que en un país determinado
unos delincuentes juveniles acaben deviniendo un icono total?".
Porque a día de hoy entras en Internet y sigues viendo:
"Perros callejeros parte 5",
gente que queda para rastrear las tumbas de los que murieron
y ver dónde está enterrado el Vaquilla, el Torete...
Hay un fenómeno fan que, además, ha ido creciendo progresivamente
con las generaciones.
Entonces, si intentamos llegar a la médula también
de por qué estos delincuentes finalmente se convierten en iconos
en realidad el papel fundamental es el de la prensa también.
Porque a tiempo real era la prensa también
quien estaba alimentando totalmente,
entre el cine y la prensa se estaba alimentando,
se estaba engordando a estos mitos.
Y también deliberadamente confundiendo muchas veces
si el delincuente era actor, si el actor era delincuente,
y eso muchas veces también para los propios actores
o para las personas que hacían estas películas,
era un aliciente para cometer el mismo atraco
igual que habían hecho en la película,
como es el caso del Mini, por ejemplo, de "Deprisa, deprisa",
que después en la vida real volvió a hacer el mismo atraco
que hizo en "Deprisa, deprisa",
y cuando le trincaron tenía todavía en el bolsillo
el contrato que había firmado con Saura
por hacer "Deprisa, deprisa".
Si os fijáis, en todas las películas que hemos visto,
incluida también "Los golfos", el tema de los recortes de periódico.
-En "Los golfos" también. -¡Nos están fichando!
También en "Perros callejeros".
Mirando, coleccionando...
"Navajeros", clarísimamente,
coleccionando los recortes de periódico.
El tema de la prensa, realmente, es fundamental
para forjar la idea de mito, de estos delincuentes como mito.
-No solo para forjar la idea de mito,
sino también para el propio nacimiento de estas películas.
Es decir, estas películas nacen porque pasa eso en la sociedad.
De hecho, estas películas
al principio tenían un tono mucho más reaccionario.
Pienso, por ejemplo, en "Miedo a salir de noche",
la que hizo Eloy de la Iglesia antes de "Navajeros".
Había como un miedo que estaba siendo muy utilizado
por los medios para atemorizar a la sociedad.
Esto hace que, obviamente, De la Loma, que empezó con Iquino,
es decir, aprende que hay que hacer cine rápido y barato
que conecte con lo que pasa, haga este tipo de películas.
El tema lo escogí precisamente
de los periódicos y de las revistas.
Cuando un problema social abunda
y se nota que sale continuamente en la prensa,
ya deja de ser un problema de periodistas
y creo que puede ser ya un problema de guionista de cine.
Y luego hay otra cosa en el centro de todo esto,
que es que son películas de acción, no son películas sociales.
No es cine social por mucho que veamos miseria, pobreza,
bajos estratos sociales... Son películas de acción.
Es una película que cualquier adolescente puede disfrutar
porque aunque hay un mensaje siempre,
en el caso de "Navajeros" es explícito,
porque el mensaje es un personaje, el de Pepe Sacristán,
pero sobre todo son películas de acción,
de las que puedes disfrutar simplemente por disfrutar,
olvidándote de cualquier tipo de contexto.
Esto hace que las películas, sobre todo "Perros callejeros",
tuviesen mucho éxito y que tuviese hasta secuela.
En la secuela de "Perros callejeros", "Perros callejeros 2",
hay momentos maravillosos donde el Torete es un delincuente
pero es muy famoso.
De hecho hay una escena en la que él habla con el Vaquilla.
Lo que hiciste tú lo hubiera hecho yo, el papel es mío.
Ya lo sé, si lo que explico es tu vida.
-Al final, incluso este género acabó siendo metalingüístico
y hablando de sí mismo como género.
-Estamos hablando de películas populares
que superaban el millón de espectadores en taquilla,
pero que convivía con este fenómeno del vídeo comunitario,
espectadores que no podemos contabilizar
de cuánta gente se podía juntar a ver estas películas en grupo,
y que terminaban siendo héroes
porque, por mucho que tú pongas un final muy fatalista,
antes has disfrutado 90 minutos
de una vida que ojalá tú pudieras tener
si la pensamos con personajes atractivos
que se ligan a todas las chicas que pueden y que quieren,
que consumen drogas, que se lo pasan bien.
Ese era un poco el héroe que se estaba construyendo
desde estas películas.
Por eso las películas que hemos visto después, "27 horas"
y la que veremos esta noche, "Antártida",
es un "post" en el sentido de que ya es cuando la droga...
Ya ha tenido un recorrido y estamos en otra fase postrera,
que tiene otras consecuencias y ya hay unos restos de naufragio.
Esto de las fuerzas del orden tiene su aquel, ¿eh?
Porque hay que comentar una cosa fundamental
que es la visión completamente polarizada
que arroja por un lado José Antonio de la Loma
y por el otro lado, Eloy de la Iglesia.
José Antonio de la Loma y el cine quinqui
que se hace en el pueblo más catalán, en Barcelona,
es un cine, si os fijáis...
En el prólogo de "Perros callejeros" se ve muy claramente.
...casi de redención cristiana.
Es decir: "Estos pobres desheredados de la sociedad
es nuestra culpa, tenemos responsabilizarnos.
Pero las fuerzas del orden...", dice algo de ellas en ese estilo.
"Las fuerzas del orden tienen que poner mano dura".
José Antonio de la Loma colaboraba con las fuerzas del orden,
con la Guardia Civil, para hacer sus películas.
Acordonaba Barcelona, ningún problema.
Y siempre hay esa visión
sobre el fenómeno del delincuente juvenil
como de posibilidad de redención.
Y que con mano dura, o quizás con algo de educación
se puede llevar por la buena senda a estos pobres chavales.
-Todos estamos implicados en el problema
Y en el fondo, todos somos culpables
y a todos nos toca hacer algo por remediarlo,
levantando el brazo de la justicia, desde luego,
pero sin olvidar la caridad.
Por el otro lado, tenemos a Eloy de la Iglesia
que está en el polo opuesto.
Porque Eloy de la Iglesia, en el polo madrileño,
era un personaje de izquierdas, homosexual, consumidor,
que además se relacionaba con los chaperillos también.
Con lo cual, su relación con el mundo quinqui
es de estar imbricado también dentro de ese mundo.
De comprensión, de empatía...
Ahí está el personaje de Sacristán en "Navajeros".
Realmente lo que hace es buscar una verdadera razón
para la existencia de esos personajes
pero con una simpatía y con un humor y una cercanía
que está claro que no tiene que ver nada
con el señor profesor José Antonio de la Loma.
Yo empecé a trabajar con mi guionista habitual,
con Gonzalo Goicoechea,
y enseguida llegamos a la conclusión de que hacer una biografía del Jaro
no era lo ideal.
Era mejor fabular, buscar un intermedio
entre la crónica de sucesos y el cómic.
Entre el reportaje periodístico y el tebeo.
Entre la tragedia y la aventura.
Y así es como nos planteamos "Navajeros".
De hecho, es muy interesante en "Navajeros"
esa secuencia maravillosa en la pelea con los nazis.
-Sí. -La música de "La bella durmiente".
Tiene el ballet de "La bella durmiente",
que lo tiene coreografiado con la paliza que le dan a los nazis.
Se perciben como héroes.
Los nazis son los malos, los delincuentes por placer,
y estos son una especie de defensores de la justicia.
Y, efectivamente, por supuesto van a tener un final fatalista,
o fatídico, podía ser las dos cosas,
porque está escrito como en el fatalismo.
Además, por todo el tema de las drogas,
como aparece luego en otras películas donde ya no hay tanta violencia
sino gente martirizada por las drogas, es como...
Efectivamente, parece como si se hubiera domesticado
no solamente el cine, sino la propia sociedad
desde esa salida salvaje, de esa censura y de ese posfranquismo
parece que hubiera llegado este proceso
a hacerse cada vez más cuajo,
hasta llegar al buenismo imperante del cine de hoy en día.
Y estamos tratando de superarlo.
Ese cine buenista, en el cual todos somos buenos,
todo acaba bien.
Yo creo que muchísima importancia, ¿verdad?
Sí, de todas maneras hay dos vertientes.
Tenemos por un lado la rumba, Los Chunguitos, "Me quedo contigo",
que es el temazo de "Deprisa, deprisa".
Pero si os fijáis, en "Perros callejeros"
lo que más escuchamos es una especie de funky discotequero de los 60.
Porque hay también esa línea típica de discoteca, un poco...
Más bien barata, digamos. (RÍE)
Pero que también era un tipo de música
que se utilizaba mucho y que estaba en relación
tanto con el cine de acción de la época
como también con lo que hablábamos de las formas de ocio de discoteca.
Yo creo que eso, junto con el rock más radical
que viene de los barrios,
son como la banda sonora del género.
Pues...
Los Burning tienen "Navajeros" y toda esa banda sonora
que hicieron para esa película, que ha sobrevivido superbién.
Yo creo que es de sus mejores momentos creativos para los Burning.
Una balada a ritmo de rock y a ritmo de flamenco de barrio.
Una balada de un niño bandido.
De un niño que llega a la muerte
cuando todavía nadie le ha enseñado cómo hay que vivir.
Coge más papel porque me lo voy a llevar todo.
Todo, ¿has entendido? Me lo llevo todo.
La verdad es que es una lástima
que parece que este sea un género totalmente perdido,
que ya no exista.
Yo lo veo con nostalgia este tipo de cine,
porque ya nadie lo logra identificar.
Y si ves películas actuales
que tienen algo en el estilo referencial a estas películas,
nadie lo va a reconocer.
nadie me ha dicho nunca que tenga nada que ver
con Eloy de la Iglesia ni con un cine quinqui,
que realmente lo tiene.
(RÍEN) Pero bueno...
En el caso de Eloy, yo lo que considero es
que a mí me resulta muy interesante
que él fuera muy criticado en su época
y que sea uno de los pocos directores de esa época que todos recuerdan,
y que todos admiran, pero no porque esté muerto,
sino porque sus películas eran películas valientes e interesantes
que tenían un discurso todas, siempre lo tenían.
-Es cine político más que cine social, digamos.
Aquí hay una puesta en solfa
de todo lo que la política o el poder ha hecho
para que estos jóvenes no puedan salir adelante,
que es el personaje de José Sacristán quien lo dice.
14, 15, 16 años y ya están condenados.
En cierta forma, ellos se lo han buscado.
¿De verdad cree que ellos se lo han buscado?
Bueno, ya sé que ellos no solo son los culpables.
Yo soy juez, compréndame, me limito a aplicar la ley.
Sinceramente, ¿no cree que se está utilizando
toda esta ola de delincuencia? -¿Utilizando? ¿En qué sentido?
Utilizando, manipulando, exagerando en definitiva,
para poder intimidar al ciudadano.
Es un cine muy político, sobre todo si tenemos en cuenta
que esta película siempre se relaciona
con las siguientes de Eloy de la Iglesia,
"Colegas" y "El pico 1" y "El pico 2".
Yo la relaciono justo con la anterior de la que he hablado antes,
"Miedo a salir de noche", donde hay una pareja,
que es también José Sacristán,
que están muy asustados porque la prensa
no hace más que dar noticias de atracadores, asaltadores...
Y al final, cuando salen a la calle,
se dan cuenta de que en realidad eso es un mecanismo de la prensa
para asustar a la sociedad y tenerlos más atemorizados.
Hay una voluntad muy política en Eloy de la Iglesia,
incluso en esta película.
En relación a lo que decía Luis,
creo que es verdad que plantea esa pregunta
de por qué la democracia ha fracasado
a la hora de integrar a estos sujetos marginales,
y también el mito que manejaba la prensa manipuladora
de pensar que con la llegada de la democracia
había llegado una violencia brutal
y el mito de la paz del franquismo,
donde al parecer no había ningún tipo de violencia.
Pero también en relación a los que decías, Zoe,
me gusta mucho cómo trabaja el espacio Eloy de la Iglesia
en relación a la ciudad, en esos campos,
en esos planos generales tan abiertos del descampado
donde al fondo sí que ves la ciudad donde impera la ley.
En el descampado, en absoluto,
pero también cómo están señaladas las marcas de consumismo de la ciudad
de letreros cuando van por las calles intentando robar bolsos.
Eso está muy bien conseguido.
-Es tremendamente divertida.
(RÍEN) Es decir, aparte de lo política,
es que es tremendamente divertida.
Es trepidante, es superhumorística.
Eloy de la Iglesia se lo pasa bien y quiere que la gente se ría.
Tiene esos puntos que provocan hilaridad.
Y luego, lo que tiene esa película, igual que "Perros callejeros",
es que presenta una de las dos grandes "quinquistars"
del género, que es José Luis Manzano.
No hemos hablado mucho del Torete, de Ángel Fernández Franco,
pero de Manzano hay que hablar porque en realidad, si os fijáis,
es el grandísimo icono del cine quinqui,
e incluso dicen las malas lenguas que en "27 horas" el protagonista,
que es un actor vasco,
venía a hacer un remedo del propio José Luis Manzano.
-Se parece bastante, recuerda. -Por eso.
Como no tenemos a Manzano,
ponemos a un rubio con rizos que se parezca.
Hasta ese nivel, ya marca toda la historia personal
y cinematográfica, y todo el periplo vital de Manzano
y su relación personal con el propio Álex de la Iglesia.
La sexualización del quinqui comienza aquí.
Fijaros que aparece con sus pantalones ajustados,
paquete, "tengo más rabo que la Pantera Rosa",
y este tipo de ripios de carácter sexual
que aparecen continuamente y que van desde este papel
más que desde el Torete,
pero muy concretamente desde este papel de Manzano aquí,
irán ya ligados a la figura del delincuente juvenil.
También hay una demonización de la propia ciudadanía,
que a la vez es víctima pero también es verdugo.
En el caso de "Navajeros", además,
sabéis que está basada en un caso real, el del Jaro,
que es un delincuente que, en efecto, existió.
Un niño que antes de los 16 años
muere en la calle por un tiro de escopeta
y que ha cometido más delitos que Al Capone.
Y que, en efecto, al final fue abatido por un vecino
que sacó una pistola o una recortada, no me acuerdo,
y le pegó un par de tiros en el estómago.
Ahí, de alguna manera,
Eloy de la Iglesia, reconectando con "Miedo a salir de noche",
nos está hablando también de esa ciudadanía psicotizada
por toda esa ola de delincuencia juvenil.
Es curioso porque, además, hablamos de cine quinqui
que está contado desde el punto de vista del delincuente,
pero en esa escena en "Navajeros" hay un plano subjetivo.
Sale el cañón de la escopeta por la cámara.
En un momento dado nos sitúa en el punto de vista de ese vecino
que está punto de disparar al Jaro.
Es una especie de provocación, yo creo, para el espectador.
A veces me asusta.
Pero sigues.
¿Y qué otra cosa se puede hacer?
-Volver al insti.
Ya me lo has dicho esta mañana.
No sirve para nada.
Yo creo que están en un estado vital diferente.
Porque también estamos en un momento social distinto,
en el cual hay un sentimiento de depresión general
porque la falta de paro es evidente.
Y en la película se repite continuamente cómo van a buscar curro
y no les dan y les devuelven para casa.
Y habla también de una amenaza que en esos momentos
era tristemente real, que era la introducción de la droga
y de la heroína en el hogar del obrero medio.
Es decir, la droga había dejado de ser una cosa marginal,
o todo lo contrario, muy para clases sociales privilegiadas,
y la heroína estaba vertebrando toda la sociedad.
Quién no tenía un primo, o el amigo de un vecino,
o los hijos de no sé quién,
que alguno estaba metido en el mundo de la heroína.
Entonces, estos personajes vienen de un extracto social diferente
de los que hemos visto en las películas anteriores
porque son hijos de obreros, pero que están enganchados
por esa falta de... Una falta de perspectiva en la vida.
-También puede haber un factor, y es una pregunta que te hago,
que es que quizá cuando se hizo "27 horas"
la figura del delincuente famoso, el delincuente estrella,
como eran el Vaquilla, etc., ya había desaparecido.
La delincuencia juvenil había dejado de ser uno de los problemas
que el CIS contempla como lo que más preocupa a los españoles.
Seguramente, tampoco tuviese tanto sentido volver a retomar una figura
que ya había sido usada y requeteusada.
-Exacto. Y con sus atributos, como el tema del tirón, la navaja...
Todo esto sonaba, a estas alturas de los 80,
a algo que estaba desapa...
No desapareciendo, pero sí había pasado
o al menos la prensa no estaba poniéndolo
en la primera línea de los sucesos.
Tenemos la historia familiar,
que se retrata en los espacios cerrados de la casa;
cuando ve al padre, se ve mucha tensión; la amistad...
En estas películas no suele haber un punto de vista externo,
y en "27 horas" sí lo tenemos, ese amigo que no consume,
que no está involucrado en las drogas y que puede sonar a un Pepito Grillo:
"Tú sabes que esto es malo, te puedes quedar ciego".
Y la historias de amor, que está contada
como suele ser habitual en el cine de Montxo Armendáriz,
desde un distanciamiento, como respetando esa privacidad,
pero sí que hace de la película un retrato más intimista
del personaje que las anteriores.
-De hecho, esto que dices me hace recordar, por ejemplo,
la escena en la que ellos se meten en la habitación juntos
y se dan un beso, se ve la puerta medio entreabierta,
y entonces empiezan a hacer un chino de heroína.
Si os fijáis, luego se cierra la puerta y ahí se quedan.
Completamente diferente a las películas de los 80 del género,
en el cual, la pormenoridad a la hora de consumir droga
es siempre muy clara, sobre todo en "El pico" o en "El pico 2".
Todo este tipo de detalle en el cine ya más posquinqui
deja de aparecer. De alguna forma va desapareciendo
porque ya sabemos perfectamente cuáles son los efectos
y se valoran otro tipo de mensajes más allá del puramente...
-Pocas secuencias después, lo que cuenta Armendáriz
con detalle es cómo se pesca, y el amigo le dice: "¿No sabes?
Yo te voy a enseñar", y es una escena larga,
como un apunte documental de cómo podemos pescar
en San Sebastián desde nuestra barca.
-Si contemplamos las cinco películas de la semana en perspectiva,
esta es la más diferente,
aunque a priori pueda parecerlo "Antártida".
Es la más diferente porque es la única en la que no hay acción.
No hay pistolas, no hay navajas... No hay acción.
Están como sumidos en una especie de errar continuo.
¿Y por qué? Porque a Armendáriz no le interesa la acción,
lo que le interesa es contemplar a personas en acción,
por decirlo de alguna forma. Venía de hacer "Tasio".
¿Qué tiene que ver "Tasio" con esta película?
Aparentemente nada, pero tiene mucho que ver.
Es la mirada comprensiva, de querer comprender,
de por qué está así.
Ve a una persona atrapada en un entorno.
-Nuestra intención era, en el caso de "27 horas",
a través del vehículo de la droga, de la heroína,
contar una historia de relaciones humanas,
una historia existencial, una historia de amor, de amistad,
de muerte en algún caso,
en donde un protagonista de 19 años vive 27 horas
en una ciudad como San Sebastián.
¿Me lo preguntas a mí, que soy actor?
He sido, antes que director, actor durante 30 años.
A mí los actores me parece que están muy bien.
-Hice pruebas y les gusté.
Hice más pruebas y más pruebas y más pruebas
hasta que al final me cogieron.
-Un mes antes del rodaje estuvimos preparando el rodaje.
Estuvimos con Montxo ensayando escenas,
charlando sobre la película.
Preparándolo, ¿no? Nos lo ha enseñado él todo.
-Martxelo Rubio a mí me parece que está fenomenal, muy comedido.
Seguramente han escogido precisamente a un actor
que ya era así, que no ha tenido que componer el personaje,
como suele pasar en los actores adolescentes.
Parece muy interesante, efectivamente,
que Martxelo Rubio y Maribel están muy muy naturales.
Y a Antonio Banderas, que está muy bien en la película,
se le ve incluso un poco actuado. Se nota que es actor, y muy bueno,
porque está muy bien en la película, pero tiene dejes de actor.
Tiene la posee, esa plástica, que se queda quieto un ratito
para marcar las situaciones...
Cosas que los otros actores no tienen.
Incluso el amigo, que es quizá el que peor está,
el menos natural... -Pues yo ahí no estoy de acuerdo.
Para mí el mejor es el amigo. -¿Sí?
-Sí, sí. Yo al amigo lo veo muy auténtico, muy vasco.
No sé, igual es que por ser vasca... -Es muy bonachón.
-Me identifico un montón y veo muy auténtico al amigo.
Fíjate, muy...
-Lo que iba a decir es que el amigo,
el que como actor quizá sería más flojo para mí,
es uno de los que más me gustan
porque se le ve con una naturalidad pasmosa.
-Claro. -Entonces,
me parece muy interesante lo de los no actores una vez más,
o los actores noveles,
porque dan una frescura que luego nunca más...,
nunca más van a volver a tener.
-Quedan desvirgados, ¿no? -De alguna forma.
Es como un toro ya toreado.
Ya sabes que va a buscar la cámara después de eso, ¿no?
-¿Qué, quieres pillar algo?
Aquí Barricada, en efecto. Música en euskera también.
Ha utilizado muy bien Montxo Armendáriz
todos los sonidos autóctonos
para retratar el San Sebastián de la época.
Y no tan de la época, ¿eh?
Porque a veces vas a bares de Bilbao y San Sebastián
y aún suena exactamente lo mismo. Parece que no haya pasado el tiempo.
Con una cosa que ha mencionado Mery antes
cuando decía que la etiqueta de cine quinqui
fue una etiqueta otorgada a posteriori.
"Antártida" es producto de esa consciencia
de que había habido un cine de acción, un cine del submundo,
un cine del lumpen en España.
Lo que hace es recuperar eso y lo sublima.
Es una película muy puesta en espectáculo,
muy consciente de las reglas del género.
Es una road movie, es una película de mafiosos,
es una película de persecuciones.
Es una película que maneja unos códigos,
que no está inventando, como pasaba con "Navajeros"
y con "Perros callejeros", sino que sabía perfectamente
que existía y cómo explotarlo.
-Yo pensaba: "Una película con yonquis,
buen pretexto para utilizar retroproyecciones".
Porque en las retroproyecciones separas a los personajes del fondo,
y eso es como una metáfora de que ellos están separados
de la realidad.
Un viaje interior y muy torturado,
y con muchos peligros por el camino.
Yo es que no quiero hacer spoilers.
Me resulta difícil añadir algo más a lo que ha dicho Luis.
Sí, yo creo que al menos el personaje de Ariadna Gil
lo ha asumido, se ha abandonado.
A mí lo que más me interesa de "Antártida",
como punto final de esta semana, es que hemos hablado
mucho del realismo, y creo que Manuel Huerga
no tiene ese compromiso.
Utiliza un poco la droga como pretexto
para hablar de los personajes, personajes en una situación límite,
y también utiliza recursos de estilo
que van en contra de esa impresión realista,
como las retroproyecciones, la propia iluminación, la música...
Contrasta mucho tener a John Cale con Barricada, por ejemplo.
Esa conciencia que él había adquirido por ver un cine quinqui
ya puede desligarse y no comprometerse con la realidad,
sino volar por otros lados.
Además hace el personaje más simpático,
ese personaje popular, verborreico, dicharachero y tal.
Los dos actores están muy bien.
Ariadna Gil hace un papel difícil, de reina caída,
de césar sin trono, caída en el submundo.
Siempre con gafas de sol, siempre ocultándose,
y hace que el personaje te lo puedes llegar a creer.
Me gustaría reivindicar a una persona que no sale en la película,
que es el guionista, Francisco Casavella,
que había vuelto a poner de moda,
o al menos en sus novelas había vuelto a usar
los personajes del quinqui, del camello... De todo eso.
Es la única película que él escribió para cine,
pero su poética y sus argumentos están muy presentes en la película.
A mí se me ocurre "El truco del manco", por ejemplo.
Películas que han seguido hablando sobre la delincuencia en los barrios,
pero que esos barrios han cambiado y la composición también humana.
Los barrios ya no son tan españoles, hay otras nacionalidades,
hay otras formas de delincuencia...
Entonces, películas que remiten al cine quinqui no se me ocurren,
pero no hace falta que las haya tampoco.
Como hemos dicho antes, el cine quinqui
es un síntoma muy concreto de unos tiempos concretos.
Ahora, si ese cine quinqui o un cine de delincuencia juvenil
se sigue haciendo, que se sigue haciendo,
lógicamente tiene otras coordenadas y otros referentes distintos.
-Es muy interesante que hables de "El truco del manco"
porque el guionista, el ideador de la película,
que partió de él, era Iván Morales,
que es un amigo mío guionista y director
que es absoluto fan de Eloy de la Iglesia
y de este tipo de... -Algo se nota.
-Es alguien que escucha a los Chunguitos en su casa.
Es un maravilloso guionista y un fan absoluto del género,
y además se crio en el barrio de El Raval.
Entonces, es interesante que hayas dicho este título,
porque, de mis amigos y de mis allegados del cine,
si hay alguien que es seguidor de este cine quinqui es Iván Morales,
y por eso escribió "El truco del manco".
-Pues se transparenta. -Sí, lo has cazado al vuelo.
-Yo quizá mencionaría "Ártico", de Gabriel Velázquez,
que es una mezcla de ficción y documental,
y me parece que entronca con la tradición quinqui,
pero hablando de esta generación ni-ni del presente.
Me parece una mezcla, muy formalista, pero curiosa para mencionar.
pero soy incapaz de explicarlo tan bien como Andrea.
Pero hay una película que se llama "El idioma imposible",
que es una adaptación de la novela de Casavella,
el guionista de "Antártida", que también toca ese lumpen
y también toca ese lumpen de los 80.
Cuando tú haces una peli de época ambientada en el lumpen de los 80,
inequívocamente acabas cayendo en el cine quinqui.
-Fuera ya de las coordenadas de los jóvenes violentos
o de este cine quinqui, hay películas.
Me acordaba de Ramón Barea
y de que él era el protagonista de "En la puta calle".
Tiene que ver con este cine alternativo.
y fuera de las coordenadas del cine de los últimos años.
Hablo de una película... No sé si es de los 2000.
O películas de Xavier Bermúdez, como "León y Olvido",
que se alejan totalmente del genero, pero son películas alternativas
que me parecen muy interesantes y que han pasado desapercibidas
en el cine español y que sería estupendo recuperar.
Ha sido un placer.
Gracias a vosotros.
Elena S. Sánchez charla con, Mery Cuesta, Zoe Berriatua, Andrea Morán y Javier Ocaña, sobre "Delincuencia juvenil en el Cine Español".