(Ópera)
La música, el arte de las musas,
que decían los griegos,
ha acompañado al ser humano
desde que tiene
conciencia de sí mismo.
En cualquier lugar,
en cualquier época.
De una nana a un réquiem,
de una simple nota de un piano
a esa canción que nos transporta
donde estuvimos alguna vez
y quisiéramos volver.
La música lo es todo.
La música es un gigante.
(Ópera)
(Sintonía de "Gigantes")
(Música clásica)
A veces, pasa en la vida real
como en los cuentos de hadas
que una sustituta desconocida
se convierte en una sola noche
en diva reconocida
desde el primer momento
por la crítica internacional
y por la grande de su época,
que fue María Callas.
Montserrat Caballé
ha regado con su enorme talento
los mejores teatros del mundo,
magnificando con su poderosa voz,
con su buen hacer,
el nombre de España.
Montserrat,
muchas gracias por recibirnos.
Estoy francamente emocionada
por tenerte tan guapa, tan...
como te he tenido muchas veces.
He tenido ese privilegio,
si se me permite.
Sí, desde luego.
Hay una noche mágica en tu vida.
Esto, cuando uno lo lee, le parece
el cuento de "La cenicienta".
Llegas de suplente,
nada menos
que de la gran Marilyn Horne,
al Carnegie Hall de Nueva York,
que dices: "Bueno, es la meca".
Es como la Scala de Milán,
pero al otro lado del charco.
Eres suplente de esta señora,
que cantando "Lucrezia Borgia"
se pone enferma
y dicen:
"A ver, la suplente, que pase".
Tú no te lo podías creer.
Pues no.
Y, además,
lo comenté con el empresario,
que me pidió que lo hiciera
y yo le dije: "Mire, señor,
yo creo que no estoy preparada".
"Como suplente sí,
pero para actuar no".
Y me dice: "No tiene que actuar,
es en versión de concierto".
Y tal.
En el Carnegie Hall.
Y...
yo... lo hice.
Tuve suerte.
Era un 19 de abril de 1965.
El público
no respiró.
No, el público...
Dicen los cronistas de la época
que el público no respiró.
Es verdad, es verdad.
Se volvieron locos.
Aplaudieron de una forma loca.
Casi media hora.
Sí.
¿Tú te lo podías creer?
No, no entendía el por qué,
si te digo la verdad.
No lo entendía.
Para mí,
había sido servir a la música,
hacerlo lo mejor que podía
y seguir la...
la línea del compositor,
que era el verdadero...
arte esa noche.
El compositor, no yo.
Y lo único que hice
fue servirle lo mejor que pude.
Esto hay mucha gente que lo olvida
cuando canta las obras.
Somos servidores del compositor,
que es el gran creador
de las noches.
Bueno,
pero también no es menos cierto
que en el mundo de la ópera
las primeras figuras son dioses.
Entonces, debe ser fácil creérselo.
La gente lo hace así,
pero...
uno no tiene que cegarse
y ensordecerse.
O sea,
tú, cuando abres una partitura,
la partitura la coges con respeto
porque es algo que no conoces.
Y la lees y la estudias
y procuras y piensas:
"¿Podré servir bien al compositor?".
Porque él hizo
maravillas con esta melodía
y con este coro y con esta...
con esta área y con este dúo.
Pero, si no eres consciente
de que eres solo un servidor
del compositor,
te conviertes en eso,
en un falso divo.
Y ese cuento que se contaba
de que era una diva
que molestaba
a los directores de orquesta
o que trataba mal a sus compañeros
es absolutamente falso,
totalmente falso.
Es más, yo le estoy agradecidísimo
porque gracias a ella
dirigí por primera vez
en el Convent Garden de Londres
porque fue ella
la que recomendó allí a la dirección
que fuera a dirigir
Miguel Ángel Gómez Martínez
porque había trabajado con él
y consideraba
que era un gran director
y me tenían que contratar allí.
Y, en efecto, lo hicieron.
Me ha dejado un poco impresionada
ese fragmento en el que dices
que, aparentemente,
no tenías temperamento para cantar,
que te veías muy 'chiquita'...,
Sí.
...muy dulce, muy apocada...
Sí, sí.
Así me veía
y debía serlo en aquel momento.
Supongo yo.
Después, con los años, uno cambia
y se hace más mayor y tal,
pero, lógicamente, no...
nunca pensé que podría
llegar a cantar bien.
Nunca pensé
que podría llegar a tener
éxito
y a ser una cantante
más o menos apreciada.
Muy apreciada.
Permíteme la pequeña corrección.
¿Recuerdas lo que dijo
la prensa de ti al día siguiente?
Sí, pero no te lo repito.
Bueno, pues yo tengo una frase.
Yo sí que me acuerdo
y la quiero contar.
Decían:
"Horne más Callas,
igual a Caballé".
O sea,
dos de las grandes de la época,
igual a nuestra pequeña, humilde
y apocada Montserrat Caballé.
Ahí queda eso.
La gente a veces escribe cosas
que le parecen cuando se entusiasma,
pero no hay que creer
lo que se escribe.
(Ópera)
¿Alguna vez has tenido
un tropiezo en tu carrera,
un desencuentro...
que te haya hecho, digamos,
repensar un poco si ese era
realmente el rumbo de tu vida
o siempre lo has tenido
perfectamente claro?
No, en cuanto empecé a cantar
tuve claro
que quería hacer la música.
Quería servir a la música
y quería ir adelante.
Primero, porque con eso
podríamos comer,
podría ganar dinero para la casa,
para la familia.
Y, después,
también porque sería la posibilidad
de desarrollar algo
que me gustaba mucho
y que no quería traicionarlo
porque no hay nada peor
que traicionar la música.
Es cierto que el trabajo que ella
hace le apasiona.
Entonces, quizá es más fácil
darle más dedicación,
pero, sin duda,
las horas y verla de noche aquí,
despertarte para tomar agua y decir:
"No le digas a papá
que estoy estudiando,
que se enfadará
y me dirá que no descanso".
Ser una cantante
con estas connotaciones
y esta técnica vocal
te requiere toda la vida.
Es una disciplina abismal,
una disciplina que requiere
unos entrenamientos tremendos.
El hecho hasta de tomarte
una pequeña copa de vino
está prohibido.
El hecho de ir
un poco desabrigada por la calle
en una noche de verano
con un poco de brisa...
Son muchos, muchos esfuerzos
y muchos sacrificios.
Eh... Y, sin embargo, a ella
se lo ha regalado la lírica.
Nos lo ha regalado a nosotros.
Traicionar una vocación es,
de alguna forma,
traicionarse a uno mismo.
Sí.
Negarse esa posibilidad de vivir...
Sí.
...con toda intensidad.
Pero hay mucha gente
que lo interpreta de otra manera.
O sea, la intensidad de vivir
lo interpreta
como intensidad de ser alguien.
Y eso es muy difícil
quitarlo de la mente de una persona
cuando la persona
se siente importante,
se siente alguien.
Eso... eso es ridículo.
La humildad y la honestidad.
Es...
es lo que ella
le ha marcado en su vida.
Perdonad, es que me emociono
al hablar de ella.
Es un gran ser humano.
¿Alguna vez
se ha enfadado mucho o muchísimo
Montserrat Caballé
con esa parte payesa,
que la tiene también bien acentuada,
y ha dicho:
"A este o a esta me los como"?
No.
¿Nunca?
No, no.
Eso, no.
Bueno, Montserrat,
pero la gente que te conoce bien
sabe que tienes mucho temple
y que llega un momento
en que, como dicen en Aragón,
pones pie en pared
y dices: "A partir de ahora,
aquí se acaba
y empieza mi defensa personal".
Bueno, depende de quién te ataca.
Hay veces que la gente
ataca inocentemente.
Y con esa gente se tiene que ser
también...
no duro.
Y, después,
hay gente que te ataca malamente.
Y con esa gente se puede responder.
A mí me sucedió en Viena,
con el director de orquesta.
Yo cantaba "La traviata"
y llevaba unos tiempos muy rápidos.
Después,
supe que los había hecho así
porque cantaba con otra soprano
que necesitaba esa rapidez.
Yo, como entonces no lo sabía,
llevaba un ramo de flores en la mano
y se lo tiré a la cabeza.
(RÍE) ¡Ah!
En plena función.
Sí.
¿En plena función?
En plena función, con la orquesta.
Y le dije: "Ahora, siga usted solo".
Y me fui.
Eso fue en Viena.
A un director de orquesta,
pero, claro,
había habido un ensayo nada más.
Quedaron de acuerdo con los tiempos
y a aquel hombre
no había quien lo siguiera.
Esto fue en "La traviata".
Yo a ese director
le vi unos años después
en Chicago.
Me vino a saludar y me dijo:
"¿Se acuerda usted...?".
Y digo: "¿Cómo voy a olvidarle?".
Digo: "Me hizo usted
una mala pasada en Viena".
"Bueno,
yo tenía un momento difícil...".
Y digo: "Mire, si tiene
un momento difícil, yo le perdono
porque no hay
por qué guardar rencor,
pero, desde luego,
con usted
no volveré a cantar nunca".
Y menos "La traviata".
(Ópera)
Uno de los papeles más importantes
y que, posiblemente,
te dio mayor prestigio internacional
fue la "Norma" de Bellini.
Sí.
En esta "Norma" que cantaste tú
te entregaron una partitura
corregida por otra grande,
que fue Sutherland.
Sutherland me la dio.
¿Te dijo cómo tenías que cantar
la "Norma" de Bellini?
No, me dijo que la cantara
como la cantaba.
Me quedé muy sorprendida.
Yo le dije: "Pero yo no puedo hacer
lo que usted hace".
La fui a escuchar en Filadelfia,
que cantaba con Bernabé,
cantaba con ella,
y por eso fui a la función también,
por varios motivos.
Y recuerdo que ella me la regaló
y me dijo esta frase,
que no tenía que hacer nada,
solo seguir la partitura.
Poner tu voz.
Sí.
Parecía hecha a propósito
para cantar...
Sí, para cantarla yo.
Y yo dije: "Yo no puedo hacer
las filigranas que usted hace".
Porque hacía filigranas.
Y dice: "Yo no la puedo cantar
como está escrita".
"Tengo que hacer esto
para que luzca".
A mí me sorprendió esta declaración.
Impresionante.
Pero lo dijo.
Después, cuando estuve en Sidney
años más tarde,
me dijo que cantara la "Norma",
que la quería escuchar.
Y cantaste "Norma"...
Sí.
...sin las filigranas
y con tu agudo.
Sí.
(Ópera)
Siempre
me había entusiasmado en ella...
Lo primero de todo es que tenía
un fiato extraordinariamente largo.
Era capaz de cantar
frases enteras sin respirar
que otras cantantes
no podían hacerlo.
Escalofriantes pianísimos,
la facilidad con que ella...
Mmm...
hace esos legatos,
en esas zonas que son
tan extremadamente difíciles
de pasaje.
A la vez de sonar delicado,
de muchísima potencia.
Única.
Montserrat, también tuviste
una gran relación con alguien
con quien te has equiparado siempre,
pero que tuvo
una vida mas cinematográfica,
María Callas.
María Callas...
te regaló unos pendientes.
Sí.
Los has guardado
y ni siquiera te los has puesto.
No, me pareció
un sacrilegio ponerme los pendientes
que ella había llevado.
Los había llevado ella
y no me parecía de respeto
ponérmelos yo.
De verdad.
Pero los tengo en la vitrina
y los tengo guardaditos
con su dedicación.
(Ópera)
María era una mujer muy sencilla,
cosa que la gente no conoce
porque la ven
solo de diva,
pero era una mujer muy sencilla,
una muy buena amiga
y, sobre todo,
era una persona de mucho corazón.
Yo recuerdo varias veces
que me vi con ella y que...
Bueno, hablando.
No hablando de música,
hablando de cosas de la vida.
Y era...
era muy dulce María.
Muy dulce.
Y recuerdo que cuando yo cantaba,
si le preguntaba algo,
me decía: "No me preguntes".
"Hazlo como te sientas".
Ella fue feliz con la música,
digamos.
¿Le hubiera podido bastar ser...?
En ese momento,
era la mejor del mundo.
¿Le hubiera bastado?
Bueno, la música llena.
Llena una vida
y llena un sentimiento.
Pero en la vida hay otras cosas
que también llenan.
Y...
esas cosas ella no las conoció.
("Never Enough")
Montserrat, tú no has necesitado
potentados griegos
que te pusiera un yate.
Tú has tejido tres cosas en la vida
que a otras personas les ha faltado,
pero a ti no.
No.
Tú has tenido mucho amor.
Una familia que te adora,
que te ha querido
y te sigue queriendo.
Tienes por ejemplo
a ese aragonés, bravío,
que también era un excelente tenor.
¡Y qué guapo! ¡Qué atractivo!
Mucho.
No me extraña que le eligieras
entre tantos candidatos.
Bueno,
lo raro es que él me eligiera a mí
porque era muy guapo
y cantaba muy bien.
Todo el mundo estaba por él, pero...
yo no era un lechazo de belleza,
al contrario.
Era muy gorda, muy patosa,
y no era una persona...
En el escenario sí que cantaba bien.
Yo creo que eso le...
le fascinó.
El canto.
¿Recuerdas la primera vez
que cantasteis juntos y dónde?
"Madame Butterfly".
"Madame Butterfly".
Fue en La Coruña.
Y llegó y no se la sabía.
Yo veía
que se equivocaba cada momento
y miraba para corregirle o ayudarle.
Yo se lo dije al regidor de escena.
Digo: "Ha venido y no se sabe...".
Porque vino a sustituir
a otro tenor...
También.
...que se puso enfermo.
Y...
dice: "Bueno,
es que tiene una voz muy bonita".
Pero no se sabía bien la obra.
Cuando llegué a Barcelona,
yo lo comenté con el señor
que nos hacía las pelucas,
los maquillajes,
las botas, etcétera.
Y este va y se lo dice.
Que yo le había dicho
que no se sabía la obra
y que en el escenario no funcionaba
porque me tenía que dar un beso
y no me lo dio,
me tenía que abrazar
y no me abrazaba...
Siendo aragonés, qué raro.
Sí.
Bueno, estaba muy preocupado
por la obra, yo creo.
Si no se la sabía...
Y...
y, entonces,
cuando la hicimos en el Liceo,
él ya se la sabía.
Y, entonces, la hizo muy bien.
La cantó muy bien y la hizo mejor.
Y me besó terriblemente.
(Ópera)
Él tuvo que dejar de cantar
muy joven porque...
descubriste que ese magnífico,
atractivísimo tenor
con el que te casaste
y recorriste el mundo,
llevaba cantando toda la vida
con un solo pulmón de los dos.
Sí.
El otro estaba paralizado.
Sí.
Estaba necrosado.
Tenía un 24 % solo en el pulmón
que funcionaba, digamos, mal.
Y el otro le funcionaba bien.
Y...
eso se descubrió
cuando volvimos de París,
precisamente de cantar la "Norma".
Pero el motivo principal
fue porque en San Francisco
él tuvo un infarto.
Y el médico aseguró
que iba bien, que volviera,
si podíamos,
y que no...
no cantara ni hiciera
grandes viajes largos.
Es increíble.
Y así fue, así fue.
Pero sí que es sorprendente
que cantase
solo con la mitad de un pulmón.
Sí, sí.
Yo, a veces, cuando escuchamos
las obras y cantamos juntos,
eran tantas las que grabamos,
eran tantas...
Verdaderamente, tenía un...
El medio pulmón
no le hacía falta porque...
porque tenía una voz,
sobre todo
en el registro medio y agudo,
fácil fácil.
Era como Luciano,
pero con más facilidad, con más voz.
Luciano tenía
una voz menos potente, digamos.
Para un cantante de raza,
apasionado como él,
no ha tenido que ser nada fácil.
No,
pero es una persona muy especial.
Bernabé es muy especial.
Es el...
es el hombre con el que me casé
no porque cantara,
sino por cómo era
y cómo es.
Es un ser humano
de mil por cien.
Para él, todo es más importante
que el canto
y todo es más importante
que la misma música.
Lo importante son los seres.
Y me ha enseñado mucho
en este campo a mí
porque también me he dado cuenta
de que tiene razón.
("L-o-v-e")
¿Cómo se remonta el fracaso?
Porque todos nosotros tenemos
mucha experiencia en fracasos
y quizá nos falta
la cultura de que alguien nos diga:
"¿Qué pasa
cuando te dan un portazo?".
Porque hay gente
que se queda a la primera.
Se queda detrás de la puerta
con una cara
y otros que dicen: "Voy a pelear".
Y ese fue tu caso.
Bueno, digamos que más que mi caso
fue la constancia
y el deseo de mi madre,
que nació en Valencia, por cierto,
y que estudió allí
y tocaba el piano muy bien,
no como tú, pero tocaba el piano.
Muchas gracias.
Se ve
que no me has oído últimamente.
Entonces, ella tenía esa ilusión
por la música
y me la pasó, me la pasó.
Y, poco a poco,
fui superando esa cosa
a pesar de las dificultades
que se pasaron
en la Posguerra y todo.
Lógicamente,
tuvimos la suerte de encontrar
un camino
para poder desarrollar la música.
Y eso fue gracias a ella.
Éramos solo dos.
Y nos escondíamos las travesuras,
el uno al otro.
Mamá era la que iba
con el zapato en la mano
persiguiendo en casa.
Si algo se rompía,
el "he sido yo" salía al unísono.
Hablábamos el mismo idioma
con la música.
Solo necesitábamos mirarnos
y ya sabía lo que ella quería
o lo que yo quería decirle que venía,
pero siempre refiriéndose
a la música.
Y tus recuerdos
de primerísima infancia,
¿tienen algo que ver
con ese piano y con la música?
Bueno, digamos que tienen que ver
con ella mucho
porque era una persona
muy...
muy tenaz.
Y, cuando ella decía
"no hay pan para comer",
hacía colas, caminaba kilómetros
y traía pan a casa.
O sea, era..
era en este plan.
Y nunca dejó de tocar el piano.
No tenía piano,
pero iba a las casas
en las que había piano y tocaba.
Debía de ser muy sorprendente.
Sí, lo era.
Hace muchos años,
había muy poca gente
que supiera tocar un instrumento.
Esa cultura no había llegado
a todo el mundo, desgraciadamente.
Yo creo que ella
lo aprendió en Valencia.
Es una tierra muy musical.
Mucho, mucho.
Y la mamá
tenía ese arte, ¿verdad?,
que se lleva dentro
y que se desarrolla
a medida que vas creciendo
y no para,
no para porque lo llevas dentro.
# Madrecita del alma querida.
# En mi pecho, yo llevo una flor.
# No te importa el color
que ella tenga
# porque, al fin,
# tú eres, madre, una flor. #
Cuando empecé en el conservatorio,
lo hice con una beca
porque el director del conservatorio
era don Pedro Vallribera,
pianista excelente
y que además me dijo
él que...
que quería sufragar
el conservatorio mis estudios
porque creía que valía la pena.
A mí me sorprendió mucho
que el director
del conservatorio me dijera eso,
pero lo hice,
lo hice y trabajé mucho con él.
Y, luego, cuando ya empezaba a...
a encontrarme
más cómoda con la voz,
me dijo: "Hay una profesora húngara
que viene este año
y que tiene una técnica
muy buena porque es atleta".
¿Atleta?
Atleta.
(RÍE) Y yo...
yo pensé: "Qué raro".
Pero, bueno, fui...
Así fuimos varios.
Y, verdaderamente,
ella no hizo hacer
los ocho primeros meses
a los alumnos que había...
nos hizo hacer gimnasia.
No nos hizo vocalizar.
¿Para abrir caja torácica o para...?
No.
Caja torácica, nada.
Para adquirir más fuerza.
Los abdominales,
que eran la base y el fundamento
de hacer las casas,
pues el fundamento del sonido.
A mí me había sorprendido mucho
que me dijera esto,
pero lo hicimos,
nos puso libros encima,
nos hacía respirar
como si fuéramos al lavabo
y no pudieras...
Sí, era muy cómico, pero era así.
Y, después, empezamos a cantar
y, entonces,
al levantar las abdominales,
sube el diafragma
y el aire hacia arriba.
Es muy fácil.
Solo es comprenderlo.
No sé.
Es muy fácil, de verdad.
Menos mal
que no me ha dado por cantar.
("Para Elisa")
Uno de los pocos recuerdos que tengo
es cuando estuve
en el conservatorio del Liceo,
hace tantos años, tantos,
y nos permitían mirar por el balcón
a la gente que llegaba al teatro.
Yo recuerdo que en aquel entonces
yo veía y pensaba:
"Dios mío, cómo va la gente".
"Esos trajes de noche,
esas joyas...".
Era impresionante
ver la entrada al teatro.
Después, nos permitieron
salir a la quinta planta
por un pasadizo
que había en el conservatorio
y desde allí veíamos
a la gente
y, a veces, escuchábamos la música.
Claro, eran...
eran óperas
maravillosas
y montadas
de una forma espectacular y única.
Hacían ópera, se llama ópera.
Cuando terminaban
mis clases de piano,
yo me bajaba al piso inferior
y escuchaba
todas las clases de canto.
Estaba allí hasta que acababan
y juntos cogíamos el tranvía
para volver a casa.
Hoy en día,
es raro estar en la ópera.
En los teatros no la hacen.
Hacen
una 'mise-en-scène' muy moderna,
hacen
incluso músicas muy modernas
y...
no hay grandes voces
o no hay grandes solistas, digamos.
No es una crítica, es cómo es hoy.
Desgraciadamente.
Yo estuve durante siete años
totalmente inmersa
en una ópera contemporánea,
una ópera rock literaria.
Y..
y, claro,
de repente cuando me llamaron
diciendo que me habían dado el premio
a la innovación en ópera joven, dije:
"Guau".
Y, ya cuando Montserrat
me dijo "'Lubna' me encanta",
fue como...
(SUSPIRA) Ah.
A Montserrat Caballé
le gusta "Lubna".
Y me dijo que no dejara
de seguir el camino que había tomado,
que iba a hacer un favor
a la música clásica,
que otra vez la iba a volver
a poder acercar a la gente,
a estas nuevas generaciones.
Y, por eso,
el proyecto que estoy haciendo
lo hago siempre
pensando en ese consejo.
(Música francesa)
El Liceo suponía para ella
un teatro
al que tenía más que cariño amor
y donde cada año encontraba
un hueco en el calendario.
Normalmente, coincidía con Navidades.
Esto le obligaba a pasar
las Navidades aquí.
Una cosa querida,
una cosa a propósito,
hecha por ella.
Y, entonces, anualmente
no faltaba nunca a esta cita.
Aquí está el maravilloso teatro,
con la increíble sala,
donde Montserrat
ha interpretado
a más de 50 personajes,
200 óperas,
no sé
si son sobre unos 20 conciertos,
debutado muchos roles
y aquí debuté yo también con ella.
En la "Norma".
("Norma")
Estaba camino del aeropuerto.
Se dirigía a Londres.
Y, entonces, le dijo la persona
que le llevaba en el coche,
al escuchar estas noticias por radio,
que...
parara, hiciera marchas atrás
y que fuera a Las Ramblas,
donde está el teatro del Liceo.
Y, de hecho, se ofreció enseguida
a prestar toda la ayuda
que fuera posible.
Le tengo que agradecer mucho
a mi hermano
que desde el año 62
que hicimos el contrato ese especial
que es cómico un poco,
pero es lo que...
entonces soñábamos los dos.
Es un contrato muy singular,
para firmar algo.
No es que tenga ningún valor.
Sí que tiene
todo el valor del mundo
al mismo tiempo
porque estaba hecho con el corazón,
no con ninguna ley contractual.
Pero yo era algo así
como el capitán de la nave,
que la llevaría a ella.
Lo único que, claro, yo no tenía
ningún título de marinero.
Era todo...
todo muy...
muy singular y muy cariñoso.
Ella ha cumplido todo.
Lo que él buscaba era
que yo pudiera ir adelante
y salir adelante.
Y Carlos fue mi guía
en todo lo que hice en mi carrera,
en todo.
Fue el único empresario que tuve.
Y continúo teniéndolo
para todo lo que quiera.
Y, además de ser
un empresario maravilloso,
porque no solo me hizo
mi carrera como la hizo,
sino que además también
la de muchos otros cantantes.
Yo recuerdo
por ejemplo una anécdota.
Es una anécdota
pero lo es, es verdad.
Él representaba a Plácido Domingo
en aquel entonces,
que venía de Méjico.
Y fue a escuchar una audición
aquí en Barcelona de una soprano
y, en vez de escuchar
la audición de la soprano,
oía una voz de tenor que cantaba
en la sala de al lado.
Y preguntó quién era.
Y dice: "Un joven que quiere cantar
y que tal y cual".
Y me dijo:
"He escuchado una voz...".
"A la soprano no la he oído,
pero la voz del tenor
era una maravilla".
Yo: "¿Quién es?".
Y dice: "Aún no lo sé,
tengo que preguntar".
Lo preguntó
y ese tenor era José Carreras.
Y, entonces,
empezó a trabajar con él
y tuvimos la mala suerte de...
Digo mala suerte
porque Plácido en ese momento
estaba muy ocupado
y no le pareció bien
que Carlos tuviera otro tenor.
Ajá.
Y dijo
que, si tenía a Carreras, a él no.
Y Carlos, ante mi sorpresa,
dice: "No te preocupes,
tú encontrarás enseguida
un buen representante".
Se lo dijo a Plácido.
"Y yo me quedo
con este joven que empieza".
Que empezaba como mi hermana empezó,
de la nada.
Tenemos una buena relación
y, curiosamente,
con Plácido también, mucho.
(Ópera)
¿Con qué tenores
has cantado más a gusto
y ha habido una química,
esa química que te dice:
"Este papel es para bordarlo
al lado de este señor"?
Con Giuseppe Di Stefano, que tuve
la desgracia de solo conocerlo.
En la "Tosca", en el "Werther"
y la "Manon".
Son las tres óperas
que canté con él.
Y, después de Giuseppe Di Stefano,
el que...
ha sido el colega más...
amable, más cariñoso y más querido
en el escenario
ha sido Pavarotti, Luciano.
Luciano.
Porque era...
era un ser excepcional.
María me lo dijo un día:
"Este es el tenor".
Y tenía razón.
("Nessun Dorma")
Estaba pensando en tu hija,
en Montsita.
Eh...
Y también estaba pensando
que para ella no puede ser fácil,
es decir, a veces la sombra
del ciprés es tan alargada
que muchas veces
la hierba crece mal.
A pesar de ser
una cantante formidable,
creo que le hecho de haber elegido,
incluso accidentalmente...
Sí, ella estudiaba ballet.
Quería ser bailarina.
Y tuvo un accidente, sí.
Plisetskaya primero la vio en Moscú,
cuando estuvimos...
No, en Pekín,
cuando estuvimos en Pekín.
Y Plisetskaya me dijo:
"Tu hija baila".
Y yo dije: "¿Cómo lo sabes?".
Y dice: "Porque veo cómo camina".
Y tenía razón,
era cuando estaba estudiando.
Después, Plisetskaya fue a Madrid
y le dio clase a ella
durante equis tiempo.
Y...
fue cuando tuvo
el accidente en el abdomen
y tuvo que dejarlo.
Entonces fue cuando empezó a cantar.
Es gracioso porque vosotros
no sabíais que estaba cantando.
No, no.
Un amigo os lió una tarde.
"Hoy vamos a una audición,
que quiero que escuchéis
a una chica joven".
Pero vosotros
no queríais salir de casa.
Ah, no, no.
"Ay, no, que nos da pereza".
"Otro día".
Puso tanto interés que dijisteis,
como decís aquí en Cataluña,
"venga, va".
Ya.
Y fuisteis.
Y cuando empezó a cantar dijiste:
"Pero si es nuestra hija".
¿Te sorprendió y te gustó
que tomase el mismo rumbo que tú?
Lo que ella quería
tenía que ser.
Porque no hay nada en la vida
que no sea lo que uno quiere.
Y, si no es lo que tú quieres,
has equivocado el camino.
Y eso hay que tenerlo
siempre presente.
Yo nunca he pretendido destacar, ¿eh?
Además, yo siempre digo
que juega en otra liga,
es como Messi.
Sería como pretender estar
en la liga de...
Es otra galaxia.
Y soy terrenal
y ellos son de otra galaxia.
Entonces,
es imposible pretender llegar a eso,
pero tampoco es una cosa
que a mí me amargue.
En fin,
si recuerdan que soy hija suya
será porque recuerdan a mi madre
esté o no esté.
Que sigan llamándome
'la hija' mucho tiempo
porque querrá decir
que se acuerdan de ella.
(AMBAS CANTAN ÓPERA)
(Piano)
Yo decía: "Mamá,
¿cómo voy a cantar a tu lado?".
Y me decía:
"Yo no pondría a una persona
que no pensara que puede salir
al escenario conmigo".
"Porque yo tampoco
quisiera ponerme en ridículo
con una persona
que no puede hacerlo bien".
Y, entonces, me decía:
"Soy la primera que pienso en mí,
en que no puedo exponerme".
Tú has hecho no sé cuántas óperas.
Me han dicho que tienes 131 títulos
en la cabeza en varios idiomas.
Cantar
en francés, en inglés, en alemán...
Sí, en ruso.
¿En ruso también has cantado?
Ajá.
Aquí tengo que hacer mención
a mi tenor favorito,
que es Nikolay Baskov.
Tenéis unas escenas
muy amorosas los dos.
Ya.
No hace mucho tiempo.
Se te quiere mucho en Rusia.
Sí.
Bueno, ¿y dónde no?
Bueno,
en Rusia me quieren mucho, sí.
Me han dado en la universidad
un diploma honoris causa.
Me han dado en el...
en el...
concierto de...
del Bolshói
una especial gala
esa noche
y me concedieron
la medalla de la amistad,
que esto es mucho, en Rusia.
¿Sigues cantando, Montserrat?
Sí.
Sigo cantando.
No sé por qué, pero...
yo estoy a media voz.
Quizá porque naciste para ello.
Bueno, tal vez, pero...
tengo sonido y puedo cantar
a lo mejor no muchas de las obras
dificilísimas que cantaba,
pero sí que puedo cantar muchas.
Y en los conciertos que hacemos
yo las canto.
("Barcelona")
Alguna vez comentó Freddie Mercury:
"He escuchado cantar
a Montserrat Caballé
y no he podido evitar
el impulso de ir a buscarla".
Y vino y te encontró
porque eso sí que fue
una especie de amor.
Bueno, más que amor,
yo creo que fue una admiración
que él sintió de ver
que podía hacer ciertas cosas
que a lo mejor a él
le habría gustado poder hacer.
Porque algunas las hacía.
Tenía una gran voz.
Sí, era una voz de barítono.
Y, cuando yo le dije
que por qué no grabábamos un dúo
de barítono y soprano
en su casa en Londres,
me dice: "No, porque la gente
si me viera cantar de verdad...".
O sea, esa palabra se me quedó,
"de verdad".
No cantaba...
De verdad, cosas serias.
Sí, exacto.
Grandes partituras
de grandes compositores.
Yo le propuse cantar
el dúo de "La traviata",
del padre y ella,
porque era barítono
y me dijo que no,
que le parecería
como si traicionara a su público
y a su gente.
Él era un compositor
y tocaba el piano excelentemente.
Estábamos en casa de Freddie
a lo mejor había días
que hasta las 7:00
porque después de cenar
se ponían al piano
y empezaba él a tocar el piano,
a cantar,
Montserrat a hacer improvisaciones
y, de verdad,
era una fiesta increíble.
Para Freddie,
Montserrat era algo extraterrestre.
Era tal el amor que le tenía
y la admiración que le tenía,
que miraba
que todo estuviera perfecto.
Cuando llegábamos al hotel,
que siempre tuviera
rosas en la habitación,
que tuviéramos de todo,
que no faltara de nada...
Cuando os preparasteis
para cantar a dúo
en la apertura
de los Juegos Olímpicos,
él ya no estaba,
había muerto el año anterior.
Sí.
Pero me lo dijo,
me lo dijo dos años antes.
Dice: "No llegaré, no llegaré".
Estábamos en un estudio de grabación
grabando unas últimas cosas,
que es lo último que él grabó,
y me dice:
"No puedo hacer lo de Barcelona".
Y yo me quedé toda parada
porque pensé que él no quería.
Es verdad que había adelgazado mucho
y estaba muy deteriorado.
Dice: "Porque con el AIDS
yo no puedo...
pensar en dos años vista".
Y...
Pero sí, me dijo
que le habría gustado que cantara
"El fantasma de la ópera".
Y yo le dije que lo grabaría.
Y lo grabé para él en el estudio
y se lo hice llegar.
Trabajar con ella era como un sueño,
como un sueño
que ahora se hace realidad.
Pensé si nuestras voces
iban a compenetrarse o no
o si ella aceptaría o no.
Luego, se extendió el rumor
en la compañía de discos,
entre mis amigos,
y por fin llegó a oídos de Montse.
Ella dijo que sí.
Es una de esas cosas que salen bien.
Fui a Barcelona a verla
por primera vez.
Toqué unos cuantos compases
y le gustó.
Ahora,
se ha convertido en una roquera.
Le pedía a mi hermana y a mi prima
que les enseñara algunos movimientos
de cómo moverse
al ritmo de la música de Freddie.
Y, entonces, le decíamos:
"Tú no lo tienes quehacer".
Claro, ella pensaba que Freddie,
la primera vez que se presentaron
juntos en un escenario,
que saldría con esa garra que tenía.
Y Freddie lo que hizo
fue ponerse un esmoquin
y subirse al escenario
y la garra esa la tenía
sin necesidad de moverse.
("Barcelona")
# Viva
# Barcelona. #
También has hecho otras cosas,
como grabar música, digamos, ligera,
de este grupo mítico de los 80's,
Mecano.
Grabaste una partitura
muy bonita y muy compleja,
que es "El hijo de la luna".
Me lo pidieron.
Me lo pidió a casa discográfica
y también me lo pidió Cano.
Y...
no me pareció mal hacerlo.
¿Por qué no
hacer felices a la gente?
# Luna quiere ser madre
# y no encuentras querer
que te haga mujer.
# Dime, luna de plata,
# ¿qué pretendes hacer
con un niño de piel?
# Ah, ah, ah.
# Ah, ah, ah.
# Hijo de la luna. #
¿Algún sueño
se te ha quedado en el tintero?
Montserrat, ¿has podido cumplir
toda expectativa que tenías?
No.
Creo que no he sido una buena madre.
He estado
tan ocupada con la música...
que no he prestado
la atención necesaria
a quien debiera a lo mejor.
Yo le preguntaré a Montse
porque creo
que ha tenido una madre prodigiosa.
Bien.
Bueno, una vez
recuerdo que en esta misma casa,
en la cocina,
yo aún vivía aquí,
estábamos juntas sentadas
en la mesa y me dijo:
"Ojalá hubiera hecho
la mitad de lo que he hecho
y hubiese podido ser
más mamá para Bernabé y para ti".
Y la respuesta, que no la tenía
pensada por me salió así, fue...
Lo que sentía de verdad.
Yo creo
que cuando vives con alguien así,
que tiene este don
y esta capacidad de dar
felicidad a tanta gente,
es muy egoísta pretender
que sea solo para ti.
Y así se lo dije:
"Has hecho feliz a mucha gente
porque por la calle me dicen
'dale las gracias a tu madre
porque el escucharla
me ayudó a superar...'".
Bueno, cualquier cosa.
Yo creo que sería egoísta pretender
encerrarla en estas cuatro paredes
porque creo que es alguien
que se debe al mundo
y ha sido capaz de hacer feliz
a mucha más gente
que a mi hermano y a mí.
Eso le contesté y es lo que pienso.
Es el epicentro de todas las mujeres
lamentablemente.
Sentirse culpables
de lo que no han hecho.
Es como si el vacío de la vida
descansara
sobre nuestra responsabilidad
y tuviéramos que recordárnoslo
unas otras constantemente.
Recuerdo a mi madre en mi infancia
con muchas maletas, yendo y viniendo.
Lo cierto es que hacía, pues no sé,
como doscientas y pico o ciento
y pico representaciones al año.
Y, entre funciones, se escapaba.
Como por contrato no podía,
se escapaba.
Mi hermano si recuerdo que era
muy aficionado a la astronomía.
Su primer telescopio
aquí no lo había.
Nos llamaba para que nos laváramos
los dientes desde Japón.
Como madre ha estado siempre,
físicamente no todos los días,
pero ha estado.
Tú tienes
una buena parte de tu talento
y de tu enorme potencial como mujer,
como un icono que eres,
una leyenda de la música
entregada a la causa solidaria.
Colaboras
con personas que te necesitan.
Apoyas a instituciones y proyectos
que cuentan contigo.
Bueno, pero de eso
ya hace muchos años,
no es nada nuevo.
Y, además, tampoco es una cosa
para hacer propaganda.
Es tu portentosa humanidad
y el prodigio de tu voz
lo que hace que seas eterna
y que para siempre
estés con nosotros.
No deberíamos ni olvidar
ni emborronar
ni... ni nombrarla en vano.
Siempre que se nombre a la Caballé,
hay que nombrarla
con mayúsculas
y con una gran corona encima
porque ha sido y es una reina
de este...
del canto.
Tengo que darte las gracias
por esta entrevista.
Te agradezco mucho la entrevista
y tu amabilidad..
No, es al revés.
...para conmigo.
Me dicen unos compañeros
que hacen gestos raros
que hay que despedir ya
por varias razones.
También porque nuestra diva y amiga
está cansada
y porque el tiempo
se nos echa encima,
pero yo he decidido que no.
Si hay una palabra que
no me apetece decir en este momento
y en este sitio en el que estoy
es 'adiós'.
Quiero decirle a Montserrat Caballé
que la admiro profundamente,
que la quiero y que siempre
le voy a decir 'hasta luego'.
Eres una pesada, ¿eh?
Sí.
Permíteme que te lo diga.
Hasta siempre, Montserrat.
Yo también te quiero mucho
y me gustaría mucho
escucharte con el piano.
(Piano)
Dejo a Montserrat Caballé
con la sensación de haber estado
con una persona irrepetible, única.
Una mujer con una energía
y una fuera vital desbordante, sí,
y, sin embargo, frágil,
que siempre permanecerá
en mi corazón.
Añadir comentario ↓
Sin querer en cada momento se habla de Ella en pasado.Obviamente es del pasado,pero esa palabra de Mari Cruz: Eterna! Me hace recordar que ya no está entre nosotros y me duele. Acerquemos más la Lírica y sobre todo la Ópera a todos,que no sea tan caro ir a la Ópera.Yo hubiera sido una buena cantante,pero no me doblegaba a salir de España! Me gustan todos los idiomas,más el italiano o el inglés,pero María Callas cantaba en francés, porqué no se puede cantar en español?Acaso las palabras no son el reflejo del alma? Haga alguien el favor de haber más mujeres y hombres cantantes de ópera,que no muera todo con ella.Asi lo quería ella.Acercar la ópera a niños,a jóvenes,y por qué no adultos! Esta claro que se tiene que vocalizar la música desde joven,pero porqué todo es tan carísimo de obtener en este siglo? DEP Ojalá hubiéramos podido escucharla más!
Que puedo decir; una gran diva en todos los aspectos de su vida; y aún así nos deja un legado hermoso su pasión por la música ; anoche llegué de currar y cenando cambié de canal y vi un reportaje importante hacia tiempo que no veía algo que me enganchara y me encantó precioso su humildad su amor por la famila; impactada me quedé pues hoy en mi curro lo comenté con una compañera del extraordinario reportaje que vi ayer en la tele y me dice ha fallecido ;D.E.P y que la luz la ilumine siempre ; hasta luego y gracias
Una despedida hermosa de una gran persona y mejor cantante Desborda en la entrevista amor y serenidad a raudales. Gracias Monserrat sé feliz donde te halles
¿Se puede ser más bella? Con su canto y su forma de ser nos perfuma y es un aroma que permanece entre los mejores recuerdos. Todo mi amor.
Im-pre-sionante preludio (premonitorio) de su despedida... Sin duda... DESCANSA EN PAZ...