Lunes a las 20.00 horas
Sí, yo soy físico y sí, se puede medir.
Nosotros la medimos desde hace mucho tiempo
y no somos los únicos.
En Inglaterra, hay mucha gente que la mide.
Está creciendo mucho el número de científicos
que se está especializando en la felicidad.
Hace 14 años, yo decidí que quería medir mi felicidad
y he estado haciendo eso cada noche de mi vida hasta hoy.
Una de ellas, quizá la principal,
es que es imposible no ser infeliz de vez en cuando.
Cuando estaba en España, el sol no afectaba a mi felicidad.
Nunca aparecía en mi diario.
Desde que estoy aquí, aparece porque contrasta con el invierno.
Es lo que yo llamo la felicidad por contraste.
No hay mayor relax que el que viene tras una semana estresante.
Lo que esto quiere decir es que, para conseguir la felicidad,
a veces necesitas que te falten aquellas cosas
que hacen posible la felicidad.
Preguntamos a la gente cómo de felices se sienten
e intentamos encontrar la forma de hacerlos felices
con distintas intervenciones.
Por ejemplo, estamos trabajando con una empresa
que nos llamó hace un año
y que quería ser la empresa más feliz
de uno de los países más felices del mundo.
Y estamos preguntándoles cómo de felices son,
intentando averiguar quién no es tan feliz...
Se llama Valcon.
Pásate mañana a las 09:00 y te presento a Thomas y al resto.
Cuando uno se dedica al negocio de la consultoría y la gestión,
el bien más preciado es la gente.
Para nosotros, que la gente prospere y se sienta bien
es muy muy importante.
Además, cuanto más feliz es la gente, más innovadora se muestra,
y también más productiva, más dura en su puesto de trabajo,
mejor líder es, mejores decisiones toma, etc.
Porque ser feliz hace que las personas sean
más completas y más prósperas.
Queríamos tomárnoslo en serio.
Empezamos por analizar el panorama y plantearnos qué queríamos.
Y luego vimos que la OCDE mide la felicidad a escala nacional.
Es decir, establece cuáles son las capitales más felices del mundo,
los países más felices del mundo, etc.
Adoptamos esa perspectiva y nos preguntamos cómo lo medirían.
Nos pusimos en contacto con el Instituto Danés de Investigación
sobre la Felicidad y les preguntamos si se podía aplicar a una empresa,
si era posible, y nos dijeron que sí.
Así fue como entró en juego la ciencia y la estadística.
Y empezamos a trabajar con actividades concretas
para potenciar aquellas áreas que, si se mejoraban,
podían aumentar la felicidad.
Ya no somos una empresa únicamente danesa,
hay trabajadores de Italia, Alemania, Estados Unidos...
Todos se han trasladado. Trabajan aquí, en Copenhague,
y carecen de red social, y eso les perjudica.
Y otro factor es el estrés.
Ahora lo que hacemos es tenerlo en cuenta desde el principio,
antes de que sea tarde, para poder trabajarlo,
ponerlo sobre la mesa y darnos cuenta de que es algo
que todo el mundo experimentará en algún momento.
Creo que esa intervención en concreto es la más importante.
Como seres humanos, no somos tan distintos como podríamos pensar.
No, se basa en muchos años de investigación.
Es un gran campo de estudio.
Cada año se mide la satisfacción laboral
y la felicidad en Dinamarca con una muestra de 2.600 daneses
para ver qué cambios hay y cuáles son los factores
que determinan la satisfacción laboral.
Cuando preguntamos qué es importante, muchos dicen:
"Son mis compañeros los que me hacen feliz".
Pero si lo medimos y aplicamos la ciencia,
vemos que sí, los compañeros son importantes.
Pero hay seis factores que lo son más,
lo que demuestra que a veces damos por sentado lo más importante.
Sentir que lo que hacemos tiene sentido,
que con nuestro trabajo contribuimos al bien propio
o al de los demás o a un mundo mejor
es en realidad más importante.
En nuestra vida cotidiana olvidamos por qué hacemos lo que hacemos.
Si como investigadores solo siguiéramos lo que dice la gente
solo trabajaríamos para mejorar las relaciones laborales
y eso no tendría apenas efecto.
Son diferentes, pero, como seres humanos,
no somos tan distintos como podríamos pensar.
Cuando se hacen mediciones a gran escala,
como en el informe mundial sobre la felicidad de la ONU,
vemos que las relaciones sociales y la buena salud
son los dos factores más determinantes para la felicidad.
Esto es cierto para ti, en España, y para mí, en Dinamarca.
Aunque no tengamos el mismo sexo, edad
ni el mismo contexto socioeconómico.
Las personas son sorprendentemente parecidas
en lo que las hace felices.
En Valcon, lo aplicamos al ámbito empresarial.
Permitimos que los trabajadores formen sus propios clubes,
pero no decidimos por ellos si deben ir a correr, al gimnasio
o a hacer relajación.
Les decimos: "Pasad tiempo juntos haciendo lo que prefiráis".
-Deberías probar alguna de las actividades:
correr, relajación...
-A primera hora de la mañana, a las 06:30.
¡Hola!
Mucho gusto.
Sí, sí. Viví en Baeza, hace 20 años.
Pero creo que mi ciudad es más feliz.
En primer lugar, está el PIB por cápita.
por general, son más felices.
Tener una buena esperanza de vida y una buena salud
es otro factor que explica las diferencias.
No es ninguna sorpresa que las personas enfermas
sean menos felices.
Luego está la sensación de poder elegir
el rumbo que queremos tomar en nuestra vida: la libertad.
El cuarto factor que hemos observado es la ausencia de corrupción.
Porque un buen Gobierno nos aporta confianza,
y sabemos que las poblaciones con un alto nivel de confianza
son más felices.
También son importantes los niveles de generosidad de la sociedad,
las donaciones,
aportaciones de la gente en impuestos...
Este es el quinto factor. Y el último
es, probablemente, el más importante: las relaciones.
El apoyo social.
Sentir que contamos con personas a las que acudir
en momentos de necesidad.
Exacto.
Nuestro estado de bienestar funciona muy bien
reduciendo las causas de infelicidad.
Las prestaciones por desempleo son generosas,
la asistencia sanitaria es universal...
Evitamos muchas de las cosas que pueden hacer infeliz a la gente.
A la pregunta de si están contentos de pagar impuestos,
9 u 8 de cada 10 daneses dirá: "Sí, estoy satisfecho de pagar".
En general, la población siente que recibe muchas cosas
a cambio de los impuestos, aunque sean elevados.
A cambio, tienen buenas infraestructuras,
una buena atención sanitaria, buenas prestaciones por desempleo,
universidad gratuita...
"Hygge" es...
Puede definirse brevemente como el arte de crear
una atmosfera agradable, acogedora.
Tiene que ver con estar tranquilo, con tus seres queridos,
con una buena comida, relajándote, disfrutando de la vida.
Nos comparamos con los demás porque somos animales sociales.
Establecemos comparaciones sociales.
Lo vemos en los datos, por ejemplo, de la renta.
A muchos les importan más sus ingresos relativos,
el dinero que ganan, comparado con sus familiares,
vecinos y amigos, que sus ingresos absolutos.
España está relativamente bien.
Estáis en el tercio superior del "ranking"
en el informe mundial sobre la felicidad
que incluye 155 países.
Evidentemente, sería deseable reducir la corrupción.
Y el hecho de que haya tanto desempleo,
especialmente entre los jóvenes, es perjudicial para la felicidad.
Impresionante, ¿eh?
Casi 300.000, creo.
Solo el estudio noruego sobre el cordón umbilical
con madres y bebés contiene el ADN de unas 270.000 personas,
el 5 % de la población.
Sí.
Tenemos muchos datos de cuestionarios de registros nacionales,
de salud, empleo, que podemos vincular
para recabar información de todo tipo.
Pero espera a ver el sistema de almacenaje automático de abajo.
Tenemos toda esta información del ADN
que podemos vincular con la historia de la gente.
Su vida, ¿sabes?
Toda su vida social, laboral, y hacer un seguimiento
de lo que han hecho sus padres, sus abuelos...
Vincularlo con los medicamentos que compran en la farmacia
o los diagnósticos que han recibido en las visitas al médico.
Y luego cruzarlo para estudiar a fondo
la vida de las personas y los mecanismos que entran en juego.
En realidad, el contexto en el que vivimos,
nuestro entorno,
crea oportunidades o limitaciones en la expresión de los genes.
Todo está muy relacionado.
La felicidad es un sentimiento casi mágico,
pero representa actividad en el cerebro
e implica factores bioquímicos y fisiológicos.
Y detrás de todo esto están los genes.
Lo hemos estudiado analizando la estabilidad de la felicidad
porque resulta que las personas suelen ser estables
en sus niveles de felicidad.
Y los factores genéticos explican el 80 % de esa estabilidad.
Por tanto, los genes nos mantienen estables en el tiempo.
Hemos también encontrado cuatro rasgos de la personalidad
especialmente implicados en la felicidad,
como la ausencia de depresión y ansiedad.
Y, aunque pueda sorprender, también es importante la actividad.
Ser activos, energéticos, además de tener
muchas emociones positivas, emociones básicas.
Todo esto está relacionado con la personalidad.
Entender lo que somos y lo que nos mueve
nos permite actuar y crear sociedades mejores.
tenemos que trabajar con todos los sectores,
todas las disciplinas,
encontrar un lenguaje común y aprovecharlo.
La salud no se crea en el hospital.
La salud se forja en la forma en la que vive la gente.
En la guardería, en el tranvía, como ahora,
en el trabajo, en el parque...
Debemos hacer que los arquitectos colaboren con nosotros,
y los sociólogos y la enfermeras, los psicólogos,
los responsables de urbanismo en las ciudades...
Para cambiar la vida de la gente y darles un buen porvenir
y un buen futuro,
tenemos que saber cómo funcionan estas cosas.
¿La felicidad?
Claramente, las relaciones.
Es decir, la conexión con los demás, nuestros vínculos sociales.
Somos animales gregarios, nos hemos desarrollado en grupo.
Y si no hubiéramos colaborado ni disfrutado en compañía,
jamás habríamos sobrevivido.
Por eso son tan interesantes los hallazgos sobre las relaciones.
En mi caso, la felicidad está en aprender.
En tener un trabajo que me encanta,
que me permite cultivar mis intereses.
Para mí, es extremadamente importante.
Sí.
Ese es mi secreto.
Llega un momento en el que todos necesitamos relajarnos.
Y nos va muy bien estar en contacto con la naturaleza
o ir a lugares tranquilos en lugar de quedarse en plena ciudad.
La felicidad es un término muy amplio.
Hay muchos tipos de felicidad.
Podemos sentirnos contentos,
calmados, seguros y relajados.
Pero también está la pasión, el entusiasmo,
el interés, ¿sabes?
Y necesitamos ambas cosas.
Y con esto quiero decir que no hay un camino
que conduzca a la felicidad y sea igual para todo el mundo,
sino varios.
Todos tenemos que buscar el nuestro.
Ahora bien,
la investigación intenta encontrar el denominador común,
los aspectos compartidos entre personas diferentes.
Por ejemplo, todos necesitamos relaciones sociales.
Hicimos un estudio con estudiantes de Psicología
en el que preguntábamos a la gente sobre los ladrones de la felicidad.
¿Cuándo desaparece la felicidad? ¿Qué nos roba la felicidad?
La respuesta habitual suele ser la influencia negativa de los demás,
cuando alguien se enfada con nosotros
o nos hace sentir mal de alguna forma.
Buscar constantemente la felicidad tiene un peligro.
Si la buscamos todo el tiempo,
entramos en una especie de paradoja de la felicidad,
porque las personas que constantemente la buscan
pueden acabar siendo infelices.
Un buen consejo es olvidarse de intentar ser feliz a todas horas
y simplemente centrarse en las cosas de la vida
que tengan verdadero valor para nosotros.
Hay algunos estudios sobre el tema.
En primer lugar, las personas que muestran
características de extroversión, que son activas, sociales,
tienden a puntuar más alto en felicidad.
Y las personas que presentan características elevadas
de estabilidad emocional
también suelen ser más felices.
Eso implica no frustrarse ante cualquier pequeño percance
o nimiedad,
sino saber calmarse y relajarse.
Hay una felicidad momentánea que dura poco,
pero su recuerdo tiene el potencial de durar para siempre.
La felicidad también consiste en conservar los buenos recuerdos.
Tenemos un álbum mental,
como un libro de cosas buenas.
Este momento puede durar para siempre en nuestra mente y nuestra memoria,
y eso también forma parte de la felicidad.
-La razón por la que los países escandinavos
están tan arriba en el "ranking"
no es necesariamente que seamos mucho más felices,
sino que hay menos personas poco felices.
Me refiero a personas marginalizadas, excluidas de la vida laboral
o la vida familiar.
¿Sabes?
Los más infelices en el resto de países
no son tan infelices en los países escandinavos
porque tenemos sistemas de apoyo muy buenos.
-El objetivo del Gobierno, de los políticos,
debe ser crear una pista de baile, por así decirlo,
donde cada uno baile como quiera.
Creo que los Gobiernos empiezan a percatarse
de que su objetivo es brindar oportunidades
para que la gente prospere y aproveche al máximo
su potencial.
-¡Venga ya!
Los avances científicos y médicos han conseguido que vivamos más años y con una aparente mejor calidad de vida ¿Es verdad que vivimos mejor? Iremos al país más feliz del mundo, Dinamarca, para demostrar si cuestiones, en apariencia abstractas como la felicidad, pueden ser medidas desde la ciencia.