Próximamente
(RADIO) -Es que mi marido era viudo, ¿sabe usted?,
tenía dos hijos de su anterior matrimonio,
cuando nos casamos,
y ahora hemos tenido una niña, por eso me gustaría saber si...
-¿Pero cuál es la pregunta que quiere hacerme?
-Pues eso, si por un casual, mi marido
estira la pata, no lo quiera Dios, o nos morimos los dos,
¿quién se queda el piso, el coche, la televisión
y todas las cosas que tenemos?
¿Los hijos de su primera mujer o la niña que acabo de parir?
-Bueno, vamos a ver, los herederos son los hijos
a partes iguales,
pero si se hace testamento se pueden fijar tercios de mejora,
es decir, que se puede dejar más a unos que a otros.
-¿Quiere usted decir que es mejor hacer testamento?
-Desde luego que sí porque a la larga evita problemas.
-Ponme una tapita. -¿Qué tapita?.
-¿Que no hay croquetas? -No hay croquetas.
-Bueno, pues yo qué sé, Miguel, unos calamares, joder.
-Tampoco hay calamares hasta las doce del mediodía
se pone una tapita de cortezas, que son muy ricas y alimentan
mucho, tienen mucha proteína.
-Pues muchas gracias. -De nada, hombre.
-Cámbiame en monedas de cinco duros.
-Vaya, ¿cuántos marcianos has matado hoy?
-Pues... casi 400. -Bueno, no está mal, ¿eh?
-Pero puede estar mejor
porque si se me da bien puedo llegar a los 600.
-Ya. Vicente, ¿tú no te cansas de matar marcianos
todo el rato? -No, no, porque pienso
que son banqueros.
-Paco, ¿quién coño eres tú para inducir
a un cliente a que deje de matar marcianos?
-Yo no induzco a nada, don Miguel, es por su bien.
-Que tú no tienes que pensar en su bien, tienes que pensar
en mi bien. Venga, anda, dale cambio.
-Vale. -Vamos, Vicente, que la tienes
ardiendo, concéntrate que hay que matar
todos esos marcianos, te cueste lo que te cueste.
Paco, dale todo el crédito que necesite, venga.
Venga por ello, venga. -Miguel.
¿Puedes venir un momento al taller, por favor?
-¿Qué pasa? -Las bolsas, que han encogido.
-¿Pero cómo van a haber encogido las bolsas?
¿Pero qué habéis hecho con las bolsas?
-Nosotros no, eh. -Ahora vuelvo, Paco.
Será posible, hombre.
-No sé, debe ser cosa del tejido que no vale.
-Joder, cómo está el sheriff esta mañana.
-¿Estás bien? -Sí.
-No tienes muy buena cara, la verdad.
-¡Estoy bien!
-¿Seguro? -¡Que sí, joder!
-¿Cómo puede encoger tanto una bolsa?
-Es un fenómeno incomprensible, es como si
le hubiera caído la radiación del increíble hombre menguante.
-¿Cómo hombre menguante? ¡Deja de decir tonterías, Desi!
¡Esto es la tela, que ha encogido!
-Será por la calidad. -¿Qué calidad? ¡Por favor!
¿Dónde has metido la tela, en ácido sulfúrico?
-Yo sólo la he sumergido en agua. -¿En agua?
Ya verás tú cuando se entere mi hermano, en agua.
¡Pero si aquí no cabe ni un dedal de aceite!
-No te preocupes que ya he paralizado todo.
-Vamos a ver, vamos a tranquilizarnos todos.
-Tranquilo. -No hay que perder los nervios.
Lo primero que vamos a hacer va a ser esperar a que venga
mi hermano y que tome él las decisiones y tú vete
llamando al proveedor. Yo me voy al bar, que tengo
mucho trabajo. Desde luego, vaya una mierda
de bolsa, ¡vaya una mierda!
¡Una mierda!
-Siempre nos toca pagar el pato.
(RADIO) -Y ahora, queridas radioyentes,
llega el espacio del consultorio médico.
-Marchando las croquetas, que tengo la barra de bote en bote.
-Miguel. -¿Qué?
-¿Tú te has dado cuenta de que nosotros tenemos
tres hijas, un taxi, este bar, las tierras del pueblo
y la casa de tu madre en Sagrillas?
-Pues claro que me he dado cuenta, ¿por qué?
-Pues porque...
Pues porque mira, he estado pensando que si tú te mueres
de repente... -¿Cómo?
-Pues eso, Miguel, que si un día así de golpe
y porrazo vas y te mueres.
-Pero bueno, vamos a ver, ¿a santo de qué me tengo que morir?
-Hombre, Miguel, estás en muy mala edad,
tenemos que hacer testamento.
-Paquita, tú a lo mejor no te has recuperado del todo.
-Oye, mira, Miguel, yo no estoy loca.
-Si yo no digo que estés loca. -Yo lo único que estoy diciendo
es que tú parece ser que no te acuerdas de que a parte
de nuestras tres hijas, tú tienes a François.
-¿Y eso qué tiene que ver? -¿Cómo que qué
tiene que ver? Si a nosotros nos pasa algo,
¿quién hereda? -Pero vamos a ver,
¿qué nos puede pasar? Paquita...
¿Te habrán salido bien las croquetas, no?
-Josefa Pérez Ruiz. -Sí.
-Hay que tratarla con dureza enseñándole quién manda,
o no funciona la máquina? Hombre, por favor.
Marina D'Or, ¿dígame?
-Dime, Antonio.
-Pues mal, muy mal, peor imposible.
que nos han suministrado es malo, encoge.
-Encoje, Antonio, encoje.
-¿Cómo me voy a dar cuenta que encoje
antes de meterlo en el agua?
-Eso ya se lo he dicho yo.
-Al final voy a tener la culpa yo, venga, hasta luego.
-¿Qué me miras?
-Es tardísimo.
Ya no llego a la segunda clase.
-¿A qué hora tienes que ir al bar a llevar lo de la cerámica
de tu hermana?
-Cuidado con las cajas, las vas a tirar.
No las lleves de dos en dos. -Es para aprovechar el viaje.
-Ten cuidado con ellas, no las vayas a romper,
que son muy delicadas.
-¿Tú crees que vamos a vender algo?
-Mujer, confía, las piezas son muy bonitas,
los precios muy económicos y el sitio cojonudo.
-¿Nos llevamos esta también? -Sí.
-Me voy contigo que no me fío del chino.
Venga, vamos.
-Bueno, ¿y tú qué, no me vas a decir qué te pasa?
-No me pasa nada.
-Bueno, pues no me lo cuentes, peor para ti.
-¡Que me dejes, tía!
Vale, estoy preñada, ¿pasa algo?
Di algo, joder. -No sé, ¿qué quieres que diga?
¿Qué vas a hacer? -¿Qué quieres que haga?
No me lo voy a quedar, ¿no?
Esta tarde voy a ir a Embajadores a casa de una tía que por 5000
pelas me lo arregla. -Sí, hombre, ¿estás loca?
¿Qué quieres, matarte?
-Mercedes Fernández López.
-¿El chico lo sabe? -¿Qué va a saber,
si está en el trullo? A parte no quiero
que se entere ese cabrón.
-Es Javi, ¿no? -A ti qué te importa.
-¿Has pensado en tenerlo?
-Si quieres te lo regalo, eh.
-¿Tú tienes pasaporte? -Sí tengo, ¿para qué?
-Para irte a Londres. -Sí, ¿y la pasta qué?
Eso cuesta un huevo, eso es para hijas de papá,
irse a Londres a abortar y luego de compras, no te jode.
-Mira que eres bruta. -¡Las que tienen
pasta se van de rositas y las que no a buscarnos
una matrona de la guarda! -¡No hables así!
-¿Cómo quieres que hable si todo es una puta mierda?
(SUSPIRA)
Ayer estuve en una agencia de viajes, ¿sabes qué me dijeron?
-¿Qué? -Yo les suelto 40 000 pelas
y ellos se encargan de todo, me vienen a buscar al aeropuerto
y me llevan a la clínica.
-Voy a ver si te consigo dinero.
-¿Me los vas a prestar?
-Pásate esta tarde por el bar donde vamos a exponer, a las siete.
-Inés, ¿vienes o no? -Sí, ya voy.
Esto también lo metes, ¿vale?
-Carlos, el agua, que sale fría.
-Carlos, cago en la leche, un poco de privacidad, macho.
-Carlos, ¿nos traes dos toallas?
-Se trata de un pequeño quiste. Está aquí. ¿Lo ven?
-En efecto. Estos pequeños problemas hay que atajarlos
a tiempo.
-Desde luego que no.
-Nunca hay que ponerse en lo peor.
-De todos modos vamos a hacerte unas pruebas.
Un análisis de sangre, de orina. El protocolo habitual.
Tranquila. Ya te lo he dicho. No tienes por qué preocuparte.
-Lo que sí que vamos a hacer ahora es un electrocardiograma.
Esperanza, prepara un electro, por favor.
-Sí, doctor.
-No, usted no hace falta que vaya.
Puede esperar si quiere.
-Voy a buscar todo el historial médico de su esposa. Un momento.
-Pascual, ¿me puedes adelantar parte de mi sueldo?
¿Sabes lo peor de haber estado colgada
de la mierda de la droga? Que cada vez que se pide dinero
se piensa que es para una dosis. No es para eso.
Es para arreglar un problema.
-¿Qué problema? -Uno que ni siquiera es mío.
Pero mira, da igual.
-Espera. Te puedo dejar siete u 8000 pesetas.
-Pues te lo agradezco muchísimo.
-Tengo siete. ¿Es suficiente? -Sí.
-O sea, no me vas a decir para qué necesitas el dinero.
-No.
-Ahora que no está su esposa, tengo que hablar con usted.
-Mire, algunos médicos piensan que lo mejor es decir la verdad
a los pacientes. Mi experiencia me demuestra
que es contraproducente.
Cuanto menos sepan, mejor.
-Su mujer no tiene un pequeño quiste.
Es una neoplasia.
-Un tumor. Y el pronóstico no es bueno.
En efecto.
-Espero que sí.
Habrá que practicarle una mastectomía.
-Cuando entre su mujer,
es muy importante que crea que todo va bien.
Que sonría al verla, que se comporte con normalidad.
Con total naturalidad.
Es muy importante que no sospeche nada.
¿Me ha entendido?
Y es probable que haya que darle unas sesiones de bomba de cobalto.
pero sí bastante incómodo para el paciente.
La radiación destruye el tejido cancerígeno, ¿no?
Lo importante ahora es que el tumor no se metastatice.
Que no haga metástasis, que no se extienda.
-Es muy importante que no sospeche nada.
-La terapia corre de nuestra cuenta cuando llegue ese momento.
Su mujer trabaja, ¿no?
-Lo mejor sería que lo dejara de momento.
Es conveniente que descanse.
-Es importante que no se agite demasiado.
Vamos a dejarlo así.
Esto es para usted. El informe original
nos lo quedamos para el archivo.
-Sí.
-Bueno, esto ya está.
Oye, Carlos, gracias por dejarnos exponer las piezas.
-Hasta luego, Pascual.
¿Bueno, qué? ¿Qué te parece?
-En cuanto tengamos toda la analítica
y le vea el anestesista.
-Intentaremos que sea la próxima semana.
-Adelante.
-Habrá que esperar. Ya le diremos el día y la hora.
-Anestesia total, pero no va a ser nada,
no se preocupe.
(RADIO) Es muy importante que todos los meses,
al levantarse, colocándose frente al espejo,
cualquier mujer en edad fértil se pase las yemas de los dedos
con decisión por las mamas.
Primero por una y después por la otra,
deslizando los dedos con firmeza,
como si las palparan, de abajo a arriba.
Para atajar el problema no hay medicina mejor
que detectarlo a tiempo, y si se advierte algún bultito
por pequeño que sea, deberá ir al ginecólogo
para descartar cualquier eventualidad.
Y para radioyentes que hayan llegado tarde
a nuestros consejos, volvemos a darles unas indicaciones.
Levanten el brazo derecho todo lo que puedan
y con la mano izquierda empiecen a explorarse el seno derecho.
Presionen las yemas de los dedos sobre el pecho a la vez
que realizan movimientos circulares desde la periferia
hasta el pezón, siempre en el sentido
de las agujas del reloj.
Ahora, manteniendo la misma posición, realicen movimientos
sobre el pecho de arriba a abajo.
-Pues a mí lo que me gustaría es que me exploraran,
que quiere que le diga. (RÍE) -Toma y a mí.
Pero tampoco vamos a pedir peras al olmo, hija.
(RADIO) Presionando levemente con las yemas de los dedos.
Ahora, en la misma posición deben palpar la axila
correspondiente a la mama que están explorando,
para descartar la aparición de bultos.
Para ello desplacen la mano... -Josefina, así no la puedo peinar.
-Chis, chis. (RADIO) Movimientos circulares.
Recuerden que en este caso la presión debe ser levemente mayor
que en el caso anterior.
Perfecto. De abajo a arriba. De abajo a arriba.
-¿No te notas algo? (RADIO) Y vuelta a empezar.
-Noto cosas. -¿Sí? ¿Qué cosas?
-Sensaciones.
(RADIO) Y ahora a empezar otra vez con el pecho izquierdo.
A ver, brazo izquierdo en alto. -Venga, vamos con el menú para hoy.
¿Qué pasa? ¿Qué haces?
(RADIO) Comenzar la exploración del pecho izquierdo.
-¿Qué haces, Paquita? -Ay, me palpo.
-¿Que te palpas? ¿Por qué te palpas?
-Porque lo dicen en la radio.
¿Tú nunca te palpas? -¿Palparme yo?
-Me voy a palpar yo. Desde la mili no me palpo.
No me palpo, no.
-Miguel...
Creo que me ha salido un bultito.
-No fastidies. -Mira.
Mira. Por ahí.
¿Lo notas?
-Noto... -¿Qué notas?
-Pues lo que tengo que notar.
Noto un pecho con su pezón. -Miguel, un poco más a la derecha.
Por ahí, por ahí. -Noto lo mismo.
-¿Qué notas? -El pecho y el pezón.
-¿Quieres palpar bien? -Paquita, si por palpar,
no va a ser que no palpe, porque palpo lo que haga falta,
pero que cuando más palpo... -¿Se sabe ya el menú...?
Perdón.
¿Se sabe ya el menú? -Todavía no.
-¿Es que no has oído que todavía no?
-Ay que ver. Desde luego...
Tantos años de casados y hasta en la cocina.
De verdad, qué envidia más grandísima me dais.
-Por Dios, qué vergüenza.
Estos programas de radio te están volviendo
completamente loca. Primero el testamento,
ahora los pechos... -El testamento va a misa,
así que ya puedes ir llamando a un notario,
que de esta semana no pasa.
-¿Me quieres decir, por favor, qué vamos a poner hoy
de menú del día? -Lentejas, ensalada y pescadilla.
Y de postre, natillas.
(RADIO) Para combatir la halitosis, nada mejor que colocarse
una pastilla de mentolado bajo la lengua.
Estas píldoras son muy pequeñas y se disuelven rápidamente,
dejando una sensación de frescor en su boca.
-Hombre, Antonio. ¿Cómo va todo?
-¿Me llamas para eso?
-Cuenta con él.
-¿Pero de qué especialidad?
-Pero hombre, Antonio, en el partido tenemos
al mejor de todos, si yo creo que tú le conoces,
está con nosotros desde el principio.
-Claro, no me hagas mucho caso pero creo que visita
en la clínica del Loreto,
y tiene una consulta privada también,
mira, vamos a hacer una cosa,
le localizo ahora mismo y le digo que te llame a casa.
-¿Es un familiar muy cercano?
no sabía que tenías una hermana.
Mira, vamos a hacer una cosa,
vuelve a llamarme en cinco minutos y te doy
la dirección de su consulta, ¿vale?
-¿Pero qué pasa con el segundo, Miguel?
-No me agobies, tengo mucha faena, ¿no lo ves?
A ver, vamos con las pescadillas. -¿Llamaste ya el notario?
-¿Qué notario? Ponme una. -¿Cómo que qué notario?
Puedes morir y las niñas necesitan seguridad.
-Ponme otra pescadilla, déjate de tonterías, vamos.
-Creo que tengo halitosis. -Por favor, venga, otra pescadilla.
-¿A ti qué te pasa, te da igual que tus hijas hereden?
-¿Qué me dices de mis hijas?
-Bonjour.
Hola, Paco, qué guapo estás sin bigote.
Bonjour, papá, ya estoy aquí.
-¿Provisionalmente o de forma definitiva?
-Ay, de verdad.
-Y tú cambia esa cara que estás babeando.
-Françoise... -¡Paco!
-Pero qué uniforme tan bonito.
-Qué ganas tenía de verte, madrastra.
-O sea, que estás volando.
-Uy, yo no paro de viajar; Londres, Nueva York, Berlín...
¿Y tú qué?
-Yo... San Genaro, Sagrillas, pescadillas...
Feliz.
-Antonio.
-Ya está todo arreglado, he hablado con él
y te espera a partir de las siete en su consulta
que está en la calle Velázquez 27.
un abrazo fuerte y que lo de tu hermana no sea nada, ¿vale?
Ah, y otra cosa, te agradezco mucho lo que has dicho antes.
-Gracias, Antonio.
-Voy a poner la tele.
-Es que me gusta ver la carta de ajuste.
pues lo hemos estado pensando y sí, nos quedamos con el piso.
-Abuela, ¿por qué estás tan contenta?
-Ya me lo como yo por ti.
-¿Y esa cara que tienes?
¿Qué te pasa?
-¿Cómo que no te pasa nada?
Soy tu hermana, a mí no me puedes engañar.
-¿Arantxa?
-¿En un qué?
-Bueno, pues nada, ni no me lo quieres contar, no lo cuentes.
-Sí, ¿y qué?
-¿Ah, no?
¿Y...qué más compartís?
Ay, Carlos.
-No me fastidies.
¿Te puedes explicar?
-Sí, pero una cosa son las películas y otra la vida real.
-Pero vamos a ver, ¿hasta dónde habéis llegado
con ese rollo que tenéis los tres?
Hum...
Qué locos estáis.
-Mira, Carlos, yo estuve viviendo en una comuna hippy,
en Ibiza, hace muchos años, no te acordarás.
-Bueno,
el caso es que allí...
las parejas eran abiertas y todos se acostaban con todos.
-Aquello acabó como el rosario de la aurora,
una chica se intentó suicidar.
-¿Te puedo dar un consejo?
-Aléjate de ese rollo.
(TOMA AIRE)
-¿Te quieres venir a comer a casa? la abuela
tiene muchas ganas de verte.
Pues vamos, luego seguimos hablando de esto.
-Hombre, ¿tú por aquí?
al contrario, los pecadores siempre son bien recibidos
en la casa del Señor,
iba a cerrar para comer, pero no tengo prisa.
¿No querrás confesar?
-Si quieres meditar a solas te dejo, voy a comer
y luego cuando termines me das una voz y bajo y cierro.
-O sea, que... sí, que quieres confesar.
-Pues bien, siéntate.
-Bien, tú dirás.
fumar en la iglesia...
-Sí, fuma, anda, ya...
-Paquita, te estás volviendo loca de remate,
no te toques más, por favor.
-Yo me toco lo que quiero, y sabes qué, estuvo en el Japón.
-Porque es azafata, Paquita, y las azafatas
viajan por todos los países del mundo pero no los ven,
se pasan la vida metidas en una avión,
que es como un autobús con alas.
-Yo me paso la vida en una cocina y tú nunca haces lo que te pido.
-Pues pídeme lo que quieras y lo hago, no te toquetees más.
-Sólo quiero que ir al notario
y darle a las niñas el tercio de mejora.
-¿No comprendes que eso es imposible, Paquita? No puede ser.
Mis cuatro hijas para mí son lo mismo.
-Tú tienes cuatro, pero yo sólo tres,
y a mí lo que me da miedo es lo que te dije muchas veces,
me da miedo que te mueras.
Si no me voy a morir, Paquita,
me vas a matar tú.
-Los designios del señor son inescrutables.
-Pues... Eso no lo sé, Antonio.
-Bueno... No te quejes.
-Tampoco lo sé, Antonio, pero...
una enfermedad nos puede llegar cuando menos lo esperamos.
-Hombre, Antonio.
-Estás perdonado.
-Confía en el señor.
-Antonio, no blasfemes.
Y vuelve cuando quieras, y, aunque no te lo creas,
él no ha dejado de pensar en Mercedes ni un momento.
-Haz lo que puedas, por favor,
haz lo que puedas por Mercedes,
lo que puedas y más.
(HABLAN ENTRE ELLOS)
-Ni si quiera yo sé por qué me aceptaron,
vi el anuncio en el periódico, me presenté, hice un examen,
luego un cursillo y voilà.
-Oye, ¿es verdad eso que dicen que las azafatas
tenéis un amante en cada ciudad?
-¿Eso qué va a ser verdad? Sólo ocurre en las películas,
es que no tenemos tiempo para nada,
subes al avión, y cuando te das cuenta ya llegaste,
y vuelta a empezar.
-¿Y haces eso que hacen las azafatas?
-¿El qué?
-Eso de... -Ah.
Eso es lo que peor llevo.
¿Y tú qué?
-Pues, como siempre.
Bueno, un poco preocupada últimamente.
-¿Por qué?
-Pues, porque me estoy haciendo mayor, François.
Por las niñas, y por tu padre, que va a cumplir 56 años
y no se cuida nada.
Y un poco por mis pechos.
-¿Cómo que por tus pechos? ¿Qué le pasan a tus pechos?
-Nada, pero últimamente me los toco mucho.
-¿Cómo que te los tocas mucho? -¿Tú no?
-A mí me los tocan. -¡François!
Pues hay que palparse. -¿Para qué?
-Pues, para ver si está todo bien.
Siéntate aquí.
He hablado con tu padre... y vamos a hacer testamento.
Pensando en las niñas. -Pues claro que sí.
Y cuando lo hagáis, decís que les toque un poco más a ellas.
-¿Cómo? ¿El tercio de mejora, dices?
-Sí, eso, eso, es lo lógico, ¿no?
-¿Pero cómo vamos a hacer eso, François?
-Pues claro que sí. Al fin y al cabo,
también son mis hermanas. ¿Qué haces?
-Mira, se empieza así, en el centro,
y haces círculos. Lo han dicho en la radio,
hay que hacerlo a diario.
-¿A diario?
-¡Las habrán metido en agua hirviendo!
-¡No, señor, en agua fría! -Oiga, miren,
llevo vendiendo este tejido desde hace más de 10 años,
y en la vida tuve una reclamación, ni una.
-Vamos a ver, ¿usted se cree que puedo meter en esta bolsa
dos botellas de aceite? -Las habrán metido en agua
a más de 100 grados. -¡Y dale!
-Y un huevo de pato. -Bueno, bueno, bueno,
bueno, bueno, vamos a ver, vamos a ver.
Buenas tardes, caballero. Buenas, ¿qué pasa?
¡Pues no dice el... el... el distribuidor este
de liliputienses que hemos metido las bolsas en H2O bullente?
-¡Chis! Ya, ya. -Bueno, bueno.
-Yo no sé lo que han hecho, pero mis telas no encogen.
(RÍE) -¡Chis! ¡Tranquilo!
¡No perdamos las formas, Desi, no las perdamos!
Vamos a ver, caballero, a mí no se me ocurriría
ni por asomo afirmar que sus telas, en sentido general,
no encogen. -No...
-Pero en sentido concreto, vamos a ver,
esta es la bolsa original. -Ah.
-Y esta otra... ¡Es la que hemos obtenido
siguiendo escrupulosamente los métodos de fabricación!
Así que... ¿Cómo me dice usted que sus telas no encogen, coño?
¡Que parece la madre... y la hija!
Así que, ¿cómo coño me dice usted que sus telas no encogen?
-¿Nos vamos ya?
-Oye, Carlos,
¿tú cómo andas de dinero?
-Sí, pero esta vez, no es para mí, es para una alumna,
que se ha metido en un lío, y... prefiero que resuelva
el problema en Londres, que aquí. Me entiendes, ¿no?
-Pues, a ver, yo he puesto 3000, el padre Pascual ha puesto 7000...
son 40 000.
Pues, muchísimas gracias, hermanito.
Ah... Te lo voy a devolver, ¿eh?
Es verdad, siete pisos.
¿Qué voy a hacer contigo, Mercedes?
que... a pesar de que lo he intentado,
pues, he tenido que aceptar que nunca vamos a ser amantes.
-Sí, sí, desde luego, es lo mejor que podía pasar, ¿eh?
Pero es que contigo me han fallado todos los cálculos, Mercedes.
¿Sabes por qué te contraté?
-Porque me gustaste desde el primer momento,
y porque pensé, iluso de mí,
que al final, terminarías por hacerme caso,
pero es que me sale el tiro por la culata,
y al final, ahora va, y resulta que te haces imprescindible.
pero eso es lo que es, ¿eh? Has vendido siete pisos, Mercedes.
¿Tú sabes lo que vas a cobrar este mes?
-No, si al final, acabarás cobrando más que yo.
¿Qué? ¿Te tomas algo ahí abajo o qué?
Menuda suerte tiene tu marido contigo, ¿eh?
-Y yo, que me dejo, Mercedes.
-Hasta mañana.
-Bueno, mire, para zanjar esto de una vez,
les hago un descuento del 5%, y no se hable más.
-¿Qué? -¿A mí qué me importa
que me haga usted un descuento de un 5%?
¿Qué hago con el resto del tejido? ¿Me lo como o qué?
-¡Ustedes verán, pero la letra que ustedes aceptaron,
ya me la descontó el banco, y yo la cobro!
-Ah, no, bueno... -Bueno...
-Vaya que si la cobro. -De eso, nada.
¡Ustedes, lo que son, es una panda de aficionados!
-¡Aficionados! -¡Me cago en la leche que...!
-Claro que me marcho.
Pero les aviso, ¿eh?
¡Ustedes no saben con quién están hablando!
-¿Quién? ¿Yo?
-No, no.
Carlos! ¡Esta mañana te levantaste bien,
y ahora parece que tengas una úlcera de duodeno!
-¿Lo has conseguido? -Sí.
-¿Qué te pasa?
-Te lo devolveré. -¡A mí sí!
-La próxima vez, ten más cuidado. -Gracias, Inés, eres una tía legal.
-¡Quiero saber por qué! -¿Cuándo te vas?
-Mañana por la tarde. Me dijeron en la agencia de viajes
que pasado mañana ya estoy aquí. -¿No entiendo el qué?
-Bueno, adiós.
-¿Y a ti qué te pasa ahora con eso?
-Pues, haberme traído la toalla.
-¿Antonio Alcántara? ¡Antonio Alcántara!
-Ah.
-Alcántara. Ah...
Siéntate.
-Bueno, desde que Maceiras me dijo que querías consultarme,
te he buscado un hueco, faltaría más.
-Sí, sí, hiciste lo mejor, las cosas no están bien
para el partido. Ha comenzado la cacería Adolfo,
y lo siento, porque no se merece esa ingratitud de unos y otros.
Ha hecho mucho... en el país.
-Esperemos que todo se resuelva bien.
Maceiras me dijo que a tu hermana le han diagnosticado...
una neoplasia... de mama.
-A ver.
(LEE) Paciente de 50 años, casada,
cuatro hijos...
Vamos a ver, el pronóstico no es bueno.
Hay que actuar enseguida.
Hay que extirpar, y a continuación, radiar.
-El informe es correcto.
Pero no hay por qué verlo todo negro, últimamente
se están consiguiendo grandes resultados
gracias al radio y a la quimioterapia.
¿Tu hermana sabe lo que tiene?
-Es mejor así, es muy importante que no sepa nada.
-Me gustaría haberte dado mejores noticias,
pero...
Por cierto, a ver si uno de estos días
nos reunimos las viejas glorias en una cena homenaje
antes de que nos obsequien con un golpe de estado.
-Antonio... Tranquilo.
-Está cerrado.
Que se supone que abrimos a las ocho y media,
pero vamos, que usted como en su casa.
¿Quiere tomar algo?
-No, cuando he llegado no había nadie,
pero vamos, tiene que estar al caer.
-¿Whisky?
don Antonio? Esto es un bar de primera calidad.
Escocés, whisky escocés.
-Claro.
don Antonio, faltaría más.
¿Quiere que le marque?
¿con quién hablo, por favor?
no te había reconocido, ¿qué tal?
-Bien, bien, muy bien.
Sólo preguntaba para saber qué le dijo
el doctor Uribe a Antonio sobre la enfermedad de su hermana.
Hay que tener mala suerte, eh, verdaderamente esto
es una lotería y al que le toca, le toca.
-Bueno, pues nada, lo dicho, dile por favor a Antonio
que me llame cuando llegue, ¿vale?
¿Mercedes, Mercedes?
¿Mercedes, estás ahí?
-Pronto.
-Hombre, papá, qué alegría, ¿qué tal? Estaba cenando algo,
¿cómo estáis?
-Oye, papá, no me asustes, ¿qué le pasa?
-¿Cómo que tiene cáncer?
-¿Cuándo?
-¿Ella sabe algo?
-Bueno, yo me voy al aeropuerto y cojo el primer avión
que pueda.
-Me voy al aeropuerto
y me cojo el primer avión que pueda.
(TODOS SOLLOZAN)
(TODOS SOLLOZAN)
-Miguel.
¿Estás despierto?
-No.
-Miguel, que te quería decir una cosa.
-Qué.
-Pues que tu hermano tiene razón cuando me llamó loba.
-¿Qué quieres decir?
-Que es verdad, Miguel, que soy un poco egoísta,
no lo puedo evitar.
-Ay, Dios mío. -He estado hablando
con Françoise hoy.
Le he dicho lo de que teníamos que hacer testamento,
¿sabes lo que me ha dicho?
-Pues a saber lo que te ha dicho, ¿qué te ha dicho mi hija?
¿Eh?
-Que le demos el tercio de menos a las niñas.
-Paquita, por favor. -Pero que me lo ha dicho ella,
que no le dije nada, que salió de ella, ¿te das cuenta?
Es que es mucho mejor que yo.
Yo no sé lo que me pasa que me he vuelto más envidiosa
que Josefina.
-Venga, por favor, Paquita,
no digas esas tonterías, por favor.
-¿Crees que es una tontería? -Una tontería como la copa
de un pino. -¿Sí?
-Sí.
¿Qué pasa, que te duele?
-Miguel.
-Oh.
María está intranquila porque sus padres han salido por la mañana temprano y no sabe dónde han ido. Lo que no sabe es que en realidad han ido a recoger los resultados de las pruebas médicas que han hecho a Mercedes. Afortunadamente el médico les dice que todo está bien y Merche respira tranquila. Quien no respira tranquilo es Antonio con el negocio de banderas que ha montado con sus socios, y es que no dejan de surgir problemas. Habían intentado ampliar el negocio con un encargo de bolsas de tela, pero resulta que el tejido ha encogido y el proveedor no se hace responsable.
Añadir comentario ↓
Espero que le quiten el {JUANETE} de los pies se le ve muy feo, o por favor que no muestre los pies, nos arruina toda l tarde.
Wow sin palabras maravilloso capitulo me hizo llorar actuaciones de lujo felicidades
Mercedes ha mejorado mucho su interpretación , en los primeros capítulos es como una niña tonta y sobreactuada, es a ella la única que para mi no lo hace muy bien al principio, los demás de maravilla, menos mal que mercedes ha mejorado, por que me encanta esta serie.
por favoooor mas drama noooooooooo me encanta la serie y la sigo pero no me gustaría que se extendiera demasiado la enfermedad de Mercedes, ojalá no la maten, yo conozco mujeres de la época que superaron el cáncer de pecho, a ver si dejan respirar un poco a la familia Alcántara. También comparto la opinión de England25 de que se está separando un poco del momento histórico que antes estaba mas presente y se está centrando demasiado en la vida de los personajes. Si yo pudiera le daría a los guinistas una idea de algo que no se refleja en la serie y ha sido de mucha importancia para la vida cultural española. por lo demás enhorabuena, al fin algo que se puede ver!
No se si me equivoco Shuuya pero creo que dice duro... no euros...
vaya cagada xD en el minuto 4:08 el de los marcianitos le pide EUROS al camarero xDDDD
gracias por contarnos historias de todo tipo, no solo comedia, para eso tenemos otras series que las pones y ya sabes que te vas a reir. los alcantara tienen de todo, comedia y drama, por eso son tan buenos.
¿Alguien sabe como se llama la melodia que suena en el capitulo 228?. Concretamente suena buena parte del tiempo alrededor del minuto 36:30. Gracias
FELICITACIONES!!!!!!!
La verdad es que si el capítulo anterior fue bueno este ya..........es genial. Es un paradójico que cuanto más triste es más interesante y bueno parece, pero es realmente bueno. Si bien es cierto que últimamente se están centrando como argumento de la serie más en el aspecto personal y lo que le ocurre a la familia, que en los hechos históricos del momento, como ocurría sobre todo al principio; aún así un capítulo fantástico, y si querían darle emoción lo están haciendo, y muy bien.