La ruta del deshielo: Las cataratas del Niágara españolas

Hacía tiempo que José, el alguacil de Masueco de la Ribera, no veía el Pozo de los Humos tan rebosante. El sonido que provoca el agua al caer desde 50 metros de altura y romper en la roca produce escalofríos. Las cataratas del Niágara tienen tan solo dos metros más que este pozo. Se llama así por la nube de vapor que levanta el caudal del río Uces al desparramarse en el cañón de granito. José tensa las cuerdas de la pasarela que atraviesan decenas de turistas estos días para contemplar el espectáculo que ofrece el deshielo este año a tan solo cien kilómetros de Salamanca. Las intensas lluvias caídas a lo largo de los últimos meses también están llenando de turistas el barco que navega Las Arribes del Duero por la cercana presa de Aldeadávila de la Ribera. El pueblo, de 1.300 habitantes, está situado en el corazón de la zona con la mayor concentración de presas del Duero, en una zona Declarada Reserva de la Biosfera.