Domingos a las 09.15 horas
Pues ella es mi mujer, Noemí. Yo soy Felipe.
Para nosotros Dios ha sido siempre fundamental.
Desde que nos conocimos,
ya el conocernos creo que fue algo milagroso,
vimos la mano de Dios desde el primer momento.
Y luego también durante el proceso de noviazgo.
Ahora sigue siendo fundamental.
Por los retos que afrontar, dificultades, el vivir cada día...
Para nosotros Dios es la piedra angular
para cada día de nuestra vida.
Tanto en el matrimonio
como incluso en otras partes de nuestra familia.
Conocí de Dios desde que era pequeña.
Mis padres, los dos, tenían una relación cercana con Dios.
Entonces, en mi casa se hablaba mucho de Dios de una forma natural.
Y yo siempre he tenido interés.
Recuerdo de pequeña una vez, leyendo una Biblia ilustrada,
me llamó la atención un dibujo de Jesús en la cruz.
En ese momento, aunque de una forma muy sencilla,
porque era una niña, entendí el mensaje del Evangelio,
entendí que Jesús había muerto
y había sufrido muchísimo por ser mi amigo.
Y en ese momento yo decidí que quería ser su amiga
y quería hacer mi parte de ser su amiga.
Después, con los años, igualmente, fui cada vez entendiendo más,
y también llegué a plantearme si yo realmente creía en Dios
por mis padres o creía en Dios por mí misma.
Después de mucho tiempo planteándomelo,
llegué a la conclusión de que sí, que yo creía en Dios por mí
y era una decisión personal mía de seguir a Dios.
-Empecé a ir a una iglesia de pequeño,
tendría nueve o diez años, con mis padres.
A partir de ahí empecé a leer la Biblia, a orar...
Pero, pasados los años, al menos yo me di cuenta,
sobre todo cuando hablaba con otras personas más maduras
que conocían la Biblia,
digo: "Parece que no conozco nada de la Biblia",
y me di cuenta de que hasta ese momento
leía la Biblia, pero no de una forma concienzuda,
una forma profunda,
y esas cosas no habían calado verdaderamente en mí.
Entonces, saltó como una chispa.
Me entraron unas ganas mayores de conocer mejor la Biblia,
conocer mejor a Dios.
Poco a poco se fue dando todo de una forma natural,
donde fue incrementándose y fortaleciéndose
esa relación con Dios.
-Hace unos años, pasé una época muy difícil
en la que tuve muchos problemas a nivel familiar,
personal y económico.
La verdad, fue una época muy dura, pero pude ver a Dios muy cerca.
Además de experimentar a Dios especialmente cerca,
vi cómo él, además de solucionar mis problemas,
me enseñó algo más importante, que podía llegar a perderlo todo.
Me di cuenta de que podía perder a mis seres queridos,
perder la salud, el trabajo, cualquier cosa,
pero lo único que no podía perder era lo más importante para mí,
que era Dios.
Y eso cambió mi cosmovisión, me trajo muchísima paz.
Y fue una enseñanza que me dio Dios superimportante para mí.
Uno cuando piensa en Jesús muriendo en la cruz,
por lo menos a mí lo que se me viene a la cabeza
son imágenes de las películas que hemos podido ver todos
en Semana Santa o en días especiales
cuando lo ponen en televisión o hemos ido al cine.
Es la primera imagen, ¿no?
Viendo esos latigazos, viendo ese sufrimiento,
esas humillaciones...
No tanto el dolor físico, sino también psicológico,
podríamos decir hoy.
Y cuando lo leemos en la Biblia, también vemos ese sufrimiento.
Cuando uno reflexiona y ve todo el mal que hay en este mundo,
que a veces llega a límites que ni uno se imagina,
ves que también hay una persona, que fue Jesucristo,
que su amor llegó a límites que uno no imaginaba.
Que fuera capaz de sacrificarse, de sufrir,
por una persona que además era culpable.
Y uno lo primero que piensa es qué amor tan grande
puede tener alguien por alguien que no se lo merece como yo.
Hay gente que a veces dice o piensa que por ser cristiano
o por tener fe, las cosas, no vas a tener problemas
o las cosas van a ir bien y eso, a mí me parece
que puede traer mucha frustración, porque cuando aparecen los problemas,
que van a aparecer, se te derrumban las cosas
y puedes pensar que no tienes fe o en ese momento no encuentras
explicación para las cosas. Pero aunque no son más fáciles,
aunque tenemos los mismos problemas que todos,
saber que puedes contar con Dios, que Él está al control de todo,
que Él está ahí, pues eso...
Tiene las cosas bajo su control, eso sí que da mucha paz
y hace que se lleven los problemas mejor.
-Uno se plantea: "Estamos aquí, ¿a dónde vamos?
¿Por qué 7000 millones de personas en el universo?
Nacen todos los días, mueren todos los días,
¿cuál es el sentido?", y la verdad que Dios,
a través de su palabra en la Biblia
nos muestra cuál es el sentido y el propósito de la vida, ¿no?
Por aquí estamos de paso, unos con más dificultades que otros,
pero al final esto es temporal, y el propósito de aquí es poder
disfrutar una eternidad con Él.
Uno encuentra sentido a la vida cuando conoce verdaderamente a Dios.
A mí una cosa que me ayuda cuando Felipe y yo
tenemos nuestras diferencias o me sale a lo mejor
tratarle más bruscamente, en primer lugar es pensar
que tanto Felipe como nuestro matrimonio es un regalo de Dios
y eso me lleva a querer tratarlo bien
y sé que tengo que rendir cuentas a Dios de cómo lo trato.
Además hay un versículo en la Biblia que dice a los maridos
que traten a sus mujeres sin ser ariscos,
porque eso entorpece las oraciones y yo entiendo por analogía
que yo también tengo que tratar a Felipe de una forma poco arisca
y que a Dios le importa cómo yo lo trate.
Entonces, eso también me anima a mí a pensar en cómo tratarlo.
A tratarlo como a mí me gustaría que él me tratase a mí.
-Dios es espíritu. A Dios, hoy en día,
no le oímos audiblemente cada día de nuestra vida,
pero Dios nos muestra en la Biblia de cómo Él ha intervenido
en la humanidad y eso nos muestra cómo es Él,
su carácter, el amor que tiene por los demás,
lo que le agrada, lo que no le agrada.
Es la forma en la que nos ha dejado Dios de poder conocerle mejor.
Yo muchas veces no encuentro tiempo para Dios
o no encuentro el tiempo que debiera para tener...
Pues eso, para orar o para leer la Biblia
y sin embargo Él, que es un ser soberano y supremo,
Él siempre está abierto a que en cualquier momento
le vaya a hablar.
Saber que eso, que Él está ahí siempre escuchándome
y que le importa lo que le digo y que Él está el control de todo
es algo que me parece increíble y un privilegio.
-Considero que el arrepentimiento es algo fundamental
para esa relación con Dios.
Uno puede conocer de manera intelectual a Dios,
leyendo su biografía, leyendo la Biblia,
pero esa relación, es artificial hasta que uno realmente
no se reconoce pecador, que ha ofendido a Dios,
que se ha rebelado contra Él y necesita ese perdón.
Necesita ese perdón de Dios que se lo da a todo aquel
que realmente se reconoce pecador y le pide perdón.
La verdad es que tenemos muy buena relación con la gente
que va a nuestra iglesia y una cosa que a mí me gusta mucho
es que aunque somos gente de muchos países diferentes,
hay gente de todos los continentes y de diferentes edades
y diferentes formas de ser, idiomas y todo,
como tenemos una cosa tan importante en común,
una cosa que para nosotros es tan fundamental en la vida,
a pesar de las diferencias de edad, culturales y todo,
tenemos una relación cercana y hacemos muchas cosas juntos
o pasamos tiempo hablando y tenemos una buena relación.
-Bueno, yo pienso que voy a ir al cielo
porque Dios me ha guiado a arrepentirme de mis pecados,
a reconocer que soy pecador,
y a poner la fe en que solamente porque Él murió,
Él pagó mi culpa por mí y resucitó,
es que yo pueda tener acceso a la vida eterna.
Así nos lo ha dejado escrito en la Biblia, esa promesa
y yo confío en las promesas de Dios, porque ya ha cumplido muchas
de sus promesas y confío en que también cumplirá esta.
Confesar con palabras nuestra fe es una parte esencial para disfrutar de la paz y la esperanza que Dios da. Están bien los sentimientos y las convicciones, pero la fe no puede permanecer en silencio.
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