2009-2016
Subtitulado por TVE.
-¿Pero qué sorpresa ni qué sorpresa?
Que yo a usted le vi esquivando balas.
-Han robado un diamante a los ingleses,
resulta ser el diamante en bruto más grande jamás hallado
y lo ha robado un español, y se trata del conde de Montano.
-Ya eres mío.
a ambos, estoy seguro de que sabrás dar con ello
y guardarlo hasta mi llegada.
-¿Sabe dónde está el tesoro?
-Esto es repugnante.
Anoche, lo del beso...
-Gonzalo, no te besé porque me sintiera sola.
-¿Entonces las termas están ahí abajo?
-Pero si es la marquesa. -Le agarra la churrilla.
-¿Qué escondes ahí, plebeyo? -Nada.
-Ay, Dios.
-Tu presencia ya no es grata en palacio.
-Maldito negro. ¡Que te quites!
-Oh, Dios mío, señorito.
Tú y yo no somos nada, sé que no tienes
obligación de cuidar de mí.
-No me toques.
-Eh, no, suéltame, suéltame.
-¿Dónde está el esclavo?
-Dime dónde está.
-Uh.
-¿Qué haces, qué haces? Quite, hombre, quita.
-La madre que me parió.
-Oh.
-Todavía tengo los pelos como escarpias, amo.
Que pelear con la bestia en el suelo tiene un pase,
pero si la bestia sabe nadar ya no estamos
en igualdad de condiciones, ¿no?
-Pues no crea,
en la época en la que estamos todavía corre aire fresco.
Aunque claro, con el coleto tan abrigado que me lleva
y lo que se mueve usted como héroe...
la escabechina que tiene usted en la pierna.
Tiene que verlo un médico, venga.
-¿Pero cómo que no es nada?
Que esto no es una broma,
igual llevaba más siglos que los romanos.
-Tiene que verle un médico enseguida.
que con unas plantitas se va a curar?
¿Dónde aprendió eso, con los chinos?
-Su... su padras...
-No, ahí tiene usted razón, porque yo de pequeño
nada más que veía...
miseria y pobreza, y mire como me quedé.
-Mire, aquí hay.
-¿Con esto será suficiente, amo?
¿Eh?
Que tampoco es cuestión de dejar el bosque pelado.
-Oh.
-Señora, yo creo que deberíamos volver al carruaje.
-No hacía falta que me acompañases,
ya puedo ir yo solo a la escuela.
-Señora, no quisiera yo meterme pero es que
todavía está muy reciente.
-¿Por qué me haces esto, madre?
Somos el hazmerreír de la Villa.
-Todavía huele a negro.
-¿Qué has dicho? -¿Yo? Nada.
-Si quiere probar con alguno sólo tiene que pedirlo,
señora marquesa.
Todos juntos, o de uno en uno, como prefiera.
-¿De qué te sirve ahora el título, marquesito?
-Ayuda por Dios.
-Señora.
-Oh.
Oh...
-¿Qué me ha pasado, amo?
-Sí, sí, ya me acuerdo, sí.
-Lo siento, amo, perdóneme, pero...
no me encuentro todavía bien.
-¿Eh?
¿Y para qué tiene usted que averiguar nada?
-Para misterios ya tenemos el de su madre y nos sobra,
y a lo mejor eso que usted cree que es un misterio,
igual... no lo es.
-No le entiendo.
Ayudar ya no podemos ayudarle, esa...
esa pobre criatura está muerta.
Amo, mejor no meter las narices donde no se puede hacer nada.
-Hum...
-Oh...
-Lo siento, amo. Sí, ahora lo limpio.
-Oh.
-Señora.
-Marquesa de Santillana,
había oído hablar muchas veces de su belleza,
nada comparable al verla en persona.
-Tanto gusto, soy Rafael...
-Señora, traigo más dulces.
Lo siento, señora, ha sido un accidente.
Tranquila, tranquila,
hasta el mejor matador pincha a veces en hueso.
-Asesinato.
-Si de verdad eres el espectro de mi padre, dime quién fue,
para que con alas tan veloces como la fantasía se haga venganza.
-Pero... ¿pero entonces quién fue,
quién mató al padre de Hamlet?
-Pero... pero padre, ¿por qué se le aparece el fantasma?
-Amo...
que me ha dicho el Cipriano que quería usted
hablar urgentemente conmigo.
-Joder, amo, allí... morían niños a diario,
por el hambre, la lepra, el cólera.
-Por favor, amo,
que he intentado olvidarme durante toda mi vida de aquello,
no me haga pasar por esto otra vez.
-No.
Yo ya tuve que ir una vez allí y se me removió todo por dentro,
no pienso volver otra vez.
-Yo tampoco le importaba a nadie, amo.
Se lo ruego, se lo pido por favor,
olvídelo, hágalo por mí.
-Si se pone usted a investigar lo que pasó en ese orfanato...
va a remover todo el horror que vivimos ahí dentro.
¿Entonces es verdad que está arriba Rafael Valverde, el torero?
-Hombre que si es verdad,
como que tú y yo estamos hablando aquí ahora mismo.
-¿Y cómo es en persona?
¿Es guapo? -¿Guapo?
Y varonil, y galante,
es un hombre... hombre.
Me clavó esos ojazos que tiene y me dejó tiesa en el sitio.
-Vamos a ver, Margarita, ¿tú que haces aquí?
Tenías que estar en la casa, tira para casa a descansar,
no estás para trabajar.
-¿Tú lo has visto, te has cruzado con él?
Yo sólo con lo que me contó Catalina estoy temblando.
Pues te digo que ese hombre en las distancias cortas
quita el sentido, que lo quita, que lo quita.
-Espera a la mujer de su vida,
enamorarse... luego se casará y tendrá hijos.
-Mira. -Lo leí en un pliego.
-Pues hija, desde luego candidatas no le van a faltar.
Me acuerdo yo una vez que me fui a una corrida de él
con mi prima Paca, bueno...
si hubierais visto a ese hombre vestido de torero,
ya es...
con la hombría puesta, ahí bien colocada en su sitio....
-Ay, por Dios, es verdad, perdonadme...
-No, no, sigue, sigue, no nos dejes ahora a medias.
pues ese hombre en medio de la plaza
vestido de torero,
sale el toro, pero un toro... toro.
Hace así, pasa pero rozándole toda la hombría,
y esa hombría ahí en su sitio sin menearse ni un milímetro,
bueno, los gritos de las mozas se oían en toda la Villa.
Empezaron cuando acabó a tirarle claveles
por no tirarle otra cosa por decencia, bueno...
-Catalina, ¿podría atenderle yo, por favor?
-Marta, eso es imposible, por Dios.
No, lo hago por tu bien,
un hombre así se te va la cabeza para toda la vida,
y más tú, digo. (RÍEN)
-Oye, ¿no huele a quemado?
Ay, la madre que me parió el guiso de la marquesa.
No, quemadito, echado a perder.
(RECUERDA) Tomás, Tomás...
Tomás.
Tomás. -Tomás.
-Tomás.
-¡Tomás! -Tomás.
Tomás, Tomás.
-¡Tomás!
-Tomás.
Tomás. -Tomás.
¡Tomás! -Tomás, Tomás...
-¿Seguro que no lo has visto, Sátur?
-No, no. -Tenemos que volver al orfanato,
está a punto de anochecer. -No...
tengo que encontrar a mi hermano. Tomás.
-Lo hemos buscado por todas partes.
Puede que haya escapado, muchos lo hacen.
-Nunca se iría sin mí, además, nos iban a adoptar, usted lo sabe.
¿Por qué se iba a escapar? Tomás...
-¡Tomás! -Sátur, Sátur.
Tú estabas jugando con él, tienes que saber dónde está.
Venga, dímelo, por favor.
Piénsalo, ¿dónde jugabais? -No lo sé.
-Piénsalo. -No lo sé.
-Tienes que saberlo, dónde? -Déjalo ya.
Tenemos que irnos. Sátur, Sátur...
Vuelve, Sátur.
-¿Está todo a su gusto, señor? ¿Desea alguna otra cosa?
No se preocupe, ojalá en todos los palacios el servicio
fuera tan atento como en este.
Yo no quisiera servirle de molestia pero...
si pudiera poner su nombre aquí, es para mi chiquillo,
que le admira a usted más que a nadie.
-Por supuesto.
¿Cómo se llama el niño? -Murillo.
Y su pudiera poner también mi nombre en pequeñito, al lado,
y un... "con cariño", o algo. Yo se lo agradeceré...
-Sí, señora, usted disculpe.
-Aire puro, buen vino
y una hermosa anfitriona.
No se puede pedir más.
sentí cierta curiosidad,
una reina, una marquesa y un esclavo negro,
en la corte no se habla de otra cosa.
-¿De qué está hablando, marquesa?
-Bien, entonces dejémonos de rodeos absurdos.
-¿Cómo se ha enterado?
-¿Qué es lo que quiere de mí?
-Date prisa, que tenemos que volver con los niños,
y ten cuidado, no se te caiga esa ropa.
-Madre,
no deberíamos atajar por aquí, está muy solitario.
Mira lo que le pasó a la hermana Elena, que la violaron.
-Violarla... anda que no eres inocente.
Eso es lo que dicen todas para no reconocer que han pecado.
¿Qué quiere?
-Es el Águila Roja.
-Pertenece al sayo que le poníamos a los niños en el orfanato
hace ya muchos años.
-Todos los que morían en el orfanato
eran enterrados en cristiana sepultura.
-Llevo más de 40 años al frente del orfanato,
me sería imposible acordarme de todos los que pasaron por allí.
-La medallita, madre.
-Todos lo niños llevaban una medallita
con su nombre y la fecha de nacimiento.
-¿Se encuentra bien?
-No son horas de andar por aquí, madre.
-El agua.
-Venga, abre la boca.
-Tía, tú siempre has cuidado de mí,
déjame ayudarte, por favor.
Venga, ah...
-Como esto se enfríe no te lo vas a poder comer.
Venga, ah...
Vamos.
Ves como no era tan difícil.
-Vale.
-Buenas.
Margarita, he lavado tu ropa, pensé que aún te dolerían las manos.
-¿Qué pasa, Gonzalo?
Estás ardiendo, Gonzalo.
-Es que hace mucho calor aquí.
-¿Estás bien, qué te ha pasado?
-No, no es nada.
-Por el amor de Dios, amo, que no está usted
en condiciones de meterse ahí dentro.
-Al menos deje que lo intente yo
ya que le metí en este lío.
-¿De qué medalla me habla?
-Lo siento, amo, eso fue hace mucho tiempo.
Además, ¿de qué viene hablar ahora de eso?
-No puede volver usted a la fosa,
no tiene derecho de remover el pasado.
-Dispare.
-¡Dispar, amo, dispare, por Dios!
Dispare, dispare...
Creo que le ha dado, amo.
El agua no se mueve, creo que le ha dado.
(RESOPLA)
-Señora.
-El carruaje de la duquesa de Cardona acaba de llegar,
le acompañan otras damas de la corte.
-¿Por qué has invitado a esas arpías, madre?
Si vienen aquí es para reírse de nosotros.
-Vienen a insultarnos a nuestro propio palacio.
-Estamos poniendo nuestra reputación en juego
al visitaros, Lucrecia, así que ahorra cumplidos.
¿Qué asunto es ese tan importante del que querías hablarnos?
-Tanto gusto, señoras.
-Sí, así es. La marquesa de Santillana y yo
estamos comprometidos.
Lo que has hecho no tiene nombre.
(SÁTUR OYE VOCES) Sátur...
Sátur.
Sátur.
Sátur.
Sátur.
Sátur...
Sátur, Sátur.
Sátur...
-¡No!
Alonso.
Alonsillo.
¡Amo, amo!
Amo.
-Ah.
-Oh... ¿qué?
Creo que sí.
-Que he oído ruidos
y he venido a ver qué pasaba, y Sátur se ha asustado y...
me ha empujado,
pero ya estoy bien.
-Yo es que... yo es que creía que era otra persona, pero...
lo siento.
Lo siento de veras, amo.
Oh...
-Le agradezco que me haya salvado la vida, comisario,
pero ya le he contado lo que sé.
-Ya se lo he dicho.
Era Manuel Amaya, mi mozo de espadas.
-Últimamente...
Manuel se mostraba muy distante conmigo,
él pensaba que entre su mujer y yo...
-Ya me entiende.
-Ha sido un día muy duro, comisario,
me gustaría retirarme a mis aposentos.
-Jesús, María y José.
¿Pero cómo se le puede ir la cabeza así a un hombre?
Qué malo son los celos.
-Margarita, por Dios, está clarísimo que esto
es un asunto de faldas.
-Calla, calla, que no quiero pensarlo.
Ay, por Dios, qué asco, voy a por trapos, quédate ahí.
-Claro.
-No, no, ya me encargo yo.
Y ahora, si me disculpa...
-Oh.
-Vaya nochecica toledana que he pasado, Marta, hija.
No se me iba de la cabeza tanta sangre.
-Pues a mí me han contado que el torero salía
con la mujer del mozo muerto,
por eso perdió la cabeza. -Se lo dije a Margarita, lo sabía.
Que me la dé ahora a mí, no llevo yo años sirviendo.
Marta, hija, mira tú a ver qué quiere la señora,
que yo aquí tengo mucho trabajo.
¿Cómo está la marquesa?
-De verdad, esta mujer no hay nada que la altere.
No te preocupes por el traje, si es menester
que nos pongamos todas a darle puntadas, nos ponemos.
-¿Y?
-¿Qué dices?
el uno era matador y el otro mozo de espadas,
que hayan estado mucho tiempo juntos y se cojan cariño de amigos.
No sigas leyendo que se me está cayendo un mito.
¿Y tú para qué te la has quedado, por qué no la dejaste?
-¿No sabías qué hacer? Se puede liar muy gorda.
Muchacha, que esa carta puede destrozar muchas vidas
y a ti meterte en un lío muy gordo.
¿Te ha visto alguien coger la carta?
y asunto terminado, aquí no pasó nada.
-Mira, Margarita, en asuntos de alcoba,
ver, oír y hacerse la tonta,
que luego acaba una muy escaldada.
-Déjelo, amo.
-¿Ah, sí?
¿Y qué piensa usted hacer?
¿Torturarla para que hable?
-¿Pero se está escuchando? Empieza usted a hablar
igual que su hermano.
-¿Qué dice, cómo vivo?
-Eso no puede ser, eso es imposible.
-Estaba vivo.
-A su futuro esposo le va a parecer ideal este encaje.
-Porque va a estar usted preciosa.
-Señor.
-Lo siento, pensé que estabais sola, marquesa.
-Lucrecia, tengo algo importante que deciros,
debemos romper nuestro compromiso.
-Cualquiera perdería el sentido por alguien como usted,
lo que pasa es que yo...
prefiero los favores de un hombre.
-Una de tus criadas lo sabe, Lucrecia.
Anoche encontró una carta que puede hundirme.
-Vi morir al hombre que amaba.
¿Cómo se atreve usted a hablarme de problemas en la corte?
-Era morena, con el pelo rizado, muy hermosa.
-¿Estás mejor?
-Gonzalo,
si lo que te dije te resulta incómodo...
me iré, y no te preocupes que lo entendería.
-Como quieras,
pero no voy a dejar de sentir lo que siento.
-Que no me cuesta nada.
-Mi tía no es ninguna bruja.
Nada, señor.
Comisario.
-No la toques, no la toques.
-No la toques, no la toques.
-Padre.
-¿Así? -No.
No, tienes que separar más el capote de tu cuerpo.
Muy bien, Nuño, tienes alma de matador,
pero debes coger mejor tu postura.
Déjame.
La mano.
La mano firme.
Mira al frente y concéntrate.
Jamás pierdas de vista el toro ni le subestimes.
Esto es una batalle entre él y tú,
si bajas la guardia, estás muerto.
-¿Me llevarás a torear de verdad si te casas con mi madre?
Todo a su tiempo, otra vez.
-Rafael me va a llevar a torear.
-Soy un hombre afortunado, Lucrecia es excepcional.
-Mis sentimientos hacia la marquesa son sinceros, comisario.
Espero que no esté insinuando lo contrario.
¿Si me disculpa?
-Comisario,
¿crees que al final se casarán mi madre y Rafael?
Rafael es valiente y famoso.
Por lo menos tendría a alguien al que llamar padre.
-Eres lo peor, Saturno.
Asesino y cobarde.
Ni para entregarte tienes valor.
Vamos, échale cojones por una vez en la vida.
Verán, yo quería confesar que... -A confesarte a la iglesia.
¿Será imbécil?
-Gonzalo, me acabo de enterar.
-Yo... no lo sé.
si no hizo mal a nadie en su vida, ¿qué enemigos va a tener?
-Esto se va a aclarar, todo el mundo conoce a Margarita
y no es ninguna bruja.
Lo siento, Gonzalo, no sabía que estaba el crío.
-Águila Roja no va a dejar que quemen a la tía, ¿verdad, padre?
-Y... ¿y no podrá volver a casa?
-Pero... pero puede vivir en un pueblo a las afueras.
-No te van a dejar verla, está condenada, padre.
-¿Adónde te crees que vas?
-No se puede pasar.
-Eh.
Oh, ah...
-Oh...
-Cipri.... -Nada.
He preguntado a los vecinos del barrio, a los mercaderes...
en las tabernas, nada sabe quién ha podido ser.
-¿Quién va a quererle hacer daño a Margarita?
Es más buena que todos nosotros juntos.
Alonso, hijo, ¿de dónde vienes, has dormido algo?
-He estado toda la noche poniendo señales para el Águila Roja
en los tejados de la Villa.
-Bien hecho. -Es que tengo miedo.
¿Y si no viene? Porque puede tener personas más importantes
a la que salvar, ¿no? -Que no.
Padre, ¿sabes algo?
-Vamos a repasar otra vez, a ver si nos dejamos algo.
En el bar todos quieren a Margarita, ¿en palacio?
-En palacio igual, todos los criados están locos con ella
y los nobles ni reparan en nosotros.
Es que no sé quién pudo hacer una cosa así.
-Alguien ha sido.
-En palacio está todo el mundo...
Está todo el mundo muy liado con la boda del torero.
La carta. -¿Qué?
-Señor comisario. -Catalina.
-No, señor.
Sé quién denunció a Margarita.
Lo hizo el torero Rafael Valverde.
-Porque Margarita encontró una carta suya
en la que él le confesaba su amor a...
a un hombre.
-Sí, señor.
-Bruja.
(REZA EN LATÍN)
-Doña Margarita.
Margarita.
Déjeme, déjeme pasar.
Déjeme pasar... ah.
-Alonso.
Alonso...
Alonso.
-Tía.
-Tu padre ha dicho que te quedes en casa.
-Dicen que me parezco a mi madre,
pero por esta parte soy mi padre.
-Fuera de aquí, Cipri, por Dios.
-Alonso.
-No va a llegar.
(LLORAN)
(RELINCHA)
(RELINCHA)
-Ah. -Ah, ah...
-Oh.
-Me gustan los hombres, no los niños.
-¿Y qué va a conseguir con eso, comisario?
¿Arruinar mi carrera?
-Muy bien, me iré.
Me iré y romperé el compromiso,
pero me gustaría ser recordado por mi maestría en el toreo
y no por mis preferencias en el lecho.
No me llega con tus buenas intenciones.
-De cualquier forma,
no creo que a la marquesa le guste que se aireen mis amoríos,
¿qué dirán los mentideros de la corte?
Primero un negro y luego un marica.
Su reputación no se repondrá de algo así
y usted será el responsable.
-Dígame qué pretende, comisario.
-No.
-Sería incapaz de hacer algo así,
y menos por favores de una criada.
-¿Crees que estará bien?
-Pero es una mujer y está sola.
-Ya...
Ya, pero hay que ir a buscarla, padre, tenemos que ir con ella.
-¿Por qué hay que asumirlo, padre?
¿Eh? Madre está muerta
y no la veremos nunca más pero la tía está viva.
No sabemos donde pero está viva.
-¿Ahora mismo?
-¡Gonzalo, Gonzalo!
-Que ya no es una bruja, que está salvada.
-El torero Rafael Valverde confesó que la calumnió por despecho,
era un bulo, una mentira.
-Padre, entonces puede volver con nosotros a casa.
-Voy a contárselo a todo el mundo.
-¿Y Sátur? Hace mucho que no le veo, ¿dónde está?
-Pero... no sabemos donde ha ido,
¿estará muy lejos?
-Soy yo, amo.
-Quería saber cómo se encontraba la señora.
-No he tenido valor, amo.
Además de asesino, soy...
un cobarde.
-Tomás estaba muy feliz
porque le dijeron ese mismo día que le iban a adoptar.
Era muy injusto, amo, yo llevaba más tiempo que él
en el orfanato.
Nos peleamos...
le empujé con todas mis fuerzas y cayó en la fosa.
Creía que estaba muerto porque no se movía.
Tenía mucho miedo, amo, creía que me iban a ahorcar.
Así que puse unos tablones para ocultar la fosa y me fui.
-Porque sabía que usted no lo iba a entender.
Usted siempre hace bien las cosas, amo, con cabeza,
y yo no, yo... yo soy un desastre, soy...
soy un cobarde, soy un asesino.
-Denúncieme, amo.
Haga lo que yo no soy capaz de hacer.
-Amo, ya sé que no está la cosa para pedir favores,
y menos después de lo que pasó, pero...
es que me gustaría encontrar al hermano de Tomás.
-Ya, pero es que verá, yo me siento en deuda
con esa familia y me gustaría poder hacer algo por él.
Sé que tiene una lista de desaparecidos larga, pero...
si pudiera hacerme un hueco.
-¿Sí?
Gracias, amo, gracias.
Je, je.
Perdone, ya sé que me salté el protocolo entre amo y criado,
pero es que...
me ha brotado, lo siento.
-No crea usted que las tengo todas conmigo,
que las bichas tienen padre y madre,
y seguro que andan rondando por aquí.
-Pues como encontremos el dinero sí que vamos a tener vida eterna.
Je, je, je, ¿no?
Me voy a hacer una casa...
qué coño una casa, me voy a hacer una mansión...
para que vivamos todos juntos,
Alonsillo, Gabi, usted,
Margarita, su madre de usted, ya verá.
-Aunque para meter todo su árbol genealógico,
con las ramas nuevas que salen, no sé yo.
-Ya verá la mansión que me voy a hacer.
Con materiales de primera calidad, como hacían los romanos, y ojo,
como a mí me dé la gana, ¿eh?
Mire usted el acueducto de Segovia, que ahí está,
eso ya se queda ahí para los restos,
hasta el fin de los días, como esto.
Ay.
Amo, amo.
(GRITA) ¡Amo!
-Tendrá lo que desea.
-Han traído esto para usted.
-Yo no puedo imaginar no ir, así que...
gracias por haberme hecho tan feliz.
¿Crees que no sé que todos los días te levantas
en mitad de la noche y sales de casa?
-Le suplico que reflexione acerca de mi próximo enlace
con la marquesa de Uriarte.
-Amo.
Amo, que se me ha aparecido la Virgen, la Virgen, sí.
-Yo creo que lo tendrías que haber perdonado.
-La Virgen se le apareció a Sátur. -¿Qué?
-No miento jamás, si digo que la vi, es que la vi.
-Una mujer tiene derecho a cambiar, ¿no?
-Por orden de la Santa Inquisición,
queda detenido por cuestionar a Dios y atentar
contra el principal dogma de fe de la iglesia católica.
Rafael Valverde, el torero más famoso del momento es invitado al palacio de la Marquesa de Santillana. Lucrecia tiene un importante negocio que proponer al diestro, algo que generará un nuevo enfrentamiento entre la marquesa y el Comisario. Margarita encuentra por casualidad una carta que contiene una información muy peligrosa. Cuando se descubre que la costurera la ha leído harán todo lo posible para acabar con su vida. Por otro lado, Águila Roja investiga la muerte de un niño. En esta ocasión no contará con la ayuda de Sátur, que comportándose de forma muy extraña, intentará entorpecer la labor de su amo.
Añadir comentario ↓
Deseaba algo así, un episodio que me emocionara, que me hiciera vibrar y éste lo ha conseguido. Nos han ofrecido un capítulo con una Margarita y un Gonzalo en estado de gracia. Sus frases escuetas pero que lo dicen todo, sus miradas, su ternura, su amor, todo éso hace que esta gran pareja emocione y guste tantísimo ... todo lo que sentí fue culpa de DAVID e INMA, estuvieron sublimes ambos. La gran química que tienen, cómo se entienden, qué complicidad hay entre ellos ... gracias a los dos, SOIS GRANDES ... no se equivocó el Sr. San Narciso al escogerles para sus papeles, nadie los hubiera interpretado mejor. Gonzalo estuvo genial, sin lugar a dudas, el capítulo estaba hecho para su lucimiento tanto como él mismo o como héroe, nunca le había visto sufrir tanto por Margarita. Me ha gustado muchísimo DAVID en todas las escenas, sobre todo en los grandes momentos dramáticos. Oír a Margarita pedirle ¿No te agaches ¿ mírame, necesito recordar tu cara¿¿ es la declaración de amor más increíble que he escuchado. Espero que lo que he podido "vivir" con este capítulo, me ayude a "soportar" lo que nos pueda deparar alguno que otro de los capítulos próximos, sobre todo los que tengan que ver con Juan y la "rubia".
un oleeeee para todas-os los seguidores de AGUILA ROJA.Me ha encantado los comentarios ke haceis de esta estupenda serie,me tiene totalmente enganchada,entre miradas,roces,viviencia,'silencios',madre mia ke forma de AMAR sufriendo en silencio,ke pasada de desmostracion de AMOR,mas hermosa,si supierais la de veces ke me emociono,lloro,rio,sueño,¡ufs¡¡.No me digais ke eso no es AMOR puro y verdadero,'DIOS MIO',PEDAZOS DE ACTORES Y ACTRICES,KIEN ESCRIBIO ESTA SERIE LE DARIA EL MEJOR DE LOS PREMIOS POR LA SERIE AL COMPLETO Y EN GENERAL.QUE PERSONALIDAD,SENTIMIENTOS Y SENSIBILIDAD TUVO AL HACER ESTO.MUCHAS GRACIAS.¡¡OJALA¡¡ HICIERAN MUCHOS CAPITULOS,Y SI TERMINARA,PORVAVOR PONER MAS SERIES DE ESTE CALIBRE ,ME ENCANTA,PORNER MAS COMO ESTA.OS FELICITO.CN AMOR.
"Necesito recordar tu cara" ¡qué escena tan emocionante! ... "también tienes dinero para coger un barco hacia las Américas, allí nadie te buscará, podrás empezar una nueva vida" ¡qué tremendo para ella escuchar éso! ... ¡qué elocuente la mirada de MARGARITA cuando apoya su pie en el muslo de AGUILA para subir al caballo!, parece reconocer a "ALGUIEN" a quien "no puede olvidar". Emocionante conversación de padre e hijo en el tejado ... "haz un atillo con tus cosas, nos vamos con ella sea donde sea, ahora mismo" ... GONZALO está dispuesto a dejarlo TODO por ELLA, con éso demuestra lo que significa MARGARITA para él. Me ha gustado muchísimo este capítulo porque, entre otras cosas, se han vuelto a poner de manifiesto: la gran calidad de los actores, el AMOR de GONZALO por MARGARITA, la EXTRAORDINARIA QUIMICA que tienen INMA y DAVID y cómo dominan el "lenguaje" de las miradas (aunque ya lo sabíamos) en escenas como las que hemos visto aquí, hemos vuelto a disfrutar de AGUILA y MARGARITA (ya echábamos mucho de menos escenas protagonizadas por ambos) y éso siempre es de agradecer ... por todo lo anterior, este capítulo me ha parecido EXTRAORDINARIO. Gracias por lo que nos hacéis disfrutar cada lunes.
Falta mas de la trama de la vida de Gonzalo ....de descubrir a sus hermanos, padres...
El Capitulo REDONDO, fue completamente de GONZALO y MARGARITA, la interpretación de DAVID e INMA fue EXTRAORDINARIA, ellos fueron los protagonistas absolutos, ¡que QUIMICA tan grande hay entre los dos! ... ¡Qué PAREJA TAN BONITA forman! ... ¡qué MIRADAS DE AMOR más elocuentes! ... ¡Qué EMOCION nos han transmitido! ... las escenas en que aparecen ambos, están bordadas. JAVIER: esos ojos que lo dicen todo, esas expresiones ¡GRANDISIMO ACTOR!. GUILLERMO: por fin le han dado algo acorde con su edad, ¡cómo quiere y protege a su tía!, muy bien. FRANCIS: ¡Muy bueno! (es decir, muy malo) como siempre. MYRIAM : cada día más manipuladora y perversa ¡muy buena actríz!. Todos los demás, muy bien cada uno en su papel. Quiero felicitar especialmente al director del capítulo D. MARCO A. CASTILLO y al equipo técnico porque han hecho un CAPITULAZO, de los mejores que he visto y que quedará en mi memoria. Gracias a todos por vuestro trabajo tan bien hecho y que me hace disfrutar muchísimo cada lunes. ¡Enhorabuena a todos! ... ¡mucho ánimo para seguir adelante ya que la audiencia sigue respondiendo! ahí tenéis esos índices de audiencia que arrasan los lunes. Gracias de nuevo y un abrazo a todos.