Entre nosotros hay voces falsas
que intentarán hechizarte
como las sirenas lo intentaron
con Odiseo.
Como esa música que andas siguiendo.
Veo que alguien
te está pidiendo ayuda.
Se trata de una reina atrapada
en su retrato.
¡Sombras de huesos!
Los esbirros de Fernando VII.
(PIENSA) "Es un mapa mágico
del museo.
Por algún motivo
la reina no puede hablar,
algo la mantiene atrapada
y me está pidiendo ayuda".
Diga lo que diga ese mapa faccioso,
mantén tus manos plebeyas
lejos de ese cofre.
-¿Qué es esto?
¿Unas perlas?
Qué extraño.
Tal vez sean alguna pista.
Majestad, creo que ha perdido algunas
cuentas. Con su permiso...
-¿Sabéis quién querría ayudar
a una reina encerrada?
Otra reina encerrada.
Yo creo que la llave la tiene usted.
A lo mejor es esa que tiene
justo ahí, al lado de la...
¡Silencio!
(SUSURRA) Ya están aquí.
No te muevas, no respires.
¡Uf! Qué peligro.
Pero... ¿y la llave?
Mira en tu bolsillo.
-Eureka, está sí es la llave.
Un pincel, claro.
Sin duda, debe ser el pincel
de la reina Isabel de Braganza.
Tal vez, si consigo completar
el mapa, pueda llegar hasta la reina.
(Música)
"Seguimos celebrado el bicentenario
del Museo del Prado.
Seguimos buscando
sus particularidades,
aquello que lo hace único
y distinto.
En capítulos anteriores hemos visto
que se trata de un museo
del busto de los reyes
y un museo de pintores.
Hoy descubriremos que se trata
también de un museo de símbolos.
Las paredes del Prado
están repletas de historias
y personajes mitológicos religiosos.
Historias como las que nos cuenta
la Biblia, La Odisea, La Ilíada
y todos los libros de la antigüedad
que son el pilar de nuestra cultura.
Estas historias son la fuente
de la que beben
muchas de las obras maestras
del museo.
Historias como estas.
"El señor es mi pastor,
nada me falta".
-"Más fácil es a los valientes
quedar salvos que muertos".
-"Si yo hablase lenguas humanas
y angélicas,
más no tuviera caridad...".
-"Y sin pensárselo dos veces,
Edipo se puso en camino
para consultar el oráculo...".
-"En el principio creó Dios
los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada
y vacía...".
-"Canta, oh diosa,
la cólera del Pelida Aquiles,
cólera funesta
que causó infinitos...".
-Háblame, oh musa, de aquel varón
de multiforme ingenio...".
-"Y tuviese toda la fe de tal manera
que trasladase los montes,
más no tuviera caridad,
nada sería".
"Hoy vamos a intentar explicaros
cómo estas maravillosas palabras
se traducen en imágenes
en los cuadros del museo.
Cómo los grandes pintores
les han dado forma, color y emoción,
y no va a ser fácil.
La cantidad de obras de temática
religiosa y mitológica
que hay en el museo
es absolutamente abrumadora.
Un paseo por el Museo del Prado
es como un paseo por la historia
de la cultura occidental, con todos
sus protagonistas representados".
El 16 de julio de 1782 se estrenó
en Viena la ópera
"El rapto en el serrallo"
de Wolfgang Amadeus Mozart.
Al final de la representación,
el emperador José II de Austria
se acercó a hablar
con Mozart,
le felicitó por la ópera y le dijo
que le había gustado mucho,
pero que le había parecido que
la música tenía un pequeño problema.
Según él, había demasiadas notas.
Mozart, si inmutarse,
le pidió que si era tan amable
de decirle qué notas sobraban,
él las retiraría gustoso.
Bien, hoy me siento un poco como
el emperador José II de Austria,
demasiadas notas.
Es que pretender explicar
y comprender toda la obra religiosa
y mitológica del Prado
en un programa de televisión es,
para qué vamos a engañarnos,
es prácticamente imposible.
Demasiados cuadros.
El Museo del Prado es un museo
de símbolos,
un museo lleno de historias antiguas
maravillosamente representadas.
Cualquiera de estos cuadros
de temas mitológicos,
como todos estos de Rubens
que me rodean,
tienen distintos niveles de lectura.
El primero, el nivel 1.0
es accesible a todo el mundo.
Se trata del nivel de lectura
emocional del cuadro.
Un nivel en el que no hace falta
tener ningún conocimiento previo.
Basta con tener capacidad
de emocionarnos,
y eso es algo
que todos podemos hacer.
Para acceder
a los otros niveles de lectura,
hace falta un poquitín
más de esfuerzo.
Hace falta, por así decirlo,
como un manual de instrucciones.
Una especie de filtro traductor
que nos permitirá descubrir
todas las magníficas historias
que se cuentan
en las paredes del museo.
(Música)
"Vamos con la primera muestra
del nivel 1.0 de los cuadros
del Museo del Prado.
Todos estos cuadros
que vemos son maravillosos.
Para entenderlos en profundidad
necesitaríamos saber
quiénes son los personajes,
qué están haciendo,
pero, incluso sin saber nada
de lo que explican,
es posible conectar con ellos
y saborear las emociones
que transmiten.
(Música)
(PIENSA) "El mapa
de María Isabel de Braganza
sigue indicándome el camino.
Fue increíble cómo absorbió
el pincel de la reina.
Y ahora me marca otra de las cosas
que necesito para liberarla.
Una partitura...
Bueno, tiene sentido.
Isabel de Braganza era una mujer
culta, llamaba a la música,
tocaba el clave y cantaba,
y según indica el mapa,
la partitura...
tiene que estar por aquí.
Claro, "Santa Cecilia"
de Nicolas Poussin,
muy apropiado".
Perdone... Disculpe un momento.
Perdone que la interrumpa,
doña Cecilia.
No sé si usted podría atenderme
un momentito.
A ver, niños, callaos un momento.
¿En qué podemos servirle,
buen hombre?
Mire, no sé si usted estará
al corriente.
Estoy intentando ayudar
a la reina Isabel de Braganza.
Una cristiana devota
y amante de la música, además.
Llegué a escucharla cantar.
Tenía un bonito color de voz.
(A LA VEZ) -Bonito color de voz.
Sí... Ella precisa una partitura
y el mapa me dice que la partitura
está aquí, en este cuadro...
(Ruidos)
Supongo que debe ser esta de aquí.
No, siento deciros que surgió
un problema con la partitura
de la reina.
Esta no es la que buscáis.
(A LA VEZ)-No, la que buscáis.
Pero es que el mapa me dice
que está aquí.
No, buen hombre, estuvo aquí.
(A LA VEZ) -Estuvo aquí.
-Pero Fernando VII mandó
a sus fuerzas malignas
a confiscarla, así que tuvimos
que esconderla.
(A LA VEZ) -Esconderla.
¿Y dónde la escondieron?
¿Dónde la escondisteis, niños?
-Yo te la di a ti.
-Yo se la di a los angelitos.
Angelitos, ¿dónde escondisteis
la partitura?
Rápido, que me parece
que se acercan los esqueletos.
No os dirán nada.
Los ángeles que velan por mí,
solo responden a mi música.
Oye, Cecilia, creo que vienen
la fuerzas del mal.
Las fuerzas oscuras.
Tranquilo, buen hombre.
Quédese petrificado y no le verán.
Ni siquiera respire.
Espere a que pasen los esqueletos
y le diré lo que...
(Música tensión)
(SUSURRA) Doña Cecilia...
Doña Cecilia...
Niños...
Angelitos...
(PIENSA) "Vaya, no contestan.
Es como si los malditos esqueletos
hubieran silenciado sus voces.
A ver si el mapa dice algo.
Nada, el mapa no indica nada más.
Es como si se hubiera colgado.
¿Y ahora cómo demonios voy a saber
dónde está la partitura de la reina?
En fin, mientras se me ocurre algo,
seguimos con el museo de símbolos.
Recordad que tenemos la misión
casi imposible de intentar explicar
todas las obras religiosas
y mitológicas del museo.
Para el siguiente paso,
vamos a sacar un cuadro a la calle
para acercarlo a la gente.
Hemos escogido una obra de Rubens,
un auténtico genio
con una capacidad increíble
de plasmar historias en imágenes.
Hoy descubriremos uno de sus cuadros
más espectaculares".
Con este cuadro queremos pasar del
nivel 1.0 al nivel 2.0 de lectura.
Es decir, pasaremos de las emociones
que a todos nos despierta
la contemplación del cuadro,
aunque no sepamos absolutamente nada
sobre él, al placer de conocer
a sus protagonistas y su historia.
(Música)
No sé si conocéis el cuadro,
si conoces...
Sí, ¿"Las tres Gracias"?
No es examen, no es examen.
Vale, vale, porque soy de 5.
-A mí me causa una impresión
estupenda.
Es un cuadro precioso.
-Me impacta el realismo que tiene.
Veo muchísima profundidad.
-Pienso que los hombres están
bastante más tapados que las mujeres.
¿Sí o no?
Sí.
Vamos a intentar enumerar
todas las cosas que vemos.
Por ejemplo, de izquierda a derecha.
Primero...
Al fondo un paisaje idílico...
Si sigues hacia la derecha
¿qué más ves?
Ovejas.
Después hay dos personajes.
Uno más pobre y el otro más rico.
Uno más pobre y el otro más rico.
Muy bien visto.
El pastor, ¿no?
El pastor.
Tú has deducido que es un pastor.
Sí.
Okey.
Pero nos hemos dejado
lo más importante del cuadro.
¿La manzana?
¡Eco!
La manzana es lo más importante.
¿Qué más hay?
Mujeres.
¿Cuántas?
Tres.
¿Alguna idea de quiénes son?
Por el aspecto,
tendrían que ser diosas.
Tendrían que ser diosas.
Si tuvieras que decirme
en una palabra:
"Mira, Ramón.
Yo cuando veo el cuadro siento...".
Pureza.
Qué bonito.
Belleza y paz.
-Sí, belleza y cierto misterio.
Ajá...
Me transmite algo de duda.
Quizás porque hay mucho personaje y,
de alguna forma, me desconcierta.
A la vez que me gusta, me...
¿Queréis que os cuente
lo que pasa en el cuadro?
Por favor.
Estoy deseándolo.
El cuadro se llama
"El juicio de Paris".
Te tengo que poner
un poco en antecedentes.
El Olimpo de los dioses.
Mitología griega.
Se celebra una boda,
un bodorrio superbestial.
Todo el mundo está invitado
menos una persona,
la diosa Eris, que es la diosa
de la discordia.
Yo tampoco la invitaría.
Pero ella, igualmente se presenta.
Se presenta en la boda
y se presenta con algo en la mano.
La manzana.
Con una manzana, exacto.
Porque la manzana es el símbolo
de la discordia.
Y coge la manzana
y la tira encima de la mesa
donde están todas la diosas
y dice:
"Esa manzana va a ser para
la más bella de las diosas".
¿Y entonces qué sucede?
Que todas la diosas que están
en el banquete dicen:
"La manzana es para mí
porque yo soy la más bella".
Así que Zeus, que es
el que debería elegir, no lo hace.
Echa balones fuera, no quiere lío
ni el marrón de tener que escoger.
Así que, echando balones fuera,
dicen:
"Vamos a intentar encontrar
a alguien que sea puro,
alguien que sea imparcial,
para que decida".
Es él, Paris.
Es un pastor o cree ser un pastor,
porque en realidad es príncipe
de Troya, pero él aún no lo sabe,
para que elija.
Qué listo es Zeus.
Envió a Hermes, que era su emisario,
su dios helgado,
con la manzana, para que Paris
pudiera ver a las tres diosas
y pudiera decidir cuál de las tres
era la más hermosa,
así que las tres se presentaron
frente a él.
Tenemos a la de la derecha,
que es Hera,
diosa del matrimonio
y de la familia.
En medio Afrodita, diosa del amor.
Diosa también del deseo.
Por eso, como tú muy bien
has dicho...
El amorcillo.
Tiene el amorcillo.
Ese dios Eros,
o ese dios Cupido.
A la izquierda Atenea, diosa
de la sabiduría y de la guerra.
Por eso la armadura.
¿Sabes lo más curioso de todo?
¿Lo más divertido de todo?
Es que cada una de las diosas
le ofreció a Paris algo a cambio.
Si tú me escoges a mí,
yo te daré algo a cambio.
Era le ofreció dominar el mundo.
Mola.
Mola mucho.
Afrodita le dice: "Si me escoges
a mí, yo haré que la mujer
o el hombre más maravilloso
y más hermoso del mundo
se enamore de ti".
Y Atenea le ofreció
toda la sabiduría del mundo.
Saber todas las cosas y además,
vencer en todas las batallas.
Con ese percal...
¡Qué eliges!
¿Qué eliges?
Parece que gana Afrodita, ¿no?
Porque tiene la corona.
O sea, que tú ya has visto
que el pintor, que es Rubens...,
nos está advirtiendo
de cuál va a ser la vencedora.
(ASIENTE)
Afrodita.
Afrodita.
O sea, que lo que escoge él es...
el amor.
Error.
¿Error?
¡Claro!
¿Tú no hubieras escogido el amor?
Yo hubiera escogido a Atenea.
-Atenea... sin dudarlo.
La sabiduría.
(ASIENTE)
¿Tú también?
Con la sabiduría...
Bueno, él no sé, yo sí, desde luego.
Tú sí.
Clarísimo.
-Yo no porque la del medio es...
Afrodita.
Yo creo que...
Creo que es la elegida en este caso.
El amor.
Sí, sí.
-¿Por qué elegiríamos a la sabiduría?
El amor al amor... seguro.
Lo tienes clarísimo.
Yo sí.
O sea, tú tienes clarísimo
que una mujer escogería distinto
de un hombre...
Sí.
Lo mejor de todo es
que la decisión de Paris después...
Claro, la mujer más hermosa
del mundo era Helena...
(ASIENTE)
Madre mía...
Esa elección fue lo que desencadenó
la guerra de todas las guerras,
las batallas de todas las batallas,
que fue... la guerra de Troya.
Ah, lo habías visto en una película.
¡Sí! En la película "Troya".
(RÍE) Lo habías visto
en una película...
Sí, también.
Bueno, pues todo esto es lo que pasa
antes de la película.
La precuela.
Exacto, exacto.
Después, la película.
-La precuela.
Exacto.
(Canción en inglés)
Alberto,
¿a quién habrías escogido?
Si te viene Hermes
y te da la manzana...
Hera...
El poder de...
El poder de todo el mundo...
La sabiduría
que te hubiera dado Atenea o...
el amor de Afrodita.
Difícil,
pero... yo creo que Afrodita.
Ah, el amor.
Sí.
¿Y eso?
(RÍE) Es un poco...
Creo que... creo que yo también...
Afrodita.
Sí, creo que yo también
estaría de acuerdo en eso.
(Ruido)
Oye, y el ruido este que hace
el camión aquí delante... ¿qué?
No.
¿Cómo que no?
No creo.
Aquí.
¿No es del motor?
No.
¿No es?
Nada.
¿No?
No.
¿Y aquí? Para, para, para...
¿No será de la caja?
No.
¿Cómo que no?
¿No lo oyes?
No, yo no escucho nada.
A ver si se ha soltado el cuadro...
Difícil...
¿Sí?
¿Puedo bajar a verlo?
Sí, sí.
Yo oigo un ruido ahí
como un cloc, cloc, cloc...
¿Tú no?
Yo... nada.
A ver...
(Motor)
(Música misterio)
(Golpes)
"Siempre llevo algunas manzanas
de más por si las moscas;
Paris, a menudo, las pierde.
Se queda embobado con las diosas
y ya se sabe".
¿Hermes?
A su servicio
para envíos y mensajes en general.
Seguridad y rapidez es mi lema.
Estupendo saberlo
por si tengo que enviar un mensaje.
En este caso,
tú no eres el remitente,
sino el destinatario.
Ah, que tengo
un mensaje de los dioses.
¡Eso es! De parte
de los mismísimos dioses del Olimpo,
los peces gordos.
Ah, eso es una maravilla, un honor.
Sí, ya... Espera a conocer
el mensaje y las condiciones.
(MURMURA) Ah, claro...
El mensaje tiene condiciones.
Bueno, eso,
en realidad, es cosa mía.
Verás, es que me tienen frito.
Llevo milenios con sus mensajitos
de aquí para allá...
Sin vacaciones,
tengo agujetas
hasta en las alas.
Eso... eso es explotación laboral.
Uf... Ya te digo.
En fin, hasta aquí hemos llegado.
Si no me tomo un descanso,
no entrego ni un mensajito más...
Ni el tuyo.
Hombre, yo qué culpa tengo.
Mira, chaval, lo siento mucho,
pero necesito un "break",
que decís los mortales.
Un par de días, no pido más.
Consígueme eso
y yo te entrego encantado
el mensaje.
Yo... yo no puedo hacer eso.
¿Cómo voy a hacer eso?
Yo te tengo que devolver
al Museo del Prado.
Mira, si quieres recibir tu mensaje,
llévame a un hotel de lujo.
Ah, y con piscina.
(Música)
Bueno, Hermes, pues aquí estamos,
como habías pedido...
Piscina, hotel de lujo...
Todo de primera.
Bueno, solo te puedo dejar aquí
dos días porque, en el museo,
me están llamando,
están reclamando a ver si volvemos
y, además, el hotel
no es barato para nada, ¿eh?
Nada, será suficiente.
Muchas gracias, mortal.
Vale. ¿Y el mensaje qué?
Yo creo que ahora ya he cumplido
todos tus deseos,
ahora me podrías decir el mensaje.
Escucha... Ahí va.
(CARRASPEA) Para descubrir
dónde se halla lo que buscas,
deberás antes superar
una prueba como lo hizo Hércules.
¿Y ya está?
"Una prueba como lo hizo Hércules".
¿No podrías ser
un poquitín más claro?
Bueno, ya sabes, mortal...
A los dioses nos gusta ser
crípticos y misteriosos,
es parte de nuestro glamur.
Sí, ya...
Parte del glamur de los dioses,
ya lo sé... Pero sí, claro,
Hércules no hizo
ni un trabajo ni dos,
hizo doce trabajos.
¿Cómo voy a saber
cuál es el que tengo que hacer?
¿Y yo qué quieres que te diga?
Pues habla con Hércules y averígualo.
(RÍE) Por cierto, ¿puedes ponerme
un poco de "bossa nova" antes de ir?
(SUSPIRA) Voy, vale.
(Música)
(TARAREA)
Gracias, majete.
(Continúa la música)
"Volvemos al museo y seguimos
con las obras mitológicas del Prado
y vamos con otro gran contador
de historias, Diego Velázquez.
En uno de sus cuadros más famosos,
'Las hilanderas',
nos presenta la historia de Atenea
y Aracne en diversos planos.
Primero, vemos una imagen casual
de un taller de tejidos,
pero quiénes son la anciana
y la joven hablando a la izquierda.
La joven es Aracne, la anciana
es la diosa Palas Atenea disfrazada.
Fijaos en su joven pierna,
que asoma bajo la ropa.
Aracne lleva tiempo presumiendo
de ser mejor tejedora que la diosa
y esta, disfrazada,
le aconseja humildad.
Como la joven no cede,
Atenea le reta a tejer un tapiz.
En este punto, nos tenemos que ir
al fondo de la escena.
Ahí cuelga el tapiz que teje Aracne,
'El rapto de Europa',
donde Velázquez reproduce el cuadro
de Tiziano sobre este tema.
Y, delante del tapiz,
vemos a la diosa, sin disfraz,
castigando a Aracne
por su osadía y soberbia.
Y también porque el tapiz
de la humana es mejor,
cosa inadmisible.
Por eso, Atenea convierte a Aracne
en una araña condenada a tejer
su tela... para siempre".
(Música intriga)
"Por cierto, estamos hablando
de la mitología griega,
pero todas las civilizaciones
tienen su propia mitología,
incluso una tan joven
como la americana.
En los años 30,
creó sus propias formas mitológicas
y lo hizo a través de los cómics.
'La fábula de Aracne' se podría leer
como la de un mortal
que adquiere propiedades de araña,
un héroe con poderes sobrehumanos
que puede volar por los rascacielos
gracias a sus telarañas".
(Música suspense)
"En la mitología, Diana cazadora
era una luchadora incansable,
poderosa, capaz de vencer
a quien se le pusiera por delante.
En los cómics,
esa guerrera incansable
podría ser... Wonder Woman".
(Continúa la música)
"Qué decir del forzudo Hércules.
Un héroe con propiedades divinas
que le otorgan
una fuerza sobrehumana.
Eh... ¿Os suena esa historia?".
(Continúa la música)
"Los griegos también tenían
la historia de Helicaón,
el rey de Arcadia
que mataba a los viajeros
para servirlos como comida
y a quien Zeus castigó...
convirtiendo en lobo.
Los americanos
y otras culturas antes que ellos...
tienen al hombre lobo,
que se convierte
las noches de luna llena
para devorar carne humana.
Mito y superhéroe,
dos caras de una misma moneda,
dos maneras de venerar
a dioses y diosas,
a seres superiores
que nos ayudan a dar una explicación
a un mundo... más o menos real".
(Música)
Ramón, por... Ramón, no...
-¡Corten!
¿Qué pasa?
Para una secuencia que tenemos sin ti
vas y nos pisas el plano.
¿Qué hacéis?
Oye, perdona... Bueno...
¿Qué estáis haciendo?
Oye, lo siento, que no lo sabía.
Perdonad...
Perdón, perdón.
¡Vamos a primera!
Es que estoy buscando los cuadros
de Hércules y me he despistado, ¿eh?
A este tío se le va, ¿eh?
(Respiración agitada)
(Latidos)
A ver...
Hércules tiene que estar por aquí.
Exacto.
Ostras... En la misma sala
que "La rendición de Breda"...
Bueno, en fin, aquí están
"Los doce trabajos de Hércules"
pintados por Zurbarán.
Hércules llevó
a cabo doce gestas increíbles
con las que se redimía
de sus faltas.
No sé, a ver si...
si me aclara
cuál de los doce trabajos
es el que yo tengo que hacer
para conseguir la partitura.
Te veo muy tirillas, chaval.
Hércules...
Te falta músculo.
Deberías tomar más proteína
y hacer ejercicio.
Pesas, muchas pesas.
En fin, supongo que has venido
por el mensaje de Hermes.
Entonces, tú puedes decirme
dónde está la partitura de la reina.
Date la vuelta y verás lo que tienes
que hacer para conseguirla.
No veo ninguna partitura.
¡Claro que no!
Recuerda que tienes que superar
una prueba, como lo hice yo.
Pues esa es la prueba,
mi décimo trabajo.
¿"Hércules vence al rey Gerión"?
Eh... ¿Qué me estás diciendo?
¿Que tengo que vencer al rey?
¡Exacto!
Solo venciendo al rey,
destruirás su poder
y encontrarás la partitura.
De hecho, él ya viene a tu encuentro
para batirse en duelo contigo.
¿Cómo que viene a mi encuentro
para batirse en duelo conmigo?
¿Pero estamos locos o qué?
¿Qué me estás contando?
Esto no se puede arreglar así,
dijéramos, como...
¿de modo civilizado?
Tranquilo, tirillas.
Tú haz lo que yo te diga.
Guárdate ese mapa
a la altura del corazón.
Escóndelo
y, cuando llegue el momento,
cierra los ojos y confía en mí.
(MURMURA) ¿Cierra
los ojos y confía en mí?
Bueno, no sé, si él lo dice...
(Música intriga)
Aunque, claro, eso es muy fácil
de decir si eres Hércules.
Bueno, no queda otra,
de algún modo tengo
que salir de este lío.
(Sonido metálico)
Así que...
Bueno, ahí voy.
(Música tensión)
Vamos allá...
(RECUERA) "Cierra los ojos
y confía en mí...".
(MURMURA) Confía en mí,
confía en mí...
Todo saldrá bien, sí, claro...
Has sido advertido hasta la saciedad,
plebeyo, ha llegado tu hora.
Ahora, vete para no volver jamás
y no supliques clemencia.
Mire, oiga, yo...
Yo tengo que grabar
un programa de televisión, ¿sabe?
Y, además,
tengo que liberar a la reina.
¡Entonces muere!
(Música misterio)
¿Qué es esto?
¿Qué has hecho, plebeyo?
¡Maldita sea! ¡Me has engañado!
¡Era una patraña!
Y os la habéis tragado entera.
Eres un loco
si crees que me has vencido.
Y te digo más...
Con la que te va a caer encima,
vas a echarme de menos.
Ya verás cuando ella llegue.
(RÍE MALICIOSAMENTE)
"Bueno, pues al final
no ha sido para tanto.
A ver el mapa...
Ostras, vuelve a funcionar.
Hércules, tenías razón.
Ha sido cuestión de cerrar los ojos,
confiar y el mapa ha absorbido
la espada de Fernando VII
y el rey se ha desvanecido.
Menos mal...
Por fin,
me he quitado de encima al felón.
Ah, mira, ahí está la partitura.
Me parece
que ya sé dónde la tienen escondida.
Pero...".
(Viento silbando)
"¿Eh?
Ostras, esto no va a ser nada fácil.
Porque, además,
yo diría que esto...
Creo que hay que bajar al almacén".
(Teléfono)
(RESOPLA) Y ahora quién es.
Uh, es verdad, el rodaje.
"No, no... Paso, paso...
Pero cómo me voy a ir
al rodaje ahora.
A ver el mapa, ahí está.
Sí, sí, sí.
Hay que bajar al almacén.
El mapa me indica
que ahí está el cuadro
en el que se esconde la partitura,
pero también me indica...".
(Teléfono)
(PIENSA) "No, no...
Otra vez no, por favor".
(Continúa el teléfono)
Oye, a mí no me cuelgues
el teléfono, que te estoy llamando.
Ya, ya.
Te estamos esperando
para lo de la autopsia.
¿Dónde te metes?
Ya...
¿Tú estás bien o qué te pasa?
Eh... Pues que me están pasando
unas cosas increíbles.
Ah, ¿sí?
Sí.
(SUSURRA) Me están pasando
unas cosas que lo flipas.
¿Qué cosas?
Bueno, pues que...
Que me he encontrando con Fernan...
No, no.
Estoy bien, estoy bien.
¿Ves? Lo que yo te digo.
Estás muy raro, Ramón.
Mira, vamos a hacer una cosa.
Vamos a ir a grabar la secuencia
de la autopsia del cuadro del Bosco.
A ver si así te centras un poquito...
Vale.
Perfecto.
Vale.
Pero me tienes que dar
cinco minutos. Es que...
tengo que resolver
un tema superurgente, ¿vale?
(GRITA) ¿Pero cómo te voy a dar
cinco minutos? ¡Que no me escuchas!
Que nos están esperando
desde hace media hora. ¡Venga!
Ya...
¡Venga, tira!
Un poco en las ojeras, las ojeras...
Ahí. Gracias...
Secuencia doce, ¿no?
Vale.
"Vale. ¿Preparados para grabar?".
Venga. Preparados.
3-SIM-12-B, 1.
Primera.
Hasta ahora hemos visto
los dos primeros niveles
de lectura de un cuadro.
El nivel 1.0,
que es el nivel emocional,
y el nivel 2.0, el nivel argumental.
Ahora vamos a pasar
al siguiente nivel, el nivel 3.0,
porque en un cuadro todos
los elementos que aparecen
significan alguna cosa. A veces
pueden tener un significado oculto,
pero todos los elementos
que aparecen en el cuadro
aportan una riqueza
al contenido de la obra.
¿Cómo vamos a averiguar
qué significan todos esos elementos?
Pues haciendo una autopsia.
(Música suspense)
Empiezo la autopsia del sujeto.
"La adoración de los magos",
de El Bosco.
Aspecto general de la obra: bueno.
Escena... que se representa...
la llegada de los magos,
de los Reyes Magos de Oriente
al establo de Belén.
Procedo... con la primera incisión.
"Estoy delante de un sujeto
especialmente difícil de interpretar
porque nadie sabe con seguridad qué
quería decir El Bosco con sus obras.
Por eso es tan emocionante realizar
esta autopsia, porque la riqueza,
complejidad y fantasía
de sus dibujos no tiene límite.
Aquí va una posible
interpretación del cuadro.
Empiezo extirpando
el personaje semidesnudo
con una capa roja sobre sus hombros.
Se trata del Anticristo.
Y representa, o puede representar,
la continua amenaza del mal.
Me fijo ahora
en la presencia del búho.
Escondido, difícil de ver.
Podría tratarse de un autorretrato.
Parece ser que el pintor
solía retratarse a sí mismo
bajo la apariencia
de una de estas aves.
Procedo ahora a recortar uno
de los regalos de los Reyes Magos.
Una estatuilla dorada que podría
representar el sacrificio de Isaac.
Una referencia
al Antiguo Testamento.
El tercer rey lleva un presente
con una figura del Ave Fénix,
símbolo de la resurrección,
seguramente.
Siguiente extracción:
un mono que monta un asno.
¿Cuál es su significado?
Podría ser la imagen de la lujuria.
Y se dirige a algún lado...
Veamos... Veamos a dónde...
Una casa coronada con un palomar,
con un símbolo
de un cisne en la puerta.
Seguramente se trata de una señal
de deseo sexual, de perversión,
es decir, esa casa...
podría ser un burdel.
Sigo con una nueva incisión.
Estos hombres a caballo
podrían ser las tropas de Herodes
que buscan
al niño recién nacido para matarle.
Y finalizo la autopsia
con esta pequeña estatua de Marte
justo aquí en medio...
¿Qué significa?
Quizás que en esta tierra
se adoraba a ídolos paganos
antes de la llegada de Jesucristo".
Autopsia finalizada.
Bien, el cuadro de El Bosco
explica y narra, efectivamente,
la adoración de los Reyes Magos
ante Jesucristo...
Pero yo creo que también podría
estar advirtiéndonos del mal
que ya sabéis
que acecha peligrosamente
o incluso
de los peligros de la lujuria.
El Bosco habla de la Biblia,
habla de la tradición,
pero a mí me parece
que en este cuadro
también nos habla muy especialmente
de la preeminencia
de la fe cristiana
frente a los dioses paganos.
"La autopsia que acabo de realizar
con el cuadro de El Bosco
se podría hacer con la mayoría
de los cuadros mitológicos
y religiosos del museo...
y descubrir mil cosas,
como que la paloma
que está representada
en todas las anunciaciones
es el Espíritu Santo
O que el reloj de arena
en las manos de la muerte
de 'Las tres edades' de Baldung
es el tiempo que pasa por todos
nosotros y que un día acaba.
Los ciervos con los cuernos
en alto de Tiziano, por ejemplo,
pueden ser una señal de virilidad.
O la fuente con el pavo real podría
mostrar erotismo y fertilidad.
En la pintura religiosa,
el dragón simboliza el demonio.
Aquí vemos a san Miguel
luchando contra uno.
En este caso,
Lucifer o Luzbel.
En cambio José María Esquivel
pintó el mismo tema,
pero esta vez le dio a Luzbel
el aspecto de un ángel caído".
Si la mitología
ha inspirado muchos superhéroes,
las historias bíblicas
de ángeles caídos son aún mejores
inspirando supervillanos.
Pensad en Lex Luthor,
en el Dr. Octopus o en Darth Vader.
Todos ellos son ángeles caídos.
Personajes
que empezaron con buena intención,
pero que en algún momento
se acabaron torciendo.
Bien fuera por celos, por ambición
o porque la fuerza no les acompañó,
todos se pasaron al lado oscuro.
Y, claro,
un supervillano no es nadie
si no tiene asociado
un gran leitmotiv musical,
es decir, una pequeña célula musical
que sirva para identificar
y caracterizar a un personaje.
Los leitmotiv que tenemos más
frescos son los de las películas,
pensad, por ejemplo,
en el leitmotiv de Darth Vader,
antes Anakin Skywalker,
compuesto por el gran John Williams.
(Leitmotiv Darth Vader)
O el de "Tiburón",
también de John Williams.
(Leitmotiv "Tiburón")
Fantástica música.
¿O qué me decís del de Norman Bates
en la famosa escena
del asesinato en la ducha?
(Música "Psicosis")
Una música muy reconocible,
superalucinante,
de Bernard Herrmann.
Ya lo veis, los grandes compositores
de bandas sonoras de cine
han usado en muchas ocasiones
la técnica del leitmotiv
para identificar
a los malos malísimos, pero...
de entre todos
los ángeles caídos del cielo,
de entre todos los ángeles
que pierden sus alas
y se convierten en villanos,
mi preferido es Satanás,
Lucifer, Luzbel,
Belcebú, Samael, Mefistófeles
o como queráis llamarle.
El ángel caído, el demonio
que se dedica a corromper almas
y que consigue hacerse
con el alma del hombre más sabio,
el alma de Fausto.
El mito del mortal
que vende su alma al Diablo.
Mefistófeles
tiene infinidad de músicas.
Muchísimos compositores
se han esmerado
para ilustrar musicalmente
a este ángel caído,
pero de entre todos ellos
yo me quedo
con el compositor francés
Charles Gounod.
Una música que suena así.
(Música)
(Canto lírico)
"Según me indica el mapa,
para recuperar la partitura
tengo que bajar a los almacenes.
Me parece a mí...
que va a ser
como bajar a los infiernos
porque quien esconde la partitura
es el mismísimo Mefistófeles".
(Continúa la música)
"Ahí está, la partitura en el cuadro
de Fortuny inspirado en 'Fausto',
custodiada por el demonio,
por Mefistófeles.
¡Vamos! ¡Rápido!
¡Debo intentar atraparla!
No, no, no, no funciona...
Maldita sea...
El poder de Mefistófeles me impide
absorber la partitura, pero...
Un momento... El mapa...
¡El mapa me indica algo!
¡Es eso! ¡Claro! ¡La espada!
Con la espada de Fernando VII
puedo anular
el poder de Mefistófeles.
Exacto, tengo la partitura.
He conseguido completar el mapa,
pero...".
(Música)
"Un momento...
Reconozco esas notas.
Es la música, la música de la reina,
la música con la que me llamaba.
Claro, quizás usando su música
pueda ponerme en contacto con ella".
(Continúa la música)
(Música suave)
"Pero no nos olvidemos
del museo de símbolos.
Seguimos profundizando
en los niveles
de lectura de los cuadros
hasta el nivel 4.0,
el de los colores, porque todos
los colores tienen su significado
y hoy nos vamos a concentrar
en el color azul,
el favorito de los occidentales.
Un color que no siempre
ha sido tan querido.
En la antigüedad, por ejemplo,
era el color de los bárbaros
y no fue hasta mucho más tarde
que se le otorgó
un papel mucho más positivo.
en los siglos XII y XIII la iglesia
quiso buscar un contrario al rojo,
el color del demonio,
y escogió el azul,
y la Virgen se convirtió
en la principal promotora del azul,
en la imagen perfecta
de la pureza y la santidad.
Por eso todas la vírgenes
llevan mantos azules.
Visten el color
de la pureza y de la virginidad.
Muchos siglos después
el azul se ha teñido de un tono...
mucho más melancólico, el del blues.
¿Qué pasaría
si le cambiamos la banda sonora
a las vírgenes de El Prado?
¿Cómo sonaría...
"La Inmaculada Concepción"
de Murillo con un blues?".
(Música blues)
(Música suave de piano)
"Ahora que hemos visto los distintos
niveles de lectura de una obra
os propongo
aplicarlos todos a un solo cuadro
y explorarlo a fondo para ver
hasta dónde podemos llegar".
Estamos ante una de las grandes
obras maestras de El Prado.
Un óleo sobre tabla del sigo XV
del artista flamenco Van der Weyden.
Trata, ya lo veis, una deposición.
Un tema que ha sido representado
muchas pero que muchas muchas muchas
veces en la historia del arte.
Pero esta deposición es,
desde mi punto de vista, es única,
es distinta
y es absolutamente fascinante.
Para empezar,
vamos a hacer un repaso rápido
de quiénes son los personajes,
así que..., si os parece,
vaciamos todo el cuadro,
quitamos todos los personajes,
exactamente así, y empezamos,
naturalmente, con Jesucristo.
Su cuerpo a medio caer ocupa
el espacio central del cuadro.
Detrás de él, sosteniéndole,
Nicodemo, doctor de la ley judaica,
que pagará
el embalsamiento de Cristo.
Encima un criado
subido a una escalera.
Ha desclavado los clavos de la mano
de Cristo para descolgarlo.
A su lado,
ahí lo tenéis, José de Arimatea.
Otro personaje rico y judío
que ofrecerá su sepulcro
para enterrar a Jesús.
A su derecha, María Magdalena.
Y detrás otro criado
que aguanta un tarro
con el aceite
con el que María Magdalena
ungirá los pies de Jesús.
A este lado, desmayada,
aquí la tenéis, la Virgen María,
rota por el dolor
por la muerte de su hijo.
Y, claro está..., vestida de azul.
Detrás de ella, sujetándola,
probablemente, María Salomé,
hermanastra de la Virgen.
Y a su lado, aquí, Juan Evangelista,
también sujetándola.
Por último, la mujer que llora,
aquí, en el rincón de la izquierda,
podría ser María Cleofás,
otra hermanastra de la Virgen.
Ahora que ya sabemos quién es quién,
vamos a fijarnos
en los pequeños detalles,
Van der Weyden
es un maestro de los detalles.
Mirad las lágrimas
en la mejilla de la Virgen,
aquí hay una lágrima
que está a punto, a punto de caer.
Fijaos en José de Arimatea,
lo lujoso de su manto,
pero también se ve otra cosa:
el manto está desabrochado,
los corchetes están desabrochados.
Y otro detalle, la barba incipiente.
Si fuéramos Sherlock Holmes,
la deducción sería fácil:
ha salido de casa apresuradamente.
Más detalles fantásticos:
las venas en los pies de Jesús;
la sangre que pasa
por detrás del velo blanco;
la herida del costado; la barba.
¿Y el espacio?
¿Donde están todos estos personajes?
Están metidos
en una especie de caja,
una caja que da
una sensación de claustrofobia.
Esa cruz, los brazos de la cruz,
¿por qué son tan cortos?
¿Y la pierna de la Virgen?
Es demasiado larga,
no es creíble que el pie
de la Virgen, fijaos,
llegue hasta aquí,
hasta el pie de la cruz.
Es una perspectiva
muy extraña, muy forzada.
Esas formas, esas perspectivas,
están forzadas para que
los personajes quepan en la caja,
o mejor dicho,
para que ocupen toda la caja,
y eso le da un sentido de irrealidad
que, combinado con los detalles
hiperrealistas de los personajes,
da un resultado muy inquietante.
Ahora vamos a ver las líneas
que trazan los personajes,
porque ya lo veréis,
son pura armonía.
Para empezar, este cuadro estaba
pagado por el gremio de ballesteros
de la ciudad de Lovaina,
para la iglesia local.
¿Qué forma tiene el cuerpo de Jesús?
Exacto, tiene forma de ballesta.
Es como si ya que los ballesteros
son los que pagan el cuadro,
Van der Weyden quisiera
que quedaran contentos.
Pero más allá de esta anécdota,
fijaos qué líneas tan bellas.
Juan Evangelista
y María Magdalena forman dos eses,
como formando unos paréntesis
a lado y lado del cuadro,
para mantener todo
el conjunto recogido y cerrado.
La línea del cuerpo de Jesús
se copia exactamente en la línea
del cuerpo de su madre,
de la Virgen María.
Y si seguimos
la postura de sus brazos,
vemos que forman
una escalera que une a madre e hijo.
Si partimos de la espalda
de María Magdalena,
se forma una preciosa curva,
una parábola casi perfecta
que llega hasta la cabeza de Cristo.
Fijaos una vez más
en los personajes,
fijaos en todos los personajes:
todos están a punto de caer.
Es como si el pintor
congelara la acción
en el momento previo
a la gran caída.
La Virgen se ha desmayado,
va a caer.
Juan intenta sostenerla,
pero tiene un pie, este pie,
lo tiene en el aire, parece
que tampoco vaya a poder con ella.
El cuerpo de Cristo
está bajando de la cruz,
y eso provoca que José de Arimatea
tenga que hacer
un movimiento extraño,
aquí lo veis,
para mantenerse en pie, así.
Fijaos en sus pies, los
ha cruzado de una manera extraña,
una pierna por delante de otra,
para aguantar el peso que le llega
del cuerpo muerto del Mesías.
Todo el cuadro muestra
un momento concreto,
es como si hubiéramos apretado
el botón de pausa de una película,
y se hubiera quedado
la acción totalmente congelada.
Van der Weyden pinta el instante,
el microinstante de un movimiento.
No es solo Cristo quien
desciende, todo desciende,
todo cae, todos los personajes caen,
las miradas caen, las lágrimas caen.
Yo creo que el movimiento que
describe el cuadro es un movimiento
al mismo tiempo espiritual,
pero también físico,
es el movimiento de nuestro cuerpo,
como si todo el cuadro
no fuera en realidad más que...
más que un suspiro,
un hondo, un profundo,
un largo y un pesado suspiro.
Ese suspiro que viene después
de la tensión, del sufrimiento,
ese suspiro que llega
cuando dejas de luchar,
cuando te dejas llevar, cuando
finalmente aceptas la realidad,
por muy insoportable que esta sea.
(Música suave)
"Llegamos al final del programa,
y como ya habíamos supuesto,
nos han quedado muchísimas
historias por contar,
y muchísimos cuadros
del museo por explicar.
En fin, ya sabíamos
que era una misión casi imposible.
Pero no me gustaría terminar sin
que viéramos una última historia,
la de Pablo de Tarso,
el aguerrido soldado romano
que se convirtió a la fe
tras ver a Cristo
y caer del cabello.
Porque yo creo que todos
deberíamos caernos del caballo,
así que, os invito a hacerlo,
y a aceptar la fe.
Pero me refiero a otro tipo de fe,
la fe en la cultura y en el arte,
y os aseguro que no hay
ningún lugar mejor para hacerlo
que en el Museo del Prado".
(Música suave)
"Ya tengo el pincel
y he conseguido la partitura,
he logrado completar
las dos casillas del mapa,
y creo que usando
la música de la reina,
podré conseguir que me hable,
que me indique lo que necesita".
(Piano)
Mi reina, es vuestra música,
escuchad.
(Piano)
¿Podéis escucharla?
"Sí, eso es. Exacto, es ella".
Eso es, decidle...
Sí, os escucho, seguid.
(Piano)
Os escucho.
(Continúa piano)
Decidme cómo os puedo ayudar.
(Continúa piano)
Decidme: ¿qué puedo hacer?
(Continúa piano)
(Truenos)
(SUSURRA) Mi reina,
¿seguís ahí?
Escuchad, es nuestra música.
(Piano)
(SUSURRA) Mi reina,
¿no podéis escucharme?
(Truenos)
(ASUSTADO) "¿Quién anda ahí?
Si el rey ya no puede amenazarme.
¿La muerte?,
¿a eso se refería cuando me ha dicho
que le iba a echar de menos?".
(Música tensión)
"¡El mapa, me ha arrebatado el mapa,
no puedo liberar a la reina!".
Sara, ¿puedes venir, por favor?
Sí.
María Francisca de Bragança,
voy un momentito a verlo, ¿vale?
(Música intriga)
No sé, yo que es la muerte
la que se ha llevado el mapa.
"Tienes que bajar
a sus dominios, al inframundo."
Sí, bueno, ¿y qué le llevo?
Un mensajero ha traído
esto de parte de tu mamá.
¿Te has olvidado la merienda?
Qué graciosa.
"No pareces muy difunto".
¿Suficiente para un viaje al Hades?
Me han dicho que con esto...
"Magnífica idea".
-Te presentas en mi
casa sin ser invitado,
¿no temes que te condene
a quedarte aquí con las demás almas?
(Música)
Empieza.
-La última grabación,
y el tío desaparece.
"Me tiene harta, llevo tropecientos
días haciéndole de niñera,
y cada día está peor".
Parece que te necesitan
al otro lado.
Ni todas las almas del Museo
juntas podrían derrotarme.
Piensas que no somos
adversarios para ti,
pero te has confiado, has arriesgado
mucho en tus posiciones.
¿Dónde estabas?
Llevamos media hora esperándote.
¡Vamos, se nos echa el tiempo encima!
Exacto, se nos echa
el tiempo encima.
Me alegro de que estemos
de acuerdo, vamos.
(Música)
Añadir comentario ↓
Me ha encantado! ha sido un forma muy bonita, original y creativa de acercar nuestro museo, pinceladas de nuestra historia y del mundo del arte a todos. Mis hijas de 9 y 12 años lo han seguido muy ilusionadas. Bravo!
Genial capitulo. Deberían hacer el análisis de cada cuadro del museo, me parece fascinante.Ah, y a mi si me ha gustado el blues junto al cuadro de la Inmaculada.
Una estupenda idea para acercarnos y hacernos amar, aún más, nuestro patrimonio. Contenido ameno e interesante, que despierta y sacia a la vez la curiosidad. Me ha encantado el análisis de los cuadros, que, para personas no expertas, pero interesadas, como yo, ha sido muy revelador.
Pablo de Tarso nunca fue un "aguerrido soldado romano". Sí fue ciudadano romano, pero nada más. Persiguió a los cristianos como judío que persigue a los herejes. Y lo de aceptar la fe en la cultura y en el arte... ha habido demasiados artistas al servicio de los tiranos; mejor la fe en Dios. Por cierto, el blues con la Inmaculada de Murillo no pega ni con moco. Saludos cordiales. Una lástima el dinero que ha costado producir esta cosa.