veo que alguien te está pidiendo
ayuda. Se trata de una reina atrapada
Entre nosotros hay voces falsas
que intentarán hechizarte como
las sirenas lo intentaron con Odiseo.
Como esa música que andas siguiendo,
veo que alguien te está pidiendo
ayuda. Se trata de una reina atrapada
en su retrato. ¡Sombras de huesos!
¡Los esbirros de Fernando VII!
"¡Es un mapa mágico del museo!
Por algún motivo la reina no puede
hablar. Algo la mantiene atrapada
y me está pidiendo ayuda".
¿Sabéis quién querría ayudar
a una reina encerrada?
Otra reina encerrada.
Yo creo que la llave la tiene usted.
A lo mejor es esa que tiene justo
ahí al lado de la ven...
¡Silencio!
(SUSURRA) Ya están aquí.
No te muevas. Nos respires.
¡Uf! Qué peligro.
¡Eureka! Esta sí es la llave.
-Siento deciros que surgió
un problema con la partitura
de la reina.
Esta no es la que buscáis.
(AMBOS) -No es la que buscáis.
Pero el mapa me dice que está aquí.
¡Ah! Que tengo
un mensaje de los dioses.
Para descubrir
dónde se halla lo que buscas
deberás antes superar
una prueba como lo hizo Hércules.
¿Y ya está?
Date la vuelta y verás lo que tienes
que hacer para conseguirla.
(Música)
Con la que te va a caer encima
¡vas a echarme de menos!
-Oye, a mí no me cuelgues el teléfono
¿eh? Que te estoy llamando.
(SUSURRA) Están pasando unas cosas
¡que lo flipas!
¿Qué cosas?
-¿Quién anda ahí?
(Música)
¡El mapa, me ha arrebatado el mapa!
(Continúa la música)
(Música de piano)
"Me he quedado en un punto muerto
de mi investigación.
La muerte se llevó el mapa justo
cuando había conseguido comunicarme
con la reina.
Bien, ahora tengo que volver
a empezar; buscar nuevas pistas,
nuevas opciones.
No sé, si realmente quiero tener
alguna oportunidad,
debo conocer mejor a la reina,
averiguar
qué la mantiene encerrada".
"Y qué mejor lugar que la biblioteca
del Museo del Prado,
en el Casón del Buen Retiro.
Bajo la bóveda pintada
por Luca Giordano".
(Música)
"María Isabel de Braganza, princesa
de la Casa Real de Portugal,
Fernando VII era su tío.
Quedó viudo sin tener heredero
y la escogió a ella para que fuera
su nueva reina.
Pero parece que los españoles no la
recibieron con los brazos abiertos:
"Fea, pobre y portuguesa.
¡Chúpate esa!".
Así se burlaban de ella a su llegada
a Madrid. A pesar de ello,
Isabel supo encontrar
su lugar en la corte.
Entonces,
¿qué es lo que le atormenta?".
(Música)
"Vaya, parece que aquí hay algo.
Su primera hija tan solo vivió
cinco meses.
Y su segundo embarazo se complicó.
La reina se desmayó en pleno parto
y los médicos la creyeron muerta.
Pidieron autorización al rey
para salvar al posible heredero
practicándole una cesárea.
Parece ser que su hermana María
Francisca les suplicó que esperaran.
Pero la cesárea siguió adelante.
Cuando los médicos
empezaron a cortar su vientre,
María Isabel recobró la consciencia
gritando de dolor
y la cesárea ya no se detuvo.
Y la reina murió desangrada.
También el bebé, una niña que murió
a los pocos minutos.
A lo mejor esta tragedia
es la clave de todo.
Quizás su hermana, María Francisca
de Braganza, pueda ayudarme.
Quizás puedas decirme
qué es lo que tengo que hacer".
(Música)
(Teléfono)
"¡Uf! ¡No, ahora no!
En fin, lo cojo,
que seguro que me están buscando".
¿Sí?
Ramón, ¿dónde andas? Tenemos
un programa por hacer, ¿recuerdas?
Capítulo cuatro,
el museo de los reflejos...
Anda, ven enseguida.
Voy.
(Música de piano)
4 red, 3-1 quinta.
El Prado no es solo un álbum
de familia, un museo de pintores,
o un museo de símbolos.
El Prado es también
un museo de reflejos.
Está lleno de obras maestras.
Por eso pintores, escultores,
escritores, artistas de todo tipo,
han acudido al Prado para encontrar
su propio reflejo. Ya incluso antes
de la inauguración del museo
muchos pintores encontraban en
los cuadros de la colección un lugar
donde inspirarse. Pensad en Rubens,
en su viaje a Madrid. Cuando llegó
pidió copiar los cuadros de Tiziano.
Cuando se inauguró, el museo
se visitaba por recomendación.
Así que muchos de los que conseguían
esa recomendación eran
precisamente los artistas.
Durante los 200 años de historia
del Museo del Prado
ese flujo de artistas
no ha cesado nunca.
Artistas, pintores como Manet,
Monet, Courbet, Rodin, Joan Miró,
Salvador Dalí, Francis Bacon,
Lita Cabellut. Escritores como
Jorge Luis Borges,
Rafael Alberti, Camilo José Cela,
Vicente Aleixandre, León Felipe.
Fotógrafos, como Bresson,
como Francesc Català-Roca.
Todos estos artistas y muchos más
se han paseado por el Prado
para encontrar su inspiración.
El arte, ya lo sabéis,
mira hacia atrás para avanzar.
Muchos artistas miran hacia atrás
para imitar el arte que ven
o para romper con el arte que ven,
pero todos los artistas tienen
un ojo puesto
en el espejo retrovisor.
Un espejo retrovisor
que les permita seguir avanzando.
Y en ese espejo, lo que muchos
artistas han encontrado,
son los cuadros del Museo del Prado.
(Música)
"La influencia del Museo del Prado
en todo el mundo fue aumentando
exponencialmente
desde su inauguración.
Al principio fueron los artistas
españoles los que recorrían
sus salas; pero a partir
de la segunda mitad del siglo XIX
esa tendencia cambió. Primero
llegaron los artistas ingleses.
Después acudieron los franceses,
y tras ellos, los artistas alemanes
y americanos. Se fijaban,
sobre todo, en nombres de la escuela
española, como Murillo,
Ribera, y sobre todo, Velázquez.
Con la llegada del siglo XX,
la influencia del Prado se disparó.
El interés por artistas más libres
volvió la mirada hacia El Greco
y hacia Goya. Pero había un pintor
que nunca dejaba de interesar:
Velázquez. Así pues, hoy vamos a
centrarnos en la Santísima Trinidad
de influencias del Prado: El Greco,
Diego Velázquez, Francisco de Goya".
(Música tenebrosa)
"Empezamos con Goya.
Si hay un conjunto de pinturas
en el Prado que haya despertado
una especial atención
esas son las 'Pinturas negras'".
(Continúa la música)
"Se trata de unas pinturas
que acabarían convirtiéndose
en un punto y aparte
en la historia del arte.
No forman parte de ningún encargo,
no responden a ningún trabajo
remunerado del pintor.
Goya las pintó por propia voluntad.
Pintaba directamente sobre la pared,
como si le urgiera expresar
lo que llevaba dentro.
Retrató
todos sus miedos y fantasmas;
(Continúa la música)
"Tras la muerte de Goya,
las pinturas se retiraron
de las paredes, se pasaron a lienzo
y se colgaron en el Museo del Prado.
Desde entonces, el público
puede observarlas; y con el público,
los artistas".
(Continúa la música)
"En el siglo XX, aquellos artistas
que buscaban nuevas formas de crear
quedaron fascinados ante
una expresión tan personal y libre.
(Continúa la música)
Se ha dicho que con Goya nació la
pintura moderna.
Y si nos fijamos en la larguísima
lista de artistas que se han visto
reflejados en ellas...
Debe ser verdad".
(Música tenebrosa)
(Música flamenca)
"Pero Goya es mucho más
que sus "Pinturas negras". Por eso,
quiero invitaros a dar un paseo
conmigo por el museo para seguir
viendo
todos los reflejos que provocó".
(Continúa la música)
"Además de como un artista libre,
se le veía como un intelectual
comprometido contra las injusticias.
Sus famosos "Fusilamientos"
se pueden leer en la obra
de los pintores que más le admiró:
Édouard Manet,
quien visitó el Prado en 1865.
Inspirándose en Goya realizó su
serie de pinturas sobre la ejecución
del emperador Maximiliano".
(Continúa la música)
(Música)
"¿Qué cuadros de Francisco de Goya
se convirtieron en un auténtico
icono mediático a mediados del siglo
XX? Pues "Las majas", evidentemente.
El erotismo, la falta de pudor,
la desnudez sin complejos atrajeron
todas las miradas. Y también animó
a otros artistas a reflejarse
en esa falta de vergüenza.
Delacroix bebió de "La maja desnuda"
para su "Mujer de las medias
blancas". Y Manet hizo
lo mismo con su famosa 'Olympia'".
(Continúa la música)
Seguimos nuestra ruta y nos
acercamos al que, probablemente, sea
el pintor más influyente de todos:
Velázquez.
Lo de Velázquez fue una locura.
Renoir llegó a decir:
"Después de ver a Velázquez se
te pasan las ganas de pintar porque
te das cuenta de que ya está
todo dicho". O Toulouse-Lautrec,
que estuvo aquí en el museo en 1895.
Y después de ver las obras
del sevillano quedó tan impresionado
que dijo: "Solo existe un pintor,
y ese es Velázquez".
(Música)
"Una de las cosas
que más impresionaba de Velázquez
era su sentido espacial.
La manera cómo el pintor era capaz
de pintar el aire.
En ese sentido, uno de los retratos
que más atrajo a pintores españoles
y extranjeros es este,
"Pablo de Valladolid",
uno de los bufones de palacio.
Velázquez hace un auténtico alarde
de talento con este retrato.
Manet contemplando esta obra dijo
que era el trozo de pintura
más asombroso
que se haya pintado jamás.
Quizás por eso quiso emularle
con este retrato".
(Música)
"La obra de Velázquez
se puede ver reflejada, claro está,
en centenares de cuadros
de otros pintores.
A mí, aunque no existan
exactamente pruebas de ello,
hay un reflejo que me entusiasma:
el parecido del "Conde-duque
de Olivares" del sevillano
con "Napoleón cruzando los Alpes"
de Jacques-Louis David.
La obra de Velázquez que más
reflejos ha creado es, sin duda,
"Las meninas". Muchos artistas
han bebido de la concepción espacial
de Velázquez, el juego de espejos,
de puertas, el cuadro dentro
del cuadro, el pintor que se
pinta... En fin, todas esas cosas.
"Las meninas" han provocado
¡10 000 reflejos!
¡Tardaríamos horas
en mostrároslos todos!
Por eso, el equipo de rodaje
que estos días estamos en el Prado,
hemos querido contribuir con nuestro
propio reflejo a 'Las meninas'".
(Música exotérica)
"El Greco también ejerció una enorme
influencia en otros artistas.
Con sus figuras alargadas,
sus colores estridentes y ácidos,
sus composiciones alucinantes...
Édouard Manet, otra vez Manet,
en su visita al Prado también entró
en contacto
con la pintura de El Greco.
Y su influencia
se ve claramente en el cuadro
'Cristo muerto con ángeles'".
(Continúa la música)
"Los retratos de El Greco también
tuvieron una enorme influencia
en la pintura moderna. Picasso,
desde luego, miró a El Greco
una y otra vez. Pero antes que él,
otros ya lo habían hecho.
Como por ejemplo, León Bonnat,
Amedeo Modigliani, Toulouse-Lautrec
o William Merritt Chase".
(Continúa la música)
Cortamos.
Vale.
Eh... ¿Y Sara? ¿Puedes venir
un momentito, por favor?
Sí.
¿Sabrías decirme
el cuadro este? ¿Verdad
que tú tienes un listado de todos
los cuadros del museo?
Y sabes dónde están.
A ver si sabes dónde está este,
"María Francisca de Braganza".
¿Luis de la Cruz?
Y Ríos, tiene que ser.
Eso es. Luis de la Cruz y Ríos.
De la Cruz... Ce, ce...
Aquí está. Eh...
No sale.
No lo encuentro.
¿Y eso?
Ese no está en la lista, es raro.
Qué raro, ¿no?
Sí es raro.
Bueno, de todas maneras
si está expuesto, que no creo,
debería estar en la sala 25.
Que es la que está...
Aquí a la vuelta.
Justo aquí detrás, ¿no? Vale, pues
voy un momentito a verlo, ¿vale?
Vale, ¿pero para qué quieres verlo?
Bueno, es que no sé.
No lo he visto nunca.
Bueno, no lo he visto nunca,
ahora vuelvo, ¿eh?
(Música inquietante)
Mira, ahí está el cuadro,
tal y como había dicho Sara".
Doña María Francisca.
Eh... Soy Ramón.
Que estoy aquí
porque estoy ayudando a su hermana.
Creo que le sucede algo
y que me está pidiendo ayuda.
Pero bueno, ahora no sé
muy bien cómo seguir.
Yo sé que usted la quería mucho, que
la ayudó hasta el último momento.
¡Ay, mi pobre hermana!
Murió tan joven y...
(Música tensión)
Y tuvo una muerte tan horrible:
ese parto, esos gritos...
Es verdad. Mire, le explico.
Es que su hermana me estaba llamando
con una música. Yo al principio
no sabía de dónde salía la música,
era una música que solo escuchaba
yo. Empecé a andar por el museo,
y al final descubrí que la música
salía del retrato de su hermana.
Ese grande, que se llama "María
Isabel de Braganza como fundadora
del Museo del Prado". Llegué
hasta el retrato de su hermana,
y vi que había
como una cosa que brillaba.
Y la cogí y era como un mapa,
un mapa mágico. Había dos casillas.
¿Y sabe? Como si tuviera que
rellenarlas con algo. Y la primera
la rellené
con el pincel de su hermana.
Y después, con una partitura.
Así que cuando tenía el mapa mágico
completado,
fui a ver a la reina, su hermana,
e intenté ponerme en contacto
con ella. Y cuando estaba
a punto de poder hablar con ella,
vino...
Un tipo raro, no sé,
yo diría que era la Muerte.
Y me quitó el mapa.
Me he quedado compuesto, sin mapa,
y yo no sé ahora qué es
lo que tengo que hacer.
A ver, a ver... Calma.
Respira, que te veo muy excitado.
Si ya sé de qué mapa me hablas.
Para ayudarla tienes que recuperarlo.
Ya, pero no sé
si no me ha escuchado bien.
El mapa, sí, recuperarlo... Pero es
que el mapa se lo ha llevado,
no sé, yo diría que es la Muerte
la que se ha llevado el mapa.
Sí, es la Muerte. Tienes que bajar
a sus dominios. Al inframundo.
A ver...
¿Qué me está diciendo? ¿Que tengo
que bajar al infierno, al Hades?
Pero bueno, eso es un rollo
mitológico. No se puede bajar.
El barquero Caronte puede ayudarte
a cruzar la laguna que separa
el mundo de los vivos
del de los muertos.
Pero no servirá de nada
si vas con las manos vacías.
Si bueno, ¿y qué le llevo?
(RÍE) Pues la caja que te regaló
tu abuela por tu 10 cumpleaños.
¿Pero usted cómo sabe eso?
A través del mapa tú has conocido
cosas de nosotros, y nosotros de ti.
Sí, ¿pero qué tiene que ver la caja
que me regaló mi abuela cuando tenía
10 años con todo este lío?
Ante la Muerte debes presentarte
con algo que tenga
un significado especial para ti.
Algo muy querido.
Ya, pero la caja...
¿Dónde estará la caja? Estará
en casa de mis padres, pero...
Bueno, está a más de 600 km de aquí,
eso si es que todavía está ahí.
Está.
Y si consigo que me traigan
la caja aquí, cuando la tenga,
¿qué hago con ella?
Lo sabrás cuando llegue el momento.
Entonces deberás cerrar los ojos y
confiar. Si confías, no estarás solo.
Vale. Bueno, de acuerdo.
Pero oiga, a todo esto,
su hermana, la reina, ¿qué es
lo que quiere, qué quiere de mí?
Porque llevo aquí unos cuantos días.
De arriba para abajo. Hablando
con cuadros. Y oiga, perdone,
en confianza le digo, eh...
Los de mi equipo están empezando a
pensar que me estoy volviendo loco.
Ya sabes que ella murió
durante el parto de su segunda hija.
Un año antes
de la inauguración del museo.
¡Ah! ¡O sea que lo que ella quiere
es ver su museo!
Era una de sus mayores deseos
y le quedó por cumplir.
Ya. Bueno, pues...
Habrá que... No sé,
habrá que bajar al inframundo.
Bueno, lo intentaré.
No lo sé, lo intentaré.
Bueno, muchas gracias,
doña María Francisca.
(JADEA)
Sí. Hola, mamá, sí, soy yo.
Mira, que te quería preguntar,
¿sabes la caja aquella que me regaló
la abuela cuando...? ¿Qué?
Que sí, hombre, no te preocupes,
que sí, que aquí en Madrid me tratan
muy bien. Sí, exacto.
Para, para un momento.
Que lo que te quiero preguntar
es si sabes dónde está la caja esa
que me regaló la abuela
cuando tenía 10 años. ¿Te acuerdas?
(Música pop)
"Volvemos a los reflejos del Prado,
porque el museo no solo ha sido
inspiración para pintores. La lista
de escritores que han llenado
páginas sobre el museo y sus cuadros
es también larga. Veamos algunos.
Eugenio d'Ors, por ejemplo, fue
un gran amante del Museo del Prado.
Y en uno de sus libros nos desvela
uno de sus mayores placeres.
Madrid tiene abriles exquisitos
y un sin par museo.
Tantas veces he asociado yo entrambos
elementos de felicidad,
que ya suele tentarme
la inclusión de un tercer elemento:
la alegría de servir de cicerone
a un amigo para una visita así
en una mañana así.
"La escritora Carmen Martín Gaite
describió la fascinación que provoca
"El triunfo de la Muerte"
de Bruegel el Viejo".
Cuando mi hija era pequeña, su padre
solía llevarla al Museo del Prado.
Pero al pasar por delante de "El
triunfo de la Muerte", la distraía
para que no se impresionase
demasiado.
Hasta que un día ella, empinándose
como quien se asoma a una ventana
prohibida,
le dijo fascinada: "¿Y eso?".
"Rafael Alberti se fijó
en otro cuadro del museo,
"El jardín de las delicias"
del Bosco,
para uno de sus poemas...
Más sorprendentes.
El diablo hocicudo, ojipelambrudo,
cornicapricudo, perniculimbrudo
y rabudo zorrea, pajarea,
mosquicojonea, humea, ventea,
peditrompetea por un embudo.
"'El niño de Vallecas', uno de los
enanos que pintó Diego Velázquez,
despertó grandes pasiones literarias
en dos grandes poetas:
León Felipe y Vicente Alexandre".
De aquí no se va nadie. Mientras esta
cabeza rota de "El niño de Vallecas"
exista, de aquí no se va nadie.
Nadie, ni el místico ni el suicida.
(Música)
A veces, ser humano es difícil.
Se nació casi al borde.
Helo aquí, y casi mira,
desde su estar inmóvil,
rompe el aire
y asoma súbito a esta frente.
Aquí es asombro,
pues está y os contempla.
O más, pide ser visto.
Y más, mirado, salvo.
"Y por último, Camilo José Cela,
una voz única con una visión
también única
de "Las majas" de Goya".
A mí "La maja vestida"
me parece de cartón piedra.
Yo creo que se llama Angustias,
o Soledad, o Dolores, y cree que va
de todo. No hay más que verle la cara
o las arruguitas de la entrepierna.
(Música tranquila)
"Seguimos con más libros, pero esta
vez con un libro un poco distinto.
El libro de visitas del Museo.
Hemos escogido una fecha concreta.
El 17 de abril de 1863.
Porque ese día hay
una firma que me gustaría destacar.
La de Giuseppe Verdi.
El compositor italiano visitó
el museo cuando estrenó en Madrid
la ópera "La forza del destino".
No se sabe mucho de aquella visita,
pero seguro que contempló
los retratos de Felipe II,
de Isabel de Valois
y del infante Carlos de Austria.
Quién sabe si la contemplación
de esos cuadros le ayudó a tomar
la decisión de componer su ópera
"Don Carlos",
que se estrenaría poco después".
(CANTA ÓPERA)
"Ópera en la que los protagonistas
son precisamente ellos.
Aquí vemos al rey Felipe II
cantando su famosísima aria
"Elle ne m'aime pas!".
Ella no me ama".
(Música dramática)
(CANTA)
(Música alegre)
"Hasta ahora hemos hablado
de artistas llegados al Museo
de todos los rincones del mundo
para reflejarse en sus obras.
Pero, dentro de las colecciones
del museo, también hay artistas
que se han admirado e influenciado.
Como por ejemplo
Diego Velázquez y Tintoretto.
El sevillano sintió una fascinación
sin límites por el veneciano.
Fue el propio Velázquez quien trajo
a España la obra más espectacular
de Tintoretto, "El lavatorio".
Un cuadro rompedor,
sorprendente y con un truco
casi mágico".
(Música)
¿Qué os parece el cuadro?
¿El cuadro? A mí me parece
muy luminoso. Lo cual me encanta.
-Impresiona el manejo
de la iluminación.
-A mí me parece la bomba este cuadro.
Te parece la bomba.
A mí el tamaño.
¿El tamaño?
Bueno, la dimensión.
Es un cuadro muy grande, ¿no?
Parece que como unos ángeles están
a punto de comer y se están lavando
antes de comer.
¿Y por qué son ángeles?
¿Por qué crees que son ángeles?
Porque tienen la cabeza como amarilla
por alrededor.
¡Ah!
Quizás me parece que está un poquito,
como que los personajes están
aislados, cada uno a su cosa.
-Está todo muy desperdigado.
Está desperdigado, esto es
interesante.
Porque varias escenas que no hay nada
central, ¿no?
En muchos puntos del cuadro.
¿Qué escena diríais vosotras
que está representando?
El lavatorio de los pies.
El lavatorio de los pies;
cuando Jesús lava los pies
a sus apóstoles antes de cenar.
Entonces el lavatorio antes de La
Última Cena, el protagonista máximo
¿quién es?
Jesús.
Jesús. Cristo.
Él está limpiando los pies
en este momento a San Pedro.
Pero en cambio, está en una esquina.
Perspectiva.
¡Perspectiva! Esta es la clave.
Perspectiva. Este cuadro
lo pintó Tintoretto para una capilla
muy estrecha que estaba
en la iglesia de San Marcuola.
Pero en esa capilla de San Marcuola,
donde él lo colgó,
los feligreses que iban a la iglesia
no podían ver el cuadro
como lo estamos viendo nosotros.
¿Desde dónde creéis
que los feligreses
de la iglesia de San Marcuola
veían el cuadro?
Yo pienso
que tienen que verlo desde aquí.
Exacto. Ahora vamos a hacer un
ejercicio, y todos nos vamos a mover
hacia ese lado del cuadro.
Y quiero que mientras nos movemos
hacia ese lado del cuadro,
no dejéis de mirar el cuadro.
Vamos para allá.
Se veía así. Venid conmigo.
Los feligreses tenía que ver
el cuadro desde... Desde...
Aquí.
¡Nada que ver!
Nada que ver.
-¡OK!
¿Entonces ahora qué pasa? De golpe,
el perro ya no está en el centro
de la escena, sino que...
El que domina la escena ahora
es Jesús.
¡Ah!
Si vemos el cuadro desde aquí...
Quizá el personaje principal parece
él.
¿Ahora parece él?
¿Todo cobra la perspectiva adecuada?
(SORPRENDIDA) ¡Ah!
¿La mesa cobra
la perspectiva adecuada?
¡Es verdad!
-¡Claro!
El punto de fuga cobra la
perspectiva... O sea, este cuadro
es mágico.
¡Sí! ¡Es verdad!
Es mágico.
Cambia cuando tú cambias.
Es como tridimensional.
Exacto, es como si todo se hubiera
girado, ¿verdad?
Sí, sí.
De golpe,
todo el cuadro cobra sentido.
Y las proporciones, totalmente.
Exacto, porque antes decías:
"Pero aquel era muy pequeño".
Claro.
Hay que mirarlo desde el lugar
que precisa. Pero aún así,
si lo miras desde otro lugar,
el cuadro cambia contigo, te sigue.
Vamos a ir otra vez al medio.
Mirando el cuadro.
Mirad la mesa. Mirad la mesa,
cómo os va siguiendo.
La posición de las patas,
básicamente.
Sí, todo va cambiando.
Es magia, ¿no?
Es un cuadro interactivo.
¡Es un cuadro interactivo!
(RÍEN)
Es verdad.
No lo voy a volver a ver igual nunca.
En el cuadro, aparte del lavatorio,
está pasando otra cosa.
Allí, al fondo. Hay como otra mesa...
Allí.
Eso es porque en la capilla
de San Marcuola, donde estaba
este lavatorio, justo enfrente
había otro cuadro de Tintoretto,
que se llamaba "La Última Cena".
Y lo que se ve allí
es "La Última Cena"
que estaba colgada en frente
de donde estaba colgado este cuadro,
o sea, es como un efecto espejo.
Por eso, Velázquez cuando vio
el cuadro, quedó fascinado por él.
Por eso, por encargo
de Felipe IV lo trajo hasta España;
primero estaba en El Escorial.
Velázquez lo colgó en la sacristía
de El Escorial,
y ahora, después llegó al Prado.
Ahora puedes entender un poco mejor,
o creo yo, a mí me parece entender
la fascinación de Velázquez
por el dominio de la perspectiva;
por la composición
de cómo él maneja el espacio;
y después, el tema del espejo.
(Música)
"Tintoretto tenía una curiosa forma
de preparar sus cuadros, algo que
le permitía representar la
perspectiva, las luces y las sombras
como nunca se había hecho antes:
construía un teatrillo.
Una maqueta de madera o cartón
en el que representaba la escena.
Primero pintaba el fondo.
Representaba el suelo y colocaba
los minúsculos muebles,
que también realizaba él.
Luego colocaba los personajes.
Hacía unas figurillas de cera
o barro imitando las posturas
que le interesaban,
y las colocaba en su maqueta".
(Música)
"Lo último que hacía
era colocar una vela".
(Música)
"Añadía la fuente de luz para
observar qué sombras se creaban".
(Continúa la música)
"Así, observando su teatrillo,
realizaba el esbozo para luego
pintar el cuadro".
(Continúa la música)
(Música)
Ramón...
Un mensajero ha traído esto
de parte de tu mamá.
¿Te has olvidado la merienda?
Qué graciosa.
(RÍE) ¿Qué es?
Nada, cosas mías.
Cosas tuyas.
Mías. ¿Qué vamos a grabar ahora?
Bueno, nos queda explicar
"La Gioconda". Ya está.
En media horita lo tenemos preparado
y rematamos.
Repasa el texto.
Y así lo solucionamos rápido.
Gracias, descuida.
(Música)
"¡Qué fuerte! Mi madre
ha encontrado la caja. Hay que ver,
es que las madres
lo encuentran todo.
Bueno, a ver. A ver si están
mis figuras de ajedrez.
¡Sí, ahí están!
Bueno, todavía no entiendo cómo me
va a ayudar todo esto a enfrentarme
con la Muerte.
¡Bah! Sea como sea, vamos allá".
(Campanas tubulares)
"Según la mitología, para llegar al
mundo de los muertos hay que cruzar
la laguna Estigia
en la barca del gigante Caronte.
El barquero es el único que puede
llevarte a las puertas del Hades.
Siempre y cuando, claro,
antes le pagues el viaje.
Por suerte, el Prado tiene un cuadro
que creo que puede ayudarme.
"El paso de la laguna Estigia"
de Joachim Patinir".
¡Barquero! ¡Hola!
Señor Caronte.
(CHISTA)
A ver si con unas monedas...
(Tintineo de monedas)
No pareces muy difunto.
Vengo en representación
de la reina Isabel de Braganza.
Creo que ella
sí cumple ese requisito.
¿Le parece suficiente
para un viaje al Hades?
Nunca rechazo unas monedas.
Te llevaré a donde quieres ir.
(Música)
¿Crees que puedes enfrentarte
a la Muerte con las manos vacías?
No, no, con las manos vacías no.
Tengo esto.
Me han dicho que con esto...
Magnífica idea. A la Muerte
le encanta jugar al ajedrez.
¿Pero cómo vas a ganarla?
No sé. Pero... Cuando era pequeño
dediqué muchas tardes a aprender
a jugar.
¿Muchas tardes?
(RÍE) Ella lleva toda la eternidad.
Ya. O sea que...
Se sabrá todas las estrategias, ¿no?
No solo es la mejor,
sino que además se lo cree.
Y le encanta que los demás también
lo crean, la admiren, y la adoren
por ello.
O sea que la Muerte tiene
su vanidad, ¿no?
Sí, exacto, la vanidad.
Ahí puedes tener una oportunidad.
La vanidad es su mayor debilidad.
"La vanidad, el vicio maestro.
Una de las tentaciones más letales
para el alma. El mejor escenario
para cometer un error de bulto.
Si la muerte es vanidosa
¡puedo tener una oportunidad!".
Sí, puedes tener una oportunidad,
recuerda: cuando llegue el momento,
cierra los ojos y confía. Confía en
que todas las voces que has conocido
en el Museo te ayudarán.
Cierra los ojos...
"Vale, cuando llegue el momento,
cerraré los ojos, confiaré
en que todos me ayuden".
(Música coral)
Vengo a recuperar el mapa.
Te presentas en mi casa
sin ser invitado.
¿No temes que te condene
a quedarte aquí con las demás almas?
Sé que sigues tu agenda a rajatabla
y que vendrás a buscarme
cuando llegue el momento,
pero ni un segundo antes.
Siempre cumplo
mi palabra y mi horario.
Dime, ¿qué has venido a decir?
Me han dicho
que juegas muy bien al ajedrez.
No hay nadie mejor que yo.
Sí, bueno, ya...
Eso está por demostrar.
Tú y yo no hemos jugado nunca.
(Música)
"Las negras para ti, claro.
No podía ser de otra manera".
¿Y qué vamos a jugarnos?
Sin riesgo no hay diversión.
Si yo gano la partida,
tendrás que devolverme el mapa.
Y si gano yo, te quedarás conmigo
hasta que anochezca.
(SUSURRA) ¿Y a qué hora
anochece aquí?
A la que yo diga.
(RÍE)
Pero estoy grabando un programa de
televisión, solo me queda el final,
no puedo faltar.
No es mi problema. Empieza.
(Música dramática)
Venga, Ramón, contesta.
No me lo puedo creer. La última
grabación y el tío desaparece.
-¿Qué hacemos?
-No lo sé. Encontradlo,
como sea, vamos. ¡Vamos, vamos!
(Música intriga)
"¡Ay! Me tiene harta.
Y cada día, cada día está peor.
Escucha músicas
y así como ruiditos que no existen.
Y desaparece
cuando menos te lo esperas.
Y lo de hoy ya es el colmo.
¡Hablando con un cuadro!
¡Ramón!".
-Parece que te necesitan
al otro lado.
Tal vez podríamos seguir la partida
después de la grabación.
De aquí no te mueves
hasta el jaque mate
y, después...,
creo que tampoco.
"Cierra los ojos y confía".
(VOCES) "Cierra los ojos y confía".
"Cierra los ojos y confía".
"Cierra los ojos y confía.
Confía, no estarás solo".
"Cierra los ojos y confía.
Confía, no estarás solo".
(VOCES LEJANAS) "Confía...
Cierra los ojos y confía...
No estarás solo".
(Música solemne)
¿Creéis que todos
contra mí podéis vencerme?
Ni todas las almas del museo juntas
podríais derrotarme.
Piensas
que no somos adversarios para ti,
pero... te has confiado demasiado,
has arriesgado mucho
en tus posiciones y, ahora...
(SUSURRA) ...ya es tarde.
(Continúa la música)
Has dicho que cumples tu palabra.
Tenéis hasta que salga
el sol en el otro lado.
(Música)
"Fabuloso...
Ya vuelvo a tener el mapa y sí,
me sigue indicando
que ya he conseguido
todo lo que la reina me pedía.
Las casillas del pincel
y la partitura, completas.
Ahora, tengo que volver a ver
a María Isabel de Braganza
y, esta vez,
ya sé lo que desea,
contemplar
el museo que ayudó a crear.
Eh, pero...
me estoy quedando sin tiempo,
debo verla antes de que amanezca".
¿Dónde estabas?
Media hora esperándote.
Que se nos echa el tiempo encima.
Exacto,
se nos echa el tiempo encima.
Me alegro de que estemos de acuerdo.
¡Vamos!
(LEE) "4 Ref. 10-1. Segunda...".
(Claqueta)
(Música)
"En fin,
antes de ir a ver a la reina,
tengo que cerrar el capítulo
sobre el museo de reflejos.
Debo hablaros
del último foco de atención
que se ha alumbrado en el Prado,
una obra que ha despertado
la curiosidad
de todos los visitantes".
Os presento a "La Gioconda"
del Museo del Prado.
"Pero... ¿cómo?",
os estaréis preguntando.
¿Hay más de una "Gioconda"?
Pues sí.
Está la de Leonardo
en el Museo del Louvre
y, luego, está esta.
Pero antes de explicaros
esta "Gioconda",
dejadme que os enseñe
el aspecto que tuvo durante siglos.
Así estaba "La Gioconda del Prado",
con este fondo oscuro.
El cuadro llegó
a las colecciones reales
en el siglo XVII
y pasó al Museo del Prado
en su inauguración.
Durante 200 años,
estuvo expuesta
sin que nadie le hiciera...
No quiero decir "ningún caso",
pero sin que nadie
le hiciera demasiado caso.
Era, simplemente,
una copia de poca calidad
de "La Gioconda"
de Leonardo da Vinci.
Pero, entonces,
el Louvre la pidió en préstamo
para una exposición temporal
y, como es costumbre en El Prado,
antes de que una obra
salga del museo,
la obra pasó
por el taller de restauración
para hacerle una puesta a punto.
Allí, las restauradoras,
encabezadas por Almudena Sánchez,
empezaron su trabajo
e hicieron algunos
descubrimientos impresionantes.
Se descubrió que bajo la capa negra
del fondo se esconde... un paisaje.
No cualquier paisaje,
sino el mismo paisaje
que en el cuadro original.
Se limpió el fondo
y, efectivamente, ahí estaban
las mismas montañas sinuosas,
el mismo lago, las mismas rocas...
que pintó Da Vinci.
Todo igual...
Bestial,
pero... ¿qué más daba?
En realidad, no seguía siendo
más que una copia, ¿no?
Sí, pero...
las radiografías mostraron algo más.
Las radiografías mostraron
que quien pintó esta "Gioconda"
realizó, exactamente,
los mismos movimientos
que Leonardo en el original.
Hizo las mismas correcciones,
reprodujo los mismos trazos,
los mismos arrepentimientos,
las mismas líneas que el original.
Eso solo podría significar
una cosa...
Que los dos cuadros
se pintaron en el mismo momento.
Eso significaba
que el pintor de la copia
estaba situado al lado del maestro.
La pintó, exactamente,
al mismo tiempo
que Da Vinci pintaba la suya
y reproducía, exactamente,
sus mismos movimientos.
Desde entonces,
"La Gioconda del Prado"
se ha convertido
en una de las nuevas estrellas
de la colección. Quien la pintó
pertenecía, seguramente,
al taller de Leonardo da Vinci
y usó materiales de la misma calidad
que los que usaba Leonardo.
Lo único que le falta
a esta "Gioconda"
es el toque genial del "sfumato",
un toque que Da Vinci
se guardó para su "Gioconda".
Con el descubrimiento,
han aflorado algunos misterios.
Cómo nos gustan los misterios,
¿verdad?
¿Quién la pintó?
Si es una copia,
¿por qué se hizo con materiales
de primerísima calidad?
Si no era una copia,
¿por qué Leonardo
no dejó en ella su "sfumato"?
Bien... De momento,
preguntas sin respuesta.
Pero..., sea como sea,
lo que de verdad me maravilla es,
como os he dicho antes,
que esta "Gioconda" y la del Louvre
se hicieron en el mismo instante,
con la misma modelo,
con la misma luz,
en el mismo espacio.
Es la prueba más clara
de que la pintura
retrata un instante de vida.
Leonardo da Vinci
y el pintor anónimo de este cuadro
compartieron
el mismo momento mágico.
Y, para mí,
el Mueso del Prado es eso,
es un lugar mágico lleno
de instantes de vida detenidos
en un lienzo.
Instantes de vida
que pueden ser...
bellos, intensos o apacibles,
pero instantes...
para los que no pasa el tiempo.
La vida...
que se ve en los cuadros del museo
lleva aquí 200 años.
¿Y sabéis qué es lo mejor de todo?
Es que durarán
200, 300 o 400 años más.
Por mucho
que nuestro día a día cambie,
por mucho que pasemos
momentos mejores o peores,
el Prado siempre estará ahí.
El Prado siempre
nos estará esperando
con todos sus momentos
de vida imperturbables y preciosos,
con todas sus obras maestras
de instantes congelados.
Instantes congelados que...
nos ofrecen...
toda la eternidad.
¡Y... cortamos! ¡Ha sido buena!
¡Hemos acabado rodaje!
(Aplausos, vítores)
Bueno, muchas gracias a todos.
Aunque parezca increíble,
hemos cumplido el horario,
así que hemos ganado una buena cena.
(Risas)
"¡Bien! Ya hemos acabado.
Qué maravilla
que estén todos tan contentos
porque así... puedo desaparecer
y no se van ni a enterar.
Y más vale que me espabile
porque el amanecer se acerca
y no quiero volvérmelas a ver
con la muerte".
(Música)
(Música intriga)
"Yo puedo ayudarte a descubrir
quién te está llamando
con esa música".
-"Se trata
de una reina atrapada en su retrato".
-"Era una mujer dulce y amorosa,
pero murió sin dar un heredero
y el rey... la olvidó enseguida".
-"Una cristiana devota
y amante de la música además.
Tenía un bonito color de voz".
-"Ay, mi pobre hermana...
Murió tan joven
y tuvo una muerte tan horrible...
Ese parto, esos gritos...".
(Continúa la música)
Majestad, lo he conseguido...
¡El mapa está completo!
(Música)
"Durante sus 21 años de vida,
la música, el arte
y la maternidad fueron
las grandes pasiones de la reina.
Sus hijas no sobrevivieron,
pero el museo
en el que puso tanto empeño
se ha convertido en uno
de los más importantes del mundo.
La joven reina descubrió
la gran cantidad de pinturas
de las colecciones reales
en El Escorial
y quiso que aquellas maravillas
salieran a la luz
para que todo el mundo,
no solo los reyes y los nobles,
pudiera disfrutar de ellas.
Y es más que probable
que, sin su aportación,
el Museo del Prado
no hubiera visto la luz.
Pero Isabel murió
antes de verlo hecho realidad.
El museo se inauguró
un año después de su muerte.
Ahora, por fin,
200 años después,
la reina puede conocer
el museo que ayudó a crear.
Su reinado... fue corto,
pero suficiente
para ayudar a sacar de las sombras
un patrimonio
de fabuloso valor artístico
que constituye un museo
de referencia en todo el mundo".
(Música)
(Pasos)
Señora...
Muchas gracias
por su sensibilidad,
por su apoyo
a las artes y a la cultura.
Ha sido...
ha sido un honor servirla.
(Continúa la música)
("La mañana", Edvard Grieg)
"Adiós, museo.
Adiós, María Isabel de Braganza,
y adiós a todas las voces
que me habéis hablado
desde los cuadros.
Gracias por este viaje
al corazón de la belleza,
gracias por dejarme entrar
en vuestro mundo secreto.
Con el amanecer, llega el final
de esta maravillosa aventura,
llega el momento de abrir
las puertas del museo
para que el Prado pueda seguir
inundando de belleza
a todo aquel que lo visite
durante 200 años más".
(Continúa la música)
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Estupendo programa, se pueden ver con niños y adolescentes para que vayan conociéndolo de una forma muy amena. Deberían hacer más programas como este. Enhorabuena
Este año visite El Prado. Justo de regreso al Peru, mi país, descubrí la serie. La he seguido semana a semana y quedé enamorado de la belleza de sus obras. Felicitaciones por el trabajo fantástico y compartir la magia Del Prado a todo el mundo.
Espectaculares programas divulgativos. En cuanto pueda me escapo al prado a repasar esos cuadros que tan bien habeis explicado,
El Prado ha sido mi segunda casa desde hace muchos años, he llevado alumnos, visitantes y a mi misma. Se lo tengo que agradecer a mi padre que allá en los cincuenta tuvo a bien mostrarme las maravillas del arte, también de la ciencia ,por supuesto. Nuestra visita a los Museos era sistemática, el Prado yo lo concebía como un gran palacio de juego aprendizaje. Me han encantado los documentales, son una magnifica forma de conmemorar de forma original y que llegue a tod@s nuestro Patrimonio mas señero y óptimo. Gracias infinitas de corazón.