Sábados a las 22.00 horas
-Los cargos contra él son muy graves.
No será tratado como un simple delincuente.
-¿Puede terminar en pena de muerte?
-¿Quién era ese chico? -Dieguito Ferrán.
-¿Estás segura de que quien te envía las cartas es Diego?
-No lo sé, jamás me había fijado en él.
No sé quién será.
-Ya no eres mi hija, tu razón de ser es el partido.
Tu felicidad la conseguirás a través de lo que puedas
conseguir para la Unión Soviética.
-Estoy casado y estoy enamorado de ti.
-Te quiero.
-Ha llegado el día, será mañana.
-¿Quién era la mujer que le presentaste?
-La mujer de un anarquista que delaté.
-Nunca debería volver a ocurrir.
-Y no volverá a pasar, ¿acaso crees que soy la misma?
-Tienes que presentarte mañana ante el coronel de Pamplona.
-Hoy los militares darán un golpe de Estado
para asumir el Gobierno.
-Creía que estarías de camino a Pamplona.
-Será la primera vez que no cumplo una orden.
¡Por la patria!
-¡Hugo!
-Alejandra está en el Ministerio, corre peligro.
-Esto es lo más importante, estos datos.
-¡Ay, por Dios, señorito!
-Gracias a Dios.
Hijo... ¿Cómo te encuentras?
Nos has tenido en vilo, llevas horas inconsciente.
-Pero no te preocupes, el doctor dice que estás bien.
-Llevas el susto encima. -Este creo que no me lo quito.
Lo revivo cada vez que me acuerdo.
-Fue muy valiente, Pilar. -Si no llega a ser por Alejandra...
-No quiero pensar qué han tenido que pasar.
Tendremos que llamar a Alejandra y darle las gracias.
y alejarse del Ministerio, pero tendría que estar en casa,
por lo menos hasta que las cosas se tranquilicen.
Y Beatriz e Isabel todavía sin llegar.
-Nos adelantamos con tu padre, está abajo con el padre Elías.
No sabemos nada de Hugo.
-¡Alejandra!
-Están todos muy nerviosos y no es para menos.
¿Están bien?
-Todo ha pasado ya, Sanjurjo ha abandonado Sevilla.
Los documentos... ¿Te han herido?
-¿Fernando de la Torre, tu amigo?
-Bueno... entonces, tranquila.
Solo espero que el Gobierno sepa reaccionar a tiempo
y se les quiten las ganas de intentarlo.
-¡Alejandra!
-Casi me vuelvo loco buscándote, por Dios.
-Eso sí, ándate con ojo. Vigila por ti, sobre todo.
Por lo menos hasta que la cosa se calme.
Sí, los señores ya han ido para allá.
Ya sabes, si necesitas alguna cosa, cuenta con ellos.
Ay, tranquila, tranquila, nosotros sabemos cuidarnos.
Lo primero eres tú, hija, ¿entiendes?
Adiós.
Está bien.
No puede hablar más porque... Estaba en el Ministerio.
Pero dice que está todo en calma. Roberto está con ella.
-Eh... no sé si es buena idea.
-Tierras sin propiedad, es que es un riesgo.
-Bueno, lo que tú digas, pero es un riesgo.
Y no sé si pasamos por el mejor momento para correrlo, porque...
Bueno, en fin...
-Ella prácticamente lo traía a rastras.
-La cosa no estaba para hablar, fui corriendo a por el médico.
Cuando llegué con el doctor estaban hablando.
No pongo oídos a lo que no me importa.
Si me disculpa la señora Beatriz e Isabel están a punto de llegar.
-Muy bien... gracias.
Creo que pronto podrán darnos alguna noticia.
-No parece que demuestren mucha humanidad.
¡Ni siquiera decir dónde está!
-Es verdad lo que dices, pero realmente está reciente.
-¿Qué le puede pasar a Hugo?
¿Tan grave puede ser?
-Aún es pronto para saber las consecuencias de todo, pero...
Hugo está implicado de manera directa y cambia.
-Debemos estar preparados para lo peor, Leocadia.
-Agustín, ¿has oído algo? ¿Tienes noticias de Hugo?
-Aún no sabemos nada.
Ni siquiera dónde están los detenidos ni quiénes son.
-Pero... ¿Qué va a ser de nosotros?
-Isabel, Agustín está haciendo todo lo que está en su mano.
Ahora debes tranquilizarte y ser fuerte.
-Se podrá demostrar que cumplía órdenes,
puede que no esté detenido.
-Debes confiar. -¿Confiar?
¿En qué? ¿En quién? No tenía que pasarnos a nosotros.
Se lo advertí a Hugo, ¡se lo advertí!
-Un hombre tiene honor. -¿De qué nos sirve ahora?
¿De qué nos sirve si lo ejecutan?
Ese honor no va a salvarlo de una pena de muerte.
-Hija mía, si necesitas consuelo Jesús siempre estará
dispuesto a dártelo.
-Voy con ellas.
-¡Ludi! -¡Rafael!
-¿Estás bien? -Sí.
-He venido en cuanto he podido.
-Con todo lo que está pasando, no sabía dónde estabas.
-¿Has... has estado... preocupada por mí?
-Pues claro, tonto.
LA señorita Mercedes por el señorito Fernando...
La señora Isabel por su marido y... yo por ti.
-Entonces... me... me quieres un poquito.
-Pero solo un poquito.
-A mí con ese poquito me basta.
-Lo que me faltaba.
-Primero fui al Ministerio y nada, llevo todo el día buscándote.
-Y tú con esos papeles encima.
-Prométeme que no volverás a hacerlo.
Ya no puedes pensar solo en ti;
Está tu hermano, tu padre, también yo.
Todos los que te queremos.
Debes pensar también en nosotros.
-Necesito que llames a Adolfo Blázquez.
-Sí, señor.
-Gracias por estar aquí, Rafael. Entiendo que son momentos
complicados y te hubiera gustado estar con tu familia.
-Lo primero es lo primero, señor. Cuando tenga la llamada le aviso.
-Papá. -Hola, hija.
-¿Qué crees que va a pasarle al padrino?
-Ya has oído, es pronto para saberlo.
Es fácil que todo quede en nada, así que... no debes preocuparte.
-¡Papá, no me trates como a una niña!
Ahora no.
Se trata de Hugo...
Isabel dice que pueden condenarle a muerte.
-Bueno, eso no lo sabemos.
-Pero tienes contactos, amigos muy importantes.
¿No hay nada que puedas hacer?
-Señor, su llamada. -Gracias, Rafael.
Escucha, cariño.
He llamado a Adolfo Blázquez, que fue compañero
de la Facultad de Derecho de Alcalá Zamora,
estoy seguro que sabrá a quién preguntar.
Quiero que sepas una cosa:
Si tengo que tragarme mi orgullo por pedir este favor,
no dudes de que lo haré.
La familia es lo primero.
-Gracias.
-Adolfo, soy Agustín de la Torre.
-En cuanto sepa algo de su hijo volveré a llamarlo.
No, no, el niño seguirá en Santander.
Con mis padres.
No puedo decirle que no se preocupes, don Álvaro.
Mis primos están haciendo todo lo posible.
No, todavía no sabemos dónde lo han llevado.
-Quién nos iba a decir que el golpe traería algo bueno.
a la reforma agraria y al Estatuto de Cataluña
se ha desmoronado.
Todo el trabajo de estos meses empieza a dar sus frutos.
Tenemos que acabas las listas y las fichas cuanto antes.
-No se podrá aplicar a todas las fincas a la vez,
por eso tenemos que ser escrupulosas en el orden.
Según las prioridades.
-Mucho más que cambio.
En poco tiempo veremos avanzar el país como no se ha visto antes.
-El dichoso golpe nos ha ido a la contra.
El fracaso ha fortalecido al Gobierno como no esperábamos.
-¿Hay noticias de Hugo?
-He removido Roma con Santiago para ayudarle, pero no hay manera.
La condena puede ir para largo.
-Por lo que sé, contra Sanjurjo no habrá medias tintas.
-Señores... una noticia que seguro les complacerá.
-Tal y como están las cosas otra novedad no puede empeorar.
-Saben de la buena relación de mi familia con Primo de Rivera,
cuando vivían en Sevilla estaban siempre juntas.
-Pero su hijo mayor, el marqués de Estella,
quiere tener una entrevista con los dirigentes del partido.
-¿José Antonio? -¿Quiere ingresar en el partido?
No sé si eso podría convenirnos o no.
-Mamá cree que quiere forma el suyo propio,
cree que es un líder a la altura de Hitler o Mussolini.
-¿Por qué?
No debemos desconfiar de los que podríamos llamar...
Los nuestros.
El enemigo es otro.
-Quizás pueda llegar donde no he podido llegar yo.
-Creo que no tenemos nada que perder.
Para cuándo ha pensado el marqués que podría tener la entrevista?
-Isabel... -Hugo, mi amor...
¿Estás bien?
-Sí.
-Te lo pedí, te advertí que no lo hicieses.
-Él te lo advirtió a ti.
-Es tu amigo... Solo quería ayudarte...
-¡No es mi amigo! ¡Olvídate ya de eso!
¡Fernando Alcázar no es mi amigo!
Un amigo no hace lo que hizo.
No quiero volver a oír hablar de Fernando Alcázar.
No quiero oír hablar más de él. -Es el único que podría hacer algo.
-He dicho que no.
No quiero que hables con él. -No sabes cuál es tu situación.
Tienes un consejo de guerra por delante,
pueden embargar nuestros bienes, ¿qué será de nuestro hijo?
-Espero dejarle algo mucho más importante.
Hice lo que tenía que hacer.
-Pero él lo que necesita es crecer contigo.
Si algo te pasara, podrían... -No me pasará nada.
Todo va a ir bien.
-Beatriz... Qué alegría verte.
Deja que te ayude. -No te preocupes, no pesan.
-No sabía que te gustara tanto leer.
-En casa tenemos libros, pero me gusta ir a la biblioteca
para leer historias nuevas.
-Estás muy pálida, Beatriz, deberías leer menos y salir más.
El aire te vendría muy bien.
-Diego, ¿ya te vas? -Estoy esperando a Fernando.
Le comentaba a Beatriz que vendré a buscarla para dar un paseo.
Si usted me da su permiso, claro está.
-Seguro que a Beatriz le parece una buena idea.
Fernando, ¿no te parece demasiado precipitado salir?
-Espero que esos asuntos traigan buenas noticias,
por el bien de la familia.
-Lo sé.
-Señoras...
-Es por Hugo, ¿verdad?
-Dios quiera que tu hermano haga algo.
-Tenemos mucho trabajo.
-Pero mañana no, le he dicho a Pepe y Conchita que quedaríamos.
Tienes que conocerlos.
-Siento robártela de esta manera, es un momento muy importante.
-Para una mujer, tiene que haber cosas más importantes que trabajar.
Como, por ejemplo, la república, así que, hala, a trabajar.
Tengo que ir al baño.
-Buenos días. -Buenos días.
-¿Qué tal, José Antonio? Te presento a Fernando de la Torre.
-¿Es tu amigo Fernando?
-¿No le saludas?
-Señores. -¿Qué tal?
-¿Sabes quién está con él? Es José Antonio Primo de Rivera.
-Os veo muy entretenidas.
-Alejandra, tenemos que irnos.
-Fernando, vamos, te esperan.
-Como están las cosas, no levantarán la mano.
-Tienes razón.
Después del golpe serán contundentes con los enemigos.
-¿Te preocupa lo que pueda decir en el juicio?
Si contara todo lo que sabe... -No lo hará.
Si pensaba hacerlo, lo habría hecho.
-Entonces, es por ella.
Por él no te temblaría el pulso, aunque le fueran a fusilar.
Paco, ese periodista al que le gustaba Josefina,
¿sigue viniendo por aquí?
-Ajá... En cuando su mujer se da la vuelta.
Manda huevos, ¿eh?
Los conservadores son viciosos, pero los monárquicos más.
-Cuando esté por aquí me avisas,
tengo que hablar con ese periodista.
-¿Con un periodista? ¿Para qué? -Negocios.
-Negocios... -Eso es... negocios.
-Mi hija tiene una habilidad especial que conmueve las almas
y la tuya está en sus manos, ¿por qué?
-Verá... yo... Yo era un despojo.
Estaba perdido, solo quería morirme,
pero como no tenía valor para quitarme la vida, busqué la muerte.
-¿Qué hiciste?
-Una noche llegué a casa borracho y maté a mi mujer.
Ella me ayudó a salir.
Me enseñó que podía vivir.
-Te enseñó que podías vivir sin estar vivo.
Amparo sabe hacerlo muy bien.
-Me enseñó que merece la pena seguir vivo.
-Roberto parecía disgustado.
Espero que no tengáis problemas, no quiero que el trabajo...
-Hay hombres que no entienden que tengamos amigos,
piensa que un hombre y una mujer no pueden ser amigos.
-¿Mejor?
-Alejandra, sé que Fernando es importante.
Si algo he aprendido es que hay que ser fiel a sí mismo,
fiel a los sentimientos.
-No es fácil renunciar a lo que uno quiere.
-Alejandra, tenemos que llevar...
¡Fernando! Pasa.
Es que estamos desbordadas, perdón. -Sí, lo sé, lo sé.
El Estatuto, la reforma agraria, buenas noticias.
Las malas están en prisión.
Encarna, el Gobierno quiere ejemplarizar con sus enemigos.
Hugo de Viana se enfrentará a un consejo de guerra y...
-No has venido para hablarme de Hugo de Viana.
¿Qué pasa con Ventura?
Su juicio es inminente.
Encarna, tienes que estar preparada para lo peor.
-Alejandra, él es Fernando Alcázar, un viejo amigo.
-Hola.
-¿Alemania?
¿Cómo que te vas a Alemania?
-Las elecciones han hecho subir mucho al partido.
-Y también a los nazis. -Sí.
Ahora el terreno de juego ha quedado despejado,
solo estamos frente a frente los que teníamos que estar.
-Y uno u otro ganará la partida.
Los demás ya han perdido.
-Sí, Sonia.
Ahora me voy a Alemania, pero volveré pronto,
porque aquí pasará lo mismo y tenemos que estar preparadas.
Ya nada puede detener la revolución. ¡Ya no!
Hemos esperado tanto tiempo...
He esperado toda mi vida.
¡No podemos fallar!
No me puedes fallar.
Y entonces, estaré plenamente orgullosa de ti.
-Y entonces, haber tenido una hija habrá tenido sentido.
-¿Qué cosas dices, Sonia Ivanovnav?
Tú no eres hija mía, eres hija de la revolución.
-Te juro que se me cayó el alma a los pies.
Disimulaba, pero eso le martiriza.
Y saber que no se puede hacer nada. -No digas eso.
Fernando está buscando contactos para ayudar a Hugo.
-Tendría que dejar de lado su orgullo.
-El orgullo es lo que tiene, desde dentro no hace nada.
Esa tarea es para nosotras.
-Señora, disculpe, la cocinera necesita hablar.
-No, Ludi. -No te preocupes, ve.
-¿Qué es lo que no puede hacer Hugo?
-Nada, Beatriz, nada. -Madrina...
Mamá tiene razón, ahora nos toca a nosotros.
Si hay algo que puedas hacer, tienes que hacerlo.
Lo importante es salvarle.
Eso sí, espero que esta noche no la pises.
Hay sitio mejores donde pasarla.
-Lo que está claro es que necesitas una copa.
Paco, dos coñacs, por favor.
-Ella no se da cuenta.
-No se da cuenta de lo que la quiero.
Y que me vuelvo del revés si habla con tu amigo.
Hoy nos encontramos con él en el café y hablaron a solas.
-Me alegro, nadie de su clase es tan hombre como nosotros.
Ya está bien, se acabó el tiempo de los bufones.
Un día se encontrará con la horma de su zapato.
-Si querías hablar con el periodista, ahí está,
con su cita.
-Vamos a entretenerlo.
Vaya, vaya.
A quién tenemos por aquí.
Hoy me he acordado de usted.
Hay por ahí algunas historias que pueden ser interesantes.
-¿Cómo de interesantes? -La detención de un anarquista
acusado de atentar contra el presidente de la república.
-¿Se ha comprometido?
-Dímelo a mí, apelando a los Maura.
-¿Primo de Rivera?
-Fernando, dime que es capaz de sacar a Hugo de la cárcel.
Dicen que es muy peculiar, capaz de todo.
-El tiempo pasa y cada vez hay menos margen.
-Esperemos que dé resultado.
-Fernando, ¿va todo bien?
Mercedes y tú estabais muy callados durante la cena.
Espero que sepas lo que haces con ese partido político.
-¿A qué te refieres?
-No quiero pasar por lo que está pasando Isabel.
Y menos por partida doble.
-¿Qué? ¿Te lo pasas bien?
-Eres un hombre con suerte.
-¿Quieres que te dé un consejo?
Tenías que haberte ido con dos.
Una solo te dará que pensar en la mujer que quieres olvidar.
-Buenas noches. -Buenas noches.
-¿Dónde vas a ir? -Mañana que tengo el día libre
desde las once y voy a salir a dar un paseo.
-Mañana es festivo y Rafael tendrá el día libre,
dime que no es lo que estoy pensando.
-Le quiero, María del Pilar.
-¡Es un hombre casado! -Ya lo sé.
No me conocía cuando se casó, sino estaría casado conmigo...
-Y la otra escuchando lo que te estoy diciendo.
¿Cómo quieres que me quede tan pancha
cuando veo que te estás echando a perder?
-Que él también me quiere, lo sé, esas cosas se notan.
-Pero siempre serás la otra, ¿tú sabes lo que es eso?
-Sí, lo sé, pero es mejor que no ser ninguna.
-Ludi... -La vida son dos días.
No estoy dispuesta a quedarme como otras.
-Estás loca. -Pues sí, lo estoy.
-Entonces, ¿estás decidida?
Loca, pero de atar.
Espero que a su mujer le apetezca salir y os encontréis.
A ver qué hace el príncipe azul.
-Pero ¿cómo puedes desear una cosa así?
Eres mi amiga. -Por eso mismo.
Quiero que se te quite la venda de los ojos.
-Amparo, ¿puedes salir un momento?
-Mándalos a todos a paseo y echa el cierre.
Es más tarde que nunca.
-Encarna... te necesita.
(ENCARNA RÍE A CARCAJADAS)
-Eh, se va a hacer de día. -¡Amparo!
-Debes marcharte. -Deberías haberle dejado
Paco, ponme otra.
-Ya has bebido bastante.
-Nunca he hecho de nada bastante, solo trabajar y preocuparme.
-Deja que te lleve a casa.
-Déjame, Amparo, ya está, ya estoy harta.
Estoy cansada...
De ser la buena...
De entenderlo todo, de...
De luchar por todo.
¡Se acabó, ahora voy a divertirme!
-Venga... -Paco, ¿dónde está mi copa?
-Anda, vámonos. -Ya está...
-Venga, vámonos, eh. Venga, venga, Encarna, venga.
-¿Sabes qué se trae mi hija con esa mujer?
-Lo van a matar, Amparo.
Lo van a matar... Y no voy a poder hacer nada por impedirlo.
-Te juro que haremos todo lo posible para salvarle.
-No se puede hacer nada, ni Fernando Alcázar, ni tú, ni yo.
Amparo...
Cómo me alegro haberte conocido.
Siempre estás cuando más lo necesito.
¿Sabes una cosa?
Nunca más me voy a volver a enamorar de otro hombre.
-El mundo está lleno de hombres.
Ventura volverá.
Yo te lo traeré.
(RECUERDA) Alejandra, ahora no entiendes nada,
pero comprenderás que fue lo mejor para todos.
-Antonio no te ha querido como un padre quiere a una hija.
-Alejandra, recoge tus cosas y sal de esta casa.
Sabes, tan bien como nosotros, que hay cosas que no pueden ser,
hay barreras que no se pueden cruzar
y situaciones que no se deben remover.
-Es buena... Pero está muy abandonada.
-Parece que la cosa está decidida.
¿Vas a poder sacarla adelante?
-Y con estas, sabes que mi ayuda nunca te va a faltar.
¡Ay, mi valiente!
-Ya está, señora.
-Estás preciosa. -Gracias, mamá.
-El vestido ha quedado perfecto.
-Señora, la señora de Viana quiere verla.
-Ludi, acompáñame, quiero que estés cerca por si te puedo necesitar.
Un momento.
-Señorita...
Han traído esto para usted. -Gracias.
(LEE) No hay palabras que puedan expresar el amor,
yo no las encuentro, ninguna me sirve
todas son pequeñas, inútiles, nacen muertas,
pero un día descubrirás una mirada, unos ojos que te han seguido,
en ellos verás los que significa el amor.
El amor que ama sin razón, porque esa es la única manera
de amor en la que me reconozco.
Sueño con volverte a ver.
-Isabel.
¡Vaya, estás guapísima! ¿Vas a salir?
-Leocadia...
Me he tomado una libertad sin consultarte.
Voy a recibir una visita, espero que no importe.
-Estás en tu casa. -Gracias.
No soportaría estar con gente alrededor,
por eso le he pedido que venga.
-¿De quién se trata? -Del coronel Fernando Alcázar.
Es un amigo de toda la vida.
-La oveja negra de su respetada familia.
-Sí...
Un coronel republicano, héroe de Jaca.
-¿Crees que puede ayudar a Hugo? -Estoy convencida.
Pero para eso tengo que hablar con la máxima confianza.
Prima, si no hago esto, nadie lo hará por mí.
-Entonces, adelante, nadie te molestará.
Voy a cambiarme, con todo el trabajo que tenemos...
-El listado de las fincas.
-Lo has hecho tú sola...
-Alejandra...
Eres una maravilla.
Y yo necesito un café.
-Voy a cambiarme.
-Quieren acelerar la tramitación de la Ley de la Reforma Agraria.
¿Sabes qué significa?
Me han llamado esta mañana.
-¿Alejandra te ha contado algo?
-¿Y?
-No consentiré que uses el tema de la finca para acercarte a ella.
Yo le agradezco sinceramente lo que ha hecho por ti,
pero podría poner en peligro tu matrimonio con Mercedes.
¿No eres consciente?
-Porque sé que no puedes olvidarte de ella.
-¿Dónde irá la señora?
-Como les gusta a todos estar así de juntitos.
-Normal, a los novios les gusta estar muy cerca.
-¿Y nosotros qué somos, Rafael?
Somos... dos enamorados.
-¿Eso qué significa?
-¿Cómo que qué significa?
-Que si no somos novios y tú ya estás casado...
¿Qué vamos a ser? ¿Amantes?
-Ludi, por Dios. -Por Dios, no, Rafael.
-Yo te quiero, Ludi.
-Si me quisieras no me pedirías que fuera la otra.
-Me gustaría que fuera de otra manera.
-Pero las cosas son como son y nadie las puede cambiar.
-Creo que no ha sido una buena idea este paseo.
-Ludi... ¡Ludi!
Si hay que cambiar el mundo lo cambiaremos,
cualquier cosa es posible menos que deje de quererte.
Hoy quiero que seas la mujer más feliz del mundo.
-¿Y qué vas a hacer?
-Pensaba invitarte a un helado y montarte en las barcas.
-Nada podría hacerme más feliz.
-Podemos ir a escuchar el concierto.
-Si es lo que quieres... -¿No te gusta la música?
-No me gusta nada que me haga estar sentado mucho tiempo.
-Ya... por eso te gusta pasear.
-Es algo que hay que hacer, la costumbre, y dejarse ver.
Pero hoy, por ejemplo, me gusta pasear contigo.
-¿Por qué?
-Porque hace un buen día.
-Diego. -Sí.
-¿Alguna vez te has enamorado?
-Cuando encuentre una buena mujer con la que casarme lo habré hecho.
¿A qué viene esa pregunta?
Beatriz, creo que lees demasiado.
-Te agradezco que hayas venido hasta aquí para verme.
-Sabes que siempre estaré donde me necesites.
-Fernando... -Sé por qué me has llamado, Isabel.
-Eres un coronel leal al Gobierno,
despachas cada día con el ministro.
-Avisé a Hugo, una y otra vez.
Lo vigilé y traté de mantenerlo alejado.
-Sé que no es fácil lo que te pido...
Que pueden señalarte o ponerte en una situación... difícil.
Pero es Hugo.
¿Podrías seguir viviendo sabiendo que no hiciste todo para salvarlo?
Te pido por todo lo que nos ha unido.
Si aún te importo algo.
-Tú, mejor que nadie, sabes lo que siento por ti.
Y que nunca dejaré de sentir.
-¿A la señorita no le ha gustado el paseo?
-No.
Un poco aburrido.
-Su madrina está en el salón con un coronel.
-Harías cualquier cosa por salvarlo.
Te quiero, Isabel.
Daría lo que fuese por la esperanza de un futuro juntos,
pero hoy, más que nunca, me acabas de dejar claro
que esa esperanza... no tiene sentido.
-Fernando... -No, no, no.
He intentado ayudar a Hugo y volveré a hacerlo,
no hacía falta que me recordases los deberes de la amistad.
Esta entrevista ha sido... Inútil.
-No lo ha sido.
-¿Quién?
-Siempre he pensado que es mejor despedirse en un bar.
-Te estás volviendo muy sentimental, madre.
¿Otra copa?
-¿De qué querías hablarme antes de que me vaya?
-De ese periodista.
Le han llegado rumores acerca de un posible atentado
contra el presidente de la república hace unos meses.
Si tira del hilo llegará hasta el único detenido,
lo sacará a la luz y la noticia que fue escondida saldrá a la luz.
-¿Qué tiene que ver conmigo?
-Al partido le sigue interesando acreditarse con el Gobierno...
Y al Gobierno no le interesa un escándalo que le haga débil,
mucho menos después del golpe.
Ahora bien...
La única pista que tiene ese periodista es el detenido...
Si este deja de estarlo,
no habrá noticia,
nada que descubrir.
Nada que ocultar.
-Y el mismo hombre al que vendiste quedará en libertad.
¿Por qué lo haces? O mejor dicho...
¿Por quién lo haces?
-No sé a qué te refieres.
-¿Crees que no seguí la pista de ese anarquista?
¿Crees que no sé que es el compañero de esa mujer?
-Esa mujer es solo una amiga.
-Sé cuando mientes, Sonia Ivanovnav, yo te enseñé.
-Antes de eso, me enseñaste a no sentir nada.
-Lo único que hago es informar de lo que puede ocurrir.
Es lo que hago siempre, madre.
Saberlo todo y utilizarlo todo.
-En esta vida, sentir es sufrir, supongo que lo sabes.
Igual que supongo que sabes que tu experiencia en Alemania
puede ser requerida en breve.
-¿Es una advertencia? -No olvides lo que viniste a hacer.
-No te olvides de quién eres, Sonia Ivanovnav.
O podrías tener problemas.
-¡Madre...!
Spasiva.
-Tranquila, has hecho un gran trabajo.
-Hugo, me alegro de que estés de vuelta.
-Agustín...
Pequeña...
-¡Hugo!
-Isabel...
-Gracias a Dios que estás bien.
No te preocupes, mi amor, yo te ayudaré.
Vamos.
-¿Unos errores?
-¡Tengo novio, se llama Rafael y soy mujer de un solo hombre!
-Pues parece que él es hombre de varias mujeres.
-¿Has estado con los Ochoa?
-Qué raro, hablé con Jacinto y no me dijo nada.
-¿Crees que la han comprado? -¿A Alejandra?
-No, los señores nunca dejarán de ser señores.
-Te has metido en un lío, ¿verdad?
-Ventura ha sido puesto en libertad.
-¿Qué?
-Tengo una sorpresa para ti.
-Muchos compañeros han sufrido y muerto por culpa de esa mujer,
ahora le toca pagar a ella.
-La tierra es nuestra, señorito.
-Sé que sabes algo más de lo que le pasa a Hugo.
-¿Dejarlo todo?
-No puedo más. -¡Hugo!
La familia De la Torre esta afectada por todo lo ocurrido, por el estado de Fernando y el conocimiento de Mercedes del encuentro de él con Alejandra. A pesar de no haberle vuelto a dirigir la palabra desde que Rafael le confesó su secreto, Ludi no puede contenerse al reencontrarse con él. Como consecuencia directa del intento de golpe de estado se acelera la aprobación de la Ley de Reforma agraria con lo que Alejandra y Encarna deben aplicarse con más firmeza a su trabajo. Por su parte, Fernando inicia acercamientos a José Antonio Primo de Rivera, que al igual que él, inicia su carrera política.
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A quienes hayan podido reparar las configuraciones de sus navegadores, ¿podrían explicarnos a los demás qué hay que hacer para no recibir el mensaje de "este contenido ya no está disponible? GRACIAS !!
Si alguien sabe como se pueden ver los videos, podría colgarlo, por favor, he probado desde distintas conexsiones y no hay manera
No puedo ver nada. ¿Alguien sabe a quién dirigirse para encontrar una solución? Gracias
Cuando quiero ver un vídeo me da un mensaje: "Este contenido ya no está disponible"
No puedo ver ningún vídeo de vuestros canales. Sólo puedo ver la tele en directo. ¿Me puede ayudar alguien? Gracias de antemano.
¿Me podríais decir porqué no puedo ver ningún video de los que teneis en vuestra página?, ya que me és imposible ver los últimos capítulos de la república o los estudios 1 o documentales que he intentado ver, me explica, que ya no están disponibles. Gracias
A charop: Creo que en la serie aparecen nada menos que nueve personajes femeninos que no pueden ser considerados meros extras. Déjame contar: Beatriz, Leocadia, Alejandra, Mercedes, Isabel, Ludi, Mª del Pilar, Encarna y Amparo. Las siete primeras, indiscutiblemente heterosexuales y Encarna también hasta que empieza a sentirse atraída por Amparo. Sólo de Amparo podemos intuir primero y ver indicios después reveladores de una preferencia hacia las personas de su mismo sexo anterior al momento en que se enamora de Encarna. Con semejante proporción de lo uno y de lo otro, no me parece a mí que se pueda afirmar tan a la ligera que la serie intenta convencernos de que cualquier mujer puede enamorarse o sentirse atraída por otra mujer. Disculpa, pero me parece más apropiado decirlo como yo que aludir a ¿tendencias lesbianas¿ como si estuviéramos hablando de quién sabe qué clase de desviación, perversión o enfermedad. Aunque, bien mirado, las palabras o expresiones que cada cual elige le delatan. Te diré lo mismo que Félix, es más fácil admitir que algo no te gusta para ti o que no hace sentir feeling por los personajes o por su historia concreta, que no ponerse a teorizar sobre lo que se supone que es natural y lo que no lo es.
Félix, sentencias de un modo tan taxativo sobre lo que, a tu parecer, es más factible que haga una mujer ¿despechada¿ que estoy por pensar que deberías dedicarte a escribir tratados sobre psicología femenina en lugar de obsequiarme con tu respuesta. Verás, a mí Encarna no me parece una mujer exactamente despechada, el suyo no es la clase de despecho que lanza a Mercedes a los brazos de Jesús. Tampoco creo se trate de algo que surge de súbito, de un momento para otro. A mi modo de ver, en los inicios se puede encontrar una curiosidad de Encarna por Amparo y viceversa, luego está el hecho de que comparten determinadas situaciones difíciles, como cuando Ventura yace herido en casa de Encarna. Supongo que a la curiosidad inicial se va tejiendo una historia basada en cierta complicidad y mutua admiración. Creo que el hecho de que Encarna pueda llegar a sentirse atraída por Amparo no significa que por ello le valga cualquier otra mujer (ni Victoria ni ninguna otra), al igual que para Fernando no es lo mismo Alejandra que cualquier otra mujer ¿verdad? ¿Sabes? Sería tanto más sencillo que dijeras que a ti no te gusta la idea de que Encarna llegue a tener una relación sentimental con Amparo, pues contra gustos no hay nada escrito, en lugar de teorizar acerca de lo que una mujer, cualquier mujer, es capaz de hacer o deshacer, en lugar de sentenciar acerca de lo que ¿es factible¿ que haga una mujer.
Llevo intentándo ver el capítulo 11 una semana y me sale que "este contenido ya no está disponible", igual me pasa cuando quiero ver otros programas. Alguien sabe cómo solucionarlo por favor?
Estoy con Felix Criolla y Roly ,dan a entender que cualquier mujer tiene tendencias lesbianas y eso no es asi. Es natural el deseo por alguien del sexo opuesto pero ,me van a perdonar pero el lesbianismo no es TAN natural como se empenan en querer demostrar.Amparo se puede lanzar , claro pero que Encarna lo acepte es lo desconcertante.