Fuera de emisión
Bea, Desi, Javi, Quique, 'Piraña' y Tito son una pandilla que veranea con sus padres en Nerja, un pueblo de la costa del Sol. Allí conocen a Pancho, un chico del pueblo, repartidor de leche, a Julia, una pintora y a Chanquete, un viejo pescador.
En el primer capítulo de la serie todos ellos se conocen en una situación difícil de la que surgirá una amistad que hará de ese verano el más importante de sus vidas.
El público conectó pronto con el retrato de la juventud de su época y de la realidad social de la España de los 80 que ‘Verano azul’ ofrecía. La serie creada por Antonio Mercero, con una reconocible sintonía de Carmelo Bernaola y protagonizada por Antonio Ferrandis y María Garralón, se convirtió en un clásico.
Fueron 19 capítulos a bordo del barco de Chanquete, ‘La Dorada’, acompañados de una audiencia que llego a superar los 9 millones de espectadores en sus últimos episodios. El impactante final de la serie emitido en febrero de 1982 causó conmoción.
Nunca aprenderás, tío.
¿Jo qué tía!
A ver, ¿cómo se pone la lengua?
Así mira, ¿lo ves?
Luego se colocan así los dedos, aquí.
Y se sopla muy fuerte.
Aquí estábamos ensayando mientras te esperábamos.
¿Has visto qué tía, cómo silba?
Claro, como tiene ese aparato en la boca.
¡Qué rico!
No ha venido.
Han venido.
Es que...
Nosotros también queremos celebrar lo de la despedida.
¿Por qué no?
Jolín, ¡pues sí que está éste de buen humor!
Es verdad hijo, ¡vaya un humor que traes!
Bueno, ¿qué vamos a hacer?
¿Y luego qué vamos a hacer?
Tú has dicho que vamos a hacer algo especial
por ser el día de la despedida.
¿A qué sí?
Sí y que lo íbamos a pasar más bien que nunca.
Para que nos dejara un buen sabor de boca.
¿Ya tenéis preparadas las cosas?
Mi padre y mi madre se han tirado todo el día discutiendo.
Lo mismo que cuando vinimos.
Que si te has traído más equipaje que la expedición al Polo.
Que si tú lo arreglas todo enseguida.
Que si nos vamos a tener que salir del coche
para meter las maletas.
Menudo rollo se traen.
Sí, los míos también.
Y los míos.
Claro, son los mismos que los de Beatriz.
Ah, es verdad.
O son las cinco o es que ha pasado un ángel.
¿Qué?
Es porque nos hemos quedado todos en silencio.
Lo dice en un libro.
"Edad prohibida", ¿lo habéis leído?
Es un poco verde, ¿no?
Bueno macho, vamos a hacer algo porque si no van a pasar
toda la banda de ángeles.
Y no nos vamos a divertir nada.
Sí a lo mejor a él se le ocurre algo.
Pancho.
Ahí abajo están tus amigos, preguntan por ti.
Bueno, ¿qué les digo?
¿Qué tienes que hacer?
Vaya.
Qué dicen que si tienes para mucho.
¿Entonces qué les digo?, ¿que esperen o que no esperen?
Bueno.
¿pero bueno qué mosca te ha picado?
Siempre huyendo cuando tienes que hacer algo
y no puedes ir con ellos.
Y ahora de repente te entran las ganas de trabajar
y los das plantón.
¿Pero qué mosca te ha picado?
Cosas mías.
Aquí a todo el mundo le va a pasar cosas suyas.
Ya veremos el día que me pasen a mi cosas mías,
qué es lo que va a pasar.
Bueno.
Es que estos chicos de hoy les pasan unas cosas suyas...
Este es el día más aburrido de mi vida.
Habías dicho que hoy íbamos a hacer algo especial.
Y que lo íbamos a pasar más bien que nunca.
Pues lo has dicho, ¿a qué sí, Piraña?
Bueno.
Al fin y al cabo
no lo estamos pasando tan mal.
¿Y por qué no vamos a Cala Chica?
Hombre, no sé, como otras veces hemos ido.
Nosotras nos vamos.
¿Adónde?
A dar una vuelta.
A ver si ligamos algún turista retardado.
Oh sí, una máquina especial que nos divierta como locos,
y nos deje un sabor de boca inolvidable.
No gracias, rico.
Nos dejaría un sabor de boca muy malo.
Si nos tomásemos un helado a lo mejor se nos endulzaba
el paladar.
Y a vosotras, ¿se os ocurre algo?
Ya se nos ha ocurrido, nos largamos.
Siempre pasa lo mismo.
Cuando te propones algo que salga muy bien
te sale muy mal.
Nada.
¿Cual?
Vale.
No hay alegría con la barriga vacía.
¿Qué harás cuando nos vayamos?
Te queda Pancho.
¿Por qué no habrá querido salir?
A lo mejor es verdad que tenía algo que hacer.
No, ayer estuvo muy raro.
Me dijo que le gustaría dormirse y no despertar en mucho tiempo.
Cuando ya fuera un hombre y pudiera decidir sobre su vida.
Pero tenemos que irnos, no nos podemos quedar.
Tenemos que irnos con nuestros padres y volver al colegio y a casa.
Todo eso.
¿No va a venir a despedirnos?
A Javi se le ha ocurrido una idea para tener un recuerdo de este verano.
Sí, una foto de todos.
Aquí en tu jardín.
Es muy buena idea.
Así cuando le veamos nos acordaremos mejor
de este verano y de esta pandilla.
Y las iremos comparando.
Y veremos cómo nos hemos ido haciendo mayores.
¿Cómo serás tú cuando yo sea como tú?
¿Serás como tu padre?
Hala.
¿Cómo seré yo de mayor?
Tú serás como Sancho Panza.
Te libras porque es el último día, porque si no.
Yo a lo mejor no voy a poder.
Mi madre y mi tía tienen otros planes.
Lo más seguro es que no volvamos a este pueblo.
Pero eso no puede ser.
Tenemos que estar todos, si no...
No tiene gracia.
Ojalá dependiera de mi.
¿Y tú cómo lo sabes?
Y yo, ¿dónde me pongo en la foto?
Al lado de Sancho Panza.
Aunque no hacéis muy buena pareja es posible que no rompéis la cámara.
¿Hacemos una prueba mientras esperamos a Pancho?
Pancho se pondrá aquí.
Julia, ¿tú dónde te vas a poner?
A mi lado, por favor.
Tiene razón Julia.
Teníamos que estar todos.
Todos ya es imposible.
Y yo me hubiera puesto a su lado en la foto.
Arriba.
Aguantad la cuerda.
Las cuerdas.
Si hubiese vivido Chanquete no hubiese dejado
que se llevaran a La Dorada.
¿A que no?
Los habría matado a todos ¿a que sí?
Y el verano que viene nos pondremos bajo sus ramas.
Y yo me subiré a él.
Y a lo mejor algún pájaro hace su nido aquí.
Y nos tirará una cagadita.
El año que viene será grande.
¿Y cómo de grande?
Apuesto a que será más grande que Quique.
Hala.
Es verdad se nos olvidaba la foto.
La podemos hacer aquí junto al árbol.
Yo me quedo aquí.
A mi lado.
Pero, ¿dónde querrá que meta todo esto?
Pues nada.
Si no cabe, lo dejo aquí y se acabó.
Es que te lo tengo dicho mil veces.
Lo necesario y ni una cosa más.
Pues nada, como si hablara con la pared.
25 bolsas y 50 maletas.
¿Te crees que esto es un camión de mudanzas?
Si me dejaras hacer a mi el equipaje
lo metía todo en dos maletas.
Anda deja que lo coloque yo.
Porque como lo coloques tú no cabe nada, desde luego.
Pues haber cómo lo coloca la señora.
Pues ya está.
¿Ya está?, ¿y esto otro, qué?
¿Y eso?
Toma, toma.
En todos los viajes pasa lo mismo.
Para ir y para venir.
Se pasan todo el día discutiendo por las maletas.
Esto puede ir aquí detrás.
Ahí detrás, no me metas nada.
Esto no te molesta para nada.
¿Cómo que no me molesta para nada?
Luego no veo yo nada por la carretera.
Vamos, porque lo digas tú.
¿Tú has visto a Pancho?
¡Qué pena!
Me hubiera gustado despedirme de él.
Anoche casi no pudimos despedirnos.
De todas formas como supuse que ya no le vería,
le había escrito una cosa.
una carta.
¿Te importaría dársela?
Gracias.
Esa visibilidad por detrás.
Y venga vámonos ya que siempre tenemos que ser los últimos.
Ya verás la caravana que vamos agarrar.
Pero, ¿y Tito?
¿Pero dónde está Tito?
¡Tito!
¡Tito!
¿Has visto a tu hermano?
Este enano.
Podías echar una manita.
Nati, vamos.
Venga, por favor.
¿A cuánto corre tu coche?
Aquí marca 200, pero mi padre nunca en las rectas
y cuesta abajo de 80.
Se pone multa por defecto de velocidad.
Pero está muy limpio.
Sí, eso sí.
Mi padre es más limpio que rápido.
Mi coche siempre tiene que estar lleno de mierda.
Los chicos siempre pintan letreros.
¿Letreros?
Sí a ver si lo lava el guarro.
¿Cuándo te vas?
Ahora, cuando mi padre y mi madre dejen de discutir.
¿Qué has hecho con el renacuajo que te di como recuerdo?
Lo tengo guardado.
¿No se te habrá perdido, no?
No.
¿Ni se te habrá muerto?
No.
Es que...
se me ha escapado pero sé dónde está.
¿Sí, adónde?, vamos a ver.
En una de las bolsas del equipaje.
Bueno.
¿Tú que has hecho con el grillo que te regalé?
Está bien, no te preocupes.
Yo le he puesto un nombre.
A mi renacuajo.
¿Qué nombre le has puesto?
No te lo puedo decir.
¿Por qué no?, habíamos quedado en decírnoslo todo.
Es que te vas a enfadar.
¿No te vas a enfadar?
No, además el renacuajo es tuyo y si le has puesto un nombre muy feo
a mi no me importa.
No, es bonito.
Sí, pues entonces dímelo de una vez.
Bueno, le he puesto Pirañín.
Manolito, vamos anda.
Despídete de tu amiguito y vamos.
Que quedan muchos kilómetros por delante.
Y al paso que va la burra.
¿Qué dices?
No nada, le decía a mi amigo.
Bueno macho, me voy, adiós.
Pi, Manolito,
¿Qué?
¿Nos despedimos así ya?
¿Y cómo quieres?, ¿no nos vamos a dar un beso, no?
No, pero nos podíamos dar la mano como los hombres.
Está bien.
Los hombres se dan también un abrazo.
Vale pero no achuches mucho.
¿Pero se puede saber dónde se ha metido ese chico?
Ya te lo he dicho, Javier.
Venían a buscarle con un pincel y un bote de pintura.
¿Pero qué se proponen pintar cuando ya nos vamos?
¿No han podido hacerlo antes?
Ayer, o antes de ayer.
La semana pasada.
A mi no me lo han querido decir.
Pero alguna de las gamberradas de las suyas, ya verás.
No tiene gracia.
Podía estar aquí echando una mano.
Hombre no eres un Picasso, pero no está mal.
Chanquete estará contento.
Porque hemos acabado lo que él no pudo acabar.
Sí, es verdad.
Pero vámonos ya tíos, porque mis padres deben tener
un cabreo fino.
No, nos vamos en el tren.
Oye, a ver si llamáis.
Que no pase lo de siempre, que nadie llama a nadie.
¿Me lo prometéis?
Que sí Desi, que te lo prometemos.
Vamos, que te lo juro por mi padre, si quieres.
Oye.
Mirad.
Vamos, ¿dónde te has metido?
Me estaba despidiendo.
Despidiendo.
Seguro que no has tenido tiempo, has tenido que esperar
al último momento.
Anda, sube al coche de una vez.
Julia.
Te quiero.
Bueno, llámanos por teléfono cuando llegues.
Llámanos, Julia.
Chao.
Julia.
Dame esa bolsa.
¿Qué bolsa?
Esa.
¿Pero para qué la quieres?
Aquí van los bocadillos.
Bueno, por lo menos Pirañín, no se muere de hambre.
Buenos días señorita, ¿qué de partida?
¿Pancho?
Sí, el chico de la lechería, ahora mismo,
y que tenga usted un buen viaje.
¿Volverá el verano que viene?
Pancho.
Toma, esto es para ti.
Sí, me lo ha dado la señorita.
Oye, está muy bien traído.