Alguien dijo una vez que no se despeja bien el ambiente sin una buena tormenta. Puede que sea así. Pero no siempre… ni para todos los ambientes. A veces, la tormenta, y más si no es necesaria, puede ser tan brutal y devastadora que ni el paso del tiempo consigue paliar todos sus efectos. El tiempo es el catalizador que acelera la transformación de las realidades vividas en memoria. La memoria es la facultad psíquica que permite retener y recordar hechos pasados. También es el “recuerdo” de esos hechos, ya sea individual o colectivo. Es la condición “sine qua non” para el conocimiento. Cuántas veces, tras una larga, cruenta y salvaje tormenta, un pueblo se ha encontrado inmerso en un período de tal oscuridad, tristeza y miedo que sólo desde la perspectiva inocente de la infancia se ha podido entrever algún resquicio de futuro… La memoria es la única pertenencia, que por mucho que lo intenten, nadie nos puede arrebatar.
Una visión del franquismo desde la infancia, a partir de EL ESPÍRITU DE LA COLMENA (1973) y EL SUR (1983) de Víctor Erice y CRÍA CUERVOS (1975) de Carlos Saura.
Isaac Albéniz: La vega (Suite Alhambra). Albert Giménez
Franz Schubert: Quinteto en Do mayor, D.956 (2) Michel Boulanger y Cuarteto Kuijken.
Enrique Granados: Oriental (arreglo para cello y piano) Nancy Green y Tannis Gibson.
Schubert: Quinteto en La mayor D.667 (4) Clifford Curzon y miembros del Octeto de Viena
Schubert: Sonata Arpeggione, D.821 (2) Anne Gastinel y Claire Desert
Maurice Ravel: Cuarteto en fa mayor (3) Cuarteto Ebene
Ravel: Sonata para violín y piano en Sol mayor (2) Janine Jansen- Itamar Golan
Schubert: Fantasía en Do mayor, D.934 (4) Andras Schiff- Yuuko Shiokawa
Granados: “Oriental” Magda Tagliaferro
Granados: “Andaluza” Ángel Huidobro-Eduardo del Río
Hilario Camacho (De paso, 1975): Princesa de cera; Tiempo al tiempo; Dolores, Dolores; El peso del mundo; Pequeña muerte; Volar es para los pájaros.