Escuchar al vocalista alemán Max Raabe acompañado siempre de su inseparable Palast Orchester garantiza un viaje a través del túnel del tiempo a la música que proliferaba en los años 20 y 30 del pasado siglo XX, es decir el foxtrot, los primeros tiempos del swing, y yendo un poco más atrás, incluso con reminiscencias del veterano vals.
Max Raabe y otros 11 músicos que se habían conocido en la Universidad de Arte de Berlín, decidieron en 1985 poner en marcha el proyecto de la Palast Orchester basándose en la música de comedia, cabaret y teatro de aquellas dos dulces décadas desarrolladas entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, en el pasado siglo XX, rescatando viejas canciones conservadas en añejos discos de pizarra. Pero no se limitaron a eso, ya que incluso se han atrevido a hacer versiones de temas pop, evidentemente mucho más recientes, como el "Sex bomb", de Tom Jones, "Kiss", del malogradoPrince, o el supremo himno tecno, "Tainted love" del dúo británico Soft Cell.
Este es su nuevo álbum para 2018, con canciones que vuelven a retrotraernos a otro tiempo, no sé si más o menos feliz que el actual.
Con su Palast Orchester, el elegantísimo Max Raabe.
