El ladrón de cadáveres

 Hubo un tiempo en el que los hombres vaciaban las tumbas del cementerio para robar cadáveres y así venderlos a la medicina, tan ávida de conocimiento como atrevida. El silencio se mantenía entre la élite para encubrir los saqueos, más la conciencia sufrió por dentro la condena, llevando al ser humano por escarpadas pendientes peligrosas. Algunos hombres no se conformaban con secuestrar cuerpos. Se convirtieron en asesinos sin escrúpulos como Gray, protagonista del escalofriante relato de Robert Louis Stevenson llevado a la pantalla por Robert Wise en 1945.