La maldición de Nostradamus

El profesor Durán dirige una comisión que combate la superstición; no hay cabida para lo sobrenatural. Cerca del científico proyecta sus planes un ser despiadado, extremadamente nocivo: han tenido que transcurrir cuatrocientos años para que el vampiro regrese. Su hijo Ericson, un no muerto, hereda el pergamino del caos y se presenta en casa de Durán. “Los triunfos leves se apagan con la inmensidad del tiempo”, advierte Ericson a Durán. La peste, la muerte y el odio podrían ser propagados por el vampiro, el hijo de Nostradamus. Comienza la lucha contra el poder del vástago de las tinieblas y el defensor de la ciencia.