Estas fiestas cuidemos los excesos en las celebraciones y homenajes culinarios navideños, excesos para el cuerpo y para el planeta. Greenpeace nos ofrece una buena receta para que nuestras comidas y cenas navideñas sean más sostenibles. Los ingredientes son que los alimentos, cuanto más cercanos, mejor, menos transporte y menos emisiones de CO2. Además, así apoyamos a los productores locales. Apuesta por el producto fresco, natural y de temporada, si puede ser, ecológico.
Evitar los productos elaborados y sobreenvasados y llevarnos todo lo que podamos a granel. Reducir el consumo de carne y pescado y apostar por menús ricos en verduras, legumbres y frutas.
Si introducimos carne en la comida, podemos oprtar por la ecológica con el certificado de nuestra comunidad autónoma.
Si optamos por el pescado, alerta de que no esté en Lista roja de Greenpeace. Mejor salvaje que de acuicultura, que haya sido pescado con métodos selectivos y rechacemos los inmaduros. ¿Marisco? ¡Cuidado con los langostinos! Su pesca salvaje afecta a otras muchas especies que son descartadas y el de acuicultura devasta los manglares.
Greenpeace también nos invita a rechazar cualquier producto transgénico en nuestras comidas y a utilizar su Guía roja y verde para poder evitarlos.
Para hacer las compras, podemos llevar bolsa de tela o carrito para no tener que utilizar de plástico. Y para empezar bien el año, las uvas a granel, sin empaquetado, y cultivadas lo más cerca posible.
