«El Bronx, tío, todo el mundo piensa que aquello era un infierno en los años cincuenta y sesenta, un infierno de drogas, crimen y prostitución. Pero cuando eres un niño no percibes nada de eso, solo tu vecindario, un mosaico de razas y culturas y músicas, donde escuchas salsa porque hay un montón de puertorriqueños, y música europea porque allí estaban también los italianos, los irlandeses, los judíos, y, por supuesto, convives con familias de origen caribeño, que no paran de escuchar reggae y calypso. Y, claro, por todas partes suenan James Brown y Wilson Pickett y todos los grandes del soul y el funk. Yo fui un viajero privilegiado sin moverme de mi barrio. Ya adolescente fue cuando me di cuenta de que mi barrio era también un sitio muy peligroso, pero esa inseguridad se palpaba también en otros distritos neoyorquinos»: palabra de August Darnell, alias ?Kid Creole?.
