La industria se encarga de transformar las materias primas en productos elaborados utilizando una fuente de energía. Para ello, además de los materiales, necesita maquinaria y recursos humanos organizados habitualmente en empresas. El conjunto de esas empresas constituye el tejido industrial, que se encuentra en constante evolución. Como explica José Manuel Sanjurjo, miembro de la Real Academia de Ingeniería, estamos dejando la última fase de la revolución industrial para empezar una fase totalmente nueva, propulsada por tres revoluciones tecnológicas: digital, biológica y nanotecnólogica. Y las tres están confuyendo para dar lugar a un nuevo tejido industrial, en el que cambiará nuestra forma de entender el trabajo y nuestro comportamiento en el ámbito profesional.
