LISZT: Concierto 1, Orfeo

Franz Liszt vivió intensamente en varias fronteras: entre el aplauso universal y la intimidad (Cantata para el Monumento a Beethoven), entre sus admiradoras y su misticismoreligioso (Via Crucis), entre el exhibicionismo (Paráfrasis de "El Sueño de una Noche de Verano" de Mendelssohn) y la confidencia (Dúo S127 para Violín y Piano sobre una Mazurka de Chopin), entre sus lecturas deslumbrantes a primera vista (Fantasía Wanderer, sobre la obra de Schubert) y sus obras futuristas (Nubes Grises), todo ello sobre un trasfondo íntimo, doloroso, de padre fracasado. Cuando compuso su Concierto nº1, estaba inventando el poema sinfónico (fragmento de Prometeo). Este Concierto integra sus fronteras, sus personalidades, sus paradojas, e instaura la figura del pianista-héroe, por entre sus tópicos favoritos: el Eterno Femenino, la búsqueda, la interrogación lúgubre, el Dios libertador e incluso batallador... (según las investigaciones de Márta Grabócz y Míriam Gómez-Morán). Liszt y su idea "sacerdotal" del arte: su poema sinfónico Orfeo. La música como redentora y armonizadora de la humanidad. Las palabras póstumas de su hija Cósima, sobre "las aguas de la vida" (Al borde de una fuente). Felices artes redentoras y armonizadoras, queridos-as...