La vuelta al mundo con Miquel Silvestre   Música de Canadá 30/09/2018 07:04

La segunda vez que llegué a Canadá fue durante mi vuelta al mundo. Elegí Vancouver para enviar la moto desde Manila porque la regulación aduanera canadiense es menos estricta que la estadounidense, que desde el 11S considera las motos como mercancía peligrosa y es una odisea meterlas por avión en el país. Así que un día de junio del 2012 aterricé en la Columbia Británica y me dispuse a llegar a Alaska. Hice parada en Jasper, una pequeña población al norte de Vancouver. Allí me había invitado un joven que veía mis vídeos de la vuelta al mundo y planeaba hacer un viaje similar por Sudamerica. Me recibió con una barbacoa, mucha cerveza y un grupo de amigos skaters, eran todos muy alternativos, se dedicaban a los tauajes y a los deportes extremos. Pero lo que más me gustó fue la música que ponían. Era como las canciones irlandesas de los Pogues que escuchaba cuando tenía 20 años, pero con un ritmo todavía más frenético. Si los Pogues de Londres eran una revisión punk de la música tradicional celta realizada por hijos de emigrantes irlandeses en Reino Unido, esto era ya directamente hard core celta hecho por los nietos de aquellos emigrantes en América, que buceaban en sus raíces para hacer su propio estilo canalla y espasmódico. Pregunté qué grupos eran esos y me respondieron que los Mahones, de Kingston, en Ontario, y los Real McKenzies, grupo punk celta escocés fundado por Paul McKenzie en Vancouver. Descubrí, o redescubrí, un estilo maravilloso que me ha acompañado desde entonces y que considero otro de los grandes descubrimientos de la vuelta al mundo en moto,

La vuelta al mundo con Miquel Silvestre
Más opciones