Kilómetros de Radio este domingo desde los estudios de Madrid, con Manolo Castro con ánimo veraniega, porque ya intuye que "Lorenzo" se acerca y eso que andamos todavía con alertas por lluvias e inclemencias aún típicas de la primavera, pero el estío llega seguro, ocurre cada año y este no iba a ser distintos. Así nos metemos de lleno en harina con la música de Leo Sayer "More than I can Say, porque mañana lunes cumple 74 años. Seguimos con "It's not an usual" una canción destinada a Shadie Shaw pero que se la quedó Tom Jones, y sin movernos de época nos vamos con Cliff Richards y su eurovisivo "Congratulations" para cambiar totalmente de registro, ponernos la gorra, y adoptar un lenguaje de chulo madrileño, como el que suele emplear el académico Federico Sánchez Aguilar, al meterse en ambiente de zarzuela.
"La Tabernera del Puerto"¡ahí es ná! que diría el castizo, es la más importante del maestro Pablo Sorozábal, se estrenó allá por 1936 en el Teatro Tívoli de Barcelona. Escuchamos el dúo cómico y también una de las romanzas de tiple más bonita y más difíciles de interpretar. Federico Sánchez Aguilar les da los detalles de quienes suenan y yo les hago un resumen somero de la trama. Tenemos un pueblo imaginario llamado Cantabreda, a finales del siglo X, un café de nombre Vapor y una Taberna del Puerto. El café Vapor es de Ripalda, por ese lugar siempre ronda un marinero aviso llamado Verdier, también anda por allí Abel, un joven músico de la Provenza, que no deja de hacer alabanzas sobre Marola de la que está enamorado. La moza está en el otro local, la Taberna del Puerto que es de Juan de Eguía, al que todos consideran el marido de Marola. Hay un viejo barco propiedad de un borrachín: Chinchorro, con el que trabaja un joven honrado y decente Leandro. Juan de Eguía quiere hacer un negocio ilegal, tráfico de cocaina, con Verdier, pero necesita el barco de Chinchorro y por ello que Marola convenza a Leandro para el transporte. La chica se niega, pero el joven que acude para espantar a las mujerucas celosas de Morala que llegan para asustarla, decide por amor que trasladará la cocaína, aún arriesgo de terminar en la cárcel. Morola también decide sumarse a la empresa, pero una tormenta hace que no regresen y todos les dan por desaparecidos. No era así y se descubrirá la verdadera relación de Juan de Eguía con Marola y como siempre el amor triunfa, es zarzuela.
José Luis Carabias nos pone al día sobre la Feria del San Isidro y sobre los nombres de los morlacos según edad. Así tenemos cinqueños, cuatreños, erales (nombre crucigramero), utreros y añejos. Bueno pues sepan que según reglamento taurino solo se pueden lidiar toros de cuatro hasta seis años, a partir de esa edad el animal no pisa un ruedo. También nos habla de los críticos taurinos, de los que el compañero Manuel Molés (Cadena Ser) es el decano, no así el programa de toros, pues es "Clarín" de RNE, dirigido y presentado por Carabias. Antes les decían los asistentes a las corridas que pusieran esto o lo otro, que porque no critiban tal o cual, ahora las cosas han cambiado y los críticos, que como ellos tienen sus preferencias, intentan en lo posible ser objetivos y contar la feria como va. Ocurrió en una de las corridas de San Isidro algo que nunca había pasado, salió un toro, de los grandotes, pero por más capotes que le ponían delante y otros intentos, se volvía a corrales, así que el presidente de la plaza de las Ventas decidió devolverlo. Florito, Mayoral de la Plaza desde hace años, fue el encargado, lo hace también que recibe ovaciones, pero es que dice José Luis que como fue torero ("El Niño de la Plaza") cuando sale con sus cabestros lidia y lleva a los bravos de nuevo a corrales sin percance alguno, porque sus cabestros atienden a su voz y obedecen sus órdenes. Según su criterio el presidente se adelantó, pues tenían que haber salido los de la "suerte de varas" a ver que reacción tenía ese toro y entonces decidir, pero no de antemano sin probarle.
