El joven periodista y documentalista barcelonés Marc Almodóvar, ha tenido el privilegio de residir entre 2008 y 2013 en la ciudad de los más viejos y acrisolados prestigios: la ciudad de Alejandro, la ciudad de Antonio y Cleopatra, de Constantino Cavafis, de T. M. Foster, de Lawrence Durrell. La ciudad elegida por Terenci Moix para dejar en el el mar de sus orillas, sus cenizas, tras haber titulado uno de sus best seller, por consejo de Antonio Gala, No me digas que fue un sueño, inspirándose en la frase del poema de Cavafis, El dios abandona a Antonio.
La irrupción en 2011 en las aguas ya socialmente revueltas de Egipto, a escala de tsunami, del presente, alejó a Marc de cualquier riesgo de caer en la narcosis de las profundidades poéticas y le llevó a volcarse en transmitir sobre el terreno, en Alejandría y el Cairo, la revuelta egipcia.
Las insuficiencias de toda índole que plantea el actual ejercicio del periodismo y más para un freelance, llevó a Marc a escribir sin límites de espacio y opinión lo que vivió, situándolo en su marco histórico y social. El fruto es un excelente ensayo histórico: Egipto tras la barricada. Revolución y contrarrevolución más allá de Tahrir.