La emperatriz Farah Diba era una gran coleccionista de arte contemporáneo. En el otoño de 1978 se había inaugurado en Teherán una exposición titulada: Arte contemporáneo español, celebrada en el Centro Niavaran Cultural Niavaran, hasta donde hemos podido saber, organizada por los Ministerios de Cultura de España e Irán, a petición de Teherán, petición canalizada por la embajada de Irán en Madrid, y sin duda a iniciativa de Farah, o para complacer a Farah.
Una pequeña indagación sobre aquel acontecimiento nos llevó al pintor español Eduardo Naranjo que, aquel año de 1978, hizo el que fue, quizá, último retrato de Farah como emperatriz, que, quizá, no podía imaginar que el 16 de enero de 1979 iba a salir casi literalmente huyendo, rumbo al exilio. Expuesto ese retrato durante la exposición de plásticos españoles, la pintura fue atacada. De aquella exposición y de ese retrato, y de las dificultades para repatriar las 200 obras españolas, conversamos con Eduardo Naranjo. Poniéndole a aquellos meses decisivos, un contexto histórico.
