En primera persona   Víctimas de trata rehacen sus vidas 04/11/2014 22:42

Son muchas las chicas, adolescentes, mujeres que han vivido o viven en un infierno.  Son víctimas de mafias que las engañan y obligan a prostituirse.  Son redes mafionsas muy crueles que tienen a las chicas atemorizadas. Las alejan de sus familias y las amenazan con hacerles daño si no hacen lo que las mafias quieren, en otros casos son las madres quienes venden a sus propias hijas. Son historias terribles, durísmias, que obligan a las adolescentes a convertirse en adultas en apenas unos días.

Por eso estas chicas desconfían de todo el mundo. Necesitan su tiempo, es un proceso largo hasta que escuchan el consejo de otra mujer que les habla de la casa de acogida o de la ayuda que les pueden ofrecer desde el proyecto ONA de las religiosas Adoratrices. Están repartidas por todo el mundo prácticamente y pueden mover a las chicas para alejarlas de las mafias y brindarles el anonimato y la protección que necesitan a todos los niveles.

Trabajan mano a mano con otros recursos, la policía y la guardia civil y gracias al trabajo conjunto se han logrado desmantelar algunas de las redes de trata porque muchas, al final, y sólo cuando ya están fuertes y se han reconstruido interiormente, denuncian.

Aprender el idioma, tener la documentación en regla, formarse, encontrar un trabajo, relacionarse de forma saludable con las otras personas, recuperar la autoestima y la confianza en ellas mismas son los objetivos que tienen y logran con el tiempo. Porque SÍ SE PUEDE.

Esta semana dedicaremos En Primera Persona a estas chicas, mujeres luchadoras y valientes que están en proceso de reconstrucción, en la escalera de la vida. Cada una está a un nivel distinto pero todas tienen claro que la escalera va hacia arriba y que ellas 'para atrás ni para coger impulso', como comenta una de ellas.  Hay quien ya está a punto de alcanzar su meta y vivir la vida que le toca vivir.  Ya han perdido la adolescencia, ahora les toca decidir por sí mismas cómo quieren vivir el mañana.  Y en esa nueva andadura se apoyan mútuamente en la casa de acogida, para ellas ésta es su familia con las monjas y el equipo técnico del proyecto.

 

 

 

 

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