En primera persona   La historia de Howard, un vendedor de pañuelos de Liberia 05/05/2015 25:45

Hace años que veo a un hombre africano vendiendo pañuelos en un semáforo. Siempre aparece con un disfraz diferente y una cara sonriente, con mucho desparpajo y alegría. Hoy he decidido unirme a él y acompañarle un rato mientras vende en un céntrico semáforo del centro de Sevilla con más de cuatro carriles de coches. Es un punto estratégico porque siempre hay mucho movimiento.

Hasta hoy no conocía su nombre. Esta es la historia de Howard pero le podríamos poner cualquier otro nombre. Son miles las personas que viven de vender pañuelos en los semáforos de todo el país y a a menudo no les miramos ni a la cara.

Os daréis cuenta de la sabiduría que alberga Howard. A pesar de su propia historia de vida, al final le da las gracias a las personas que pasan por el semáforo porque "sois mi columna, columna de mi palacio, gracias...". Es un hombre que debe rondar los 40 años con una vida durísima a sus espaldas. Escapó de la guerra en Liberia, como hoy escapan miles de personas de Siria o de otros países. Él logró atravesar el desierto dónde cumplió en soledad sus 18 años y llegar finalmente a nuestro país para sobrevivir 20 años después vendiendo pañuelos en el semáforo de Plaza de Armas de la capital andaluza.

Muestra alegría y sonríe cosntantemente pero es todo una fachada para no mostrar al Howard que va dentro de esos disfraces. Este hombre lucha por acabar su carrera de derecho, por encontrar a su media naranja y ser feliz lejos de la soledad que le persigue. Una historia de vida que da pena conocer, una mirada más allá que ve a la persona que hay detrás de un vendedor de pañuelos en un semáforo. Howard se ha ganado a pulso el cariño, el respeto y lograr esos papeles con los que sueña.

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