Los 104 años de Inés Franco

"Escúchabamos los partes de guerra gracias a la radio", cuenta Inés a sus 104 años.
Inés Franco está en una residencia y va en silla de ruedas. Está un poco sorda pero tiene muchos recuerdos todavía intactos. Sorprende las pocas arrugas que tiene en la cara para su edad y la melena de pelo blanco y fuerte que luce. Cada día, su único hijo Alejo va a pasar un rato con ella, pasean y charlan de sus cosas. También ha venido a la entrevista para refrescarle la memoria a su madre, porque tiene algunas lagunas.
Inés nació el siglo pasado en 1912 y su vida es un pedacito de nuestra historia. La historia de Orbada, un pequeño pueblo en Salamanca, donde los acontecimientos de la vida sólo pasaban rozando. Inés se pasó la vida trabajando en el campo y en la casa, "trabaja y trabajar", confiesa. Pero la Guerra Civil sí le tocó de pleno a Inés y también hizo estragos en muchos vecinos. Ella no se pudo casar con su marido hasta que volvió de la guerra con secuelas psicológicas que le perturbaron durante años y un hermano que acabó en la cárcel. Los partes de guerra los escuchaban en comunidad en el pueblo, eran las únicas noticias que recibían de lo que estaba pasando. También recuerda cómo fue a votar por primera vez "lo que nos decían que había que votar, maja", me cuenta con dulzura.