Es un poeta, un resistente y un disidente. Es de La Chantrea de Pamplona, acostumbrado a la presencia policial en el barrio. Sus letras son bofetadas directas contra las personas que toman decisiones que afectan a mecánicos, camareros, pintores, electricistas, albañiles, autónomos, poetas, maestros, jardineros, transportistas, jardineros, sastres, tenderos, ferreteros, fontaneros, enfermeras, taxistas, empleados públicos, médicos de familia, psicólogos, cirujanos, pintores, porteros, vigilantes, guías, guardas, socorristas, prácticos de puerto, zapateros, pescadores, barrenderos, fotógrafos, chapistas, lampistas, carteros, fruteros, carnicero, charcuteros, loteros, floristas, peluqueros, dependientes...
El drogas, cada canción, una bofetada contra un sistema viejo