En el año 2000, Lorenzo Silva publicó El alquimista impaciente (Premio Nadal) que hablaba de cómo la sociedad española se había vendido al dinero rápido, fácil y caliente. De la corrupción en el ámbito privado y empresarial. En 2012 escribió La marca del meridiano (Premio Planeta) donde el trasfondo era la corrupción policial. Y cuando estaba trabajando en la última, Los cuerpos extraños, editada por Destino, se percató que hablaba de la corrupción de la sociedad española desde otro punto de vista. "Me di cuenta que las tres (novelas) formaban una imagen tridimensional bastante amarga y desasosegante de la sociedad española”, apunta. Toda la trilogía está inspirada en sucesos reales aunque es pura ficción. "Afortunadamente la literatura se hace en libertad. Es enormemente humilde, incluso indigente, siempre lo ha sido en este país, pero eso le da independencia. Para escribir una novela solo se necesita un bolígrafo y un blog" (15/07/14).
