Biólogos aventureros, botánicas intrépidas,exploradores de las selvas que tímidamente resisten en todos los continentes... nos habitan hoy, gracias a la inspiración de una mujer enamorada de los árboles y de las plantas que, para estudiarlas, viaja constantemente a los bosques tropicales.
Juliana Prosperi, discípula de Francis Hallé, argentina afincada en Francia, enamora con su pasión a otro botánico apasionado, nuestro médico de los árboles, Bernabé Moya. Y allí, desde un laboratorio en Montpellier asistimos a una Master Class sobre bosques primarios, árboles gigantescos, especies desconocidas, plantas increíbles, sobre los colores y la vida que habita por encima de las copas de los árboles de la selva…
Con Juliana alcanzamos altos vuelos botánicos y arbóreos, desde el dirigible de su alma y conocimientos científicos…
Y así, cuando se cumplen cien años de la muerte de nuestro maestro Francisco Giner de los Ríos, al que llaman “el primer español moderno”, la Fundación Giner de los Ríos, de la Institución Libre de Enseñanza que él fundó, y numerosas instituciones que respiran su legado y lo han mantenido hasta hoy, como la Fundación Sierra-Pambley de Villablino (León) están preparando actividades conmemorativas, como una próxima exposición de la que daremos habida cuenta.
Entonces, con el espíritu de Giner de los Ríos, con la esperanza de que el Chopo Cabecero de Remolinar, en Teruel, sea elegido Árbol Europeo del Año, y con este programa superbotánico te animamos a pensar más en verde que nunca, que te sientas selvático hasta tu último anillo interior.
Junto a Juliana Prósperi y Bernabé Moya, planea la ciencia y la pasión científica de otros botánicos como Francis Hallé, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, Alexander Humboldt, Charles Darwin, Richard Evans Schultze, la atracción arbórea irresistible experimentada artísticamente por Fernando Fueyo, el mutualismo de raíces Ubuntu enredadas de Óscar Prada Campaña y la magia de los árboles y las plantas de Ignacio Abella.
Y la dulzura y éxtasis que solo Loreena McKennit puede insuflarnos con la música, el arpa y la voz de su “To Drive the Cold Winter Away".
