Bienvenid@s a un bosque habitado por la tribu de los hombres y las mujeres que sueñan con subir a las montañas. Un bosque habitado por esa memoria ancestral que algunos aún podemos recordar con más fuerza. Una experiencia de sapiens que compartimos con otras especies, incluidas las arbóreas. Porque, sin duda alguna, “la vida se ve mejor desde arriba”.
Y para terminar de recordar que escalamos montañas porque decidimos subir nuestro cuerpo hacia donde nuestros ojos soñaron, te invitamos a escuchar a aquéll@s que mantienen este idilio eterno entre las cumbres y los monos pelados. L@s mism@s que sienten que no hay que explicar la montaña, porque disfrutándola, admirándola, visitándola y dialogando con ella son capaces de encontrar en su periplo vital una dimensión más profunda… Como Marina Abella de la Fuente, Juanjo Garbizu, Edurne Pasabán, Ignacio Abella y Eider Elizegi, autora de la novela “Mi montaña”.
Dicen los expertos vividores de alturas que puedes conocer a una persona en el llano, pero que si después convives con ella quince, veinte días o un mes en la montaña, descubrirás que es muy diferente. Y en esta aventura física y mística, la cima es la mitad del camino y no una competición comercial, escuchamos la voz de la montaña en Tom Waits, cuyo eco profundo y atávico, compone la banda sonora de este bosque para montañer@s.
Así que concentra todo tu cuerpo en esta única meta: tu siguiente inspiración. Haz acopio de toda tu voluntad para continuar respirando el aire más limpio para un ser vivo. Y tras cada respiración, comienza a vivir de nuevo… porque estás a punto de entrar en territorio de altos vuelos… sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!
