El bosque habitado   La Madre Olma de la Plaza 14/01/2018 59:03

Bienvenid@s a un bosque habitado por el entusiasmo de Ignacio Abella.

El bosque habitado llegó a Colmenar del Arroyo para recoger testimonios y contarle al cronista de los árboles, de primera mano, la verdadera historia oral de la Olma de Colmenar. Y es que Abella escribió el libro “Árboles de Junta y Concejo. Las raíces de la comunidad”, publicado por Libros del Jata, que recoge relatos ancestrales como la de la Olma de Colmenar. Así que escucharás la particular historia de Blanca, de Araceli, de Juan, de Sonsoles, de Ángel… con su árbol ¡El árbol de la plaza!

Sí, un solo árbol. Un árbol enorme, de copa tan generosa que daba sombra a toda la plaza y parte de la torre de la iglesia. Un árbol tan maternal al que llamaban olma y no olmo, porque sobre sus raíces nacieron casi todos los habitantes del pueblo durante siglos y siglos. Hablamos del árbol de la plaza, el árbol que unos añoran, porque la pérdida de identidad y el pragmático urbanismo impiden que un gran árbol presida la vida de la comunidad. Y un árbol, del que otros, nos sentimos huérfanos desde siempre.

Mira, al visitar Colmenar del Arroyo en Madrid, hemos descubierto cómo su olma regulaba la vida de las colmenareñ@s, aún hoy, casi cuarenta años después de su separación…

¡Vale!, el árbol no está en la plaza, pero permanecerá para siempre en la memoria del pueblo. Y así, incitados por el árbol, como testigo de excepción de tantas vidas, que poetas como Ignacio Abella, Camilo José CelaVicente Aleixandre y Francisco Otero le dedicaron poemas cargados de emoción y sabiduría tribal, contamos también con la crónica viajera e ilustrada Fernando Fueyo y las templadas cuerdas vocales del argentino José Luis Pardo. Y como integrantes del Club de la Hojarasca: José Manuel Sebastián, Santiago Bustamante, Julio Valverde e Isabel Ruíz.

Y ahora dirígete al centro de la plaza, sitúate bajo la sombra del árbol de la memoria de tu vida o de tus ancestros, cierra los ojos y siente el temblor de sus raíces, esas mismas que aún habitan la tierra bajo el asfalto del olvido… Porque estás entrando en territorio con gobernanza de olma… Sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!

El bosque habitado
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