El bosque habitado   Este moral ya lo conocía mi abuelo 07/09/2014 59:13

Este domingo nos habitará la memoria de un moral… o morera, porque científicos y botánicos de la Comunidad del Bosque están de acuerdo. El nombre de los árboles es el aquel con el que su familia y sus amigos le llaman y conocen. Así que hoy nos habita la Morera de Palacios del Arzobispo. Una morera que en un arbolario quedaría registrada como moral (aunque morera y moral son primos hermanos). Una morera repleta de cariño y de buenas intenciones por parte de sus vecinos. Una morera vieja, tan vieja que nadie sabe la edad que tiene… Aunque eso sí, al preguntar a los habitantes de Palacios del Arzobispo, todo el mundo nos decía… "No sé, pero esta morera ya la conoció mi abuelo". Y con eso ya tenemos más que justificado este programa, dedicado a una morera de la memoria, una morera que renace gracias al amor y el pacto entre ella y los lugareños.

Así que hemos realizado un documento sonoro donde hablan todos los implicados en el cuidado de la morera. A saber, dos paisanos con muchos recuerdos y experiencia. La maternal alcaldesa del pueblo, Isabel Herrero, el guardián de las Catedrales Vivas, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca y los médicos de los árboles, nuestros botánicos Bernabé y José Moya, a los que cada vez, con más frecuencia acompañamos en sus visitas médicas a los árboles monumentales españoles que precisan sus cuidados. Hemos aprendido todo lo imprescindible para formar parte, nosotros mismos, de la Revolución de los Conmovidos: paciencia, empatía, comprensión, recursos de vida, historia, etnográfica y un poquito de botánica. Sí, un poquito cada vez. Cómo la lección magistral que nos dan a nosotros y a los paisanos sobre cómo no hay que extraerle a la morera una argolla metálica grande que en su día le colocaron para ayudarla a no morir.

Toda una experiencia de aprendizaje y de emotividad para este Bosque Habitado en estas grabaciones habitadas también por el ruido de los tractores, por los pájaros, por las cigüeñas y sus crotoreos, por los camiones, por la vida de Palacios del Arzobispo, en Salamanca, en Tierra de Ledesma. Y por las sabias palabras de Fernando Fueyo, Ignacio Abella, el Cura Párroco de Miranda de Douro, Salid Alami y la banda sonora musical de Neuman.

 

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