Bienvenid@s a un bosque habitado por un maestro, una alumna y un Jardín del Edén... Bienvenida@ a una experiencia de altura porque, subida a esta urbana canopea del Jardín Botánico de Valencia, asegurada con arneses, cascos y la sabiduría de José Plumed a una plataforma-grúa, entrevistamos al gran especialista mundial de palmeras, mientras éstas estaban en floración. Con un protagonismo singular de La Carcasa, Phoenix dactylifera… en un Jardín Botánico.
Como Mario Satz cuando visita Río de Janeiro ,y según nos recuerda Ignacio Abella, acudimos al Jardín Botánico de Valencia, a esta epifanía vegetal, de la mano sabia de Plumed, porque cada programa “me interesa la naturaleza más que la cultura, lo que ignoro más que lo que sé… Así pronunciamos los nombres de las flores, nos alejamos leyendo las rúbricas de los árboles, sus nombres de pila, sus linajes… en este santuario para enamorados, en esta zona verde para solaz de los pulmones, en este recinto sagrado para los pájaros y los poetas”. Y, como Mario Satz, repetimos: “Recuérdame, jardín botánico, y ayúdame a recordar”.
Y gracias al libro de José Plumed y Manuel Costa, “La arboleda monumental del Jardín Botánico de València”, una guía con 65 árboles estudiados, fenológicamente, en todo momento y estación, en cada detalle y gesto, para su protección genérica como arboleda monumental, cada vez recordaremos más.
Desde la línea de cielo que forman las copas de los árboles más altos y antiguos, desde donde se oyen más aves que en ningún otro rincón de una ciudad, desde la paz que otorga mirar, cara a cara, a los árboles desde su altura, os invitamos a acompañarnos en este paseo en vertical, cuya banda sonora se completa con el ruido que hace la grúa para elevarnos…
Y lo hacemos con Mario Satz, Raúl de Tapia e Ignacio Abella, quien nos recuerda que José Plumed nos permite adentrarnos en el bosque del Botánico de Valencia, y hacer un paréntesis deteniendo el tiempo del asfalto y el tráfico… Mientras suena el eco de una voz femenina, la de Alela Diane y su “Forest Parade”.
Así, regresa a los bosques, a una selva a la que Plumed nos lleva pastoreando esa pacífica manada de árboles y déjale que guíe tus pasos entre ellos, porque estás entrando en la vida secreta de los árboles de un Jardín Botánico… sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!
