El III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, sigue siendo, junto a Felipe II, uno de los personajes más controvertidos del siglo XVI (16/10/10).
El III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, sigue siendo, junto a Felipe II, uno de los personajes más controvertidos del siglo XVI. Tras su etapa como gobernador de los Países Bajos, la Leyenda Negra lo presentó como sanguinario y cruel, mientras los regímenes totalitarios que añoraban el Imperio lo convertían en ideal de caballero cristiano. En las últimas décadas, historiadores anglosajones y de los países que gobernó se han propuesto buscar una imagen más certera del Duque: admiten, aunque con matices, su carácter despiadado; reconocen que fue uno de los mejores generales de su tiempo y que, pese a avivar la revuelta de Flandes en vez de sofocarla, algunas de las reformas que llevó a cabo se adelantaron a su tiempo.
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- 16/10/2010
