Disco grande   La dulzura de Emily Barker y la tinta de Fever Dream 02/03/2018 59:00

Programa con dos invitados internacionales porque en ambos casos había conciertos a la vista. En el caso de la australiana Emily Barker, la primera de las fechas (hoy en Madrid en el Fotomatón) de cuatro en los próximos días (luego vienen en días sucesivos Zaragoza, Barcelona y Girona). En cuanto a los londinenses Fever Dream forman parte del cartel del Madrid Popfest (viernes y sábado) y su cita es mañana en el Galileo de Madrid.

Para abrir el programa la ocasión de conocer más sobre esa australiana que ha vivido en Inglaterra pero también en Nashville. Son tres discos en nombre propio pero una docena de álbumes en los que se ha visto implicada desde que hace casi veinte años saliera de casa. Desde aquellos seminales The Low Country junto a Rob hasta otras aventuras más cercanas como The Red Clay Halo (con Anna, Jo y Gill), Vena Portae (con Dom y Ruben) o Applewod Road ( (¡vaya versión del "Losing my religion" de REM! tienen en su repertorio nuestra protagonista junto a Amber y Amy). Músicas que destilan suavidad y dulzura y que se balancean entre el folk y los sonidos de americana. Pero es su devoción por Aretha Franklin o Sister Rosetta Tharpe lo que ha llevado a Emily a grabar en Memphis a las órdenes de Matt Ross-Spang un álbum tan redondo y vigoroso como "Sweet kind of blue". Absolutamente hiperactiva tanto aparece su música ("Nostalgia") en una serie ("Wallander") como en una película ("Hector") de Peter Mullan. Vino acompañada de su guitarrista Lucas Drinwater y nos dejaron una g.a.t.o. para la posteridad (uno de los temas fue el que interpretó en la gala de la Americana Music Asociation UK en la que fue premiada).

Después fue el turno de Adrian Fleet (guitarra y voz), Sarah Lippett (bajo) y Cat Loye (batería) que forman el trío Fever Dream. En septiembre publicaron su segundo álbum "Squid" y cual tinta del calamar (por rimar con ese título) la esparcen por los cortes del disco en donde manda lo shoegazer y el ruido. Camino de los ocho años de vida atrás queda el álbum de 2015 ("Moyamoya") del que apenas interpretan una pieza en los setlist actuales y mucho más atrás el EP de debut (por mucho que los seguidores le pidan una de aquellas iniciales composiciones). Herederos del sonido de puntales del género ni mucho menos son contrarios a que hayan vuelto totems del género como Ride o Slowdive, porque, muy al contrario, "aquí estamos si necesitan unos teloneros" nos comentaron.

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