Corría el año 1909 y un grupo de zarzuela proveniente de Cádiz desembarcaba en el puerto de Montevideo. Sin saberlo, estaban poniendo las bases para lo que se convertiría en el símbolo cultural y musical de un país entero: Uruguay. Música española, Comedia del Arte italiana, tambores africanos y conjuntos típicos de mascaradas, comparsas de negros y lubolos, presentes en el territorio desde el siglo XIX, se subían arriba de los tablaos de las calles de los barrios Sur y Palermo para dar vida al famoso carnaval uruguayo. Un viaje musical a ritmo de bombo, redoblante y platillos pero también del chico, piano y repique, las percusiones típicas del candombe, para descubrir los enlaces comunes entre la murga y el rock de las últimas tres décadas.
