Bola de nieve
Todavía le llaman El Incomparable, Ignacio Jacinto Villa, pero se le reconoce por su sobrenombre artístico Bola de nieve, en inglés Snowball, un apodo sarcástico que le puso la vocalista Rita Montaner, con quien inició su singladura profesional en 1930. Bola de nieve es, sin duda, uno de los artistas más extraordinarios y destacados que ha aportado Cuba a la historia de la música. Tenía tres facetas, y todas, brillantes, cantante, pianista y compositor, pónganse en el orden que quieran, porque eran del mismo nivel. Ignacio no lo tuvo fácil, porque en aquellos años ser negro y abiertamente gay condenaba a cualquiera a la marginación social, pero su talento, carisma y simpatía derrumbó todos esos obstáculos que hoy día son del todo incomprensibles e inaceptables. Pero es que además, Bola de nieve construyó un repertorio original cantando en varios idiomas, ya que dominaba, aparte, claro está, del español, el inglés, francés, portugués, italiano e incluso, el catalán.
Y no se me olvida mencionar que para colmo fue amigo personal de escritores y poetas de la talla de Pablo Neruda, Jacinto Benavente, Alejo Carpentier, Rafael Alberti, Nicolás Guillén o Camilo José Cela, o de otros músicos imprescindibles como la peruana Chabuca Granda, la sutil vocalista francesa Edith Piaf o nuestro virtuoso de la guitarra clásica Andrés Segovia. Por todo esto, se le sigue mencionando como El Incomparable, Bola de nieve.