Dos obras del compositor francés Luc Ferrari (1929-2005) protagonizan esta edición de Ars Sonora. Ambas revelan su maestría en el manejo de un lenguaje electroacústico al que Ferrari supo imprimir una fuerte e inconfundible personalidad.
En el caso de "Hétérozygote", una composición para cinta magnética elaborada entre 1963 y 1964, Ferrari manifiesta una asombrosa madurez compositiva, así como algunos rasgos estilísticos que le acompañarían durante el resto de su carrera, como por ejemplo las violentas y siempre imprevisibles interrupciones de la sintaxis discursiva o, muy destacadamente, la incorporación de sonidos ambientales o "anecdóticos", que hoy tenderíamos a relacionar con la práctica del paisajismo sonoro, pero que en realidad se adelantan más de una década a los planteamientos teóricos que condujeron a esa denominación. La incorporación de diversas voces al flujo sonoro, por su parte, dota a la obra de una dimensión extraordinaria dentro de la práctica electroacústica -de aquel tiempo... y acaso también del nuestro-, y emparenta esta creación con los más brillantes ejemplos de arte radiofónico -terreno en el que Ferrari también debe ser considerado una figura magistral-.
Una década después de de "Hétérozygote", Ferrari compuso su "Petite symphonie intuitive pour un paysage de printemps", obra perteneciente a una serie de "paisajes sonoros imaginarios" en los que el artista no recrea -como otros autores- un entorno acústico preexistente; esta composición nos presenta algo que, sin poder calificarse como narrativo, sí podría entenderse como una suerte de relato musical de un viajero que descubre un determinado entorno y lo evoca en términos musicales. Más específicamente, la "Sinfonía intuitiva para un paisaje de primavera" recupera la experiencia del compositor cuando, acompañado por Brunhild Ferrari, visitó las grandes mesetas calcáreas ubicadas al sur del Macizo Central francés, en particular la que se denomina Causse Méjean. Los sonidos de la flauta de un pastor, multiplicados a través de diversos efectos de eco, se amalgaman -nuevamente- con voces de muy variadas inflexiones, que se deslizan sobre una oscilante base tímbrica y melódica que por momentos se aproxima a una nota pedal o un "drone".
Estos trabajos nos ofrecen dos perspectivas complementarias acerca de cómo Luc Ferrari creó una aproximación tan original como fascinante a una práctica -el paisajismo sonoro- que en nuestros días encuentra cada vez más adeptos, pero pocas veces una creatividad comparable a la del pionero autor francés.
