'La noche temática' rinde homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial

• Bajo el título ‘La historia arrinconada del exterminio’ estrena ‘Los niños del caos’ y recupera ‘1944: ¿deberíamos bombardear Auschwitz?’
• Sábado 28 de enero, a las 23:35 horas en La 2

'Los niños del caos', en 'La noche temática'

Al terminar la Segunda Guerra Mundial cientos de miles de niños huérfanos o perdidos son víctima de la posguerra. Serán desplazados, arrancados de sus familias adoptivas o robados por países que desean una repoblación. Unos meses antes del mismo año tuvo lugar la liberación de Auschwitz. Es el tema que aborda esta semana ‘La noche temática’.

‘Los niños del caos’

Mayo de 1945, finaliza la Segunda Guerra Mundial. Millones de personas desplazadas deambulan entre los escombros de Europa. Entre ellos, cientos de miles de niños, víctimas de políticas de exterminio, bombardeos o trabajos forzados.

Para estos niños, la guerra no ha terminado. Algunos tendrán que huir para sobrevivir. Otros serán desplazados, arrancados de sus familias adoptivas o robados por países que necesitan urgentemente una repoblación. Muchos solo descubrirán su identidad hasta mucho después.

La reconstrucción de Europa ha ocultado esta historia. Hoy, gracias a los testimonios exclusivos de testigos franceses, polacos, alemanes y estadounidenses, a archivos inéditos y a diarios de médicos y trabajadores, es posible contar la tragedia de estos niños perdidos de la guerra.

‘1944: ¿deberíamos bombardear Auschwitz?’

En abril de 1944, dos prisioneros judíos escaparon milagrosamente de Auschwitz. Cuando contaron lo que habían dejado atrás, su testimonio desgarrador reveló al mundo por primera vez el verdadero horror del holocausto. Describieron con detalle las cámaras de gas y el alcance del programa de exterminio. Esta información suscitaría una de las grandes cuestiones morales del siglo XX: ¿deberíamos bombardear Auschwitz?

Rudolpd Vrba y Alfred Wetzler huyeron a través de la Polonia ocupada por los nazis a la ciudad eslovaca de Zilina, donde establecieron contacto con el movimiento clandestino de resistencia judía. Su testimonio se convirtió en un detallado informe: el Protocolo de Auschwitz.

Cuando el Protocolo empezó a enviarse por todo el mundo, comenzó la deportación a gran escala de los judíos húngaros a Auschwitz. Mientras los aliados deliberaban en Londres y Washington, sobre qué hacer con el campo de exterminio, la máquina de matar continuaba su genocidio. En mayo, un mes después de la fuga de los hombres, casi 800.000 judíos húngaros eran detenidos a la espera de ser enviados a Auschwitz. A principios de julio de 1944, la mayoría habían sido deportados y asesinados a su llegada al campo.